viernes, 30 de agosto de 2013

EBOLA SYNDROME

Por fin me decido a ver uno de los clásicos de la cacareada “Categoría III” del cine de Hong Kong, ya saben, clasificación en la que se agrupan todas esas películas chinas con contenido explícito, ya sea sexual o violento, pero con predilección por lo segundo. Una mera excusa para que los directores se desfasen y metan todo tipo de aberraciones, puesto que en esta categoría  casi todo está permitido. Como molaría que el resto de las cinematografías del mundo tuvieran una categoría donde aglutinar este cine.
Prosigamos.
Los noventa fueron una buena época para los títulos de esta categoría, cosas como “Dr. Lamb”, una especie de explotación ultra–gore de “El silencio de los corderos”, la sobrevalorada “Run & Kill”, o esta “Ebola Syndrome”, se hicieron muy famosas a lo largo y ancho de este mundo, por su contenido violento y extremo (más o menos, como le pasó a “A  Serbian Film”). De entre todos los “artistas”  que cultivaran el género, destacarían precisamente el director y el actor de esta película,  porque se especializaron, así Herman Yau (hoy, con la “Categoría III” ya pasada de moda, es muy popular por sus películas de “IP Man”) rodaría todas las aberraciones que se le ocurrieran, y el asqueroso (y con rasgos occidentales) de Anthony Wong, interpretaría siempre a psicópatas, degenerados y sin vergüenzas.
Y aunque mucho se puso el grito en el cielo con “Ebola Syndrome”, recién vista, la galería de atrocidades, y las barbaries que nos muestra esta película es tal, que al final se torna parodia, si bien es cierto que toda ella está rodada con cierto cachondeíto al respecto. Vamos, que es una jodida comedia negra.
Kay es un personaje totalmente amoral,  todo lo malo que se te ocurra, él lo va a hacer sin remordimiento alguno, así que, cuando se está follando de manera muy violenta a la esposa de su jefe, son sorprendidos por este mismo, quien le propinará a Kay una paliza de órdago e intentará castrarlo. Pero será más hábil y logrará zafarse, matando a su jefe, a su secuaz y a su mujer, de la manera más violenta imaginable.
Así, huye a Sudáfrica, dónde otro fugitivo tiene un restaurante Chino y le da trabajo como cocinero. En un viaje a un poblado para comprarle cerdos a una de las tribus locales, Kay, salido como una mona, viola a una negra que agoniza a orillas del río, contrayendo el virus del Ebola, con la suerte de que solo será portador, no lo padecerá, pero si podrá contagiarlo.
Como siempre fue humillado por la mujer de su jefe, decide violarla, y al ser sorprendido por su marido, no tiene más remedio que matarlos ¿Y que hacer con los cuerpos? Pues despiezarlos y hacer hamburguesas con ellos, que servirá en el restaurante. Como esa carne está mancillada por él, acabará contagiando el Ebola a todos aquellos que la comieron.
Por si esto fuera poco, les roba el dinero a sus jefes y regresa a Hong Kong, dónde follará, escupirá y estornudará impunemente, con las consecuencias que eso acarreará.
Vamos, como pueden leer, un absoluto cachondeo.
La cosa está en que la película, a pesar del gratuitismo de su violencia (presenciamos un par de muertes de ratas y ranas que son absolutamente prescindibles, y que hacen que toda ella, de primeras, caiga mal), funciona perfectamente por lo exagerado de la acción, por una trama interesante y porque, desengañémonos, tanta violencia y amoralidad es divertida. Además, todo sucede de manera increíblemente fluida, así que, si no tienes el estómago un poco delicado, la película es puro entretenimiento.
¿Aberraciones? Déjenme memorizarlas: Amputación de lengua, lluvia dorada, reventamiento de cabeza con una mesita plegable, intento de quemar viva a una niña, sustracción de globo ocular con la boca succionando, partimiento en dos a una fémina con una tabla de una mesa,  violaciones, folladas de carne de cerdo, canibalismo, esputos, corridas, contagio del virus a sabiendas, autopsias, racismo… vamos, toda la mierda que se les ocurra, bien servidita por los putos chinos. Como ya les digo, tan extremo es todo, que resulta paródico. Ergo, funciona, pero no a niveles de dejar la sensibilidad hecha polvo como sí lo hacía la anteriormente mentada “Dr. Lamb”.
Es asquerosa, pero seamos serios; muy entretenida. Y hasta graciosa.

miércoles, 28 de agosto de 2013

ATRAPADOS EN EL MIEDO

En sus últimos años de carrera (antes de retomar, con muy mala pata, el tema de la dirección con “Empusa” poco antes de morir, pero eso sería otra historia aún más interesante…) Carlos Aured se dedicó, con cierta fortuna, además, a las películas clasificadas “S”, rodando clásicos del infra-género como puedan ser “Apocalipsis Sexual” o, sobre todo, “El fontanero, su mujer y otras cosas de meter”. Pero, el rodar estas basurillas, en las que lo de menos era el acabado técnico, y sin que Aured fuera un artesano de los más talentosos a pesar del prestigio obtenido por algunos de sus títulos a mayor gloria de Paul Naschy, se mal acostumbró. El rodar deprisa y sin cuidado, se convirtió en una cosa normal. Es por ello que su vuelta al fantástico sea, por un lado, tan nefasta, por otro, tan divertida.
También, en pleno 1985, el “Slasher” se imponía en pantalla en cuanto a géneros terroríficos se refiere. Juan Piquer Simón supo entenderlo y fabricó un éxito “Mil gritos tiene la noche”, que aunque fuera porque los yankies se descojonaban de ella, era un genuino “slasher”. Así pues, Carlos Aured decidió intentarlo con “Atrapados en el miedo” pero, aún con intención de “Slasher”, entre que no entendió del todo bien el concepto y que, a niveles de dirección, el hombre estaba gagá, el resultado de esto es de lo más estimulante, obviamente, a nivel de despropósito.
Con guión del propio Aured,  “Atrapados en el miedo” cuenta la historia de un par de amigos que se van con dos hermanas al chalet de uno de ellos, con el fin de pasar un fin de semana de folletéo. Por otro lado, un loco se ha escapado de un hospital psiquiátrico  y tras asesinar a dos jovencitas hippies (¿¿¿en plenos ochenta???), que a priori parecía que querían quilar con él, se esconde en el pueblo donde las dos parejas van a pasar el fin de semana. El encontronazo con el “Psycho Killer” será inevitable.
Mala de solemnidad, por supuesto, pero de aquellas que a poco que se va desarrollando la trama, les vas cogiendo simpatía.
A un tempo lento, una dirección pobre, una iluminación de comedia (y no de película de terror) y actuaciones, como no, de pena,  hay que añadirle los muy desfasadísimos y machistas diálogos, salidos de la pluma del director. Escuchar para creer, pero de la bocaza mal doblada del actor José Luis Alexandre salen perlas del tipo “¿Quién es mejor ama de casa de las dos? Pues la que lo sea, que baje a la despensa”, mientras que una de las actrices, Sara Mora, asume su rol y diciendo “Yo soy la mayor, ¿no se me ve la cara de tonta?” se va a la puta despensa.
Y luego toneladas de diálogos insustanciales, que hacen plantearnos si los protagonistas no son, al igual que el “Psycho Killer” que les acosará, enfermos de un psiquiátrico. Y sería en resumidas cuentas lo más destacable de la película, los diálogos, porque al fin y al cabo, eso es el grueso; eternos diálogos cuya misión es engordar la endeble trama que se resolvería en diez minutos.
Punto y aparte sería el “Psycho Killer”, que vestido con jersey de lana verde y vaqueros desgastados de la época, va a cara descubierta, luciendo melena y barbas pseudo-hippies, gusta de ir armado con un punzón que apenas usa, en pro de las bofetadas y los golpes. Así que, si, tenemos un asesino con arma blanca, que prefiere asesinar a sus víctimas a base de puñetazos y patadas… una especie de Bud Spencer anoréxico con un punzón para el hielo.
Con todo, y a pesar de lo malograda que es la película a rasgos generales, la banda sonora, intuyo que de C.A.M, y algunos momentos de inspirada tensión (porque Aured tuvo, ergo, algo ha de retener,  un par de acuchillamientos pintones, eso si, de puta coña, e, inevitablemente, las toneladas de humor involuntario) convierten “Atrapados en el miedo” en una película mala pero divertida, altamente gozable y altamente indignante. Esto ya era muy malo para 1985… aunque Jacinto Molina lo superaría en los noventa…
En el reparto la eterna Adriana Vega, esta vez recatadísima, ni le vemos un pelo del coño, el Alexandre este que he mencionado antes, que hasta que Aured le dio la oportunidad fue secundario en productos como “El Lute” o “Loco Veneno”, Sara Mora, que salía en las dos entregas de “Eva Man, lamáquina del amor”, Joaquín Navarro, más secundario todavía que estos, e interpretando al “Psycho Killer” Luis Cánovas, que jamás interpretaría papel alguno en película alguna.
En cuanto al pobre Aured, no volvería a dirigir hasta que poco antes de morir, Ángel Mora le dio la oportunidad con “Empusa”, pero al final, y por motivos que se me escapan, acabó dirigiéndola Naschy.
Al menos su testamento, finaliza con una buena ponzoña.

