viernes, 30 de abril de 2021

CRAWLSPACE (EL ÁTICO)

Pequeña producción de la Empire en horas más o menos bajas que, reaprovechando los escenarios ya utilizados en “Torok, el Troll”, cuenta con el protagonismo de Klaus Kinski como el mayor de sus reclamos.
Se trata de la historia del hijo de un cirujano nazi que, teniendo un edificio de viviendas en propiedad, alquila pisos del mismo únicamente a estudiantes jóvenes y de buen ver. Al tiempo que hace experimentos con humanos en el ático, se dedicará a espiar a las jóvenes inquilinas, y también se llevará por delante a todo aquel que ose inmiscuirse en su trabajo.
Realmente es una película tirando a floja, pero con todo el encanto de una película Empire de la época y repleta de asesinatos, ratas y sangre bien rojita salpicándolo todo como si fuera acuarela. Quizás peca de aburridilla en algunos momentos y de hacer gala de una lentitud exasperante, pero, Klaus Kinski es, en sí mismo, un aval más que suficiente para ver la película. Kinski estaba como una puta cabra y, en su interpretación siempre grandilocuente, el espectador nota esa chifladura y, en consecuencia, la recibe con hilaridad. Por otro lado, también resulta gracioso el contraste de ver a Kinski, todo un reputado actor, interactuando con una serie de actores y actrices tan del montón. La cosa queda rara y, en su conjunto, “Crawlspace (El ático)” resulta una película bastante peculiar. A eso hay que añadirle  lo muy molona que es la fotografía de las películas Empire de la época, y el ambientillo de serie B made in Charles Band que se respira, por lo que, sí, es malilla, tirando a horrorosa, pero contiene otros muchos elementos que la vuelven interesante. A mí, me cae simpática.
Asimismo, a estas alturas hablar de que el rodaje fue un completo desastre por culpa de la locura y la presión a la que sometió al equipo el hijo de puta loco de Kinski, no sería nada nuevo; Sería lo obvio en cualquier película en la que trabajara el actor en aquella época. Esta vez, no solo renegó todo lo renegable, si no que, según el director, David Schmoeller, en tres días de rodaje, Kinski, se pegó seis veces con miembros del equipo, mientras que, por otro lado, no hacía ni puto caso a las indicaciones del director. Kinski hacía lo que le salía del rabo. Como no le gustaba el vestuario que se le había asignado a su personaje, un día, cogió y se fue de compras, eligió nueva ropa que a él le parecía más adecuada para su rol, y pasó los gastos a producción. Al finalizar el rodaje, cuando todo el equipo devolvía el vestuario y demás enseres utilizados al personal de atrezzo, Kinski decidió quedarse con la ropa que había comprado por la patilla.
El actor se comportaba fatal, no hacía más que soltar soflamas, criticar la producción y agredir a todo el que se cruzara en su camino. La cosa se volvía insostenible y tanto Schmoeller como el productor Robert Bessi decidieron que lo mejor era despedir a Kinski y contratar a cualquier otro actor y hacer del rodaje algo llevadero, sin embargo, Charles Band se negó en rotundo a despedirle, ya que consideraba que lo único que podía hacer que esta película atrajera a los espectadores al cine, era la presencia del actor, toda una leyenda. Así que se jodieron y apechugaron.
Sin embargo, Schmoeller, vio el cielo abierto cuando observó que Kinski se había encaprichado de una de las actrices — no se ha desvelado cuál podría ser de la que se encoño, pero todo apunta a que, probablemente, fuera Tané, actriz con la que en la película interactúa poco— y que, siempre que la actriz estaba en el set, con el fin de seducirla, Kinski se comportaba de manera caballerosa y educada, llegaba incluso a obedecer las órdenes del director, por lo que este pidió a la actriz que permaneciera en el set el mayor tiempo posible, incluso después de sus sesiones, ya que así conseguía domarle. La actriz se quedaba el tiempo que buenamente le fuera posible, pero, cuando ella no estaba, Kinski volvía a su estado natural, que era el de cagarse en dios continuamente, romperlo todo y hostiar al personal.
En consecuencia de este rodaje en el que casi todo el equipo acabó siendo agredido por el insoportable actor, en 1999, David Schmoeller rodó un pequeño documental en el que narra todo esto que yo he resumido aquí y en el que se desquita de lo que supuso su rodaje más complicado, para una película que, en resumidas cuentas, no deja de ser una mierdecilla. Su título es “Please, Kill Mr.Kinski” y, desde luego, es un estupendo complemento para visionar en programa doble con “Clawspace (El Ático)” y que el posible disfrute, sea mayor.
En el reparto de la cinta tenemos, co protagonizando con Kinski, a Talis Balsam, que no tiene ningún tipo de parentesco con Martin Balsam, pero sí que fue esposa de George Clooney durante algún tiempo, y a la que hemos podido ver en películas como “Trans-Gen, Los genes de la muerte” o “Ellas los prefieren jóvenes”, película para lucimiento de Patrick Dempsey que pasó bastante inadvertida en nuestros cines.
“Crawlspace (El Ático)”, no llegó a estrenarse en nuestras salas, pero al igual que la mayoría del catálogo de la Empire, y  distribuida por la mítica Lightning Vídeo, sí que es un clásico de videoclub absoluto.
En cuanto a David Schmoeller, su película más popular, también a las órdenes de Charlie Band esta vez para la Full Moon, sería “La venganza de los muñecos”, franquicia a la que dio el pistoletazo de salida y a la que, casi, casi, pone el broche, ya que suya es también la dirección, a medias junto a propio Charlie Band, Jeff Burr  y David DeCoteau de una de las últimas entregas de la saga, “Puppet Master: Blitzkrier Massacre”, aunque también se le pueden reconocer títulos como “Trampa para turistas”, sin duda su mejor película, o, también bajo el seno de la Full Moon, “El otro mundo”.

jueves, 29 de abril de 2021

GALERÍA AVT PODCAST - 6

 


miércoles, 28 de abril de 2021

EL BAÚL DE TÍO VICENTE - 4

Y que electrizante resulta echar un ojo a este Top-30 de alquileres videográficos publicado en 1988, en las páginas de la ya recurrente revista "Shows", y encontrar semejante listado de joyones. Sí amigos, el cine de esa época era cojonudo. Irrepetible. La hostia. El mejor. Y el de ahora solo sirve para limpiarse el ojete. Hasta el menos malo. Me la suda. Así se lo digo.
Griten todos al unísono: ¡Graaaaacias tío Vicenteeee!

