miércoles, 31 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "BARFLY, EL BORRACHO".

Producción de la Cannon de las menos recordadas; Las de arte y ensayo. Pero "El Borracho", pese a estár dirigida por Barbet Schroeder y con el nombre de Coppola de por medio y basarse en vivencias de Charles Bukowski, no deja de tener ese agradable tufillo a Cannon. Por eso me gusta tanto.
También decir que, probablemente, Mickey Rourke nunca estuvo mejor que aquí.
Les dejo con los fotocromos.











lunes, 29 de mayo de 2017

RAPPIN'

Una de las películas más olvidadas de la Cannon, y a su vez, una de las peores de su catálogo, sería esta “Rappin’”. De hecho, no es uno de los títulos que salen a relucir muy a menudo cuando se habla de las películas que convirtieron en mítica a la productora. Es un claro ejemplo de que no solo dentro de los parámetros del cine fantástico, se pueden encontrar películas “malas pero divertidas”. El despropósito que supone “Rappin’” para el séptimo arte en general, no comprendo como no ha sido más sonado. Cierto es que en algunos círculos exquisitos del  fandom USA, de unos años a esta parte, “Rappin’” goza del culto que se merece, pero no dejaría de ser un nicho dentro de un nicho; el mofarse y disfrutar de esta película al mismo tiempo, como quién lo hace con un obvio “Troll 2”, es una actividad para sibaritas que tiene su cenit en las calles de "Pitchburg" donde se rodó, y dónde tiene un mayor número de fans que proyectan y disfrutan la cinta en comandilla.
Se trata de la última intentona de Menahen Golan Y Yoran Globus por  explotar el filoncillo en taquilla que experimentó el movimiento Hip-Hop.
Cómo ya habían tocado el tema del Break Dance, ahora le tocaba el turno a la más importante de las disciplinas de esa cultura, que es el rap. ¿Y cómo solucionan el hecho de tener que introducir rap en una película? Pues haciendo un músical en el más estricto sentido de la palabra. De aquellos en que, a mitad de la acción, alguien se pone a cantar, solo que en este caso se ponen a rapear.
La Cannon, sabía que una película de estas les sería rentable y les haría ganar dinero –que equivocados estaban-, pero no era “Rappin’” el proyecto en el que estuvieran más implicados los “Go-Go Boys” de los muchos que tenían, por lo que le restaron importancia al film, si bien, nadie allí tenía ni puta idea de lo que era el Hip-Hop.
Se contrato a uno de sus hombres de confianza, Joel Silberg, que ya había dirigido con excelentes resultaos –económicos- “Break Dance”, y con un guion de mierda de Adam Friedman y Robert Jay Linz –que luego ni se prodigaron mucho, ni destacaron en lo que a escritura de guiones se refiere- se tiraron a la piscina a filmar una película que nos presenta un material que en absoluto se asemeja lo más mínimo a lo que vende. Cuando lo fácil hubiera sido tirar de cliché –podían haber tenido como ejemplo sus propias películas sobre el tema, u otras como la respetabilísima “Beat Street”- se sacan de la manga unos personajillos, que más que parecer raperos, parecen personas ajenas al movimiento disfrazados de rapero, que es en lo que en realidad eran. No hay rapero menos creíble que este “Rappin Hood”-Así se llama- que nos ofrece el protagonista, un joven y pizpireto Mario Van Peebles.  Es por eso, que como Van Peebles no rapeaba una mierda, el mítico Master Gee, rapero de la mítica Sugar Hill Gang, que andaba por allí asesorando, cuando sugirió que como iban a hacer una película sobre raperos sin nadie que supiera rapear, fue contratado para que escribiera todas las letras que en la película iba a cantar Mario Van Peebles. Una vez escritas, Van Peebles, interpretándolas, más que rapear parecía que se estaba follando a un mono tuerto, por lo que Master Gee volvió a solucionar la papeleta a la Cannon, doblando las rapeadas de de Van Peebles.
Por si esto fuera poca patata hervida, rodaron la película con las canciones acapella, introduciendo en postproducción las producciones musicales, por lo que estas no concuerdan con las voces de los raperos y van siempre desacompasadas; por un lado la música, y por otro la voz, en un alarde de retardismo fílmico. Una chapuza de dimensiones inimaginables, vaya.
Por otro lado, buscando info en Internet, y es algo que en España se pierde por el idioma, los fans hacían especial hincapié en sus reseñas, a lo risible de la presencia de Ice T en la película –que aparece en todas las películas sobre Hip-Hop de la Cannon-  en la cual, estando participando en un concurso de rap que monta una discográfica, mientras que el resto de los participantes cantan un rap más o menos alegre y positivo acorde con el tono que tiene toda la película, Ice T canta una de sus canciones previas a convertirse en una mega- Estrella, “Killers”, de lo más agresiva y explícita, en la que hablan de brutalidad policial y del  uso de armas contra la policía. El Jurado del concurso, meneando la cabeza, dice que no está mal, pero que no es lo que anda buscando. Es entonces, cuando entran dos borrachos armando bronca, y Mario Van Peebles que anda por ahí, los disuade soltándoles unas rimas improvisadas hablándoles de lo malos que son los efectos del alcohol. Más que suficiente para que el jurado se fije en él y le ofrezca grabar una demo. Una escena absurda y ridícula. No en valde, la sensación de vergüenza ajena hace acto de presencia desde los títulos de crédito, en los que Van Peebles, armado con un radio cassete, rapea por las calles del ghetto, a la cara de sus vecinos.
La trama es sencilla: Rappin’ Hood es un muchacho que acaba de salir de la cárcel totalmente reformado. Cuando llega al barrio, ve que este está completamente sometido por las empresas inmobiliarias que matan de frio y de irregularidades a los inquilinos de sus edificios. Con artes no del todo legales, Rappin Hood tratará de resolver esos problemas mientras se mete en diversos líos de índole callejera, y entre medias, rapea en cualquier situación. Un espanto.
Como no supuso un éxito como las anteriores películas de Hip-Hoperos, “Breakdance” y “Breakdance  2: Electric Boogaloo”, “Rappin’”, en un alarde de autoexpolio, se lanzó como secuela directa de estas, siendo conocida en muchos países angloparlantes como “Rappin’ Breakdance 3: Electric Boogalee”. Huelga decir, que en la película, salvo dos segundos al principio de la película que Mario Van Peebles hace algo de baile “Poping”, mientras rapea, el Break Dance no hace acto de presencia ni una sola vez en toda la película, y el único nexo de unión con las otras películas es, como ya he dicho antes, la presencia de Ice T, que en cualquiera de las tres películas esta se reduce a cameo.
Como anécdota, decir que uno de los grupos primigenios del rap de principios de los 80, era los Fat Boys, que siempre rapeaban sobre comida; como normalizando el tema de que los rappers gordos rapeen sobre comida, uno de los miembros de la banda de Rappin’ Hood, se marca una canción al estilo de los Fat Boys que, efectivamente, vuelve ha hacer al espectador morir de vergüenza ajena.
En el reparto, junto a Van Peebles tenemos a unos primerizos Kadeen Hardison y Eric Lasalle, que a día de hoy se debían preguntar que demonios hacían en esta película, y en la nomina de raperos, además de a Master Gee en el doblaje, tenemos a The Force MD´s, T-Force y  Tuff Inc, todas ellas formaciones de rap pioneras, que acabaron en la peli a golpe de cheque.
Al director, Joel Silberg, todavía le dio tiempo a  rodar “Lambada, fuego en el cuerpo”… pero eso es otra larga historia…

