sábado, 29 de abril de 2023

THE FOREST

Sufriendo uno de esos berrinches en los que mi odio hacia el actual cine de terror, muy especialmente aquel de tirón posmoderno y, mil veces más, fiel a la detestable tendencia de embutirlo todo en irritantes mensajes feministoides (*), estaba situado en lo más alto de la estratosfera, necesitaba, ansiaba ver algo sencillo (¡sin CGI por dios!), crudo, añejo, honesto en su mentalidad exploitation, rodado con celuloide (¡que harto estoy de la nítida y pulida imagen digital!) y, básicamente, facturado entre finales de los 70 y, si me apuran, principios de los 90. Es decir, vieja escuela. Y di con la candidata perfecta, "The Forest", uno de esos slashers minúsculos paridos de modo independiente por algún pobre iluso que esperaba sacar tajada de la tendencia reinante. Lo que ocurre es que en 1982 -año de producción de la interfecta- el slasher aún era algo más o menos fresquito, todavía no se habían impuesto sus códigos de manera dogmática, quedaba espacio para ideas un poco distintas y, algo muy propio de aquellas primeras muestras, escasa sangre, limitados efectos de maquillaje y todo "off camera", nada demasiado gráfico. Un gusto, oiga.
En "The Forest" no hay asesino enmascarado. Ni tampoco es un tipo medio salvaje que gruñe y gasta deformidades varias. Se trata de un ermitaño que, ante la necesidad de comer, asesina a otros seres humanos. Sí, practica el canibalismo, pero no esperen nada demasiado bruto. Nuestro asesino habla y se mueve como una persona normal. De hecho, parlotea con ¡los fantasmas de sus hijos! que rondan por el bosque huyendo del ¡¡fantasma de la madre que los parió!! una mala mujer que el ermitaño se cepilló tras ver como le ponía los cuernos descaradamente. Pobre hombre. Es decir, estamos ante un slasher con un leve efecto sobrenatural en la trama. En medio de todo este fregao se meten dos parejas anhelando reposo dominguero. No deja de ser gracioso y paradójico que me pusiera a ver "The Forest" huyendo como el demonio del cine de terror feminista y me encontrara a un par de churris que se piran de acampada sin sus maridos porque están hartas del rollo machirulo. Por suerte todo volverá a su correcto lugar cuando de noche, y tras presenciar al fantasma de la infiel esposa del ermitaño (otro divertido elemento anti-feminista. ELLA es la mala y recibe justo castigo), se arrepientan de haber dejado los penes en casa. Sin embargo, desconocen que estos decidieron seguirlas nada más partieron para la aventura, así que andan por el follaje buscándolas e intervendrán cuando más falta haga.
Como digo, la cosa va escasa en cuanto a horror, violencia, crímenes y sobre todo elemento gráfico. Pero así se hacían entonces, y uno lo jalea y aplaude. En su lugar, tienen unas cuantas canciones maravillosamente horteras, siendo esa sobre los peligros de perderse en el bosque de noche, canturreada "a lo Elvis", la más entrañable.
Don Jones, director y guionista, tiene en su haber varias peliculillas, todo explotación de manual, comenzando en 1970 con una de tirón sexy y terminando en 1991 con otra de terror por cuya caratula diríase es un vídeo pajero de Playboy. Palmó el pasado 2021. Descanse en paz.
Sí, claro, me aburrí con "The Forest" Es bastante coñazo y no aporta nada demasiado destacable. Sin embargo, aburrirse de este modo fue lo que yo llamo un momento dulce. Y espero repetirlo en breve. Mi cuerpo y mi mente cinéfaga lo necesitan con urgencia.

(*) Lo justifican escudándose en que, durante décadas, las mujeres han sido las víctimas en el género. La diferencia que todo/a/es parecen obviar es que en esos films el asesino se presentaba como algo totalmente negativo y terminaba castigado. En las películas actuales de mentalidad feminichungui, se presenta a las asesinas como heroínas cuyos actos son dignos de celebrarse. Ergo, no es lo mismo.