lunes, 26 de abril de 2021

ESPERANZA SE ESCRIBE CON H: EL HIP HOP EN LAS CÁRCELES

Proyecto avalado y producido por una de las revista patrias sobre Hip-Hop más longevas del panorama,  “Hip-Hop Life Mag”, que retrata cómo el rap supone una vía de escape para jóvenes adscritos al movimiento que se  encuentran encerrados en prisión. Para ello, el equipo de filmación se traslada hasta las cárceles de Alcalá-Meco en Madrid y Albolote en Granada, y da voz a los reclusos más jóvenes para que narren su experiencia entre rejas y su relación con el rap ahí dentro. Un grupo de psicólogos y  trabajadores sociales reivindicarán este tipo de actividades, no ya como método de evasión, sino como disciplinada actividad creativa que ayuda a la inserción de los reclusos.
Asimismo, se entrevistará a raperos que, con álbumes comerciales en el mercado, han dado con sus huesos en prisión dando una perspectiva del asunto bastante interesante y que servirá para hacerse una idea real de lo que sucede allí dentro. Estos raperos son Chals, perteneciente al grupo madrileño Gente Jodida, que, aunque poseen una carrera un tanto discreta, sí que tienen varios discos en su haber, un bagaje, y respeto dentro de la escena Madrileña. El otro rapero que nos da su testimonio, mucho más popular que Chals, sería Spanish Fly, componente del grupo Triple XXX de Málaga. Se trata de una de las formaciones más importantes del panorama estatal con muchos años de carrera a sus espaldas y montones de discos editados.
Las declaraciones de estos dos emcees con respecto a sus estancias en prisión, lejos de ser bravuconas o impostadas, resultan tremendamente honestas y sinceras, dejando a las prisiones en las que estuvieron en su justo lugar, sin necesidad de recurrir a la pantomima, el amarillismo o el cliché.
Hay que tener en cuenta que en España el Hip-Hop inicialmente estaba en manos de la clase media, jóvenes estudiantes que se identificaban con una música y una forma de vida marginal, pero que, paradójicamente, no se encontraban, en su mayoría, en condiciones tan precarias como para verse obligados a delinquir. Obviamente, esto no es Estados Unidos y por cuestiones culturales y de clase social no hay tanto rapero que haya ingresado en prisión, ni tanto recluso al que le haya dado por el rap, por lo que, al haber poca cantidad de reclusos rappers que documentar, quizás la película se queda algo coja y, en definitiva, “Esperanza se escribe con H: El Hip-Hop en las cárceles”, se queda en una anécdota al respecto.
Por otro lado, técnicamente —a excepción del sonido ambiente en algunos momentos— el documental está cuidado con mimo, rodado con pocos medios, pero con profesionalidad, y escapa estoicamente del tono otorgado a otros documentales sobre Hip-Hop rodados en España de factura similar, pero resultado mucho más amateur —en el sentido despectivo que pueda tener, en algunos casos, la palabra—. “Esperanza se escribe con H: El Hip-Hop en las cárceles”, se merece un par de visionados.
Tampoco quién se encuentra tras la dirección es un aficionado; Pacool, que destacó sobre todo en su labor como DJ  llevando los directos de artistas como El Chojin o 995, también fue un reputado disc jockey de club encargándose de la programación de distintas discotecas de rap y R&B de la capital como DJ residente, y se lleva dedicando al mundo del audiovisual con su empresa Chancleta Films desde hace más de 20 años. Así, ha desarrollado una reputada carrera como realizador de vídeoclips para artistas destacados del rap español, del mismo modo que ha realizado todo tipo de trabajos para publicidad y derivados, llegando a rodar varios cortometrajes de 16 mm, siendo el más destacado de todos ellos el titulado “Bombón Helado”, una comedia situada en ambiente hiphopístico que cuenta con el protagonismo de destacados raperos españoles como puedan ser Mbaka (de Sólo los Solo), Bass Basilio, Duo Kie, Meko o Mitsuruggy.
Pacool tiene las tablas suficientes para llevar a cabo un proyecto como el que nos ocupa y realiza un trabajo que no chirría y que, incluso, llegó a ser emitido por La 2 de RTVE. Además, como nota anecdótica, decir que de casta le viene al galgo, porque Pacool es hijo de la estupenda actriz Concha Velasco.
En la cuota de raperos también tenemos al madrileño Dobleache, ex componente del grupo Jazz Two, compartiendo máquina de escribir en las labores de guion, con Félix Martín y Jaime Valero.
Sin duda, con sus carencias, virtudes y errores comunes, uno de los mejores productos audiovisuales en torno al Hip-Hop que se pueden encontrar en nuestro adorado y querido país.

domingo, 25 de abril de 2021

TRAILER DE "LA AVENTURA DE LOS EWOKS"

Creo que fui de los pocos chavales que en 1983, y tras ver "El retorno del Jedi", salió de la sala enamorado de los Ewoks. Desde entonces se ha dicho mucha mierda sobre ellos. Incluso, en aquellas horribles versiones de los clásicos de la saga efectuados, ordenador mediante, por Lucas hace ya unos años, sus escenas fueron acortadas. No entiendo por qué se le tiene tanta manía al elemento "mono", o "cute" que dicen los yankis. A mi siempre me ha funcionado. Me han enternecido E.T., Gizmo, el gusanito de "House 2" y, sí, los Ewoks. Tanto como para obsesionarme con ellos, pedir a Papa Noel algunas de sus figuras y acudir en Agosto de 1985 -acompañado de mi pobre y paciente padre- al estreno de la que se anunciaba -a página completa, y en color, en "El Periódico"- como su necesaria película de lucimiento exclusivo, "La aventura de los Ewoks". Además, con un protagonista adolescente que, curioso es, gastaba un notable parecido facial con Mark Hamill.
Poco sabíamos entonces que aquello era realmente un telefilm, uno que los estudios decidieron estrenar en Europa a lo grande, en salas de cine. Y, claro, una vez consumido, lo notabas. Porque, aunque no he vuelto a verla desde que lo hiciera en el añorado "Continental" de Collblanc / Hospitalet, la recuerdo muy sosa y, sobre todo, aburrida. Y una peli surgida del universo "Star Wars" que me hiciera bostezar, no podía ser buena (en realidad todas las producidas estos últimos años me hacen bostezar... pero hablamos de la cosecha de los ochenta, que era y sigue siendo la mejor).
A pesar de ello, funcionaría bastante bien, porque luego se hizo una segunda parte. Y aunque tenga mejor prensa, esa ya ni me molesté en verla.
Todo lo expuesto es motivo más que suficiente para colarles el trailer de "La aventura de los Ewoks". Directamente extraído de un viejo VHS, tal y como nos gusta.


sábado, 24 de abril de 2021

STEPHEN KING, PESADILLAS NOCTURNAS

En una ocasión leí que cuando un estudiante de cine se aproximaba a Stephen King para pedirle los derechos de adaptación de alguno de sus relatos, este únicamente le exigía un dólar a cambio. Y eso es lo que, supongo, debieron pagar los tres directores de los tres cortometrajes que conforman esta película que a España llegó vídeo mediante cortesía de "Dister". Como suele ser habitual, la alquilé en su momento y me aburrió desesperadamente. Es por eso que, pasados unos años, decidí darle una segunda oportunidad, ya consciente de que los relatos eran cortometrajes hechos por estudiantes y, consecuentemente, iban a ser un coñazo. Me costó un huevo conseguir una copia, hasta que ayer noche pude deglutirla, tras esnifar una enorme clencha de paciencia.
El título original es "Nightshift Collection" (en referencia al libro de relatos de King "Nightshift" -en España conocido como "El umbral de la noche"-) y, por alguna razón que desconozco, en los USA únicamente cuenta con dos cortos, uno menos que la versión aquí reseñada.
La historia inicial es la mejor, la más popular porque supone uno de los primeros trabajos del posteriormente bien conocido y respetado Frank Darabont (que adaptaría con notable éxito comercial y artístico unos cuantos trabajos más del escritor) y, también, es la menos de terror. En realidad es un dramón en el que un abogado con la madre enferma de cáncer en el hospital, muriendo lentamente, se planeta la posibilidad de ahorrarle sufrimiento acabando con su vida. Está muy bien parida toda ella, los actores lo hacen estupendamente y, sí, es bastante deprimente, angustiosa y dura. Darabont, a diferencia del resto de directores de la compilación, apuesta por algo sencillo, sin complicaciones, sin estridencias, que es lo que suele dar mejores resultados (¡talento!). Lo único achacable es una escena de pesadilla que, pa mi, colaron ahí con el fin de justificar que era de terror, pero es del todo prescindible. No me sorprende que, de los tres directores, este fuese el único que logró hacer carrera. ¡AH! y en los títulos de crédito finales localizarán a David DeCoteau ejerciendo de currelas, un señor que ha estado en todos los fregaos.
Jeff Schiro también consiguió luego dirigir alguna cosilla, como un capítulo de la serie "Tales from the Darkside", pero la mayor parte de su filmografía la componen trabajos como montador. Su historia es la peor del pack. Va sobre un padre de familia que ve como sus hijos mueren por culpa de una presencia misteriosa que vive en el armario. El hombre se obsesiona con ella y grita y sobreactúa mucho. El final es en plan sorpresa, pero no funciona. Demasiado atolondrado y caótico todo. Técnicamente es más cruda que la de Darabont, pero eso a mi no me molesta. De hecho, me mola.
La que hace tres es regular. La historia no está mal, un thriller con un asesino psicópata al que persiguen la policía y una vidente. Entre medias, el tipo secuestra y mata a una niña pequeña. La trama básica de cine policíaco que, si se hace algo pesada, será por la falta de tablas de su responsable, Jim Greco, que luego hizo alguna cosilla más, pero nada destacable. Da la sensación que el proyecto le va demasiado grande. 
En resumen, no deja de ser una curiosidad tirando a aburridilla. Estrictamente para completistas del escritor y fans de Frank Darabont (si es que los hay). Como fricada comentar que en la caratula del vhs el apellido de este aparece mutado en DarEbont. Spain is different.