sábado, 27 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "FREDDY CONTRA JASON"

Tras muchos años de espera, y mucho cacareo, el proyecto de enfrentar en una misma peli a Freddy Krueger y Jason Voorhees (entonces ya propiedad de New Line) finalmente se materializó bajo la tutela de Ronny Yu.
Al parecer fue todo un éxito. Pero digo yo que no lo sería tanto si nunca generó ni la secuela rumoreada, ni tampoco ese extraño delirio en el que iban a incluir al Ash de "Evil Dead" en el petate. De hecho, comenzó a oírse también que había ideas para un "Pinhead versus Michael Myers" pero, afortunadamente, no llegaron a cuajar.
Lo que sí llegó, y fue a las pantallas, es este "Freddy contra Jason" precedido por una encuesta en la red que daba la oportunidad a los fans de votar quién querían que ganase. Yo voté a Jason. Estaba claro que no iba a ganar ninguno, porque ahí fuera había demasiado dinero, er, digo, demasiado público encariñado con ambos como para arriesgarse a perderlo. Pero al final, de alguna manera, digamos que el amigo Voorhees acabó alzándose victorioso. 
Tiene sentido. A fin de cuentas, Freddy solo había sido una moda pasajera ya algo olvidada para cuando se lanzó "Freddy contra Jason", por lo que su voto no pudo contar con el respaldo de la masa que, años atrás, había acudido a los cines, limitándose a los fans, menos que los del de la máscara de hockey. Por una sencilla razón, este último llevaba más años currándoselo, nunca había sido un personaje masificado y su cantera de adoradores era más fiel y apasionada que la de Krueger. La magia de ser una figura de culto. Además, este era un niño deforme marginado en continua venganza contra guapos y folladores, mientras que el otro, el de las garras, era un irritante asesino de críos.
Fui a ver "Freddy contra Jason" en su estreno y no sabría decirles qué sensación me dejó. Así que decidí volver a verla hace poco, justo con el fin de escribir algo coherente que acompañara a sus incompletos fotocromos, y me quedé igual. No sé qué decir. Ni me gustó, ni me disgustó. Tiene sus cosas buenas, como el generoso gore, alguna idea suelta (Jason en llamas matando pseudo ravers o la cabaña en medio de un lago donde vive y guarda los cadáveres de sus víctimas, que Freddy adquiera un aspecto más demoníaco cuando se enfada...) y que es una chorrada más o menos entretenida.
Igual que con el remake oficial de "Viernes 13", hubo bulla porque no se fichó a Kane Hodder para encarnar al tío de la máscara, pero joder, seamos prácticos, ¡¿qué cojones importa?!. Robert Englund sí había hecho suyo a Freddy desde buen principio. ¿Pero Hodder?. Además, en cuanto a físico y fiereza, prefiero los Jasons de las tercera y cuarta partes. El de la peli que nos ocupa, independientemente de quien lo interpretara, ya mola, ahí todo gigantón y de piel grisácea. Nada que objetar.
Al final lo mejor de la función es Monica Keena, que, a pesar de estar recauchutada, me la comería con pan y cebolla. Claro que no dejó mucha huella, porque su carrera posterior quedó estancada en las "cloacas" del cine olvidable, y encima pasó otra vez por quirófano para acabar de jorobar más su aspecto, lástima.
En fin, no sé, supongo que "Freddy contra Jason" era una ocurrencia demasiado obtusa para que diera como resultado una peli excelente y generara algo más allá del chiste que en el fondo era y sigue siendo.