lunes, 26 de agosto de 2013

MUERTE INFERNAL

A los mexicanos, de siempre, desde los años 30, les ha gustado hacer películas de muñecos asesinos en las que usan enanos para emular muñecos autónomos. Así pues, alentado por el clásico “Muñecos infernales” y, sobretodo, por “Al filo del Terror”, con el Charles Bronson Mexicano, Fernando Almada, no tuve ningún problema al elegir esta película para hacer un visionado.
Lo que ocurre con el cine de terror mexicano noventero (facturado todo, sin embargo, como si fuera setentero) es que es la lotería absoluta, que lo mismo te encuentras una auténtica joya como la anteriormente nombrada, que te encuentras un zurullo del tamaño de Jalisco, como la que viene a continuación.
“Muerte Infernal” –que a priori puede llevar a equívoco, pensando el espectador que se trata de uno de los muchos plagios mexicanos de “Posesión Infernal”- cuenta la historia de una señora que regenta una extraña tienda de muñecas, y su incestuosa relación con su hijo adolescente, y el tortuoso destino de su marido. Un buen día, les llega por correo una caja en cuyo interior hay un muñeco muy grande, un payaso vestido de época, y el joven queda fascinado por el, y quiere introducirlo en sus estúpidos espectáculos de teartro experimental (sin que ninguno de los involucrados sepa de la existencia de un teatro experimental). Lo que desconoce es que este muñeco tiene vida propia y hará que las cosas se compliquen.
Menuda mierda más coñazo. Jamás me había aburrido tantísimo con una película de muñeco/enano asesino, pero con esta no hay manera de centrarse. Y la sinopsis, me la he inventado, porque está tan mal contada, que ni siquiera se si quiere narrar eso que explico…
Además, con lo brutos que son los mexicanos para según que cosas, con esto no dan ni una, pues para ser una película de terror, ni hay sangre, ni sustos, ni atmósfera, ni miedo. Solo planos, en cuyo afán por rellenar el metraje, consiguen, sin pretenderlo, largos travellings experimentales (una cámara que recorre, con gran angular en ristre y un filtro aceitoso, un taller donde en una gran mesa reposan muñecas) y escenas de vergüenza ajena en las que madre e hijo se enrollan, pero donde, en la vida  real, al chaval se le va la mano tocándole las tetas a la señora, y esta, ofendida, la quita cuidadosamente. ¡Y el director da por válida la escena! No obstante, y a pesar de la disconformidad de la señora, el joven vuelve a atacarle la teta. Porque la verdad, es que la señora protagonista, Erika Carlson (vista con anterioridad en ¡”Desafío Total” y “La máscara del Zorro”!.. a no ser que IMDB confunda nombres…), tiene dos tetas muy gordas y apetecibles.
La risa.
En cuanto a la torpona dirección, corre a cargo de un actor reciclado a director, el tal  Roberto Guinar, que si como actor apenas tiene veitipico títulos en su filmografía, como director rodó únicamente seis, lo cual, para un cineasta Mexicano, y más en la época de  los “Home Vídeos”, es lo mismo que nada.
Muy floja.
La reseño únicamente por exótica, no porque haya mucho más interesante que decir.

viernes, 23 de agosto de 2013

VICIOSAS AL DESNUDO

En el cine clasificado “S”, la verdad es que el resultado de las películas da exactamente lo mismo, siempre que en esta haya una buena dosis de escenas de “Porno Soft”. Digamos que tienen carta blanca para hacer una mierda de película, siempre que se vea pelo. De hecho, la gran mayoría de las películas “S”, ya lo he dicho otras veces, son todas un auténtico coñazo, tan sosas, que ni siquiera propuestas, a priori, tan bizarras y cachondas como “Neumonía erótica y pasota”, que nos ofrece, incluso, una “Hulka” que tira de espaldas, resultan dignas de merecerse un visionado.
Por eso me hace especial gracia que una película como “Viciosas al Desnudo”, clasificada “S”, y por tanto, con licencias para poder ser rodada con el culo, dirigida por el manitas Manuel Esteba, que jamás cuidó un solo plano en ninguna de sus películas, sea tan divertida, refrescante, y, curiosamente, la más elaborada y mejor terminada de cuantas rodó el artesano catalán.
Cuenta la historia de un escritor de éxito que escribe sobre las bondades de la juventud actual. Siempre discute con su editor sobre este tema, pues este incide en que la juventud de ahora solo piensa en drogarse y en follar.
Cuando su mujer se va de viaje con los niños, y se queda en casa solo una noche de lluvia, llaman a su puerta dos hippies que le piden cobijo y un baño… pero lo que recibirán es la polla del escritor por todos sus orificios. Vamos, que Jack Taylor, que es quien da vida al personaje, se pega el festival.
Claro, que le saldrá cara la cosa, porque tras el folleteo, las chicas le pedirán, incluso, dinero, y cuando se quiere deshacer de ellas, acaban secuestrándole, formándose una espiral de sinrazón de sexo, drogas y violencia, que si bien a mí me recuerda ligeramente  (por plagiadora más bien) a “La naranja mecánica”, a un entusiasma fan japonés en IMDB le recuerda a “Thelma y Louise” (??).
Cojones ¡pues me ha entretenido mucho la maldita película!, porque con Esteba, la fascinación no viene por la calidad y/o el entretenimiento. Hasta con las desmadradas comedias de Los hermanos Calatrava, hay que tener paciencia y soportar el aburrimiento que suele ser sinónimo de Esteba, pero me temo que estamos ante la mejor de sus películas. Porque la historia es interesante, las escenas de folleteo estéticamente están bien resueltas, porque está bien dirigida, porque Esteba ha sabido dotar de ritmo algo que podía haber sido muy coñazo, porque tiene humor involuntario, como no, y un reparto que siempre mola verlo en pantalla. Y todo ello en una película “S”, que como ya he dicho, no tenía por qué contar con ninguno de estos elementos, solo coños y tetas.
Como diría el Pumares “Se la ha hecho un primo”.
Ahora, ver a Jack Taylor revolcándose en un yakuzzi con Adriana Vega y Eva Lyberten, ver como alguna mano se le escapa al pan, sobando, chupando, gozando y poniendo cara de chimpancé en lugar de cara de placer, es una experiencia única que nadie debería perderse, así como algunos de los diálogos, que de poco currados, acaban por ser brillantes, como el que tiene lugar nada más comenzar la película, entre el escritor y el editor: “- Se que tus libros dan dinero. ¿Cómo no lo voy a saber, si soy quien los editó? Pero esa juventud que defiendes no es mejor que la nuestra. –Si que lo es, porque no tiene prejuicios. –Precisamente por eso. Son una juventud que solo piensa en drogarse” o algo muy parecido se escucha nada más comenzar.
En definitiva, una maravilla, una rareza (por potable) en la filmografía de Esteba, y una “rara avis” (por entretenida) dentro del cine clasificado “S”.
En el reparto, junto a Taylor, tenemos  las ya mencionadas Adriana Vega (vista en casi cualquier película ochentera de Mariano Ozores) y Eva Lyberten (nacida Herminia Benito y vista en productos de consumo como “Porno: Situación Límite”, “En busca del polvo perdido”, “La caliente niña Julieta”, “Neumonía erótica y pasota”, “Los violadores del amanecer” o “La Zorrita en Bikini”) y Javier Garriga a.k.a. Frank Garrik.