viernes, 28 de abril de 2023

VACACIONES PUNKY

Un disparate insípido y aburrido que, a priori, llama la atención por esa propuesta en el aire sobre punks de vacaciones. Por supuesto la película se agarra al estereotipo punk del cine de explotación de los 80 y lo que nos presenta es un híbrido de punk entre lo post-apocalíptico y los que se cargaba Charles Bronson en la saga de “Death Wish”. Huelga decir que son los malos de la función y, además, como dice uno de los personajes, también son comunistas. Es tal la caricatura que se nos muestra que, de no ser porque es americana, “Vacaciones Punky” bien podría ser una entrega más de la saga mexicana de “Intrepidos Punks”, solo que la que nos ocupa no es ni la mitad de demencial y divertida que cualquiera de estas. Esto es más parecido a un telefilm setentero de tercera categoría ambientado en la América redneck que a cualquier otra cosa.
El artefacto va de unos punks que se meten en un restaurante y uno de ellos se lía a hostias con una máquina expendedora. El dueño del local le increpa por ello y, en consecuencia, el punk le dispara a sangre fría, causándole la muerte. De este modo, las fuerzas vivas de la localidad donde esto ha sucedido, tomaran las armas para acabar con estos punks que, mientras, se han adentrado en el desierto y tomado como rehén a la hija del dueño del restaurante. Comienza así el festival de diálogos tontos y disparos que suenan, pero no se ven.
Mala hasta rabiar, “Vacaciones Punky” es la consecuencia de confiar la dirección de una película de bajo presupuesto a un novato recién licenciado en el American Film Institute que no se había puesto tras las cámaras más que en algún ejercicio de prácticas. Le salió esta infamia y, comenzado el rodaje en 1984, paralizado hasta 1987 por falta de pasta y finalmente estrenada en vídeo en 1990, decidió firmarla bajo el seudónimo de Stanley Lewis. Por supuesto, el tal Lewis no se le han vuelto a acreditar más películas tras esta, pero, quien se esconde tras el seudónimo, a día de hoy es un misterio.
Por lo demás no hay nada en “Vacaciones Punky” que destaque o invite a ser consumida. Es la negación absoluta, el suplicio hecho celuloide. Solo un plano detrás de otro sin mucho orden ni concierto. No hay humor involuntario, la acción es sosa e insípida y las interpretaciones comedidas. Bienvenidos a la nada más absoluta.
De todas formas a los americanos les gusta preservar todo y, siendo “Vacaciones Punky” una película que no cuenta precisamente con un fandom enfervorecido como otros títulos de similar calaña, no hace mucho fue rescatada por Vinegard Syndrome para una edición en Blu Ray de lujo cargada de extras.
“Punk Vacation” en nuestro país no cuenta con edición física alguna ni en VHS ni DVD, se estrenó directamente en televisión en algún canal autonómico donde fue bautizada con el título que ilustra la reseña y que nos cuela en el mismo ese alegre “punky” que es como se le llamaba aquí a los punks en los 80 y 90, al menos a aquellos del calimocho, el rollo político y los pies negros; los “punkys”. 

lunes, 24 de abril de 2023

SAN FRANPSYCHO

Los hermanos Quiroz, Eduardo y Juan, de ascendencia latina, manazas donde los haya, encontraron en la primera década del nuevo mileno, gracias al resurgir del formato domestico con la llegada del DVD, un nicho al que se abrazaron como si de una amante se tratara. Así que comenzaron a facturar toda suerte de películas de carácter amateur en las que contaban únicamente con localizaciones de corte guerrillero, actores de tercera fila y una cámara de vídeo, con la finalidad de distribuirlas en dicho formato. Eso sí, se ganaron cierto seguimiento por parte del fandom más cafre gracias a que se especializaron en hacer películas de gangsters chicanos a ritmo de un hip-hop de quinta regional facturado también por los propios hermanos.
La década de 00, a la que yo llamo “segunda era dorada del videoclub”, retrospectivamente hablando puede que sea la que más títulos de segunda, tercera y cuarta fila generó gracias a las bondades del entonces nuevo disco versátil digital. Apareció un nuevo cine de serie B y serie Z que alimentaba las estanterías de los videoclubs, pero también comenzaron a aparecer en el mercado americano películas amateur con ediciones en DVD bastante decentes que tenían cierta vida comercial. Dentro de esta categoría también hubo cosas mejores y peores, pero, los hermanos Quiroz puede que sean lo peor de lo peor  del cine amateur americano distribuido comercialmente. Estos tipos básicamente lanzan una idea atractiva al aire, diseñan un póster más o menos llamativo y luego la película la resuelven con la mayor tacañería posible, tirando de conversaciones insulsas y evitando la posible elaboración de efectos especiales y/o escenas de acción mínimamente complicadas. Aplican la ley del mínimo esfuerzo llevada a cabo con el mínimo talento.
La película más conocida de esta dupla es la titulada “The Dope Game”, un folletin sobre narcos y venganzas en la que actores inexpertos hablan y hablan y hablan. Y poco más. Yo no fui capaz de aguantarla entera. No les iría mal, porque poco después rodaron una secuela, “The Dope Game 2”, cuya caratula de vídeo era más espectacular que la anterior, la película me imagino que sería un mojón de similares características.
Los Quiroz duraron en el tiempo lo que duró el auge del formato DVD y, cuando este empezó a estar de capa caída, dejaron de facturar películas, por lo que estuvieron en activo desde 1998 hasta 2012. Pariendo absolutas infamias. Cuando el negocio del DVD pegó el bajonazo ya no les salía rentable seguir en el juego, así pues, se buscarían las habichuelas en otros menesteres, si es que no han acabado en las calles vendiendo heroína y crack.
Lo que les diferencia de otros amateur de la época es que estas películas son especialmente malas, especialmente aburridas, están especialmente mal dirigidas y son absolutamente incapaces de conseguir algún tipo de efecto o emoción en el espectador. Aquí no hay risas involuntarias, ni efectos especiales cutres. Nada. Solo actores malos improvisando sobre la marcha, guardando —un poco— deuda con el Zen filmaking, que posiblemente sea la mayor patraña de la historia de las imágenes en movimiento.
De esta “San Franpsycho” lo único que mola es el título. Por lo demás, cuando los hermanos la rodaron, lo hicieron un poco con la mentalidad de expoliar por enésima vez el reciente éxito de “Zodiac” de David Fincher. Y en cierto modo es un buen exploit porque en “San Franpsycho”, al igual que en “Zodiac” también se habla mucho. De hecho no hacen otra cosa.
La movida va de un asesino en serie (al que nunca vemos claramente asesinar a nadie porque, salvo por el asesinato por asfixia de apertura, jamás se nos muestra un asesinato directamente en cámara) que tras una escabechina deja mensajes ininteligibles en hojas de papel a modo de pistas. Un detective irá investigando al respecto consultando con reporteros, curas, etc…
Pues la película tiene la gracia justa. Imagínense aguantar las dos horas que dura esto…
En la otra mano, tenemos a Joe Estevez (ya saben, hermano de Martin y tío de Charlie, Emilio y Ramón) más contenido que de costumbre —pero actuando tan mal como siempre— dando vida al detective que investiga a esta especie barata de asesino del zodiaco que se da paseitos por el centro de la ciudad a cámara lenta, con el fin de alargar la agonía (y el metraje) y que le entran ataques de histeria en su domicilio. Al asesino lo interpreta un amigo de los directores llamado José Rosete, pero en el plantel de estrellas, también contamos con Todd Bridges, que en nuestro país se hizo popular por interpretar a Willis en la sitcom “Arnold” junto a Gary Coleman, y que en “San Franpsycho” aparece un par de momentos, habla un poco y se va…
En definitiva. Para ver que cojones es esto y, tras comprobarlo, borrar la suscripción a Plex que es donde tienen películas de estas a cholón.
Otros títulos de los Quiroz serían “The Dammed”, “Drug Lord” o “Veteranos”.  Todo morralla.