viernes, 26 de mayo de 2017

¡MARCHANDO!

Ryan Reynolds, muy popular últimamente en sus roles de superhéroe tiene, sin embargo, un pasado no muy lejano muy ligado a las “SexComedies” donde encajaba como un guante. Llegó a interpretar a un obeso  en “Solo Amigos” apareció en “Van Wilder: Animal Party” o “2 Colgaos Muy Fumaos” todas ellas comedias sexuales que por poco le condenan a estrella pasajera del género como les pasò a tantos otros. Máxime la película que nos ocupa “¡Marchando!”, que como toda buena muestra del género, costó cuatro duros y recaudó siete veces su presupuesto. 3 millones de inversión, 18 de recaudación en todo el mundo, incluyendo ahí, los escuetos 91.000 espectadores que hizo la película en nuestro país.
Otra estrella de hoy en día, comparte similar pasado y creditos en “¡Marchando!” con Reynolds, Justin “Bocagrande” Long.
Se trata de una de las “Sex Comeys” más descaradas y garrulas de la época en un tiempo en que el género está en auge gracias, como saben, a “American Pie” y que recibió una calificación para adultos, a pesar de que, muy al contrario que sus coetáneas, no contiene ni un solo desnudo femenino que sirva para vender entradas a costa de calentar al personal; sin embrago, y con el ánimo de ofender,  si que vemos unos  testículos asomar por una bragueta (supuestamente, los de Luis Guzmán), o un pubis femenino completamente poblado y lleno de suciedad, que gracias a dios canta por soleares su procedencia protésica. Asimismo, el ver en plano como su propietaria se quita pelotillas del mismo es material cómico de primera categoría, y maravilloso pésimo gusto. Porque efectivamente, lo mejor de “!Marchando¡” es que es muy, muy graciosa.
Cuenta un día en la jornada laboral de un grupo de camareros en el interior del restaurante en el que trabajan. Y no hay más argumento que ese, tan solo una sucesión de gags uno detrás de otro aprovechando las instalaciones de dicho entorno. Aunque hay un par de pequeñas subtramas –uno de los camareros se plantea el largarse de un trabajo en el que se encuentra estancado y sin futuro, o la relación sexual tórrida entre una de las camareras y uno de los cocineros- la principal giraría en torno a un juegecito que se trae el personal masculino del establecimiento, en el que cada empleado, tendrá que ingeniárselas para mostrar sus genitales a cualquiera de sus compañeros cuando estos menos se lo esperen. Si accidentalmente, uno de ellos mira, el dueño de los genitales tiene completo derecho a darle patadas al mirón y acusarle de maricón. La combinación de formas de cómo mostrarla, es absolutamente desternillante.
Verdaderamente, se trata de una comedia muy divertida y repleta de incorrección política y  escatología.
La idea de “¡Marchando”! se gesta  en los noventa en la cabeza del camarero Rob McKittrick, quien trabajando en una franquicia de restaurantes, y siendo un fan absoluto de “Clerks” y “Movida del 76”, preparado para ser un perdedor toda su vida, cuando llegaba a casa tras las duras jornadas laborales, se escribe el guión de la película basándose en su propia experiencia y en los personajes que se encontró en el camino tras muchos años sirviendo mesas, con el fin de realizarla de manera independiente y por cuatro duros.
Uno de los clientes del restaurante, resultó ser un pequeño productor de la zona, quién logró reunir 20.000 dólares con los que, juntos, pensaban rodar la película.
Sin embargo, el guion de “¡Marchando!” fue bendecido por la suerte desde el principio. McKittrick, envió el guion a muchísimos estudios en Hollywood, por probar, y le hicieron caso. Hasta llegó a recibir las atenciones de Universal, quienes tras leerlo, no obstante, dijeron que se trataba de un guion horrible. Sin embargo, se tomaron la molestia de leerlo, lo que en Hollywood ya es mucho, y más cuando la única referencia que tienen de un director, es que es camarero.
Finalmente, y tras un par de devaneos entre productoras de la más variada índole, y tras conseguir un buen agente, McKittrick vende el guion a Artisan Enterteinment, quienes muestran bastante interés por el material escrito.
El guion, a pesar de esto, se queda guardadito en un cajón hasta que Artisan decide venderlo por su parte y Lions Gate muestra interés por el mismo. Esto hará que McKrittrick espera años hasta que su proyecto vea la luz, pero, imprevisiblemente tras las manos por las que ha pasado, es Lion Gates quién le permite debutar como director en el cine, poniendo a su disposición tres millones de dólares que, básicamente, se emplean en contratar un reparto de primera categoría. Dentro de este reparto, Justing Long, y AnnaFaris, habían trabajado como camareros durante años antes de convertirse en actores, por lo que encajaron a la perfección en sus papeles. Por otro lado, Luis Guzmán, que interpreta a un antihigiénico camarero, también tenía nociones de cocina, mientras que Andy Milonakis era un intenso consumidor de comida Mexicana que de tanto ir a esos restaurantes, había trabado amistad con todo tipo de camareros, así que conocía el ambientillo. Todos los actores contratados parecían diseñados para hacerle film.
Cuenta McKittick, que el rodaje fue tan divertido como la película en sí misma, y eso en el resultado final se nota. El espectador se percata de que los actores se lo están pasando muy bien, y en consecuencia, se contagian de su diversión, si también hay que tener en cuenta que tan solo es una película de chistes sobre pollas que nunca pasara a la posteridad. Ni falta que le hace.
Estrenada en 2005, con los años se ha granjeado un culto considerable en Estados Unidos, por lo que la película cuenta con una secuela del año 2009 que se concibió para su explotación en el mercado del vídeo, bajo el título de “Still Waiting” y que aún con un nuevo guion de McKittrick, ya no cuenta con este en las labores de dirección –le sustituye Jeff Balis, productor de la primera cinta- ni con las de Ryan Reynolds como actor, aunque si que cuenta con la mayoría del reparto original.
Curiosamente, ni Rob McKittrick ni Jeff Balis han vuelto a dirigir una sola película después de estas, pero ambos, se ganan la vida con el cine en diferentes oficios, lo que no es poco ni malo. Y menos, cuando tienes unos orígenes tan humildes como los del primero, y por los que existe esta estupenda película.
Muy divertida y recomendable.