jueves, 22 de agosto de 2013

FLYING MONKEYS

El ponerse a ver este producto y esperar algo de él, es engañarse a sí mismo. De hecho, lo único que puedo decirles es lo mismo que les dije en las reseñas de “Ogre”, “Cyclops” o sobretodo “Gargoyle” y "Flu Birds horror".  Se trata de un telefilme concebido para cualquiera de los canales temáticos  de la televisión por cable americana. Por encargo, y ejecutados deprisa y corriendo. Así que ya saben; muchos y eternos diálogos y unos efectos especiales generados por C.G.I. de lo más cutre y chabacano, que hacen pensar ya en la tomadura de pelo, porque estoy seguro de que se pueden hacer mejores efectos con ese mismo equipo.
Lo que si que es cierto, es que la premisa de esta película hubiera estado guay para una “mainstream” de gran presupuesto.
Unos traficantes de animales exóticos Chinos, se traen unos monos a USA,  para vendérselos a un individuo que tiene una tienda clandestina. En el avión, por la noche, algo mata violentamente al copiloto, y al resto de los animalillos exóticos.
Una vez en tierra,  lo único que queda en el avión es un pequeño y adorable mono.
Por otro lado, tenemos a una joven cuya relación con su padre es de lo más turbulenta, por lo que, al llegar este tarde a la graduación de la muchacha, para compensar, va a la tienda clandestina y le compra el mono.
Todo va bien, hasta que el mono por las noches se convierte en un monstruo alado que despedaza a todo aquél que se pone en su camino.
Se traslada la acción a China, y allí, unos cazamonos nos explicarán que esos monos, no son monos, sino “Xigos”, es decir unos monos que por la noche se convierten en demonios. Si les disparas, se multiplican y para matarlos hay que utilizar armas bendecidas. Para que estos mueran, tendrán que matar al jefe de todos ellos, que da la casualidad que es el que ha comprado el señor ese a la chica, a la que por otro lado, el mono no se carga porque le ha tomado cariño.
No está mal. El problema que acarrea es su condición “Sy Fy Channel”. Y eso que la nueva tecnología está en demasía avanzada, y con los “looks” de las nuevas cámaras de vídeo, estas películas ya no parecen pobres producciones rodadas en vídeo, puesto que no se distingue de los 35 mm. etalonados. Luego, tiene toda ella look de producto Hollywoodiense, hasta que aparecen en escena los putos monos de C.G.I., que causan vergüenza ajena… pero vamos, que la historia no está mal.
A su favor, decir que estos monos hacen fluir de las personas que machacan toneladas de sangre, que esta, afortunadamente, no está generada por C.G.I. y que si somos permisivos, al final, te la ves del tirón sin ningún tipo de problemas.
Además, se trata de un debut tras la cámara, el de Robert Grasmere, quien antes de esto, además de hacer todos los oficios imaginables del mundo del cine, se dedicó a supervisar los efectos especiales de películas tales como “Perseguido”, “Salt”, “Demolition Man” o  “El coleccionista de huesos”. Ya podría haber supervisado también los de su propia película.

martes, 20 de agosto de 2013

NOSFERATU EN VENECIA

Cuando la industria americana cerraba las puertas a algunas de sus estrellas, y  pensando quizás –erróneamente- en conseguir un prestigio, fueron muchos los actores que se marcharon a Europa a trabajar.
Otros, acabaron en Europa porque, por su alcoholismo o su drogadicción, directamente, fueron declarados “non gratos” en Hollywood. Eso ocurría a finales de los ochenta y primeros noventa, justo cuando comenzó la producción  de esta “Nosferatu en Venecia”, editada en vídeo en su momento en nuestro país con el título de “Nosferatu, Príncipe de las tinieblas”. Por eso, la presencia de estrellas en esta película.
Y es que, tras la versión de Werner Herzog, los Italianos deciden contratar de nuevo a Klaus Kinski para que repita como Nosferatu (si, otra peli de Drácula… va a ser verdad que es el personaje más adaptado al cine, solo por debajo de Sherlock Holmes), pero como los italianos, italianos son,  se ahorran todo el maquillaje, haciendo aparecer a Kinski, que ya estaba reseco, viejo y lleno de arrugas,  tan solo con los ojos pintados, los colmillos característicos (en este caso paletos característicos) y su plateada melena al viento.
La película es una basura de las que hacen época, un desbarajuste de tomo y lomo, que hacen que esto no sirva ni para comida de cucarachas.
Porque, en primer lugar; desconozco los motivos, las peleas, las desavenencias y los malos rollos en producción, pero en la dirección de esta mierda, metieron baza , Lewis Coates, Mario Caiano (“Con la esvástica en el vientre”), Mauricio Lucidi (la versión italiana de “El quijote de Orson Welles” o “La venganza de Hércules”) e incluso el zumbado de Kinski, sin embargo, el único acreditado de entre los directores es Augusto Caminito, que se atribuye su total autoría. Así que yo creo que es una de esas películas que en realidad se hacen solas.
Tras ver la película, de confusa (es una sucesión de escenas sin mucho orden ni concierto) y mal montada, no alcanzo a hacer una sinopsis precisa, así que recurro a Internet para ver  alguna, y veo que tampoco se han enterado demasiado quienes la han hecho. Les puedo decir que el Príncipe de la tinieblas, Nosferatu, es resucitado por parte de unos gitanos, y decide irse a Venecia a seducir a una princesa, hasta que llega un cazador de vampiros para hacerse cargo de el. Eso es todo.
Cuando digo que “Unos gitanos le resucitan”,  es porque lo hacen unos gitanos… no Rumanos ¡Andaluces y con traje de faralaes! De hecho, aparece “La chunga” bailando el flamenco que resucitará al vampiro.
Por otro lado, el cine de género italiano, a finales de los ochenta y primeros noventa, sufre una total perdida de entidad; si en los primeros ochenta los realizadores eran unos estetas consumados, en los noventa, quizás por abaratar costes, la fotografía sufre una bajada de calidad, es como si las imágenes de sus películas no fueran tratadas, revelando en bruto el negativo, quedando una estética de lo más sosa y fría, como de telefilme. Eso pasaba en “Bestia Asesina”, en “Mi novia es un zombie”, y ocurre, de manera desmesurada, en “Nosferatu en Venecia”. Así que, para mí, una estética muy fea.
Abuso de transiciones, flash backs que nos confunden, montaje descolocado, cero de ritmo, escenas sangrientas que no funcionan… una maraña de cosas que hacen que debieran habernos pagado por visionarla.
Junto a Klaus Kinski, que tendría como actor todo el prestigio del mundo, pero que aceptaba salir en cualquier película de mierda para luego liarse a bocados con los directores, tenemos a Donald Pleasence, habitual en el cine Italiano, ya fuera en cosas de género como la anteriormente mentada “Bestia Asesina”, como en pelis de Bud Spencer y Terence Hill, y Christopher Plummer como el Van Helsing de turno, quien, aunque le echa entusiasmo al asunto, su recital de gestos acaban provocando la risa del espectador.
Mala hasta decir basta.

lunes, 19 de agosto de 2013

INTERVIEW: GERMÁN MONZÓ

Los asiduos a este blog deberían saber de sobra quien es Germán Monzó ya que, por motivos obvios, se trata de uno de los directores favoritos del triunvirato que forma esto que tienes ante tus ojos. Si hemos vivido intensamente alguna película durante un visionado- no necesariamente conjunto- esa es, sin duda, una de Monzó. Aunque él no parece estar muy contento del resultado final de ninguna de ellas.
Director de una de las películas más buscadas por todo cinéfilo que se precie, “Kibris, la ley del equilibrio”, de inauditas joyas como “El Anticristo 2” o “El poder de la venganza”, blanco de las críticas más feroces y de las leyendas más fantasiosas que se le puedan ocurrir al fandom. Experto en artes marciales y fan del terror más clásico, Germán Monzó acaba de montar su ultima película, “Vampire´s Mark”.
Sobre ella y sobre muchos aspectos de su ya longeva carrera, habló para “Aquí vale todo” en exclusiva.
Tenemos el pacer de ofrecerles esta memorable “Interview” con uno de los directores más valientes del cine español, Germán Monzó.



Germán Monzó ¿Un apasionado del cine o de las artes Marciales?

 De las dos.

¿Cuando y por qué decidiste que querías meterte en esto del cine?, ¿pasaste por la   etapa de hacer pequeñas películas caseras siendo adolescente?

Desde pequeño, ya era un fan de las películas de terror y de acción con tan solo cuatro años. Con doce años ya hacia anuncios en televisión como pastelitos “Tunos” de Bimbo. Mi primera cámara de cine me la compre con quince años y era una Bolex Pallard de 16mm.

También has actuado en algunas de tus películas, ¿pura necesidad o te interesa la interpretación?

Siempre lo que más me ha gustado e interesado es la interpretación. Prefiero antes hacer de actor que de director.

Precisamente, has interpretado en -creo- dos ocasiones a Drácula. ¿Por qué ese interés en el personaje y por qué esa fijación en los clásicos del terror gótico?