sábado, 22 de abril de 2023

DOBLE CUERPO

De todas las películas que el gran Brian De Palma rodó entre 1980 y 1989, puede que "Doble Cuerpo" sea la más "ochentera" Básicamente por ciertas decisiones estéticas, que no cinematográficas, pues el tipo seguía fiel a su estilo... o al de Alfred Hitchcock. Sí, como "Hermanas" o "Vestida para matar", "Doble Cuerpo" entra de lleno en las obras depalmeras especialmente interesadas en recrear el cine del famoso y orondo director británico. Resulta curioso como, en esos tiempos, aceptábamos tal nivel de descaro. O tal vez no tanto, porque fue despiadadamente machacada en la prensa. Hoy se la considera "Brillante". Ya sabemos como va esto...
Básicamente vendría a ser un remedo "puesto al día -al de 1984-" de "La ventana indiscreta", en la que un actor sin mucha suerte es testigo del cruento asesinato de una vecinita sexy a la que espiaba como un sucio voyeur. El tipo da con una pista que le lleva a sospechar que tras todo ello hay un complot, uno que le conducirá hasta las catacumbas del característico cine porno de su característica década. Toda esta parte se pretende sórdida y altamente erótica, o así nos lo parecía entonces. Vista hoy, resulta de lo más inocente. Es aquí donde el rollo "ochens" estalla, con presencia de muchos "nuevaoleros", muchos neones y todo un video-clip en medio del film, ilustrado sonoramente -y presencialmente- por el "Relax" de "Frankie goes to Hollywood" (graciosamente destacado en la caratula del vhs patrio, ver al final del rollete).
Pero esa es, opino yo, la única concesión que De Palma se permite con respecto a la época, por lo demás, continúa jugando con la cámara en intrincadas secuencias donde los personajes se siguen unos a otros y entrecruzan. Ya había una así en "Vestida para matar". La de "Doble Cuerpo" puede hacerse un pelín pesada, pero es la maravillosa, siempre maravillosa, partitura del inmenso Pino Donaggio la que nos la hace más llevadera. Una vez superada esta parte, el film aprieta el acelerador y ya no lo suelta hasta su funcional pero satisfactorio desenlace.
Además de la referencia al porno, en "Doble Cuerpo" también se recrean las poco glamurosas condiciones del rodaje de una película de terror zetosa y mentalidad "exploitation", en la que un vampiro de aspecto muy gayer -y muy de la década también- soba las siliconadas tetas de una chica mientras churrupetea de su cuello (casi puedo visualizar a Tim Kincaid dirigiéndola). Excelentes créditos finales, by the way.
Como no podía ser de otro modo, el reparto es jugosito. Protagoniza un actor muy de su momento, Craig Wasson. Venía de "Historia Macabra" y aterrizaría en "Pesadilla en Elm Street 3", probablemente su rol más famoso. Luego, iría desapareciendo lentamente. Le acompañan en el periplo un siempre eficiente Gregg Henry. Una Melanie Griffith en pleno despegue que no tiene reparos en enseñarnos las tetillas. Un clásico de De Palma, Dennis Franz. La guapa Deborah Shelton (que acabaría con sus huesos en sendos subproductos) y, coronando el pastel, una hermosísima Barbara Crampton follando en pelota picada -y sin diálogo- un año antes de petarlo con ya saben cual. Dada la cantidad de señoras en tetas que pululan por la peli, no resulta raro encontrar a estrellas del zetismo más ramplón como Brinke Stevens o Mindi Miller (y seguro que hay más, pero ponte tu a buscarlas)
Tal vez no sea lo mejor de su director, pero tampoco lo peor. Un entretenimiento lúcido y efectivo que el paso de los años, y sus tics ochentosos, hacen un rato disfrutable.

