
Pues eso, que Michael York interpreta a un pianista de éxito que un día se entera que padece una enfermedad que le envejece a ritmo alarmante. A medida que su piel se arruga, su cerebro se marchita y por ende, se va volviendo tarumba. Ello le empuja a convertirse en un asesino. El caso es que uno de sus amores, la hermosa Edwige Fenech, le comunica (vía telefónica) que está preñada de él y claro, el tipo se raya pensando a ver si el retoño le va a salir con su misma enfermedad. ¿Qué hacer?, matar a la futura madre.
Al Sr.York, y la Fenech, se suma el entrañable Donald Pleasence, con su eterna cara de despistado. También rulan algunos secundarios míticos del cine italiano de terror (Giovanni Lombardo Radice de “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” o Marino Masé de "Contaminación: alien invade la tierra") y el propio Deodato en un cameo hitchcockiano (justo antes del crimen de la churri que atraviesa el cristal).
El resultado está bastante por encima de lo que este tipo de cine suele ofrecernos y, vamos, que se puede ver.