Vamos, que el cine en este país, siempre ha estado en manos
de estafadores y mafiosos. Lo estuvo entonces y lo está ahora.
Pero centrándonos en lo bonito de este asqueroso negocio,
que son las películas, “La nueva Marilyn”, es una temprana película adscrita al
“Destape” que dirigida por José Antonio de la Loma nos cuenta la típica
historia de una jovencita muy guapa que sale de su pueblo a probar fortuna en
el mundo del modelaje y el espectáculo, aprovechando su parecido con Marilyn
Monroe (la prota es Agata Lys, que estando buena como ella sola, se parece a
Marilyn Monroe por mis santos cojones). Su belleza implica que vaya subiendo
peldaños en todo lo referente al mundo de la moda, pero también, que sea
utilizada por todo hombre que se cruza en su camino, siendo el único que ella
encuentra hecho a su medida, un hombre casado.
Por lo general, el “Destape” suele estar asociado a la
comedia, y ahí radica la gracia de esta película, que en esta ocasión se trata
de un dramón con un final que justifica el título de la película, más que por
el supuesto parecido de la protagonista con Marilyn.
Pero esas cotas de dramatismo se tornan comedia de manera involuntaria
a medida que se suceden las desgracias, teniendo estas que ver siempre con la
cosa del folleteo; no es que a la pobre Agata Lys la utilicen… es que todo
aquel ente masculino que se le acerca quiere follársela. Incluso, intentan
violarla ¡dos veces! durante todo el metraje, cosa esta que además les parece
muy bien a dos testigos de una de las intentonas. Cuando la pobre chica logra
zafarse de las garras de su agresor, un grupo de personas le arropa y dos
jóvenes que hay entre ellos, aún viéndola sufrir y llorar, no para de acosarla
con tocamientos leves y diciéndole obscenidades. Y cuando preguntan que ha pasado, alguien responde: -
Un obseso sexual que ha intentado violarla. – A lo que uno de los jóvenes
responde: - Ya somos dos.
Obviamente, la intención de De la Loma no es que el público
se ría, sino que se consterne… yo me descojonaba.
¡Atención Spoiler! Al final de la película, el personaje de
Agata Lys, acaba muerta por sobredosis de barbitúricos. El detonante para que
ella decida hacer esto, no es el acoso al que está sometida a diario, ni que
intenten violarla sin ton ni son, no. Decide suicidarse cuando descubre que el fotógrafo
que la descubrió y con el que vivió un pequeño romance, es maricón. Cágate
lorito.
Obviamente, todo el sensacionalismo y amarillismo que
desprende la película, es muy de De la Loma, que le gustaba lo sórdido cosa
mala, y que demostró a lo largo de su carrera ser un director de lo más
irregular –por no decir que un manazas- a juzgar por muchas de sus películas,
que si esta “La nueva Marilyn” roza el ridículo por lo exagerado de su
dramatismo (no obstante, es entretenida, lo que ya es mucho), con la saga de
“Perros Callejeros”, yo creo que demostró ser un buen director, aunque el
variado pelaje de su filmografía, muchas veces dejara claro que era todo lo
contrario.
Esta no sería, en todo caso, de sus peores films.
Junto a Agata Lys en el reparto tenemos al siempre eficaz
Ricardo Merino, José María Cases, el a posteriori intelectual y autor de
prestigio Mario Gas y, sobretodo, el enigmático José María Castelví, cuya
carrera se resume de la siguiente manera: Hizo de co-protagonista para está
película, cuatro años después fue cámara para la película-vehículo para Julio
Iglesias “Me olvidé de vivir” y, pasados cuatro años más, dirigió la película
de culto “Poppers”, para no volver a saberse nada de él, al menos en el ámbito
cinematográfico.