Prototípica producción de su estimada década (los 70, baby) que recurre a un tema muy habitual entonces, la naturaleza que se revela contra el ser humano. ¿Cine ecológico?, hombre, si no tenemos en cuenta que en muchas de estas pelis se cepillan de verdad a los animales y/o insectos en cuestión, pues sí. En este caso, la movida va de tarántulas que un buen día descubren lo divertido que les resulta matar hombres, mujeres, niños y/o ancianos. De por medio, el gran William Shatner interpretando a un veterinario la mar de buencha amado por todo el pueblucho, uno de esos situados en pleno desierto de Arizona. Le secunda otro rostro carismático, Woody Strode.
Al director ya lo conocemos, el bueno de John “Bud” Cardos, responsable así mismo de “Mutant”, entre otras entrañables B-Movies. En el caso de “Kingdom of the Spiders” podemos afirmar sin contemplaciones que nos encontramos ante su mejor trabajo, una entrañable fábula de ritmo acelerado y muy entretenida que reserva algunos buenos momentos de suspense, así como ciertas imágenes de impacto (por ejemplo, la chica que se dispara en la mano para matar el bicho que reposa en su palma, llevándose los dedos por delante o las víctimas envueltas en tela de araña).
Como todo film de la época, el tono general es pesimista, no se tiene compasión alguna con los personajes y el final es desolador, inesperado y estupendísimo. Resumiendo, una peliculita de lo más recomendable, ¡palabra!.
"21th Century", propiedad del ex-"Cannon" Menahem Golan, llegó a anunciar una secuela protagonizada y dirigida por William Shatner. Era un proyecto de esos que buscaban financiación y no tenían ni guión, así que quedó en nada. Sea como sea, me alegro que nunca se hiciese.