jueves, 25 de mayo de 2017

EL POSTER DE "PANORAMA PARA MATAR" (EN TRIBUTO A ROGER MOORE)

Ahora que ha fallecido, van a decir que Roger Moore era un James Bond cojonudo y bla, bla. Pero todos sabemos que será por pura hipocresía, ya que en la época no recibió más que palos. Sin embargo, yo crecí con este Bond, de cuando ir al cine a ver sus películas era el acontecimiento de la temporada de estrenos y por ello digo, con honestidad, que él era mi 007 favorito. Cierto que Sean Connery disponía de un carisma a prueba de bombas. Y que incluso Pierce Brosnan tiene su gracia. Pero es difícil olvidar el impacto que las aventuras de Roger Moore tuvieron en mi joven cerebrito enfermo. Aventuras como esta misma "Panorama para matar" de cuyo póster echamos mano para mandar un último y cariñoso adiós al Bond del peluquín, de las cejas en continuo sube y baja, de la mirada de picaruelo, de las frases coñeras, de la crueldad, de las arrugas, el último 007 follador sin remordimientos y el único que viajó al espacio (aunque fuese en una cosa tan chunga como "Moonraker", de la que llegué a coleccionar las figuritas en cartulina que te regalaban si comprabas un pastelito de esos tan de moda ahora entre hipsters aficionados a usar el término vintage).
¡Descanse en paz Sir Roger Moore. Descanse en paz James Bond!.


