martes, 12 de abril de 2011

THE HOUSE THAT DRIPS BLOOD ON ALEX

Cortometraje cuyo único atractivo radica en quien es el protagonista. Nada menos que Tommy Wiseau, director de la maravillosamente apestosa THE ROOM, y actor ocasional para los amigotes.
El corto cuenta la historia de un individuo que encuentra una ganga hipotecaria. Le venden un gran chalet a precio de risa. Cuando se instala, cae en la cuenta de que allí por donde el camina, el techo gotea sangre sobre el. La cosa se complica, cuando un amigo del prota, se da cuenta de que no es que solamente la casa se desangre sobre el, si no que además este, está ya bañado en sangre todo el tiempo. Después de un par de absurdas conversaciones, nuestro prota subirá al desván a ver que cojones ocurre. El desenlace es tan previsible que es mejor que lo veáis.
Me encanta este corto. Aunque camuflado de cortometraje de terror, en realidad se trata de una comedia. Y pensando mal, incluso diría que es una comedia que solo existe para que los responsables se cachondeén de Wiseau. Quizás si Tommy Wiseau no estuviera ahí, me gustaría, pero el verlo a el, es algo altamente gozoso.
En primer lugar, su actuación. Yo me planteo un par de cosas; ¿Este hombre es así, o está haciendo el papelón a raíz del éxito de THE ROOM? Porque si vieron la película de la que Wiseau es responsable, y se deleitaron con su actuación, piensen que en este corto, los gestos los exagera al 100%. Y su manera de hablar (y reír) es hasta escalofriante.
De hecho, si obviamos su repugnante aspecto, empeorado esta vez por la edad y las operaciones estéticas, hay momentos en los que se diría que es un autentico retrasado mental. Da gusto verlo.
En cuanto al corto, bueno, simpático, con ritmo y cortito. Una cosa muy agradable.
Dirigen Brock La Borde, chico para todo en diversos productos mainstream (LAS RUINAS, EL NOVIO DE MI MADRE) que como ya les he dicho, debuta en este corto para reirse del retardado, y Jarerd Richard, con curriculum similar al de La Borde.