Siempre he sido un fiel seguidor de estas películas, sobre todo, las interpretadas por Christopher Lee.



Es ya legendaria tu amistad con Jackie Chan y tu participación en “Los Supercamorristas”. ¿Qué puedes contarnos de todo eso?

Es un gran actor y un buen cómico. Como persona es muy buena persona y siempre está de buen humor y le gusta mucho bromear en la vida normal.


Sabemos que has rodado vídeos didácticos sobre artes marciales y que llegaste a contar con el doble español de Jean-Claude Van Damme. Cuéntanos…

Hice una serie de vídeos documentales con Teo García, sobre Defensa Personal, Muhatai y Kobudo.


Tu película “La pasión de un mordisco”, si no me equivoco, se rodó consciente de que su destino era la televisión Asiática. ¿Cómo funciona tu cine dentro de este ámbito?

Esta película se vendió en Malasia. En Asia gusta mucho el cine de terror sobre todo de vampiros.


¿Es cierto de que has reaprovechado metraje de esta película para montar la nueva “Vampire´s Mark’?

Una parte si.



A la espera todavía de que “Magic London” se edite en DVD, pienso que a estas alturas, que todo el mundo sabe que “Magic London” es de Germán Monzó, el que esta vaya firmada con el seudónimo de Sergio Argento, puede ser perjudicial para su difusión ¿Qué opinas al respecto?

Está película se hizo con muy poco presupuesto y no quedó como a mí me gusta, entonces se la di a mi distribuidor Francisco Herrera y le dije que hiciese lo que quisiese y que si la sacaba, que cambiase el nombre, y así hizo, él puso ese nombre.


Según tenemos entendido, anduviste metido en dos proyectos problemáticos que terminaron por no ver la luz, “Honor de ninja” y una versión de “Ricochet” alternativa a la que hicieron los americanos. ¿Qué fue lo que pasó?.

La primera solo se rodó unos días y tuvimos que parar ya que los inversores no tenían el suficiente dinero como nos habían dicho. La segunda la hizo el hijo de un actor conocido que me pidió que colaborase y yo no lo vi claro, así que no participé.


Puesto que hay demanda por parte del aficionado ¿Por qué es tan difícil conseguir una de tus películas? ¿Por qué no se editan de una vez por todas?

Pregúntaselo a mí distribuidor Francisco Herrera. Este Septiembre salen varias películas como “La Marca del Vampiro”.



¿Qué vida comercial han tenido tus películas? Me refiero a cine, vídeo, etc…

Kibris” se estrenó en cine, y las otras fueron hechas para ser comercializadas directamente a vídeo o DVD.


“Kibris, la ley del equilibrio”, probablemente sea la película del cine español más buscada. Puesto que tuvo una distribución en cines más o menos decente ¿Cómo es que no acaba de salir en DVD?


No la he sacado en DVD, ya que en esta película no se rodó, ni se hizo lo que yo mandaba y cuando vi el material en la sala de edición me llevé un disgusto. Intenté editar y añadir algunos insertos ya que faltaba material y metraje, pero no quedé satisfecho con el resultado, aunque la película fue la única española que fue seleccionada en el Festival Internacional de Shanghai (SIFF), que es de clase A, en el año 2005.


En “Kibris, la ley del equilibrio”, trabajas por primera vez con actores de renombre como Pepe Sancho, o gente conocida del “Star System” como Paula Vázquez, aunque ya habías trabajado con grandes como Víctor Israel. ¿En qué se diferencia el trabajar con actores aficionados del trabajar con estrellas?

Los grandes actores son fantásticos a la hora de trabajar con ellos, son muy profesionales, pero también me he encontrado aficionados que amaban el cine y ponían tanto interés por hacerlo todo bien y creíble, que era como trabajar con grandes profesionales.


¿Hay algo de cierto en la leyenda que corre, de que rodaste una película de cavernícolas en la cual, estos calzaban zapatillas, o es solo eso, una habladuría?

Colaboré en una película de cavernícolas con mi buen amigo Santiago Lapeira, pero cuando se rodaba no llevaban zapatillas.


Hay quien dice  que eres el “Ed Wood Español”, esto quiere decir, que se te considera el peor director español de la historia ¿Cómo te tomas estas cosas? ¿Qué les dirías a quienes te ponen estas etiquetas?

Primero, uno hace con amor y sentimientos una obra en las artes, puede ser cine, escultura o pintura, etc… Y el resultado es mejor o peor según los gustos de cada persona, y el presupuesto con el que cuentes. Yo espero poder tener un presupuesto decente y poder hacer algo como a mí me gusta y así se podrán ver mis cualidades. En cuanto a esos que solo saben criticar a los que hacen algo, aunque sea con pocos medios, que en vez de tanta envidia y críticas,  que cojan  ellos e intenten hacer algo, ya que son tiñosos que se mueren de envidia cuando alguien hace algo y ellos no lo consiguen ya que no tienen el suficiente valor para embarcarse en un proyecto, son cobardes pobres de espíritu.


¿Qué puedes contarnos acerca de la nueva película “Vampire´s Mark”?

Es una película con bajo presupuesto y con unos pequeños efectos bien cuidados.



¿Qué otros cineastas o películas influencian a Germán Monzó?

Drácula” con Christopher Lee, “Frankenstein” con Boris Karloff, “El Hombre Lobo” con Paul Naschy, “El Mundo de Suzy Wong” con Nanci Kwan. Sergio Leone, Spielberg, GeorgeLucas, Clint Eastwood, Joan Chen, Alfred Hitchcock.

 Dime directores y películas que te horroricen.

No entiendo el termino “horrorizar”, en cine no existe, es un arte.



¿Algo que añadir para los lectores de AQUÍ VALE TODO?

Una imagen dice más que mil palabras, ved mucho cine y no os creáis lo que os digan comprobadlo por vosotros mismos, nunca hay algo al gusto de todos.




sábado, 17 de agosto de 2013

BAIT (CARNADA)

Siempre he encontrado paradójico (y algo injusto) que se acuse a Steven Spielberg de haber sido el originador de la mala imagen que hoy día arrastran los tiburones en la gran y pequeña pantalla. Aferrándonos a los hechos, esa responsabilidad debería caer sobre Peter Benchley, el autor de la novela -previa, obvio- en la que se basó el genial clásico de más que reconocible y deducible título. Pero claro, la que popularizó el concepto de un escualo que ataca las playas y se zampa a la peña fue la peli, no la novela. Su éxito arrollador todavía palpita a día de hoy y a la larga acabó creando uno de los fenómenos cinematográficos más longevos y -a mi modesto entender- inexplicables de la histeria del séptimo desastre, dicho de otro modo: ponga usted un tiburón asesino en su película, telefilm, direct-to-dvd, corto, lo que sea, y tendrá gente dispuesta a consumirlo, pagar por ello o descargarlo. Pues sí, son cientos y miles las pelis, de todas las categorías imaginables, las que se han parido usando semejante reclamo, por lo que no deja de sorprender que, cuando un país como Australia se decide a hacer una de esas bien comercialotas y pensadas para llenar salas, recurra a un tema tan manido como el mentado, un escualo hambriento de carne humana. ¡¿A estas alturas?!. Sin embargo, y eso igual es incluso más inexplicable, la cuestión es que ¡¡funciona!!.
Tenemos tiburón y tenemos víctimas, el truco consiste en, ¿cómo hacer que todos ellos se encuentren cara a cara y se enfrenten?. Si la idea para llegar a ello es buena, tienes media peli hecha. Y la de "Bait", es buena: Un maremoto tremebundo pilla a una serie de personajes en el supermercado, el agua lo inunda todo y, como era de imaginar, arrastra hasta allí a un enorme tiburón blanco (en realidad dos, aunque en escenarios diferentes). Los humanos tendrán que luchar para sobrevivir a la catástrofe y, claro está, a las ansias devoradoras del animal. Y ya de paso, también a los inevitables conflictos que surgen entre ellos.
Asentadas las bases, lo demás es puro manual, pura fórmula. "Bait" resulta previsible desde los créditos del principio al "susto" del final. Sabes perfectamente qué hará tal personaje, qué hará tal otro, cual morirá, cual no, cual se sacrificará, cual será malvado y egoista, etc, etc, etc... todos son puro cliché, puro estereotipo y, como tales, pagan por ello. Por ejemplo, justo antes de la llegada del maremoto un par de atracadores (uno de ellos de buen corazón) estaban intentando robar y el malo de los dos había matado a una rehén. Algo así no puede quedar impune, ese tio ha de pagar y, además, a lo bestia, devorado en vida por el escualo. Lo mismo podemos decir del pobre segurata (el trabajo más ingrato en el cine de terror o el thriller), el mazas subnormal (que los cineastas disfrutan despedazando... y con razón) o el novio que se interpone entre dos antiguos enamorados. Tiene que morir o no habrá reencuentro, y morirá, sí, aunque en pleno acto heroico (naturalmente, ella no tarda nada en superarlo) y haciendo un poco el ridículo (se fabrica un traje en plan "Robocop" a base de estantes y papeleras. La verdad es que no pude evitar descojonarme con esta parte).
Todo ello condimentado con un poquito de gore molón y, eso sí, efectos infográficos algo chungos, no tanto como una de "Syfy Channel", pero por los pelos. Sin embargo, tiene una explicación. Originalmente "Bait" fue parida como espectáculo 3D, y cuando a una peli así le quitas el relieve, sus trucos informáticos cantan más que una almeja. Lástima. El maremoto (en mi caso, el caramelo de la peli) no está especialmente mal, aunque es demasiado fugaz. Con todo, y a pesar de saber lo que pasará desde el momento en que le das al "play", la peli se lleva bien, entretiene, tiene un ritmo más que aceptable e incluso alguna leve idea original, como la muerte del mentado segurata, macabramente graciosa.
Del reparto únicamente reconozco a Julian McMahon, o el "Doctor Doom" de las pelis de "Los 4 fantásticos". A Dan Wyllie no lo sitúo, pero parece Víctor Israel de joven. Destaca Phoebe Tonkin como la niña rebelde, contestona, con chapas y piercings en la oreja que, pal caso, es rematadamente mona... claro, como la vida misma. ¡¡Adoro el cine comercial!!.
El director se llama Kimble Rendall y esta es su primera peli-peli, aunque como segunda unidad ha participado en cosas del calibre de las dos secuelas de "Matrix", "Yo, robot", "Ghost Rider" o "Señales del futuro". Quien termina destacando en tareas de producción y co-guión es el mítico Russell Mulcahy, el otrora director de títulos de renombre o peso como "Razorback" o "Los inmortales" y que, tras sendos hostiones en taquilla (destacando el de "La sombra") acabó relegado a productos de tercera y casposeces, como "La sombra del faraón", "Resurrección", "Resident Evil: Extinción", "El rey escorpión 2" (un direct-to-dvd) o "Give´em Hell Malone". Un jefe.
¿"Bait"?, sí, vale la pena echarle un muerdo si no eres demasiado exigente.