viernes, 23 de abril de 2021

EL ÚLTIMO PROCESO EN PARÍS

De lo peorcito de la cosecha de Los Calatrava, esta vez producidos por George Martin y dirigidos por José Canalejas según un guion del propio Manolo Calatrava.
En realidad, más que una película con los hermanos Calatrava, se trata de una película protagonizada por Paco Calatrava y María José Cantudo en la que Manolo Calatrava tiene un papel secundario, sin dejar de ser, obviamente, un producto made in Calatrava bros que siempre tendrían algo de poder, al menos, en sus películas producidas por George Martin.
El film, con una incoherencia narrativa como pocas he visto, cuenta la historia de Dupont y Dupont, el abogado más eficaz de todo parís que al verse inhabilitado en un caso de asesinato, no le queda más remedio que aceptar  a su hijo recién licenciado como sustituto (Paco Calatrava), un auténtico inútil que más que resolver el caso, lo complicará. El resultado de esta infamia, rodada como sin ganas, es un continuo ir y venir de la Cantudo con el feo de los Calatrava  para arriba y para abajo, que mientras resuelven el caso nos ofrecen un recital de gags cómicos que muy poquitas veces funcionan. No obstante, el valor de esta película —y de toda la filmografía de los Calatrava— reside en ese sello casi autoral y con olor a cochambrosa serie Z  y naftalina que despide toda su filmografía.
La acción está ambientada en París como podía estar ambientada en Badajoz y, para ello, el equipo viajó hasta la ciudad del Sena con el cometido de rodar exteriores. El productor George Martin y María José Cantudo viajaron en el vehículo del primero y, como la Cantudo no tenía pasaporte, cruzó la frontera dentro del maletero del coche del productor.
Por supuesto, el equipo se trasladó a París sin gestionar las pertinentes autorizaciones para rodar allí, por lo que rodaron todos los exteriores en plan guerrilla, sin permisos, con cámara oculta e incluso interactuando con los viandantes, así, habiendo una escena ambientada en el ministerio de justicia, se posicionó la cámara a la salida del mismo y, director y actores tuvieron que aguardar a que se celebrase algún juicio  real para que, cuando salieran por la puerta los letrados en toga, ponerse Paco Calatrava y la Cantudo su toga de atrezzo y salir detrás de los abogados para ser filmados a la salida de un litigio. Del mismo modo, otra escena transcurre en un local de striptease. En la escena, Manolo Calatrava escapa de un hombre armado del local. Se escondió la cámara detrás de una cabina telefónica cercana al Strip Club y el actor armado entró en el recinto con una pistola de fogueo escondida. El itinerario era filmar la entrada y salida de Manolo Calatrava al local, por lo que se filmaron ambas del tirón, con el inconveniente que suponía el portero del establecimiento que estaba en la puerta. Manolo solucionó esa inclemencia de la mejor manera posible, improvisando, por lo que al filmar la entrada al local, Manolo entra saludando al portero como si lo conociera de toda la vida como queda registrado en la película, del mismo modo que podemos ver la cara de asombro de este cuando Manolo Calatrava sale corriendo del Strip Club y, a continuación, el actor que le persigue con la pistola de fogueo. Con sus dos cojones.
También es conocida la incompetencia y divismo de la Cantudo que hizo perder a la producción muchos metros de metraje al no ser capaz de guiñar un ojo a cámara y que, posteriormente, en una entrevista para la prensa rosa, afirmó, de manera muy despectiva,  que ella jamás había hecho una película con cómicos españoles. Los Calatrava no la perdonan eso.
Por otra parte, cuenta Manolo Calatrava que, a diferencia con la experiencia cinematográfica anterior junto a Manuel Esteba, en esta película si cobraron por su trabajo, además de ser una de sus películas con mayor afluencia de público ya que congregó en salas de cine a más de medio millón de espectadores del año 74, lo que es una cifra no del todo despreciable, pero nada que ver con trabajos anteriores.
Ahora, la película es mala a rabiar. Prácticamente, sentarse ante ella, se convierte en un pequeño suplicio. Pero son Los Calatrava y merecen el esfuerzo.

jueves, 22 de abril de 2021

GALERÍA AVT PODCAST - 6




miércoles, 21 de abril de 2021

CUATRO FOTOCROMOS DE "EL MAGO DE LUBLIN"

"El mago de Lublin", del año 1979, se vende como un auténtico drama de pretensiones artísticas basado en la novela de un premio Nobel que, según he mirado, arrastra una buena prensa considerable. Cosas estas que no tendrían nada de raro si no fuese porque su director y guionista no es otro que Menahem Golan, personaje que no debería necesitar presentación si eres asiduo de este blog. Debemos sumar a tal marcianada la presencia de Maurice Jarre componiendo y un reparto que incluye nombres clásicos como los de Alan Arkin o Shelley Winters en una peli que, visto lo visto, goza de un contenido erótico notable. Detalle que daría algo más de sentido a la presencia de Golan.
En cualquier caso no he visto "El mago de Lublin", ni creo que lo haga nunca... pero pueden pajearse a gusto con el escaso aunque llamativo material promocional del que disponemos.




lunes, 19 de abril de 2021

WRINKLES THE CLOWN

Con la era de los virales de internet ya bien avanzada, y concretamente en los USA —los americanos, aunque los adoro, para algunas cosas son muy tontos—, se extendieron por Youtube una serie de vídeos de “avistamientos” de payasos terroríficos que, estáticos detrás de unas zarzas, o saludando a los conductores a un lado del arcén, aterrorizaron a los internautas, sobre todo en edad adolescente, durante un determinado periodo de tiempo que todavía da sus últimos coletazos.
Todo empezó con un vídeo captado por una cámara de seguridad casera en el que podíamos ver a una niña durmiendo plácidamente en su cama y cómo un payaso de aspecto desasosegante salía de debajo de esta para, después, dejar un muñequito al lado de la niña dormida y dirigirse a cámara y plantarle una mirada a esta tras la que habría un abrupto corte. Este vídeo se hizo viral y poco después se descubriría que este payaso, al que llamaron Wrinkles, era un actor al que los padres contrataban para asustar a sus hijos cuando se portaran mal. Wrinkles iba a las casas de los niños y aparecía en medio del jardín sin hacer nada. Al mismo tiempo, aparecieron por todo Naples, en Florida,  pegatinas con el teléfono del payaso para su contratación y, a partir de ahí, la susodicha moda de los vídeos de payasos terroríficos en internet.
Este documental, engañoso en su afán de ser original, nos sumerge en el día a día del actor que vive en la piel de Wrinkles asustando a los niños, un viejo medio vagabundo que vive en una furgoneta y que en sus ratos libres va a clubs de striptease. Combina la historia de este pobre diablo con entrevistas a niños a los que les ha afectado de manera especial la presencia de este payaso —una niña negra está absolutamente perturbada por la presencia del clown y no quiere bajo ningún concepto que vaya a verla a casa, a lo que su padre le dice que “Ya sabes, si te portas bien, no tiene por qué venir…”—, padres que han contratado sus servicios y psicólogos que aseguran que esta práctica es poco menos que maltrato infantil.
Todo muy interesante hasta que, en un torpe giro argumental, el documental nos cuenta que todo lo mostrado hasta ahora es mentira y que el tal Wrinkles no es más que la invención audiovisual de un performer (a la Banksy) que generó todos estos vídeos para colgarlos en la red contratando actores y sin que en ningún momento, el payaso Wrinkles asistiera a casa de ningún niño a asustarle en la vida real. El teléfono con el que se le podía llamar para contratarle daba a un contestador automático en el que los usuarios dejaban sus mensajes. Aquél contestador se colapsó de llamadas que le amenazaban de muerte, o bien decían amarle, o bien, sencillamente, sólo trataban de contratar al payaso para asustar a alguien.
El resultado del documental no es muy satisfactorio, primero porque inicialmente te hace creer una cosa y después resulta ser otra, da la sensación de que, al final, el espectador no es más que otra pieza en el perverso jueguecito performático del artista anónimo que generó estos vídeos del payaso Wrinkles y, por ende, esta leyenda urbana y, en segundo lugar porque tras un giro tan brusco como el que da, el espectador se queda exactamente igual en lugar de sorprenderse. No funciona. Y eso es porque, en el fondo, el documental está bastante mal desarrollado, mostrado todo de manera muy tosca y apresurada, currándose mucho la parte que es ficción y pasando a toda leche la parte del documental que es real. Cuando la película finaliza, quizás uno se haya quedado confuso, pero no lo suficiente para que a los dos minutos del visionado, este se nos olvide por completo.
Dirige el documentalista nominado al Emma Michael Beach Nichols cuya carrera deambula entre el documental festivalero y el televisivo.
Al margen de esto, decir que la idea de contratar aun señor para que vaya disfrazado de payaso siniestro a asustar a los niños, me parece absolutamente perturbadora.