Ahí les dejo la caratula completa de mi copia VHS...

viernes, 21 de abril de 2023

REVELADO CRIMINAL

Cuando comienza la película, con esos títulos de crédito ambientados en una sala de revelado fotográfico, con esos planos imposibles y “depalmanianos”, y ese montaje milimétricamente medido, todo parece indicar que estamos a punto de ver, por lo menos, algo potable. Una vez acabados, y entrados en materia, descubrimos que esos créditos tan chulos nada tienen que ver con el resto de la película, sosa, vaga, con muchas conversaciones y con menos capacidad para sorprender que un llavero. Claro, esto tiene su explicación: Resulta que está dirigida por un tal Terrence O’Hara —que tras la dirección de este “Revelado criminal” se hizo fuerte en los platós televisivos— mientras que esos créditos tan potentes están dirigidos por Nico Mastorakis, director que para la ocasión ejerce de productor, y que se salva de llevar un “tal” delante del nombre porque en su momento consiguió algún que otro éxito dirigiendo “El Viento” y la hoy considerada de culto “Los Zero Boys”, que tampoco es decir demasiado. Como sea, el contraste entre los créditos y el resto es evidente.
Y es que “Revelado criminal” es un batiburrillo que mezcla cine slasher con thriller e incluso con unos toques de “whodunit” invitando al espectador a averiguar quién es el asesino. Pero se queda a medio gas en todo, porque, no llega a ser un slasher puro, ni un thriller solvente. La película fracasa incluso en su tentativa de ser “whodunit” ya que en sus ediciones de vídeo de la época incluía fotos traseras en las que se nos desvelaba al asesino con las manos en la masa.
La cosa va de un individuo que comienza a cargarse a golpe de hacha a los miembros de una familia en una granja comunal, con la particularidad que, antes y después de proceder, se toma su tiempo para tirar fotos a las víctimas. Los que van quedando con vida durante el metraje, y el espectador, tendrán que jugar a averiguar quien es el asesino.
La misma cantinela de siempre pero peor, “Revelado criminal” es tan incompetente que vemos asesinatos fuera de cuadro y, para sugerir la escabechina que está haciendo el asesino con la víctima, vemos salpicaduras de chocolate de un pastel que justo en ese momento estaba siendo batido en la cocina en la que se está cometiendo el asesinato. O sea, sangre no, pero chocolate sí…
Por lo demás, el más solemne de los coñazos en un film de 1989 que pasó por cines y video clubes sin pena ni gloria y sin nada tras las cámaras digno de ser especialmente reseñado.
Solo para completistas del género de cuchilladas. O incluso ni para esos.

miércoles, 19 de abril de 2023

MINUTOS MUSICALES 11: GAUNT

Retomamos a mi querida "Crypt Records" y su revolución sónica noventera para recuperar a otro de los grupos de su catálogo que "lo petaron" en el momento, concretamente 1995, los "Gaunt".
Únicamente sacaron un disco con "Crypt", "I Can See Your Mom From Here" ("Puedo ver a tu mamá desde aquí", ¡¡gran título!!), que resultó ser tan estupendo, tan enérgico y disfrutable a base de ese característico sonido guarro/lo-fi propio del sello, que deja a la altura del betún el resto de la discografía de los "Gaunt". Dicho de otro modo, salvo el mentado LP (y, siendo generosos, el siguiente editado por "Amphetamine Reptile Records", con algún tema resultón), el resto de lo que la banda produjo no vale un pimiento. Especialmente a raíz de su intento de "mainstreamizarse" -limpiando el sonido, suavizando la agresividad, etc- para sacar tajada del boom "Green Day". Una tragedia, casi tanto como cuando su líder e ideólogo, Jerry Wick, murió atropellado, impidiendo la continuidad de los "Gaunt". Aunque, visto lo visto, y tal y cómo iban, casi hasta le hicieron un favor, oye.
Como muestra, les dejo la canción "Purple Heart", publicada en el único disco del combo que merece la pena busquen y escuchen en su totalidad, "I Can See Your Mom From Here"....