lunes, 22 de mayo de 2017

POLITICA CORRECTA

Con motivo del podcast de “Los Aristócratas” que hace unos meses le dedicamos a Rody Aragón, buscando info, descubrimos que había intervenido como actor en una película. Julián González Arechaga, dio con esa película y tuvo a bien facilitarme una copia, la cual deglutí para su comentario en ese programa, y ya de paso, me escribo esta reseña para que quede constancia de la película en el blog, y porque, de aquella manera, me parece una película curiosa.
No hay nada peor, cuando hablamos de cine, y partiendo de la base de que, en mi opinión, todo aquello susceptible de ser proyectado ya es cine, no hay nada peor que el típo de película al que ahora me refiero. La “medianía”, por llamarlo de alguna forma. Ya que si un tan solo un 1% de la producción amateur de este país lo es con un afán rupturista el 99% restante sigue siendo amateur –ellos lo llaman independiente- pero que con algunos medios más que una simple vídeo cámara para tirar adelante, se queda a medio camino de lo amateur y lo profesional sin ser ni una cosa, ni la otra.  Amén de eso, que por norma general el resultado de toda esa producción “medianía” es una absoluta basura, y sus directores, que por norma general les sobra ego y les falta talento –algunos incluso hacen alarde de un ligero retraso mental-, suelen tomarse demasiado en serio a si mismos, y le dan a su película un tratamiento de película “De verdad”, y en sus aspiraciones, está el que esta “medianía” que han producido, les sirva de trampolín para su salto al cine mainstream, salto este que, obviamente, nunca llega a suceder. Y en consecuencia, estos directores, se acaban cansando de no conseguir nada y, por suerte, abandonan el cine. Porque este tipo de películas no solo son espantosas, sino que además, muy lógicamente, más allá de los amigos de los artífices, no suelen interesar a nadie.
Por norma general, estas “medianías” se dan bastante dentro de los parámetros del cine fantástico  y de terror, que es dónde más abundan estas lacras cinematográficas, sin embargo, con la proliferación de los formatos caseros de HD, últimamente estas “medianías” extienden sus tentáculos hacia otros géneros, siendo el más perjudicado, últimamente, el de la comedia. Esta “Política Correcta”, donde además los saltos de eje, los malos encuadres, y la inexistente mezcla de sonido se ceban con el resultado final, sería una muestra más que palpable, de este virus que asola el cine de nuestro país, de forma inofensiva, por otro lado. Porque no pasa nada. En realidad es como si no existiera.
No obstante,  y al margen de todo esto, la película “Política Correcta”, no se muy bien por qué, pero me cae simpática. Quizás porque su directora Belén Anguas, una cincuentona andaluza, también actriz –y protagonista de la película-, está jamona y me resulta una mujer de lo más atractiva, quizás porque, en el fondo, la película está llena de buenas intenciones; quiero decir, que quién la hace en realidad es una buena persona.
Pero la película adolece de todo lo que he dicho antes, de ser un quiero y no puedo, y Anguas no tiene el más sentido del tempo y de la narrativa, con lo cual,  vemos la película, detectamos que es una agradable comedia social, pero está tan mal contada, tan mal rodada, que no nos enteramos de nada. Y eso no es culpa de la falta de presupuesto; es culpa de no saber rodar.
La trama gira en torno a las corruptelas que existen en una pequeña localidad Sevillana, dónde su alcaldesa deberá ingeniárselas para que su pueblo no se vaya a pique, aunque para ello tenga que tomar medidas no del todo muy legales ni ortodoxas. A esa trama, se le añaden unos toques de humor muy poco efectivos, y una subtrama –por otro lado, lo mejor de la película- que es en la que interviene Rody Aragón, y donde este interpreta al marido de una de las ayudantes de la Alcaldesa, que ante sus constantes mutis por el foro para lograr controlar la situación, este comienza a sospechar que le engañe con otro hombre. Se trata de la trama cómica, como desahogo para una trama del todo política y que –a pesar de Rody- es lo más divertido de la película.
Y es que efectivamente,  “Política Correcta”, es una “medianía” en ciernes, quizás de las más cutres, chabacanas y peor acabadas, una película condenada al olvido desde el momento mismo de su concepción, pero que quieren que les diga, me ha hecho gracia. No quiero decir que me guste, de hecho durante su visionado maldije y blasfemé, supliqué al cielo que por favor acabase. Es más, es una comedia de contenido social, y yo huyo del contenido social como de la misma peste… pero que quieren que les diga, me ha caído simpática.
Los otros rostros populares que acompañan a los actores amateur locales que aparecen en la película, además de el de Rody Aragón, serían  los de Pepe Ruiz (de los sainetes de “Noche de Fiesta” y “Escenas de matrimonio”) y el cantante de reggae Morodo.
En cuanto a Belén Anguas, aparte de tenerme obnubilado, trabaja como actriz en su tiempo libre (que aparte tiene el trabajo que le da de comer, que nada tiene que ver con la farándula), ha dirigido algún cortito, alguna serie de TV Local, y este sería su primer largometraje. Lo más probable es que toda su carrera cinematográfica se quede en este tipo de trabajos. Pero quien sabe, a lo mejor, por otras circunstancias ajenas a “Política Correcta”, suena la flauta. Aunque no se por qué me da, que tampoco es esa la intención de la directora; ni la profesionalización, ni la notoriedad, ni el salto al mainstream. O esa es la percepción que yo tengo. Y a lo mejor, por eso, es por lo que me cae simpática esta película.