domingo, 18 de abril de 2021

EXTRACTO DE "SERIE B, EL LADO OCULTO DE HOLLYWOOD"

"Serie B, el lado oculto de Hollywood" es un documental del año 1998 originalmente titulado "Some nudity required" (traducido sería: "Se requiere algo de desnudez") y que, como bien indica el título en castellano, gira en torno a los entresijos del mal llamado cine de "serie B" o bajo presupuesto o exploitation (exclusivamente made in USA). Esas películas rodadas casi directamente pal mercado del vídeo -de cuando lo había- o la tele por cable, repletas de elementos morbosos y atractivos destinados a mentes impuras -como las de los integrantes de este blog-, es decir, sexo y violencia. En su día se emitió en nuestra televisión y, por tema, despertó mi interés. Tanto como para grabarlo. Suerte que lo hice, porque a lo largo de sus ajustados 82 minutos asoman algunos astros en lo suyo como Roger Corman, Samuel Z. Arkoff, Andy Sidaris, más algunas "scream queens" del periodo. Sin embargo, el plato fuerte -o así lo consideré entonces- eran Fred Olen Ray y sobre todo Jim Wynorski. Y digo sobre todo este último porque se muestra como un auténtico cabrón, soltando parrafadas alegremente políticamente incorrectas que harían "las delicias" de las feministas. A Jimmy le importa una puta mierda si alguien se ofende o no, y abraza con orgullo su condición de "exploiter". Por esa razón, decidí coger el momento del documental en el que el tipo más a gusto se queda, subirlo a nuestro YouTube y, a modo de muestra, publicarlo en este blog.
Claro, muchos de ustedes puede que se pregunten aquello de "Coño, ¿y por qué no lo subes entero? parece de lo más interesante y es algo que no se encuentra así como así". Tengo una respuesta para ello, y no obedece para nada a cuestiones legales. Resulta que "Serie B, el lado oculto de Hollywood" es de naturaleza agotadoramente feminista. Se pinta a las actrices del cine exploitation como las víctimas y a los cineastas como ogros desalmados. Especialmente a Wynorski. Y resulta que esas cosas no nos molan nada por aquí. Detestamos profundamente cualquier muestra de fanatismo ciego y, ¿pa que negarlo? estamos más de lado de los explotadores. Tal motivo nos obliga a evitar dar rienda suelta al docu en su integridad. No queremos ayudar a expandir su feo mensaje contra un cine por el que sentimos afecto, así que tendrán que conformarse con este pedazo que aquí les dejamos, que incluye lo mejor del mismo y a los mejores del mismo, Ray y un Wynorski de lengua desatada. No tiene desperdicio.
Gocen y oféndanse (si son tan tontos)...


sábado, 17 de abril de 2021

SUPERNOVA, EL FIN DEL UNIVERSO

Con semejante título, fue mi condición de aficionado a la astronomía, deglutidor de toda clase de cine catastrofista y, en general, devoto de lo fantástico (incluida ciencia-ficción. Mezclada con thriller, como es aquí el caso) lo que me empujó el año 2000 a los cines para ver esta película. Claro, ante expectativas tan elevadas me sentí defraudado y me aburrí hasta el tuétano. Porque, en realidad, no van por ahí los tiros. Estamos un poco delante de la enésima muestra de seudo-"Alien" (si, como suelo recalcar, no tenemos en cuenta que esta última era, a su vez, un seudo-"It, the terror from beyond space + Terror en el espacio"), con un grupo de rescate que sigue una señal de socorro, abren las puertas de su nave a un desconocido cuyas intenciones quedan lejos de ser amables y terminará cargándose a parte de la tripulación, hasta que los héroes de rigor pongan punto y final a su existencia. Lo de siempre, una excusa argumental de la que han echado mano propuestas tan apetitosas como en su día fueron "Sunshine" u "Horizonte Final" (aunque sin llegar a matarlas, cada una de ellas sigue siendo -a su respectiva manera- altamente disfrutable... al menos para mi). Lo irónico del caso es que el director de "Supernova, el fin del universo", el mismísimo Walter Hill, quería por todos los medios evitar ese parecido con el clásico de Ridley Scott que, no lo olvidemos, él mismo se encargó de co-producir. Pero al estudio le encantaba el guion original tal y como estaba, y no le moló nada que Hill lo retocara tanto. Es por eso que la constante intromisión de ejecutivos, y una presión insoportable, llevaron a este, finalmente, a firmar con un alias (Thomas Lee, en sustitución del ya sobadísimo Alan Smithee). Hoy día Walter Hill reniega de ella, asegurando que su versión era mucho más oscura y menos previsible. El caos del rodaje contribuyó a que el film concluso no dejara contento a nadie, incluido público, y el respectivo DVD terminara hasta las trancas de escenas eliminadas de lo más variadas. Es interesante saber que fue Francis Ford Coppola el que se encargó de "arreglar" el estropicio (podría seguir mangando la respectiva información de IMDB, pero no tendría sentido. Si quieren saber, acudan a ella).
La idea que más me ha gustado de toda la peli es que el intruso trae consigo una bomba alienígena cuya finalidad es crear un universo nuevo destruyendo el antiguo. Lo demás, pues bueno, como suele pasar con esta clase de pelis, el arranque es muy interesante, te tiene ahí en vilo. Pero a medida que se aproxima el clímax, y especialmente en el desarrollo de este, todo se torna altamente previsible y repetitivo (por previsible y repetitivo que sea usar ambas palabras), tanto como para que le diera al bostezo en sendas ocasiones. Una lástima, aunque reconozco que "Supernova, el fin del universo" me ha gustado algo más que cuando la vi en su época. Digamos que para una noche de Viernes funcionaría.
Uno de los aspectos que me sorprendieron en su pase por salas, fue el continuo tambaleo de la cámara. Una elección estética que, entonces, era de lo más atípica y novedosa tratándose de ciencia-ficción, siempre tan sobria y correcta visualmente. Resulta curioso que, vista hace un par de días, no lo noté tanto, seguramente porque mis ojos se han acostumbrado a ello con el paso de los años, pues lo que de entrada era raro, misterioso y desperado, rápidamente entró a formar parte del modo de rodar común y corriente, hasta el extremo de ser empleado en productos de ci-fi tan icónicos -y generosamente presupuestados- como el remake / reboot de "Star Trek".
El reparto es un rato llamativo. James Spader, Angela Bassett, Robert Forster (su fenecimiento es tan espectacular como angustioso), la ultra-morbosa Robin Tunney (que hace de cachonda mental y nos muestra los encantos... pero cuidao, que para algunas tomas usó una doble de cuerpo) y un Lou Diamond Phillips que ya comenzaba a navegar entre subproductos y telefilms y al que, supongo, esta incursión en un producto netamente mainstream le sentaría de perlas.
Detrás de la cámara, Hill/Lee aparte, localizamos en la producción a Ralph S. Singleton, director de la fallidísima "La fosa común", y como co-responsable de la "story" al normalmente realizador de horrores William Malone (quien ya tocó materia seudo-"Alien" con su "Creature").