viernes, 16 de agosto de 2013

HÉROES DE CARTON

El encontrar, gracias siempre a una serie de contactos, una película de Martín Garrido  Ramis, es un acontecimiento para mí, porque, aunque desconozco el motivo, su irregular cine, nacido siempre desde la marginalidad, orgulloso de no pertenecer al cine del sistema, tiene algo que me fascina. Y a eso añádanle que todas y cada una de las películas de Garrido, son autenticas rarezas.
Garrido no es  ni un gran autor, ni un gran director. Es más bien mediocre, pero no lo suficiente como para tenerle en cuenta únicamente en ese aspecto, como sí pasaría con muchos de sus coetáneos.
Es su condición de “outsider”, de hombre que ha rodado sus películas por cojones, sacando el dinero de dónde podía y a base de cabezonería, en un lugar tan poco dado al cine como es Palma de Mallorca, y el hecho de pasarle el testigo a su hijo, también a su modo “outsider”, lo que le hacen un tipo interesante para mí. Añadan que ese entusiasmo y esa cabezonería no son flor de una primavera, Garrido lleva más de 30 años siendo un director marginal.
Así que me enfrenté al visionado de “Héroes de cartón” con entusiasmo.
Sin embargo, al ser esta su película que, tanto estética como narrativamente, más se asemeja al cine estándar, al estar despojada de la locura y desbarajuste de “¡Que puñetera familia!” o al carecer de la sordidez y poco conocimiento de lo que se está haciendo de “Mordiendo la vida”, si que podemos decir que estamos ante una de sus películas más flojas, menos personales, pero ¡ojo! no por ello menos interesante.
Quizás sea su película más barata, e intuyo, que no consiguió distribución más allá de algún que otro festival.
Cuenta la historia de cuatro desgraciados que viven de alquiler en la casa de un anciano, al que le van a dar un dinero para que deje esa casa y con el que se meterá a una residencia de la tercera edad, por lo que sus cuatro inquilinos se quedarán en la calle. No tienen trabajos fijos, ni oficio ni beneficio, así que pensando en que pueden hacer, un día les visita la taquillera del cine local del pueblo en el que están, animándoles a que si van a robar el cine un fin de semana de estreno, se llevarán un buen botín. Esto les dará unos buenos beneficios para empezar sus vidas, por ejemplo, en Cuba.  Así que planean el atraco.
Partiendo de la base de que la película está francamente entretenida y se deja ver la mar de bien –cosa esta que tenía muy difícil, puesto que se compone básicamente de eternos diálogos- lo que no demuestra Garrido es un derroche de originalidad, porque la historia de cuatro desgraciados de buen corazón, que planean un robo, está más vista que el tebeo. Por nombrar una referencia similar, solo de nuestro cine, diré “Atraco a la 3”, pero si nos ponemos a pensar referentes internacionales, la lista sin duda crecerá.
Lo que pasa es que todo lo que aparece dentro del cuadro de la acción, es tan pobre, tan cutre y tan chabacano, que acaba ganándose mi simpatía. Porque la película se resuelve en poco más de tres escenarios naturales, a saber; un caserío, un cine viejísimo y totalmente desprovisto de glamour, que al no verse nunca el patio de butacas, incluso, pondría en duda que ese lugar fuera realmente un cine, un destartalado piso, una sala de fiestas y un cementerio.
Exceptuando la presencia de dos actores profesionales, Antonio Mayans y Fernando Palacios, que dicho sea de paso, ambos están muy bien, la presencia del propio director, que además posee grandes nociones de actuación, su mujer y su hijo, el resto del reparto se compone de actores no profesionales, que dotan el resultado de una extraña frescura, máxime si para ambientar alguno de los muchos diálogos que tienen estos personajes se comete la excentricidad de meter a uno de ellos en una bañera en un patio, a la que se le ha customizado con una tablita,  atravesándola, donde se le coloca su vinito, y patos nadando. Como peninsular, esta marranada lo que me trasmite es que se trata de un hecho habitual entre los Mallorquines más arraigados a su tierra…
Fuera como fuere, lo que quiero decir es que todas estas carencias de medios, el reducido reparto de no profesionales, las referencias cinéfilas tan concretas que aparecen todo el tiempo (realmente, Garrido es un cinéfilo "old school"), y la chabacanería general, dejan claro al espectador que está ante una película amateur, con todas las características de las películas rodadas por aficionados (exceptuando las nociones del director, que las tiene, al menos, a estas alturas de 2002), solo que en lugar de usar el vídeo, el súper 8 o el 16 mm. han tenido la oportunidad de rodar en 35 mm.
Pero no piensen en esto como algo malo, en absoluto. Garrido rueda sin artificio alguno, sin filtros ni trucajes, y todo sucede dentro de la cámara, sin  post-producciones  ni etalonajes informáticos durante el montaje, por lo que estamos, seguramente muy a pesar del director al que, sin duda, le hubiera gustado echarle algo más de pasta al asunto, ante un ejercicio de cine puro, que no requiere más que de una cámara y unos actores actuando, lo que está soberanamente bien.
Estamos ante otra película de Martín Garrido y, por lo tanto, ante una película especial, porque si he de decir el por qué me fascina un director mediocre, que no ha rodado nada destacable, ni para bien, ni para mal, he de decirles que posee una cualidad de la que muy poquitos cineastas pueden presumir; y es que consigue que cada nueva película suya sea única.
Por lo demás, estamos ante una producción de 2002, que parece que esté rodada en los ochenta, cosa tampoco deja de parecerme meritoria.
Me va este tipo de cine, que quieren que les diga.
Para enriquecer los datos técnicos, diré que Mayans hace las veces de jefe de producción, y que la música original está compuesta por Leonardo Dantés, que a  juzgar por su debut cinematográfico, debería dejar de hacer esas canciones tan horrorosas y centrar todo su talento y energías a la cosa del cine.