sábado, 20 de mayo de 2017

UNA NOCHE PARA MORIR

En el documental "Going to Pieces", Paul Lynch, director de "Prom Night",  uno de los slashers clásicos por excelencia, decía que su película era más thriller que terror. Tuviese o no razón, es algo que los responsables del inevitable remake, producido en plena oleada de nuevas versiones de slashers setenteros (como "Hermandad de sangre" o "Negra Navidad"), se tomaron al pié de la letra y decidieron aplicar en su película. Dicho de otro modo, olvídense de asesinos con máscara, silenciosos y carismáticos. Aquí es un tipo común y corriente, que muestra la cara desde buen principio y habla con normalidad. No mola, no cae bien, no lo vitoreamos cuando mata porque sus fechorías son realistas y dan un poco de mal rollo. O igual es que me he hecho mayor, pero no "disfruté" nada con las escenas de crímenes que, por creíbles, resultan intensas. Tampoco muere aunque le corten en pedazos y le manden a Islandia por correo certificado, este la palma cuando, según las leyes de la naturaleza y la física, ha de palmarla. Sin más. Ese es el aspecto más positivo de "Una noche para morir". El negativo, sosería telefílmica a un lado, está en sus protagonistas adolescentes, una panda de pijos recauchutados, relamidos e irritantes que escuchan música de mierda, sueltan grititos de aprobación y, en fin, son bastante odiosos... pero claro, supongo que eso era lo que los chavales de multi-sala querrían ver en el año 2008, cuando se estrenó. Para entonces yo ya estaba fuera de su "target", así que es normal que no me sienta muy afín a ellos (claro que jamás he sentido afinidad alguna con las víctimas de todos los slashers que me he comido en mi vida, y que no son pocos).
Durante la mentada fiebre remakeadora de slashers, lo común, e incomprensible, era alejarse al máximo de la fuente original. Es decir, quedarse con los elementos comunes a todas las de su especie e ignorar el único punto que marcaba diferencias entre unas y otras, el origen y/o las motivaciones del asesino. En este "Prom Night" ignoran aquello de la venganza provocada por una muerte accidental en la infancia. En realidad la cosa va de un baranda tan obsesionado con una estudiante, que mata a todos los que la rodean, padres incluidos, para que sea solo suya. El tipo es detenido y encerrado, pero la noche del baile de graduación (sí, eso sí lo han respetado, ¡¡qué menos teniendo en cuenta que ES su título!!) se escapa y acude dispuesto a seguir la escabechina y agenciarse a la niña.
Asumido que el parecido con la original es nulo, toca recalcular. Cuando la vi en su momento, esperando lo que esperaba, me sentí defraudado, la encontré aburrida y saqué la conclusión de que era horripilante. Pero hace un par de noches la revisé ya avisado, consciente de todo ello, y mi percepción varió levemente. Me pareció insípida y mediocre, pero no tan horrible. Un thriller del montón, visible y olvidable.
Y que hace unas líneas atrás usara el término telefílmico no fue algo gratuito, ya que el director de "Una noche para morir" era un mindundi que venía de la tele, que regresó a ella luego de esta peli, y que aplicaría la misma sabiduría limitada y acomodaticia en otra escapadita de la caja tonta en formato remake, "El Padrastro".
Otros nombres curiosos son los del guionista, J.S.Cardone, habitual del cine fantástico tanto en funciones escribientes como dirigiendo cosillas (suyas son "El asesino de la isla", "Shadowzone" o "Los malditos, vampiros del desierto". Por cierto, también firmó el guión del nuevo "Padrastro" antes mentado) y el cada vez más reputado Idris Elva interpretando al policía protagonista. Casi el mejor personaje de toda la función.

