
El mayor tributo de "La nueva pesadilla" consiste en narrar la historia desde el otro lado de las cámaras. Es decir, los protas son los perpetradores del primer film, Heather Langenkamp se interpreta a si misma (tan sosamente como siempre), Robert Englund hace de Robert Englund, Wes Craven de Wes Craven, Robert Shaye (jefe de "New Line") de Robert Shaye y John Saxon de John Saxon (más algunos de los actores secundarios que se prestan a escuetos roles... o directamente, cameos). Toda esa parte es la más graciosa, en la que se retratan las movidas entre bambalinas y Craven aprovecha para echar unas cuantas puyas al resto de pelis... y a sí mismo... no sé yo si lo hace adrede o no, pero aparece como un gilipollas pretencioso que no acepta que únicamente hace pelis de terror adolescente y las reviste de pajas mentales filosóficas (por cierto, en su mesa del comedor reposa la Maria, el trofeo oficial del Festival de Sitges). Total, que Freddy Krueger, el personaje, era algo así como "la cárcel metafórica" de una entidad maligna. Al morir el personaje, dicha entidad se quedó con ganas de más, así que transmutó en su propio Freddy y decidió putear a aquellos que le vieron nacer y crecer y, muy especialmente, a la churri que lo mató en el film original, la mentada Langenkamp (que, por cierto, se supone tiene un hijo... un niño de lo más repugnante, feo y odioso... de verdad, yo tengo uno así y lo lanzo por la ventana). Pues vale.
En aquellos tiempos se habló mucho de que Krueger aparecería con una imagen más dura y terrorífica... y sí, se intenta... lleva pantalones de cuero negro y botazas, los colores de su jersey son más oscuros, su maquillaje más feo que en los títulos precedentes, sus uñas de acero más largas y él se gasta un poco más de mala uva, además de reservarse la aparición hacia la parte final del film. Sin embargo, cuando se deja ver, resulta patético... muy fácil de tumbar y con unos caretos que provocan la risotada. Una pena. La cosa en general es una pifia tremendamente aburrida y previsible, directamente mala, a la que no la salva ni la nostalgia. Después de ver esto, no me sorprende que para el nuevo Freddy buscaran a otro actor y apostaran por hacerlo más hijo de puta, porque ¿quien quería un payaso en la pesadilla del nuevo siglo?.
Recuerdo haber visto "La nueva pesadilla" en el cine, con un amigo, y bostezar tanto como hace un par de noches. La cuestión es que fue un merecido fracaso de taquilla y Krueger no volvió a asomar el careto hasta que "Jason Voorhees" salió en su ayuda.
Lo dicho, mala de esas que duelen.