lunes, 17 de abril de 2023

13 EXORCISMOS

Película de terror española de las nuevas hornadas, que toma como punto de partida un hecho supuestamente real de los que ocuparon páginas en la prensa recientemente, para adaptarlo al cine de manera impactante y comercial.  “Verónica” de Paco Plaza o “Malasaña 32 de” Albert Pintó serían dos ejemplos frescos.
“13 Exorcismos”se basaría en los casos de algunas posesiones demoníacas acaecidas en nuestro país, centrando su atención en un suceso con origen en Burgos, donde uno de lo 15 padres autorizados por el Vaticano para realizar exorcismos, Don Jesús Hernández Sahún, armó un cristo con una pobre niña supuestamente poseída por Satanás, cuando lo más probable es que tuviera la cabeza hecha jirones, que finalmente terminó suicidándose.
Así, en “13 Exorcismos”, tenemos a una adolescente que tras una sesión de espiritismo comienza a sufrir extraños episodios paranormales. La psicóloga de su instituto le advierte que nada de lo que está sucediéndole es real y que tan solo está ocurriendo en su cabeza, sin embargo, su santa madre, católica, apostólica y romana, prefiere pedirle segunda opinión a la iglesia que les enviará al padre Olmedo, exorcista, para que le saque el demonio del cuerpo a la chiquilla. Unas cuantas sesiones de contorsionismo demoníaco y de exorcismos no muy espectaculares, harán el resto.
“13 Exorcismos”, con su fotografía oscura y moderna —la guerra actual en el cine español entre directores de fotografía es si usan mucha o poca luz y, en consecuencia, o se pasan o no llegan—, sus movimientos de cámara entre lo sofisticado y lo vanguardista y sus efectos especiales —nominados al Goya—, sin duda, bien elaborados pero poco efectivos, es un aburrimiento fuera de todo precedente, un tostón que destaca sobre todo por su incapacidad de generar miedo y su desarrollo, tan poco atractivo que cada cinco minutos se le va el santo al cielo al espectador.
Y, más o menos, intuía que iba a encontrarme con algo así en cuanto decidí enfrentarme a la película, porque, cuando una de estas cintas de terror españolas está medianamente bien, el clamor popular se expande y llegan toda suerte de opiniones a nuestros oídos. Pero cuando pasa más bien inadvertida, como fue el caso de “13 Exorcismos”, es porque, a rasgos generales, suele ser más bien floja y no se escucha nada por ahí, ni bueno, ni malo. Sin embargo, la elección de José Sacristán como exorcista, que se ve que a sus ochenta y pico años ya le suda la polla si la película en la que aparece es o no cine de calidad y/o intelectual, me pareció de lo más acertada —porque al fin y al cabo es un excelente actor—, así que me senté a verla con cierta expectación. Y sí, mola ver a Sacristán de exorcista, pero es que las sesiones de exorcismo son tan sosas, tan poco espectaculares, que uno se queda igual por mucho Sacristán que esté ahí metiendo cruces en la boca de la chica poseída o pidiendo al demonio que salga de ese cuerpo en el nombre de cristo. Tampoco ayuda al disfrute la avanzada edad del actor que provoca que ya no posea en la voz esa fuerza característica de la que hacía alarde hace 20 años.
En definitiva, “13 Exorcismos” es una película del montón tirando a mala, cuyo máximo interés radica en ver a Sacristán en una de género puro.
Para gacetilleros del cine de terror de segunda y pajeros varios.
En nuestros cines apenas la han visto 108.000 espectadores, pero se ve que en Latinoamérica está haciendo algo más de ruido.
Dirige Jacobo Jiménez sobre un guion escrito a seis manos. Jiménez ha desarrollado su carrera en el cine como eléctrico y como parte del equipo de cámara o dirigiendo la fotografía, hasta que dio el salto a la dirección en un par de episodios de la serie “Jaguar” y, después, con esta película.