martes, 13 de agosto de 2013

RED SCORPION 2

Hace unos días un amigo me pasó un cortometraje en el que había participado activamente, esperando que lo consumiera y le diera mi parecer. A diferencia de lo que algunos de ustedes pueden dar por sentado, no me gustan los cortos y no suelo disfrutar viéndolos. Pero claro, se trataba de un amigo y no podía negarme, así que con toda mi santa paciencia me senté frente al televisor y le di al "play". Cuando apreté el "stop" una sola pregunta palpitaba en mi cerebro: "¿Y ahora qué le digo yo a este?". El problema no es que aquel corto fuera malo, el problema es que era infernalmente formal. Lo que contaba estaba trillado, pero no ofendía. Cómo lo contaba no resultaba imposible de seguir, pero tampoco parecía llevar a ninguna parte. Los actores no molestaban demasiado, pero igualmente carecían del mínimo brillo. Y técnicamente el resultado era tan correcto como poco deslumbrante. Muy de manual. A-B-C. Y yo eso, por lo general, no lo puedo sufrir. Mucho menos en formato corto, del que espero una mayor dosis de transgresión, riesgo, locura y ¿por qué no?, diversión. Así que, armado de honestidad pero también de una almohada rellena de plumas, le conté a mi amigo que el corto me había dejado frío e indiferente, en su normalidad era insulso hasta la muerte.... algo parecido a beber un refresco gaseoso tras pasarse dos semanas abierto dentro de la nevera.
¿Que por qué les cuento esto?, porque es una teoría perfectamente aplicable a "Red Scorpion 2", película que inesperadamente vi ayer noche en el siempre entretenido "Paramount Channel". Imagino que, a pesar de su garbeo fracasado por las salas de cine, "Red Scorpion 1", la original, tendría éxito en el video-club y a alguien se le ocurrió que rodar una secuela directamente para ese mercado podría reportar algo de guita  (aunque se estrenó unos días en los cines de países como Italia o la India, por cumplir papeleta, me supongo)
No hace falta ser muy listo para dar por sentado que la conexión con la película previa de Dolph Lundgren y Joseph Zito está bajo mínimos. ¿Dónde reside?, pues en un instructor militar ruso que, según cuenta en una escena, fue el responsable de entrenar al personaje de Lundgren en aquella, de ahí que sus nuevos cadetes se tatúen el escorpión rojo de rigor en el brazo. Eso es todo. Por lo demás, "Red Scorpion 2" narra la batalla de un comando de élite contra una secta neo-nazi. Es tal su inutilidad que infiltran a tres personas, y los tres son rápidamente descubiertos. De ahí que se dejen de sutilidades y planes inteligentes y rápidamente pasen a la acción a base de tiros y patadas, aunque la cosa sea bastante desangelada. Amigos, estamos en 1995, malos tiempos para la "sex & violence", así que, pal caso, no lucen todo lo que sería de desear. Tampoco tenemos héroe musculado y descamisado (a pesar de la engañosa portada) contra hordas de malvados skins, aquí nadie se descamisa y mucho menos va por libre. En realidad la peli me recordó bastante a ESTA otra, solo que al menos esa era más delirante e imaginativa.
Producto de mediocridad infinita, verla no duele, pero no verla tampoco. Ninguno de sus responsables ha pasado a la historia gracias a ella, ni lo hará jamás. Destacan tres actores en horas bajas, John Savage como histriónico jefe de los malos, Michael Ironside como jefe de los buenos y la guapa Jennifer Rubin (de "Pesadilla en Elm Street 3") enseñado las peras muy fugazmente. Al héroe lo interpreta el normalmente "doble de acción" Matt McColm, que si como actor no tiene más que series B/Z y telefilms, como "stunt" su nombre va ligado a grandes y famosas super-producciones Hollywoodienses. Que curioso contraste. 
El director dispone de una filmografía esencialmente plagada de telefilms y series, pero claro, con un nombre tan soso y anodino como Michael Kennedy, ¿qué esperabais?. El fichaje ideal para algo tan olvidable como "Red Scorpion 2".

lunes, 12 de agosto de 2013

PIMP BULLIES, VICTIMAS DE UN PROSTÍBULO

Esta película si que es una marcianada de tomo y lomo, solo a tener en cuenta porque, si hay algo del todo exótico, es esto.
Desde que el cine se democratizó con lo del vídeo digital y  la informática, en República Dominicana están que no paran, filmando películas como locos y creando una industria, que aún pobre en recursos, va subiendo como la espuma.
Como nueva industria que es, y por el carácter de los Dominicanos, estos no tienen mayores pretensiones en su cine que la de entretener, por ello, se han especializado en comedias. Comedia que estrenan, comedia que es un mega-éxito en aquél país. Aunque actualmente están intentando meter gente en las salas con otros géneros, parece ser que les sigue el drama, el cine de acción en tercer termino, y lo que no acaba de cuajar del todo es el cine de terror, aunque han tenido algún que otro éxito como “Andrea”, y otras que ya iré comentando por aquí más adelante.
El tema es que quieren ir lo más deprisa posible, y aunque la comedia Dominicana se impone como el género predilecto, y es dónde ese país ha desarrollado un estilo propio, en otros géneros el modelo a seguir es, como no, el cine americano. Sobretodo cuando de acción se trata. Como muestra, “La Soga”.
Ahora cambiemos de tema.
Ving Rhames ha desarrollado una carrera en la que se siente la mar de a gusto, combinando sus interpretaciones en productos meramente “mainstream” con otros de corte video clubero –últimamente, se prodiga exageradamente más  en estos últimos- y así con la tontería, entre lo que actúa y las películas que produce, se ha convertido en uno de los actores más peculiares y prolíficos, hasta tal punto que, bien por edad y la necesidad de estar activo que en los actores, ya mayores, eso conlleva, o bien por adicción al trabajo, se le ha visto asomar la cabeza , incluso, en ponzoñosas producciones de “The Asylum”, como pueda ser “Zombie Apocalipse”.
Por otro lado, el actor de origen Cubano Steven Bauer, que tuvo en los ochenta el cenit de su popularidad con títulos como “El precio del poder” o, ya como protagonista absoluto, “Ladrón de Pasiones”,  lleva muchos años haciendo papeles secundarios en Hollywood, que cada vez se suceden menos, por lo que no es extraño verle asomar el hocico en el cine latino.
En cualquier caso, ambos son estrellas de Hollywood reconocibles.
En otro orden de cosas,  tenemos el cine de acción Dominicano, que intenta parecerse al yankie lo más posible, y al veterano director Alfonso Rodríguez, con ocho películas dirigidas (eso en Republica Dominicana, es una barbaridad… tengan en cuenta que la producción cinematográfica de este país era inexistente prácticamente, hasta la llegada del video en la pasada década), contando con los éxitos que supusieron “Macho de mujer” y “Yuniol”.
Bien, pues hace una película sobre prostitutas, proxenetas y disparos, y no duda un segundo en contar con los servicios, en papeles muy destacados, tanto de Ving Rhames como de Steven Bauer. Y a Bauer menos, pero a Ving Rhames, verle en una película Dominicana, me parece la cosa más genial y marciana del mundo (imagínense…. debo ser el único puto fan del cine Dominicano que hay en este puto país y que lo sigue más o menos de cerca. De hecho, tengo amigos Dominicanos que me ponen más o menos al día. Empiezo a aficionarme con según que películas y de golpe y porrazo, me topo una de ellas con uno de mis actores favoritos U.S.A. Pues para fliparlo…). Recibiría el guión, le gustaría, aceptaría, y bajaría considerablemente su caché. O eso, o es que es incapaz de decir no a un proyecto.
A lo que voy es: El cine Dominicano es un cine que se rueda bajo mínimos. No es como “Bollywood”, dónde hemos podido ver a Stallone o dónde Brandon Routh se ha instalado cómodamente, que es una cinematografía que supera en ganancias y costes de producción incluso a la Hollywoodiense. La cinematografía Dominicana, aún con sus estrellas, sus taquillazas en salas y su ascendente producción, no deja de ser una cinematografía prácticamente amateur (de ser cercana a alguna, lo sería, salvando un poco las distancias, al “Nollywood”), dónde, a parte de los actores, la cámara y el programa de edición, no hay nada más. Y aunque este “Pimp Bullies, víctimas de un prostíbulo” es estéticamente muy bonita, con mucho filtro y mucho colorido, se notan las carencias por todas partes. De hecho, la acción se desarrolla en Nueva York, y ni por un segundo se pone en duda que están en Santo Domingo (donde por otro lado, está rodada íntegramente toda ella). Entonces, la gracia de todo esto, está en ver a Ving Rhames y Steven Bauer en una película prácticamente casera.
Y al estar la película ambientada en Nueva York y, supongo, tener algunas aspiraciones hacia el mercado Americano, está rodada en Inglés casi en su totalidad, menos cuando trasladan la acción a Santo Domingo, donde el idioma es el español. Bien, pues el último actor que tiene el 90 por ciento de su diálogo en español, es el único Americano puro de la película, y el único que no tiene ni pajolera idea de hablar otro idioma que no sea el Inglés ¡Ving Rhames! que tuvo que aprender sus diálogos en nuestro idioma. El caso es que, al muy cabrito, se le da bastante bien, y aún con acentazo, se le entiende perfectamente, actúa en español intentando entonar como un Dominicano y está todo el tiempo diciendo tacos como “Puta” o “Coño”. Vamos, que una gozada, y solo por eso, merece  la pena, penita, pena, ver la película. Inevitablemente, te descojonas.
Bauer,  por su lado, tiene un papel menos relevante, y al ser el español su idioma oficial, no resulta tan raro verle ahí, si tenemos en cuenta que ya le había visto en una horrorosa comedia chilena de Súper Héroes junto a Jordi Mollá. Ni el título recuerdo. Eso si, está viejo y gordo el hijo de la gran puta, lejos quedaron sus tiempos de galán, en los que, explicando a Al Pacino (en “Scarface”) cómo se hace con la lengua para comerse un coño, este le recrimina con el ya mítico “¡Qué asco!, pareces un lagarto!”.
Por lo demás, la película es bastante floja, no mantiene el ritmo que debe tener una de acción, la producción es tan pobre, que aunque hay acuchillamientos con machete (Rhames que es más bruto que un arado) la cámara nunca nos muestra la sangre, así como no nos muestra impactos de disparo en el cuerpo, simplemente, porque no hay dinero para mostrarlo. La historia es bastante poca cosa e intenta ser una película transgresora en cuanto a sexo, y en las escenas de folleteo, se nota cierto pudor ante el tema de mostrar la carne y el como mostrarla, precisamente, porque al ser una industria tan nueva, no saben cómo afrontar una cosa tan delicada.
En general, no podemos decir que estemos ante una buena película. Es un poco ful.
La sinopsis, porcierto:
Dos chicas Dominicanas se lamentan en la calle, una de ellas lo hace porque tiene un hijo gravemente enfermo y no tiene dinero con qué pagar el tratamiento. Un proxeneta que está por ahí fumándose un puro (Rhames) las escucha y se aprovecha de la situación para prostituir a la muchacha en su burdel de Nueva York, dónde ella, casta y puritana de origen, conocerá la droga y la mala vida, hasta que acaba muerta. Muchos años después un individuo con pinta de tipo duro anda investigando la muerte de esa puta. Y no cuento más porque si no, espoiléo.
Muy mala, pero para saciar curiosidades de cine exótico esto es una delicatessen.