viernes, 19 de mayo de 2017

CATHERINE CHERIÉ

Producción Hispano-alemana a cargo de la factoría de los hermanos Balcazar, dando a nuestra cinematografía un título más de las llamadas “Clasificadas S”.
Con el fin de mostrarnos un poco de pornografía soft, y con el afán de parecer una película más molona de lo que es, también con el de parecer una película de mayor categoría,  “Catherine Chérie” cuenta la historia de una cantante pop que está liada con su manager, y a la que se le cruzará en su camino un atractivo paparazzi, que robándoles fotos sexys, enredará la madeja hasta convertirse la cosa en una historia de secuestros y violencias que, reciclados,  serían hoy un caldo de cultivo para el Tarantino de los cojones.
Nada nuevo en el horizonte; aburrimiento a mansalva para un producto que, si a priori puede causar curiosidad, esta queda satisfecha con un visionado superficial.
Mucho folleteo, pero para que parezca menos guarro, rodado con las ventanas abiertas para que entre la brisa y mueva las cortinas. Nada, un producto vacío de los muchos y variopintos que llevaron a buen puerto los Balcázar.
Dirige el propio Jaime Jesús Balcázar, quién otrora fuera el responsable de algunos de los “Espulgas Western” de los años sesenta, que como hombre de negocios más que cineasta que era, se marcó una película “S” para embucharse unos muy buenos dineritos a costa de la España pajillera. La vieron en salas 96.000 espectadores. Puede parecer poco, pero con lo que costaban estas películas, sin duda, salían rentables.
Jaime Jesús Balcázar, pone con “Catherine Chérie”, punto y final a su carrera como director, que a fin de cuentas, no fue tan prolífica; solo once títulos.
En el reparto, lo más llamativo sería Raquel Evans, musa erótica de los productos más cutres que se puedan imaginar de nuestro cine, con títulos en su filmo que son el despiporre. Como muestra;  “Andalucía Chica”, vehículo para el (des) lucimiento de Antonio Molina dirigida por José Ulloa, las dos entregas de “Bacanales Romanas”, “Made in China” del proxeneta John Liu, o “La muchacha de las bragas de oro” de Don Cutre “aceptado socialmente en el entorno cinematográfico”, Vicente Aranda. Sin embargo el reparto lo encabeza Berta Cabré, una de estas actrices “S” guapas, delgaditas, apetecibles, que sin embargo derrochan menos carisma que un tornillo, que aparte de las escenas tórridas, tiene en común con la Evans el haber aparecido en películas para (des) lucimiento de algún artísta –en este caso de “El Fary” y la inefable “Ojos sin luz”-, o todo tipo de morralla “Serie B” como pueda ser “Las Aventurasde Zipi y Zape”, “Barcelona Sur” o la Iquinada “Dos pillos y pico”. Lo masculino, importa menos en esta película, cuya baza fuerte son las escenas lésbicas, aún así, tenemos restregándose con ellas a actores del mismo registro que las actrices, pero menos vistos en el cine populachero como puedan ser Peter Steiner Jr. habitual de “Comedias Sexy” Alemanas, o José Gras, del que sugiero que consulten en IMDB, porque si me pongo a poner títulos en los que ha aparecido –y que están reseñados en este blog- no acabaríamos nunca.
Muy mala.

miércoles, 17 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "LA PLAYA"

Recuerdo de esta película de principios del nuevo milenio, sobretodo, el cebamiento popular de la que en su momento fue víctima, con el rollo este de que se trataba de una película muy mala. Por aquél entonces yo trabajaba en un cine y me tocó verla, porque lo cierto es que ni la cinta, ni Danny Boyle suelen ser de mi interés a priori. Y la vi y no me pareción tan horripilante.
Hace unos años la volví a revisar y ya me pareció algo peor...
Y hasta que decida volver a verla de nuevo, les dejo con sus fotocromos.














lunes, 15 de mayo de 2017

I LOVE BACHATA

Cada comedia ligera proveniente de Republica Dominicana que cae en mis manos, la veo ya con una mentalidad de saber lo que voy a encontrarme. Y por supuesto, con  FaustoMata en el reparto, lo único que te puedes esperar es algo con Fausto Mata en el reparto, es decir, una comedia para su lucimiento como cómico. Esta vez se trata de la típica comedia de enredo Dominicana, que con la excusa de colarnos un par de canciones populares del cantante de turno, se desarrolla la acción en un entorno musical.
En ella, un aficionado a la bachata que trabaja en una tienda de discos, aspira a convertirse en estrella de ese género musical. Cuando le surge la oportunidad de meterse en el negocio de la música, lo primero que hace es formar conjunto con su amigo mecánico que además es percusionista. Pero resulta que el mundo de la farándula está podrido por la corrupción y el engaño, por lo que su descubridor, resulta ser un mafioso de tres al cuarto, que intentará utilizar el talento del cantante para enriquecerse. Así pues, el enredo está servidito.
Nada nuevo como he dicho antes. Funcional entretenimiento que a los Dominicanos les gusta tanto, y que me llama la atención por su ingenuidad y exotismo. Pero esa curiosidad ya la satisfice hace mucho con otras muestras del género más divertidas, así que esta  me la podía haber ahorrado, máxime, cuando la música que aparece en la película, como el título indica, es, mayoritariamente, Bachata.
Roberto Angel Salcedo, que protagoniza la película junto a Fausto Mata (que sería, como no, el comparsa humoristico), no solo se canta las canciones que aparecen en la película, sino que también la dirige, siendo estos sus inicios de una carrera como director, que desde 2011, ya cuenta con ocho películas en su haber, todas ellas comedias de corte similar.
Para saciar la curiosidad, sin más.

sábado, 13 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "LOS PORNOAFICIONADOS (LA PERSEGUIDA HASTA EL CATRE)"