viernes, 16 de abril de 2021

JENARO EL DE LOS 14

“Jenaro, el de los 14”  es una película que riza el rizo siendo el emblema, no de una, sino, de dos filmografías; por un lado la de Alfredo Landa -y por ende del “Landismo”-,  y por otro la de Don Mariano Ozores. Y no es que sea mejor o peor que cualquier otra de las que hicieron, es que la película cae justo en una época en la que los dos reclamos están en plena forma, esto es, que Mariano Ozores está en el mejor momento de su carrera y Alfredo Landa también, así la película consiguió, sin el más mínimo esfuerzo, congregar en las salas a  1.086.000 espectadores en lo que es uno de los máximos exponentes de la españolada; Si quiero explicarle a un contacto extranjero lo que es una españolada, a buen seguro que una de las primeras cintas que se me pasaría por la cabeza para mostrarle, sería esta.
El argumento es sencillo: Jenaro es el pregonero de un pueblecito de la España profunda, que un  buen día consigue 14 aciertos en la quiniela. Si no sale ninguna otra quiniela con esos aciertos, el paleto se embolsará 65 millones de las antiguas pesetas. Obviamente, le saldrán moscones y aprovechados por todas partes y, cuando va a Madrid a cobrar su premio, Jenaro se verá inmerso en las más disparatadas situaciones, que van desde un padre que obliga a su hija a fingir un embarazo del tal Jenaro -que nunca se acostó con ella- con el fin de hacerles casar, hasta una pareja de estafadores que pretenderán sacarle los cuartos a nuestro protagonista, usando la seducción y la lascivia como armas. Por otro lado, la chica de la que está enamorado desde siempre, yendo a Madrid en busca de trabajo, acaba como prostituta en la capital, lo que complicará un pelín más las cosas.
Tras el reciente visionado de la película, lo que principalmente me llama la atención es lo fresca que se mantiene cuarenta y cinco años después de su estreno. Mantiene un humor bastante actual, si bien es cierto que estéticamente se queda anticuada, hecho este que no entorpece en absoluto su total disfrute. “Jenaro, el de los 14”es una película totalmente entretenida, que hace alarde de un montaje frenético y, por momentos (como cuando Jenaro lee el pregón), hasta vanguardista, supongo que accidentalmente.
En cuanto al humor, como ha de ser, es de sal gruesa. Valga como muestra, un botón:
-Jenaro ¿Tú has invertido? -¿Yo invertido? ¡Yo soy muy macho!
Y esto siempre funciona.
Se trata de una de las pocas películas de Mariano Ozores que no cuenta con un guion al 100% suyo, teniendo en este caso como partenaires, ya sea con el argumento o con la historia, a Vicente Coello, Juan José Daza y Juan José Porto. El resultado del conjunto, da una película histórica de nuestro cine, y por lo tanto, denostada por estudiosos y plumillas -como prácticamente la totalidad de la comedia de evasión española-.
Reparto de chilena a un nivel altísimo; Desprenden carisma por el metraje, junto a Landa,  un inmenso Juanjo Menendez, más discreta Maria Luisa San José, Josele Román, estupendo como siempre Rafael Hernández,  Don Jaime de Mora y Aragón y Mirta Miller, tan mítica como mala actriz.
“Jenaro, el de los 14” es una película absolutamente recomendable, porque funciona y porque, viéndola, se parte uno el culo.

jueves, 15 de abril de 2021

GALERÍA AVT PODCAST - 5

Nota: El tipo de la foto es el hoy caído en desgracia Bryan Singer...
y el gag, ya saben qué lo motiva.
En la época nadie lo pilló porque no le reconocían. ¡¡Ignorantes!!.



miércoles, 14 de abril de 2021

EL BAÚL DE TÍO VICENTE - 3

Hoy la cosa va de sequelitis. Procedemos con dos entregas de un par de franquicias muy populares en su momento, "Pesadilla en Elm Street" y "Loca academia de policía". Aparecen en "Plató Internacional", sección donde los redactores de la revista "Shows" dedicaban espacio a paliquear sobre rodajes y estrenos recientes al otro lado del charco. Nótese que en el de "Pesadilla 3" se refieren a la primera positivamente, mientras que el palo gordo va pa la denostada -pero no tan fallida- segunda parte (Destacar también como, al mentar el título de la tercera entrega, cambian el nombre de la calle Elm dos veces. ¡Puto país!). En cuanto al comentario sobre "Academia 4" -acompañado de esa entrañable imagen-, pues no se mojan nada. Es puro bla, bla insustancial.
Griten todos al unísono: ¡Graaaaacias tío Vicenteeee!


martes, 13 de abril de 2021

lunes, 12 de abril de 2021

UN RUSO EN NUEVA YORK

“Un ruso en Nueva York” se estrenó en cines de forma discreta (127.000 espectadores, dice el ministerio), pero, yo no fui consciente de su existencia hasta que en plena vorágine del éxito de Robin Williams con “Good Morning Vietnam” que le convirtió en estrella internacional, la alquilé con plena consciencia de la intervención del actor en el film. También, por aquel entonces llegaron a los videoclubes otras películas suyas anteriores que no habían llegado a nuestro país, por ejemplo, “El mundo según Garp”, para aprovechar el tironcillo que entonces tenía y rascar las posibles virutas.
El caso es que, aunque a día de hoy no soporto una película como “Good Morning Vietnam” que incluso me pone de mal humor, de niño debió gustarme, porque tras verla, corrí a buscar más películas de Robin Williams. Así, dí con “Un ruso en Nueva York” a finales de los 80. Recuerdo que me pareció una película muy aburrida y deprimente, me decepcionó soberanamente lo poco desatado que estaba Robin Williams y pronto olvidaría el film definitivamente. Hasta que un reciente acercamiento al cine de su director, Paul Mazursky, me la recuerda y comprendo por qué odié tanto aquella película en su momento. Si el Williams que yo tenía en mente por aquél entonces era un Williams accesible cuyo humor -pese a algunos ramalazos picantotes- estaba destinado a agradar a toda la familia, “Un ruso en Nueva York” es justo lo contrario. Se trata de una comedia muy adulta, con cierto contenido social, para un público muy concreto que es el que arrastraba Mazursky a los cines en aquella época, que es el intelectual progresista estadounidense. Vista hoy, me parece otro puto coñazo, pero entiendo que es una película que se adapta por completo a la idiosincrasia del director y, a ese efecto, es totalmente coherente con su cine. Sí, es un puto coñazo, pero no tanto como me lo resultó  cuando era niño. Con todo, ha estado bien reencontrarse con ella en mi mediana edad.
Cuenta la historia de un circo moscovita que tiene una actuación en Nueva York, por lo que todos viajan a la ciudad de los rascacielos. Uno de los miembros le cuenta a otro que pretende desertar y quedarse allí en busca de la libertad que no tiene en Rusia, con lo cual, y aprovechando media hora turística que la dirección del circo les concede para comprar en Bloomingsdale, aprovechará para intentar escaparse. Pero finalmente se raja y acaba siendo su compañero el que, de manera un tanto caótica e improvisada, acaba desertando. Escapa de la dirección del circo en esos grandes almacenes y, durante la persecución solicita asilo político, cosa que los Estados Unidos le concede. Así, el espectador será testigo del día a día de un inmigrante ruso en Nueva York, con sus pros, sus contras, sus relaciones sentimentales y el amor a la patria lejana cuando uno no puede regresar.
Típico melodrama con toques de comedia a la Mazursky que con un presupuesto medio logró un pequeño éxito de taquilla al involucrar en el reparto a un Robin Williams que ya era toda una estrella en los USA. Cine maduro y reflexivo que a veces entra y otras no. En esta ocasión, le ha costado entrar.
Robin Williams tuvo que prepararse a conciencia el papel porque la mitad de la película está hablada en ruso y la otra mitad en Inglés, y este tuvo que aprender ruso en un curso intensivo, al menos para salir al paso en la película. Asimismo, como su personaje era un saxofonista de circo, si vio obligado a tomar clases para aprender a trastear con este instrumento.
Por otro lado, la película, por lo que cuenta, y que la comunidad rusa de Nueva York siente un gran respeto por la misma porque les identifica, es de culto para los emigrantes rusos, llegando incluso a tomar el título original de esta, “Moscow on the Hudson” para dar nombre a una serie de productos alimenticios a la venta en un popular supermercado que se llama igualmente como la película.
Mazurky, tenía en la cabeza, años después, realizar una secuela en la que nuestro protagonista era ahora un importante empresario neoyorquino que explotaba a sus trabajadores inmigrantes, pero se descartó la idea de llevarla a cabo porque en pleno 2001, año en el que, más o menos, fue ideada esta secuela, Robin Williams era una megaestrella de Hollywood y, solo su caché, podría ser mayor al presupuesto del que podía disponer Mazursky, así que nunca se rodó.
Por lo demás, decir que como novia italiana del personaje interpretado por Williams, tenemos a una jovencita y coqueta María Conchita Alonso que debutaba en la pantalla grande.
Ya, extraoficialmente, la Columbia, que distribuía la película, fue acusada de plagio por el ilustrador Saul Steimberg, ya que el póster con el que se estrenó “Un ruso en Nueva York” en cines presentaba una ilustración que, obviamente, recreaba y/o copiaba (se ve que sin ningún permiso) la portada que Steimberg dibujó para el nº 26 de la revista New Yorker. El estudio se defendió acogiéndose al derecho de parodia, sin embargo, los jueces fallaron a favor de Steimberg que ganó el litigio. Columbia tuvo que pagar al dibujante y retirar ese póster de la carteleras, sustituyéndolo por el que todos conocemos con Robin Williams bajo la bandera estadounidense con una hamburguesa y Coca-Cola.
Por curiosidad, o por revisitarla, se le puede echar un ojo. Pero en definitiva, se trata de una película un tanto densa, como todo Mazursky.