sábado, 10 de agosto de 2013

MASTERS DEL UNIVERSO

Durante la segunda mitad de los ochenta, la todopoderosa "Cannon" comenzaba su lenta pero inexorable decadencia que terminaría llevándola al inevitable finiquitamiento. En plena convulsión, decidieron apostar fuerte por dos películas con, aparentemente, todas las de ganar, "Superman 4" y este "Masters del universo". Ninguna de las dos funcionó en taquilla y, finalmente, el imperio de Menahem Golan y Yoram Globus se fue al garete. Ya durante la confección de "Masters..." la cosa de los dineros no andaba muy boyante, lo que complicó mucho el rodaje, de hecho, tuvieron que detenerlo y esperar varios meses para terminar. Muchas de las ideas previstas se abandonaron por falta de presupuesto, incluida una secuela que iba a dirigir Albert Pyun y que, poco a poco, terminó derivando en "Cyborg". Dolph Lundgren, que se alzó con el papel de la estrella de "Masters del universo", "He-Man", declaró poco después que aquel había sido el punto más bajo de su carrera (en esa época seguro... poco sabía él los varios años de vacas flacas que le esperaban tras el firmamento, a base de telefilms y productos directos pal vídeo club).
Pero en 1987 todo eso importaba un carajo. Como cuarentón que soy, viví el lanzamiento de la colección de juguetes de los "Masters del universo", cortesía de "Mattel", y lo recuerdo como una auténtica locura. Retengo perfectamente en mi cerebelo el día que vi por primera vez el espectacular anuncio televisivo, con ese "He-Man" animado levantando su espada y el orgásmico castillo de "Greyskull". Quedé totalmente hipnotizado por aquello, como -imagino- el 90% de los niños de mi edad. 
Siempre atenta al olor del dinero, "Cannon" aceptó el proyecto de llevar la creación de "Mattel" al terreno de la acción real (por parte del singular productor Edward R. Pressman), antes incluso de que existiera la primera serie de animación (lo que llevó a pensar que la peli era una adaptación de esta, pero no, el modelo a seguir fueron siempre los juguetes) y para ello contrató al legendario y multi-dotado artista William Stout que rediseñó todo cuanto pudo, intentando ser fiel a los muñecos, pero también aportando un rollo más realista y high-tech. Por época, el tono Spielbergiano/Lucasiano de la empresa, a lo que contribuye una banda sonora de Bill Conti totalmente johnwilliamsiana, resulta tan evidente como inevitable.
La cosa va así: "Skeletor" ha logrado conquistar "Eternia" y necesita una llave mágica para proclamarse master del universo. Sin embargo, "He-Man" y su panda la mangan y se escapan al planeta tierra, donde les seguirá el cara de calavera y su troupe. Con ayuda de un par de terrícolas lograrán regresar a "Eternia", pararle los pies al malo y dedicar la noche al baile y la ingestión de jabalíes. Fin.
La gran decepción de "Masters del universo", the movie, fue que prescindieran de muchos de los personajes y complementos de la colección de juguetes, y que cambiaran excesivamente aquellos que terminaron trasladando a la pantalla, comenzando por el castillo de "Greyskull". Con lo chulo que era el juguete, ¡¿pa qué variarlo tanto, concho?!. La otra gran decepción, muy propia de las tácticas de "Cannon", sus prisas y su espíritu ahorrativo, fue situar el 80% de la acción en tiempos actuales, modernos y terrenales -los de 1987, se entiende-, cuando lo que todo chaval se moría por ver era el reino de "Eternia", los monstruos, los parajes maravillosos y la magia. Estoy seguro que eso hizo mucho daño. No me jodas, no es lo mismo presenciar un colosal enfrentamiento entre malos y buenos en un supuesto emplazamiento de fantasía que en una puta tienda de instrumentos musicales, que es dónde esta se desarrolla en el film.
A pesar de las carencias, no falta la imagen de "He-Man" levantando su espada y gritando aquello de "Yo tengo el podeeeer!!", con resultados invevitablemente un tanto ridículos, cosa esta a la que también contribuye el traje galáctico que luce "Skeletor" al final, su aparición post-créditos y algunas de sus interminables parrafadas de villano de tebeo. Nada nuevo, ya que, lógicamente, "Masters del universo" no ha superado demasiado bien el paso de los años (ni de los meses al poco del estreno). Sus efectos especiales, sin ser caca (supervisados por Richard "Star Wars" Edlund), sí se notan algo chusqueros y en general la limitación de TODO acaba pasando factura. Es menos espectacular de lo que debería.
Otros detalles destacables en el reverso tenebroso: lo cansino que resulta el personaje de "Gwildor", lo irritante de la pareja protagonista y sus ñoñadas (y el trillado hecho de que toquen en un grupo de rock), los nada adecuados momentos de humor y, fricada al canto, ¿¡para qué coño quieren espadas pudiendo disponer de armas láser?!, no parece que "He-man" esté muy cómodo acarreando su aparatoso armamento, la verdad.