sábado, 15 de abril de 2023

LOS OJOS DEL MAL

Supongo que usar el término "muy dosmilera" puede considerarse perfectamente legítimo a estas alturas. "Los ojos del mal" ("See no evil" en v.o.) encaja como un guante en dicha etiqueta. No ya porque sea del 2006, que también, sino por muchos de sus "tics".
Aunque el "nuevo slasher" catapultado a raíz del éxito de "Scream, vigila quien llama" diez años antes ya agonizaba, aún le quedaba algo de oxígeno. Más si lo mezclabas con la tendencia entonces imperante: "Saw" (o torture porn) Así pues, "Los ojos del mal" combina un poco de cada y, de paso, se apunta a esa ambientación sucia -aunque muy Hollywoodiense, es decir, artificial- que pretendía "recuperar" el horror setentero en contraposición al rollo mega-limpio e inofensivo impuesto durante demasiado tiempo por el mentado "hit" de Wes Craven. Aquí cabrían un mayor uso del elemento truculento -tampoco excesivo- y algo de sexy-ismo, aunque no tanto como para poder MOSTRAR un par de tetillas, lo que me parece ridículo (más teniendo en cuenta la peculiar naturaleza del director, como luego veremos) Otros "tics" recurrentes son la sobredosis de hip-hop en la banda sonora, el abuso de imágenes fragmentadas, flashes y otras pijadas tan irritantes como habituales, y que todos los teenagers protas estén de rechupete -especialmente ellas- aunque pertenezcan al lumpen (no hay cosa más desquiciante que la típica actriz mona interpretando a una chica mala a base de poner morritos) Todo ello amparado por Lionsgate (distribuidores oficiales de, yes!, la "Sawga") y "WWE", productora surgida del mundo de la lucha libre emperrada en parir vehículos de lucimiento para algunos de sus hostiadores profesionales. En este caso hablamos de un armario llamado Kane, cuyo aspecto le va de perlas al psycho-killer protagonista de sonoro pero ridículo nombre: Jacob Goodnight. Por lo demás, "Los ojos del mal" es tan trillada que da dolor de cabeza. Ni siquiera tenía pensado incluirla en este blog, hasta que vi que mi compañero no lo había hecho. Y aquí ando.
Un grupo de delincuentes juveniles son reclutados para limpiar un viejo hotel pasto de las llamas. Resulta que un chalado enorme vive oculto entre las paredes y se pirra por agenciarse los ojos de todos los presentes. Puesto que cualquier psycho-killer que se precie debe disponer de su arma "cool" reglamentaria, este se vale de un enorme gancho que lanza para atrapar a sus víctimas. Los últimos supervivientes de la escabechina tendrán que enfrentarse a la bestia y vencerla.
Es cierto que "Los ojos del mal" pretende alejarse de algunos tropos propios del "slasher", pero se queda en un nada llamativo y loable intento. Por ejemplo, que el "final boy" sea el más odioso de todos y, por tanto, aquel al que pensabas iban a destripar primero. O cierta mala uva, como que la chica vegetariana amante incondicional de los animales -en especial los perros- sea devorada en vida por una manada de estos. El elemento truculento está presente, pero poco. Cuando el asesino arranca ojos, no lo vemos en plan gráfico (únicamente si procede con un cadáver) y, siguiendo los cánones del Hollywood más cobarde, es en el palmamiento del malo donde está la chicha. Ya saben, recrearse con la muerte del villano -sea pyscho killer, monstruo o, sobre todo, zombie- se supone menos traumático que si hablamos de inocentes -independientemente de lo aborrecibles que sean- Obviamente, y por año, los CGI comienzan a dar la tabarra, aunque todavía queda sitio para trucajes prácticos.
Hablaba antes de la peculiar naturaleza del director. Pues bien, se trata de Gregory Dark, un señor mucho más conocido por sus aportaciones al cine abiertamente pornográfico. Uno de tirón mainstream -siendo metesaca-, así como bien considerado, estilizado y, por tanto, tremendamente aburrido. Veneno para la libido. Dark se había pasado a la realización de video-clips y su asociación con Britney Spears le otorgó cierto lustre y respetabilidad.
A diferencia de otros de sus compañeros, Kane no logró dar el salto y siguió atrapado en la lucha libre hasta hoy. En 2014 bajó unos peldaños al retomar a Jacob Goodnight en "Los ojos del mal 2" que, seguramente, llegaría directamente en formato doméstico (la primera sí se estrenó en salas) Dirigieron entonces las incapaces -aunque sorprendemente reputadas- Soska Sisters, lo que es sinónimo de mucho malo y nada bueno (¿han visto su horrendo remake de "Rabia"?) El típico e hipócrita caso de alabar dos pavas únicamente por ser pavas, independientemente de sus capacidades, aunque los "fricardos" que así proceden las usen como materia para aligerar el abundante sobrepeso de sus testículos.
El día que llegue la nostalgia de los dosmiles, seguro que a algún cazurro se le ocurre hacer una tercera.
Lo sé, ha sido una reseña desapasionada y funcional... pero, pal caso, va en perfecta consonancia con "Los ojos del mal". Se ve, se soporta y se olvida.