domingo, 11 de abril de 2021

TRAILER DE "EXTERMINADOR 4"

Está claro que a John Eastland le cuesta no asomar por este blog. El muy pesao lo hace continuamente. ¿Quién? Sí, hombre! John Eastland, más conocido en los bajos fondos como "El Exterminador". Esa franquicia en la que hemos invertido tanta tinta y saliva.
Y hoy reincidimos con... ¡un trailer! el de la cuarta parte. Y ya saben, o deberían, que en realidad se trata de una vil falacia. Una sucia trola. Lo de "Exterminador 4" fue un invento de la distribuidora, porque la película se titula "Out on Bail" y de John Eastland ni rastro. No obstante, el inevitable encanto que destila es motivo suficiente para que lo subamos a nuestro YouTube.
Ahora les toca a ustedes verlo.


sábado, 10 de abril de 2021

ARRÁSTRAME AL INFIERNO

El mayor aliciente de "Arrástrame al infierno" era que, con ella, su director volvía al género que le vio nacer y catapultó hacia los libros de historia del cine... fantástico. Hablamos de Sam Raimi, que no necesita presentación. O no debería. Hay que tener en cuenta que las pelis que preceden a la hoy reseñada fueron nada menos que la trilogía de "Spider-man" (sin duda, la etapa más exitosa y mega-mainstream del cineasta), el thriller "Premonición", el drama "Entre el amor y el juego" y la combinación de ambos que fue la bastante lograda "Un plan sencillo". Vamos, que Raimi llevaba una década entera sin tocar el terror (otra cosa es su faceta de producer, pero ahora no cuenta), así que imagínense lo sonado que fue para el fandom y la prensa especializada saber que "resucitaba" sus viejas pinturas de guerra. También podríamos mirarlo con un prisma algo menos amable y entender dicho return como mera consecuencia al fracaso -cuanto menos artístico- que supuso el tercer "Spider-man". Por aquello de asegurarse el tiro recurriendo a sus incondicionales. Y me temo que, conociendo como funcionan los engranajes del cine, esa debe ser la teoría más plausible.
En un intento de impresionar a su jefe, y ganarse un ascenso en el banco, una chica niega un préstamo a una bruja gitana. Esta, que se lo toma muy mal, le echa una terrible maldición contra la que nuestra prota tendrá que batallar con ayuda de brujos buenos y su abnegado marido pijo. De por medio le esperan muchos momentos de intenso terror.
Lo cierto es que cuando vi "Arrástrame al infierno" en el cine, fui con las expectativas altísimas. No porque esperara otro "Evil Dead", no a esas alturas ni mucho menos, pero ya saben cómo va esto. Y momentos para el regocijo hay, como ese enfrentamiento dentro del coche entre la chica y la gitana, los ataques del malvado "Lamia" o la divertida e incómoda cena en la casa de los padres del novio. Pero claro, con tanta presión es muy jodido disfrutar genuinamente de una película y por eso pensé que consumirla de nuevo con los años transcurridos, podría ser interesante. Y lo ha sido. 
Lo más llamativo es que, para su vuelta al terror, Raimi se trajo consigo toooodos los "tics" aprendidos durante su periplo por el cine de superhéroes de gran presupuesto, y eso incluye una tendencia al exceso por el exceso y abuso de efectos CGI, herramienta esta que en un producto como "Spider-man" queda de lo más chanin, pero en un film de terror no encaja. Así pues, lo peor de "Arrástrame al infierno" es cuando el director pierde los papeles y tira de borraquismo hasta saturar, se pasa con el delirio o se auto-fela sin saber muy bien cómo y porqué. Son especialmente irritantes la escena del ataque en el garaje, con la prota lanzando un yunque a la cabeza de la gitana, aplastándola y, por ende, recibiendo la salpicadura correspondiente, en un evidente guiño a la escena del ojo en "Terroríficamente muertos", pero sin gracia tanto por lo inadecuado dado el tono como por el feo trucaje informático. Luego tenemos el momento en que, durante una sesión de espiritismo, uno de los presentes es poseído (incluido efecto de sonido salido de "Evil Dead 2"), se eleva con las facciones cambiadas y los ojos en blanco, para ponerse a bailar burlona y ridículamente. Trae a la memoria los peores pasajes de "El ejército de las tinieblas". Y finalmente está la escena del cementerio, que casi parece sacada del más empachado Tim Burton.
No obstante, si algo tiene Sam Raimi es que se debe a la audiencia. Como dijo sabiamente una vez: No soy un artista, soy un entertainer. Comentario con el que me identifico (la diferencia, como suelo decir, es que Raimi entretiene a miles de personas. Yo solo a una... mi mismo). Y aunque no sea una táctica demasiado recomendable (porque, primero, te conviertes en un mero esclavo de las apetencias del público y, segundo, arriesgas mucho creyendo que sabes qué quiere ver este), sí es verdad que hay ciertas garantías de que va a ser complicado aburrirse. Muy mal tienen que salirle las cosas y, salvo en el caso de la horripilante "Oz: Un mundo de fantasía", no se suele dar. Así que, dejando al lado manías de fan pajillero, y debilidades personales (como todo el gag del gatito, que en el cine me resultó altamente ofensivo. Y, añado, la versión que vi el otro día -extraída de un dvd- me suena distinta, un pelo más intensa. Aunque tal vez me equivoque), lo cierto es que "Arrástrame al infierno" es un entretenimiento tontuno y eficiente, así que ni tan mal.
Sin embargo, no funcionó en taquilla lo esperado (¿lo ves Sam? de nada sirve intentar contentar a la peña, que es muy caprichosa la hijaputa), por lo que Raimi no volvería a dirigir terror hasta que.... pues hasta que, nuevamente, se lo condicionaron intereses mercantiles, viéndose obligado a resucitar "Evil Dead" para la caja tonta. Ay, si es que no cambiarán nunca estos putos yankis!!.