Dejando de lado a Lundgren, Stout, Pressman, Edlund, Golan y Globus, encontramos los siguientes nombres: Frank Langella disfrutando como un mono en su papel de "Skeletor" (que aceptó para contentar a su hijo pequeño). Entre el maquillaje y el doblaje español, casi parece Jack Palance, pero mola, seguramente esté entre lo mejor de la peli. Le siguen Meg Foster, Billy Party (el enano que se tiraba pedos sin parar en "Patrulla de noche") y una jovencísima y guapísima Courtney Cox (¡que mala son la vejez y las operaciones de estética!).
El dire se llama Gary Goddard (irónico apellido el suyo) y "Masters del universo" es la única peli en el sentido más convencional del término que ha dirigido, ya que su especialidad son movidas interactivas para parques temáticos y tal. Como guionista tiene en su haber el "Tarzán" de Bo Derek o el famoso corto "Terminator 2 3D: Battle across time", una de las atracciones más populares del parque de los estudios "Universal". Sin embargo, en España lo más reconocible que lleva la firma de Goddard (como productor y guionista) es la serie "Capitán Power y los soldados del futuro" que a estos lares llegó en formato vídeo. Dabid Odell, guionista, también tecleó los libretos de "Cristal oscuro" y "Supergirl".
Por aquello de aprovechar el tirón, la "Mattel" decidió fabricar muñecos inspirados en algunos de los personajes originales del film (como el cansino "Gwildor"), pero por entonces el juguete ya no estaba tan de moda y fracasaron. Eso, unido al hostión de la peli, terminó de enterrar a los "Masters del universo". Pasados los años, se habló de otra adaptación y salio una nueva serie de juguetes actualizados, más al gusto de la chavalada de ahora, pero según leí, tampoco funcionó. Nuevos tiempos, distintas mentalidades, distintos juguetes. 
Mirada compasivamente, conociendo su origen y etc, etc, la peli puede soportarse bien con la actitud adecuada y la edad adecuada... que pal caso sirve tanto ser un crío, como un cuarentón inmaduro enfermo de nostalgia.

viernes, 9 de agosto de 2013

PLUMP FICTION

“Pulp Fiction” fue lo suficiente pelotazo como para que los hacedores de parodias pusieran sus ojos en ella. Y pasados 3 años de su estreno, por fin, a alguien  se le ocurrió hacer un “Spoof” sobre el cine independiente, violento, y  sobretodo, sobre el de Tarantino. El problema, es que la idea no se le ocurrió a las majors, si no a una productora bien independiente como es “Rhino Entertainment” más dedicada al mundo de la música, y a editar maquetas de las estrellas, de cuando todavía no eran nadie, como si fueran discos nuevos- dos de los artistas más perjudicados por el sello han sido “The Doors” y “Ice-T”·-. Con esa clase de chanchullos, ya se imaginan la clase de película destinada al mercado domestico que producirían estos piratas…
Así que, con el afán de parodiar “Pulp Fiction” y de reírse de este tipo de cine, “Rhino Entertainment”, y el director Bob Koher, parecen entrar a saco queriendo decir “El cine de Tarantino es una mierda, cualquiera puede copiarlo, y escribir sus diálogos, es lo más fácil del mundo”. Entonces, tras la puesta en escena, vemos que efectivamente, lo que hace Tarantino es muy fácil, cualquiera puede copiarlo, y en definitiva, tiene chispa, pero ningún mérito.
El problema es este “Spoof”, que no sus intenciones. Básicamente y cambiando un par de situaciones y personajes “Plump Fiction” se dedica a ir recreando, plano a plano, las escenas más célebres de “Pulp Fiction”, cambiándole los diálogos por otros supuestamente graciosos. Además, añade a esas escenas, otras en las que parodia  películas como “Asesinos natos”, “Reservoir Dogs” (cambiando a los tipos de “cools” trajes negros por monjas), "Forrest Gump" (¿a santo de qué?) y cosas por el estilo.
El resultado, es el “Spoof” con menos gracia del mundo, porque es que no te ríes ni una vez.
Una hez.
No ya por la falta de presupuesto, ya que personajes y  escenarios están bastante bien ambientados, si no ya por la incapacidad de los guionistas, negados hasta el punto de no hacer un solo dialogo, o un solo chiste merecedor de, siquiera, una sonrisilla. De hecho, lo más gracioso de la película, si es que acaso lo es, es el momento en el que la sosias de Uma Thurman entra en el “Quick Store” de “Clerks”, y allí, unos dependientes, que ni siquiera son los de la película, están hablando sobre pollas. El interior de la tienda es en blanco y negro, así que la tía se va a la puerta, le da a esta un golpe con el culo y exclama: “¡Más presupuesto!”.  Es decir, lamentable.
Con lo cual, por listos, la película les ha salido una puta mierda. Porque si tienes los cojones de hacer una película para reírte de otra, asegúrate de que eres mejor que tu oponente, o al menos, que eres más gracioso. Porque esto es como ir a pegar una paliza al tonto de la clase, y que este, te reviente la cabeza.
Una ful.  No dejo de pensar lo que hubiera sido de esta parodia si la hubieran acogido en su seno gente como los ZAZ, o los Wayans, que por aquellos años estaban en mejor forma.
Sin embargo, Bob Koher, el manazas del director, ha encontrado su camino en el mundo de la televisión, siendo esta su única película, pero habiendo rodado mogollón de capítulos de las series “Hanna Montanna”, “Los magos de Weverly place” o “El mundo según Jim”, por lo que no tiene ninguna pinta de volver a ponerse detrás de una cámara para rodar una película.
En el reparto decir que asoman, sin ningún atisbo de genialidad ni nada que se le parezca por otro lado, caras conocidas como las de Tim Kazurinski (Sweetchuck en “Loca academia de policía”, Dan Castellaneta (doblador USA de Homer Simpson) Sandra Bernhard (vista en  “El rey de la comedia”  o “El gran halcón”) una Colleen Camp ya entrada en añitos o  Lezlie Deane, abonada al cine de terror, vista en “Pesadilla final: La muerte de Freddy” o “976, El teléfono del infierno” pero que tiene la mala suerte de que trabaja muy poquito.
Como anécdota, decir que como la carátula del vhs es muy parecida a la de “Pulp Fiction”, muchos garrulos, fueron incautos, la alquilaron pensando que era la de Tarantino y a día de hoy lo siguen pensando, o bien, corrieron al vídeo club a devolverla, alegando que les habían engañado. Cosas que pasan.

jueves, 8 de agosto de 2013

SE ACABÓ EL PETROLEO

Pancho Bautista fue el principal percusor del cine Andaluz, del que tanto les vengo hablando últimamente. Fundó en los setenta su productora “Galgo films” bajo la cual albergó proyectos meramente andaluces como la ópera prima de García Pelayo, “Manuela”, de la que también co- escribió el guión y que en un principio iba a dirigir, con el fin de dar rienda a una cinematografía que no estaba tan instaurada en el país como la madrileña o la catalana. Aunque la idea era, también, un poco localista, y se quedaba en el concepto de películas hechas “por” y “para”. Pero aún brotan pequeños ramalazos por esas tierras, o sea, que no es una cinematografía muerta, y Bautista planeaba, tras muchos años sin hacerlo, volver a ponerse tras las cámaras este 2013.
Sea como fuera, Bautista, que falleció el pasado mes de Junio,  es el responsable de las películas más características de esa cinematografía, las correspondientes al humor Sevillano. Lo curioso es que una figura tan importante para ese movimiento en realidad rodó poco, apenas tres o cuatro películas.
La primera de todas ellas fue esta “Se acabó el petróleo”, primera del díptico que forma junto a “Los alegres bribones”. Estas películas serían muy sencillitas, confeccionadas para que los cómicos, de los que sirve como vehículo de lucimiento, hagan de las suyas contando sus chistes, que es en su mayoría a lo que se dedicaban ellos. Así tenemos a  Pepe Da Rosa, a Paco Gandia y a Josele, metidos en una sucesión de pseudo-scketchs a los que se le añade la sub-trama de corte social de la falta de petróleo en el planeta, haciendo que el personaje de Da Rosa, que interpreta a un obrero de la construcción, se haga pasar por el ayatolá del petróleo, clavado a el, que se pasa por Sevilla. De mientras, Josele vende cupones y castañas en el centro de la plaza.
Bien, juzgar esta película como a una comedia estándar de la época es un error, puesto que el principal fin es agradar al público de la región. Obviamente, con semejante plantel de artistas, lo consigue con creces, así que al resto de la península, nos la suda. Incluso conmigo, madrileño amigo del humor más chabacano y pobre, poco amigo de la intelectualidad porque los supuestos intelectuales deciden que lo chungo y chabacano está reñido con la intelectualidad (que patada en la boca les daría), pero sabiendo diferenciar, siempre, este humor del más inteligente, también me  funciona. Y, soberanamente, me divierte el ver las conversaciones telefónicas en las que Josele, plagiando sin vergüenza alguna a Gila muy malamente, se equivoca en las palabras y las expresiones intentando crear una situación cómica, eso si, más propia del medio televisivo que del cinematográfico.
Pero está bien. Su total falta de pretensiones, el querer desmarcarse del cine al que debería adscribirse, que es la españolada, y el hecho de ser algo rodado con muy poquitos medios en un lugar muy concreto, convierten el producto en algo nuevo y a tener en cuenta, al menos, por los verdaderos cinéfilos.
Eso si, aunque entretenida y simpática, es bastante inferior que la película que le precede, “Los Alegres Bribones”, infinitamente más divertida, y se despoja de todo el rollo social, que no le interesaba a nadie.