viernes, 14 de abril de 2023

MADMAN

Considerado a día de hoy como uno de los mejores slashers de la historia según la revista de moderneo “Complex Networks” —y en algún otro lado he leído antes semejante titulación para este truño— , en realidad “Madman” es un slasher del montón tirando a malo, lleno de clichés y, probablemente de los más aburridos de la golden era del subgénero. Sin embargo, el culto que a día de hoy se le profesa viene precedido de un éxito de taquilla en su momento que dio que hablar en la industria, ya que se trata de una película que se estrenó de manera reducida e itinerante en autocines y salas de mala muerte de todo Estados Unidos, para al final de su carrera de poco más de un año, llegar a recaudar millón y medio de dólares para un presupuesto de 350.000 dólares. Tampoco nos movemos en unos números escandalosos.
La cosa, como no puede ser de otra manera, peca de sencilla: Un grupo de campistas que canturrea canciones de miedo a la luz de una fogata, invoca por error a Marz el loco, individuo que en el pasado pululaba por el campamento con un hacha y que, una vez allí, se cepillará a gran parte de los monitores y campistas.
Se trata del enésimo plagio a “Viernes 13”, esta vez en una producción a la que le había mirado un tuerto, puesto que en un principio, cuando el guion se titulaba “Madman: The Legend Lives”, este se inspiraba en una leyenda urbana muy popular entre los yankees, la de Cropsy, un monitor de campamento alcohólico al que los campistas hacían la vida imposible hasta que en una broma macabra estos acaban prendiéndole fuego. En consecuencia, deformado por culpa de las quemaduras, volverá al campamento acompañado de unas tijeras de podar con el fin de dar muerte a todos esos buyis. Sí, los más avezados se darán cuenta de que se trata del argumento de, esta vez sí, uno de los mejores slashers de la época, “La quema”. Yo pensaba que “Madman” era el resultado de una secuela fallida de “La quema” que se había ido de madre y que se encaminó hacia lo que es la película resultante, pero resulta que no, que no nace como proyecto de secuela de ningún tipo.
Los universitarios Joe Giannone y Gary Sales, asimismo director y productor de “Madman” respectivamente, tuvieron que cambiar todo el guion antes de empezar porque resulta que, justo a la vez que ellos comenzaban a rodar, estaba en plena producción “La quema” de Tony Maylam, que también tomaba como punto de partida la leyenda urbana de Cropsy. Por miedo a que les tiraran la película por haber otra exactamente igual en producción, convirtieron deprisa y corriendo a su villano en Mad Marz. Este ya no sería un monitor borracho, sino un granjero loco que asesinó a su familia y, en consecuencia, fue ajusticiado popularmente por los habitantes del pueblo, pero no murió, por lo que se especula que todavía campa por los bosques de la zona. Como ya no se basaba en una leyenda urbana real, se quitó el “The Legend Lives” del título provisional —que asimismo se inspiraba el título de un álbum de Frank Sinatra—, se dejó  únicamente el “Madman” y a tomar por culo la bicicleta.
“Madman” fue distribuida para el circuito de autocines por la mítica Jensen Farley Pictures y se salvó de ser una más de la lista de Video Nasties por los pelos, ya que, aunque en principio el contenido de la película es violento, si que escatimaba lo suyo en cuanto a la presencia de hemogoblina, si bien es cierto que la lista de censura británica tampoco tenía un criterio coherente a la hora de elegir que películas eran perniciosas o no para la integridad del espectador.
Por otro lado, la película, de presupuesto irrisorio, no cuenta con grandes estrellas en su reparto, si bien la intención inicial de Sales y Giannone, era que a Mad Marz le interpretara todo un mito del cine de terror como era Vincent Price. Pero el film no estaba sindicado y no hubo huevos a proponérselo.
Pese a que a la larga resultó un éxito, por los motivos que sean, Joe Giannone no volvió a dirigir cine después de esta película (cuando "Madman" comenzó a ser tardíamente reconocida, el hombre se envalentonó y habló de rodar una secuela. Pero nunca ocurrió)
Mi opinión acerca al respecto es que “Madman” es un coñazo casi, casi insoportable, con un montaje torpe, transiciones chungas e irritantes y tiempos muertos, muertísimos, en la que lo único que puedo destacar es el look más o menos molón del asesino, al que no se le ve con nitidez hasta los cinco minutos finales de metraje y al que se le distingue demasiado la careta que lleva puesta… sin que la intención de la película sea que el asesino use ningún tipo de careta. Pero, la película tiene sus fans, su culto y sus admiradores, así que… ¿qué coño sabré yo?

miércoles, 12 de abril de 2023

MINUTOS MUSICALES 10: FEAR

Los "Fear" vivieron su momento de gloria en los 80 cuando John Belushi los adoptó como grupo punk favorito, llegando a tocar con ellos y enchufándolos en el "Saturday Night Live" donde liaron una bien gorda (también se conoce la historia de como quiso imponerlos en la banda sonora de "Mis locos vecinos") Así de primeras parecían un grupo muy chungo, con ese logo de reminiscencias nazis, esas letras homofóbicas y sexistas, esa constante búsqueda de bronca con el público. Pero nada, todo pose. La prueba es que su frontman, Lee Ving, luego se pasó a la interpretación, a actuar en películas, pudiéndole ver -generalmente como villano- en una ristra de títulos sorprendentes: "Flashdance", "Jóvenes alocados", "Pesadillas", "Calles de fuego", "Luna negra", "Cluedo, el juego de la sospecha", "Pulse Pounders" para Empire, y muy especialmente encarnando un auténtico redneck cabrón cazador de punkos en "Los tachuelas".
Como toda banda punk de la época, "Fear" reapareció a raíz del bombazo "Green Day". Lo curioso es que algunas de sus nuevas canciones sonaban incluso mejor que aquellas grabadas en los 80. Por eso, a la hora de elegir la consabida muestra sonora, me ha sido imposible decantarme únicamente por una. Serán dos, "Responsability", aparecida en su segundo LP de inquietante cubierta, "More Beer", que es su mejor canción a pesar de -como dijo un colega- sonar a lata, a caja de ritmos, y "Ugly as you", es decir, tan feo como tu, que formaba parte de los surcos del disco de resurrección, diez años después, imaginativamente titulado "Have another beer with Fear"
Hoy día, un avejentado Lee Ving -y mira que es deprimente el punk de geriátrico- sigue dándole al micro, rascando tanto de la "gloria" pasada que casi ya no le quedan uñas.