viernes, 9 de abril de 2021

HERBERT WEST: RE-ANIMATOR

Como el relato de H.P Lovecraft “Herbert West: Reanimator” es de dominio público, cualquiera puede hacer lo que le de la gana con el personaje. Es por esto que el italiano Ivan Zuccon, cineasta amateur de los de la vía de en medio que tras leerse el “Necronomicon” y la gran mayoría de la obra de Lovecraft se dedica mayormente a adaptarla, liándose la manta a la cabeza para realizar, no ya una adaptación fiel del relato como cabía esperar, sino una nueva versión en la que mezcla elementos de aquel con el universo creado por Brian Yuzna y Stuart Gordon en “Re-Animator”. Son las ideas descabelladas que se le pueden ocurrir a cualquier amateur y que, como ya supondrán, no dejan satisfecho más que a su principal responsable.
De este modo, Zuccon, se marca un bodrio abominable con alma de fan film en el que en su afán de desmarcarse de todo lo conocido en lo referente al Dr. West, nos ofrece una película con intenciones oníricas y surrealistas que hacen al espectador cagarse de aburrimiento. Además, no se entiende nada de lo que nos cuenta.
La gracia del asunto está en que aquí tenemos al Dr. West y a su hijo Dr. West Jr. El primero un científico barbudo y sofisticado que es padre del  segundo, es decir, el Herbert West que en su momento diera vida  Jeffrey Combs en  la película de Stuart Gordon. De este modo, tenemos a un actor  peinado con raya a un lado al que le colocan unas gafas de pasta y una bata blanca y asunto solucionado. Ni siquiera se parece demasiado a Combs, pero, sí lo suficiente como para que el fan medio lo identifique con el personaje.
Herbert West padre, tiene una hija que fallece en un accidente, así que, con el fin de devolverle la vida, experimentará con un suero verde que de su invención que tiene el poder de resucitar a los muertos. Como es de prever, no saldrá todo como esperaba. Hasta ahí la cosa, bien, pero, tras una puesta de escena en la que vemos a Herbert West Jr. inyectando el suero a la que en teoría es su hermana, la película se convertirá en una sucesión de flashbacks que harán viajar al West padre adelante y atrás en el tiempo, mostrándonos  momentos en los que su hija está viva, con otros en un universo paralelo en el que la viscosidad y los gusanos fosforito tendrán una gran presencia. La cosa va para atrás y para adelante sin que en ningún momento nos enteremos de qué demonios está pasando. Por el camino, un festival de gore muy pobre y poco espectacular (básicamente, peña escupiendo sangre artificial) hará acto de presencia casi como si se tratara de una declaración de intenciones.
Como se trata de una película absolutamente inmersa en la era digital, esta está rodada en vídeo HD y se soluciona casi en su totalidad con el uso de cromas. Esto algunas veces funcionan muy bien (como en los pasajes oníricos) y otras fatal, y aunque técnicamente no es una cosa espantosa —está bien montada, anda bien de ritmo y, dentro de lo cutre, no lo es excesivamente— no deja de ser un “quiero-y-no-puedo” intentando a toda costa imitar el cine profesional. Y ya les hemos dicho mil veces aquí lo que sucede con este tipo de pretensiones: Que se les ve el plumero.
Por aportar algo positivo sobre la película, les diré que podría haber sido muy fácil apostar por una cosa liviana y ligera inspirada en la película original, pero, Zuccon prefiere tomarse su material demasiado en serio. En consecuencia, adquiere un tono tristón y deprimente que sumado a una ambientación barroca y prescindiendo de todo sentido del humor, consigue que, por lo menos, el espectador más hijo puta no sienta ni tan siquiera el deseo de reírse de la película. Acaba venciendo el solemne aburrimiento. Como fuere, no consigue parecer cine “de verdad” que es lo que intenta desesperadamente.
Por otro lado, Zuccon, se lo tiene muy subidito desde el día en el que, probablemente estando borracho, en referencia a alguna sus películas, el escritor M.J. Simpson (no confundir con O.J…), autor de la biografía de Douglas Adams, escritor de la novela “Manual del autoestopista galáctico”, dijo que Ivan Zuccon era “lo mejor que le había sucedido al cine de terror italiano y probablemente al cine de terror en general, en mucho, mucho tiempo”.
Por lo que sea, el muchacho con sus adaptaciones de Lovecraft, se ha ganado sus seguidores a lo largo y ancho del mundo. Pero conmigo, que no cuente.

jueves, 8 de abril de 2021

GALERÍA AVT PODCAST - 4

 



miércoles, 7 de abril de 2021

LECTURAS JUVENILES - 1ª PARTE

A finales de los 70 y principios de los 80, se estilaba mucho la lectura destinada al público juvenil. Es cierto que no hace demasiado también "Harry Potter" y todo lo que esputó fueron de enorme éxito entre la chavalada. Pero aquello se consideró un fenómeno "raro" por atípico. Yo les hablo de cuando esta clase de literatura igual no lo petaba tanto, pero estaba siempre ahí, dispuesta a ser consumida. De entre todo el material destacaron los libritos casi minimalistas de "Altea Benjamín", los algo más rechonchos pero igualmente ligeros de "Astral Juvenil" y los famosos "Elige tu propia aventura" -que pegaron muy fuerte- de "Timun Mas". Pues bien, en esta trilogía de entradas iremos viendo breves reseñas de algunas de aquellas publicaciones. Es decir, las que conservo en mis alforjas desde la época que las recibí y devoré, cursando Enseñaza General Básica. Si los he preservado del paso del tiempo se debe, seguramente, a que en su momento me dejaron huella y la idea de perderlas no me hacía ninguna gracia. Aunque también podría ser fruto de la mera casualidad.
Si hurgo en qué momento este material entró a formar parte de mi existencia, creo recordar que lo hizo como premio en los juegos florales de la escuela. Una vez al año presentabas un relato, un poema o alguna chuminada por el estilo y, si ganabas, pues como recompensa te tocaba un libro. Me gustaría lo leído y, a partir de ahí, ya me los pillaría yo, o los pediría como presente en las ocasiones especiales.
En cualquier caso, y aprovechando que hoy cumplo años, arrancamos este repaso proto nostálgico con algunos títulos de la colección editada por "Altea" destinada a la audiencia joven, de ahí que fuese bautizada como "Altea Benjamín". Todos estos libros tenían un aspecto delicioso, de menos de un palmo de alto y escasas páginas. Supongo que podrían tildarse "de bolsillo", pero el papel duro con el que estaban impresos hacía algo incómodo llevarlos en la parte trasera del tejano. Y, además, sabía mal someterlos a tan malos tratos. Lo que a uno le pedía el cuerpo era cuidarlos como si fuesen bonitas y delicadas mascotas.
Estos son los supervivientes...

EL PAÍS DE LOS HELADOS / 1979 - editado en España en 1982
Lo que más sorprende de este librito de escasas páginas es quien lo escribe, Anthony Burgess, autor de "La naranja mecánica". Superado eso, nos encontramos con una historia super-simple que el tipo debió pulirse en treinta minutos con el culo apoltronado en su cagadero particular. La cosa va de una expedición a un mundo hecho de helado, con montañas de pistacho, desiertos de vainilla y monstruos italianos armados con cucharas. Todo contado en plan diario de expedición, aunque al final resulta que es la fantasía de unos niños adictos al azúcar. Como con casi todos los libros de la colección, lo mejor son las bonitas ilustraciones de Fulvio Testa.