Los fotocromos de "Los Pornoaficionados" llevaban ya largo tiempo metidos en un cajón esperando su oportunidad de ser escaneados y publicados en este blog, pero no encontraba un motivo que lo justificara. Hasta ayer, que el compañero Víctor tuvo el valor de ver el film y reseñarlo generosamente. ¿Cómo desaprovechar tal conjunción de casualidades?.
Por eso mismo, 24 horas después, disponen aquí de los fotocromos de la mentada película como estupendo complemento visual a las letras de mi letrado compañero. Además, con el agradecido añadido de que tienen toda la pinta de estar completos. Lo demás importa un carajo, más allá de la curiosidad histórica y de esa graciosa pegatina que nos explica por qué los desnudos han sido censurados.
¡Disfruten del añejo material, aunque no puedan masturbarse con él!.















viernes, 12 de mayo de 2017

LOS PORNOAFICIONADOS (LA PERSEGUIDA HASTA EL CATRE)

Genuina clasificada “S” que tiene como  principal virtud el estar algo más entretenida que las otras. No mucho más, pero vaya, me la comí del tirón, sobretodo, porque como el protagonista, Emilio Linder, aparece poniéndose las botas en esta película, uno está atento para ver si en algún momento captamos alguna penetración real. Y diría que es posible que en algún momento si que penetre a alguna de las mozas. Como fuere, se lo está pasando muy bien. Luego, en entrevistas diría que no había sexo en estas películas, pero si después de los rodajes. No obstante, también dijo que no había hecho porno nunca. En cualquier caso, para desmentir su declaración, tan solo habría que echarle un ojo a “Una rajita para dos”.
“Los Pornoaficionados (La perseguida hasta el catre)” no deja de ser una película idealista. Cuenta la historia de dos jóvenes cineastas que tratan de hacerse un hueco en el cine rodando porno, por lo que seducen a dos jovencitas de las que se acaban enamorando y con las que filman mil y una secuencias pornográficas en Súper 8. Al final uno decide irse a Madrid a probar fortuna en el mundo del cine convencional, mientras que el otro decide quedarse en Valencia, lugar donde se desarrolla la acción, a seguir con el porno, que procura un dinero fácil. Parece una declaración de principios por parte del director.
Con esta premisa se suceden las secuencias de folleteo soft, en un agonizante tour de force por llegar a los 90 minutos de metraje, por lo que rellenan el mismo, también, con metraje que nada aporta a la trama, como pueda ser la actuación completa del famoso cantante Valenciano José Marqués, o unos bailes modernos en la discoteca.
El tono de comedia se hace patente desde el subtítulo que acompaña al título principal, “La Perseguida hasta el catre”, en referencia a una broma que los protagonistas hacen en medio de una de sus orgías fílmicas.
Poco  más que decir, una película “S” concebida para saciar las lívidos de los españolitos de la transición a poco análisis se puede someter. Pero dentro de la bazofia que, en sí, nos ofrece el género, esta está simpática, y es de lo mejorcito.
Por otro lado, su director es de lo más interesante; Tras la cámara, y firmando con el pseudónimo de Félix Varón, tenemos a Ismael González. Un loco del cine de arte y ensayo, amigo personal de Françoise Truffaut que durante los años 60 se encargó de la distribución en España de películas de autor para salas especializadas.
En su filmografía como director tenemos un montón de cortometrajes de arte y ensayo hasta que en los ochenta, y con la proliferación de las películas-vehículo para grupos infantiles, rodó “La canción de los niños” con Rodrigo Valdecantos (el “flaco” de las películas de Parchís), para poco después, y de manera alimenticia pasarse a la producción y dirección de películas “S” y, también, porno.
De hecho, gran amigo de Jess Franco, conocida es la anécdota que cuenta, que estando los dos compartiendo estudio dónde montaban sus respectivas películas, se apostaron, con la nueva ley que legalizaría el cine X, a ver cual de los dos rodaba más filmes porno en una semana. Jess Franco rodó tres. La apuesta la ganó Ismael González que rodó cuatro.
Por lo demás, citar algunos títulos de la filmografía de González, que son música para mis oídos… por lo demás, habría que verlos: “El Orgasmo y el Extasis”, “Yo amo a Hitler” o “Escuela de grandes putas”, formarían parte de la peculiar filmografía de este amante del cine de Truffaut.
Junto a Emilio Linder, tenemos al actor catalán Joan Monleon, el único que no se presta al folleteo en la película y a un par de actrices “S” cuyos encantos relativos he visto pasear en otras películas de la misma índole, pero cuyos nombres soy incapaz de recordar.
Tiene su gracia el asunto.

miércoles, 10 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "CURSO 1984"

Naxo la reseñó. Y yo tan solo, sucribo lo dicho por él, y les dejo con sus fotoctromos.