EL MONSTRUO PELUDO / 1982 - editado en España el mismo año
Hay un monstruo feísimo, con pelos hasta en los ojos, que se pirra por comerse a un ser humano. Un día pasa un rey por ahí y se convierte en posible manjar. Sin embargo, este le convence de que los niños saben mejor, así que le deja ir a por uno. Tan mala pata tiene, que termina llevando a su propia hija. Lo que el monstruo no espera es que la chiquilla contraataque con rimas, cosa que logrará derrocarle.
Pues está simpático este librito. La historia es tontuna, pero se deja leer, a pesar de ese final tan empalagoso que diríase es en tono de coña. Aunque, como siempre, lo que destaca son las sensacionales ilustraciones de Pef (Pierre Élie Ferrier). Absolutamente deliciosas. Un regalo para los ojos (peludos o no).

EL GUSANO, ESE DESCONOCIDO / 1979 - editado en España en 1981
Este librito, parido a cuatro manos entre Janet y Allan Ahlberg, esposa e ilustradora + esposo y escritor, se presenta como una especie de guía sobre el gusano. Todo ello, obvio es, a base de un humor rematadamente tontaina y unos dibujos graciosos, pero tampoco deslumbrantes. De chaval me encantaba. Leído hoy, pues la sensación que me deja es de ser una chorrada no demasiado inspirada. Todos los títulos de la colección desprenden encanto, y este también, pero eso no quiere decir que, persé, sean buenos libros.

EL ZOO DE SEBASTIÁN / 1975 - editado en España en 1981
Sebastián se pirra por ir al zoo, pero nadie le hace ni puto caso. Así que sale a la calle y descubre que las sombras generadas por la gente que le envuelve adquieren curiosas formas animalísticas. Vamos, que al final sí va al zoo, pero gratis. El concepto del libro está chulo, y recuerdo que uno disfrutaba mucho comparando las sombras con las figuras humanas que las generaban. Pero lo cierto es que, leído hoy, me sorprende lo, en general, poco jugosas y algo costrosas que son las ilustraciones. Demasiado espacio vacío. La culpa es de Michael Foreman -ilustrador, acompañado en las letras por Georgess McHargue-.
Aún así, "El zoo de Sebastián" llegó a recibir el título de uno de los mejores cincuenta libros del mundo. ¡Sorprendente!.
En las últimas páginas te enseñan cómo generar tus propias sombras graciosas con las manos, movida que intenté recrear siendo infante y que, por poco, no lo hago nuevamente como adulto desencantado y lleno de manías.

EL BUEN REY CANUTO / 1980 - Editado en España en 1982
Esta es la simpática historia de un rey extremadamente cegato, cuya única pasión consiste en leer libros. Un día le obligan a salir de aventuras para impresionar al pueblo, y accede a regañadientes. En el camino se cruzará con gigantes, brujas y dragones... pero al estar tan ciego -no sé yo si lo de llamarlo Canuto va en segundas- no verá nada y regresará a su reino como un auténtico campeón.
Tanto el dinámico texto como los preciosos dibujos corren de la mano de Colin McNaughton, y se nota, porque de este modo ambos van conectados, y mientras el primero te describe una situación, el segundo la contradice logrando el efecto cómico.
Que El rey Canuto (King Nonn en v.o.) se parece al Quijote es tan evidente como para que, al final del libro, se incluya un breve texto sobre la creación de Cervantes.

martes, 6 de abril de 2021

EL JUEGO DE LOS MENSAJES ENTRAÑABLES




 

lunes, 5 de abril de 2021

LE COCHON DANSEUR

“Le cochon danseur” es un cortometraje mudo de 1907 producido en Francia por los hermanos Pathé, que ya por aquél entonces eran una marca distinguible. El director del mismo no está acreditado y por lo tanto es desconocido. Al margen de esto el cortometraje en sí está envuelto en un halo de oscurantismo y misterio.
En “Le cochon danseur” vemos a una mujer y un cerdo gigante con esmoquin en lo que parece el escenario de un circo. Ambos están bailando. Mientras bailan, la mujer se mofa del cerdo impidiendo que coma las frutas de su cesta. Continúan bailando y ya, avergonzando directamente al gorrino ante el público, esta le despoja de su esmoquin dejándolo en pelotas. A continuación, ambos de meten entre bambalinas para, en el plano final, ver al cerdo haciendo gestos grotescos, relamiéndose y enseñando al espectador una afilada dentadura.
El corto en mi opinión es  una pieza de lo más extraña e hijaputa, porque, sin saber en ningún momento que pretendía el director del mismo, la sensación que deja en el espectador es que el cerdo se ha comido a la mujer y de ahí esos grotescos gestos de placer y maldad. Resulta un corto inquietante y grotesco que está muy bien.
Sin embargo, este corto ha tenido la mala suerte de hacerse viral en internet entre escoria youtuber de la más baja estofa y conspiranóicos  deficientes mentales del denominado “creepy pasta” que se dedican a inventar, de forma expresa, leyendas urbanas en torno a cualquier chorrada que les llega a sus maltrechas manos. Y mira tú por donde, una de esas cosas que les ha llegado es este corto de la era muda.
Existen dos versiones de “Le cochon danseur”. La primera vez que apareció en Youtube, se colgó una versión corta, de dos minutos. Como era sabido que la versión colgada estaba amputada y que la íntegra duraba cuatro minutos, los internautas deficientes mentales empezaron a extender el rumor de que se trataba de una película maldita, y que en el metraje cortado se podía ver como el cerdo devoraba a la chica. Vamos, ni inventiva tienen, porque, no hace falta  rodar un metraje con el cerdo devorando a la chica para saber que se la come. Y los usuarios se llevaban las manos a la cabeza ante tal elucubración. Más tarde, incluso comenzaron a decir que, además, el cerdo violaba a la chica en el material faltante.
Tiempo después, se colgó la versión íntegra del corto con los dos minutos que faltaban. En ella se pudo ver que, en esos dos minutos ausentes de la versión original, lo único que ocurría es que el cerdo aparecía vestido de mujer para continuar bailando. Con lo cual, el gozo de creepypasters y youtubers acababa en un pozo porque en ningún momento asomaba esa brutal escena de la que hablaban, así que, en lugar de dejarlo estar, comenzaron a hacer vídeos que atentan contra la inteligencia humana en los que aseguraban que, sí veías el corto a determinada hora, ocurrían fenómenos paranormales. Nada, morralla youtuber. ¡Que sociedad idiotizada!.
Por supuesto, las historias y performances no acabaron ahí, las hay a mansalva por toda la red  y a cada cual más estúpida y decadente.
Al margen de estas mierdas, lo cierto es que el corto es oscuro y perturbador. Además, el disfraz de cerdo es una obra maestra del marionetismo, porque, hay que ver cómo saca la lengua y pone los ojos en blanco el cerdo, cuando todavía no había avances mecánicos que pudieran facilitar esa tarea.
Según dicen, el traje de cerdo se confeccionó para ser utilizado en el circo, y el plato fuerte del número era cuando el cerdo sacaba y movía la lengua, cosa esta con la que el público se partía la caja. El traje se usó hasta que sustituyeron el número del cerdo bailarín por cualquier otro y, después, sus dueños lo vendieron por cuatro pesetas a los cineastas, que inmortalizaron en celuloide esa obra maestra del disfraz en este corto. No hay más.
En realidad, todo ese numerito grotesco que vemos, era habitual en los espectáculos de vodevil en los cabaretes de la época, que usaban la astracanada y lo vulgar como herramientas captar el interés y causar la risa del espectador que, en 1907, se reía con otras cosas. Todo el teatro y el entretenimiento de aquella época era así, por lo que el cortometraje, que solo representa uno de esos numeritos, no es tan extraño y maldito como parece, si lo calibramos con los ojos de aquella época. Es más, si no sabes todo lo que gira en torno a él, pues a lo mejor ni reparamos en lo perturbador del plano final con las caras del cerdo que, si bien hoy asustan, en su momento no era más que desmadrada comedia.
Con todo esto, “Le cochon danseur” es una cosa rara, misteriosa y desperada, que merece la pena ser vista porque, amen de ser una obra seminal del cine absurdo, es una cosa que está muy bien. Lástima que los internautas hayan desvirtuado y alterado el sentido de esta obra, que jamás debería haber llegado a los ordenadores de esa caterva de deficientes mentales que operan para otros deficientes mentales.