"Responsability"



"Ugly as you"

lunes, 10 de abril de 2023

ENTRE TODAS LAS MUJERES

Rodada en Bilbao, de producción eminentemente vasca y basada en una novela, “Los cuerpos de las nadadoras” de Pedro Ugarte que asimismo co-firma de la paternidad del guion, “Entre todas las mujeres” es una comedia ligera que gira en torno a un individuo que, asociado a un estafador, acaba en prisión por culpa de los negocios ilegales de este y desde allí rememora sus relaciones sexuales y/o amorosas con las mujeres. Sin más.
Una sucesión de secuencias en las que Ramón Barea interactúa con féminas o con extraños poetas pervertidos que le dan al sado maso.
Yo a esta película la descubrí una tarde tonta, dando una vuelta nada menos que por un “Boom Vídeo” a finales de los 90. Entonces veía todo lo que oliera a comedia española y “Entre todas las mujeres”, aunque a priori no me decía nada, apestaba a eso. Sobre todo destacaba su cartel, cutre donde los haya, y la presencia en el reparto de Antonio Resines, aunque el protagonista era Ramón Barea. La alquilé, la vi, recuerdo que no me pareció mal y le perdí la pista.
Lo curioso del asunto es que se trataba de una película muy rara de la que no había escuchado hablar previamente. Y después del visionado de aquel alquiler, tampoco volvería a hacerlo jamás. Si en mis conversaciones alguna vez la saqué a relucir, nadie tenía ni pajolera idea de lo que les estaba diciendo.
El otro día me acordé de ella y, no sin cierta dificultad, me agencié un ripeo del VHS de la época con la firme decisión de volver a verla, porque lo cierto es que ya no me acordaba de ni un solo fotograma de la película. Solo que en su momento me había gustado ligeramente. No me dejó indiferente de alguna manera.
Y resulta que se trata de una película bastante ignota, que tuvo ciertos problemas de promoción y propiciaron que en su estreno, allá en 1998, se lanzara totalmente de tapadillo, en un año en el que la entrada media de una película española casi llegaba al medio millón de espectadores. Esta no llegó ni a los ochocientos. O sea, que se trata de una de las películas “de verdad” con menos recaudación de nuestra historia. Y hago hincapié en lo de “de verdad”, porque en la era digital han llegado a las pantallas un buen número de títulos de carácter amateur que se han llegado a estrenar en salas con cifras estúpidas de uno o dos espectadores, ya que ahora es más fácil exhibirlas (otra cosa sería la promoción y demás). Pero “Entre todas las mujeres” es una de verdad, de industria, y rodada en los 35mm cada vez más añorados por mí. No la vio nadie.
Al margen de los tejemanejes de pudiera (o no) tener la productora, es curioso lo escondida que ha estado siempre esta película. Cuando la lanzaron en vídeo tampoco pusieron en circulación demasiadas copias, por lo que al final somos cuatro gatos los que la hemos visto. Y dos a los que, además, nos ha gustado. Y me gusta, por  su condición de rareza, por extraña, por diferente… y por sosa. “Entre todas las mujeres” es rematadamente sosa. Y montada con muy poca destreza. Está construida a base de flashbacks y, aunque contada con voz en off (ya que se opta por hacer que el protagonista explique su historia en primera persona, como en la novela), al espectador le cuesta enterarse de si la narración es aquí y ahora o tiempo atrás, lo que le otorga un aire aún más extraño. El prota parece entrar y salir de la cárcel a antojo cuando lo que de verdad sucede es que nos habla desde la prisión y el resto de lo que vemos son flashbacks. No se entiende nada, pero por algún motivo, aun consciente de todas estas cagadas narrativas, la película me funciona. Y también me funcionan esos aires tragicómicos que se trae, que muchas veces ni ella misma sabe dónde va a ir a parar.
Como digo es sosa y deslavazada, pero en conjunto se deja ver con agrado. Ramón Barea por lo general suele estar bien y, aquí, con su bigotazo y su cara de sorpresa, se echa a la espalda la película que si en algún punto decae, desde luego no es por él.
Le secunda Resines, que como siempre hace de Resines, y gente como Juan Viadas o Saturnino García, habituales del cine vasco de los 90.
El director, Juan Ortuoste que ejerce además de productor, en esta y en otras tantas, previamente dirigió una película a medio camino entre el thriller y el cine quinqui titulada “7 Calles”, otra cosa que también parece que se le haya tragado la tierra titulada “El mar es azul” (y que no hay forma de encontrar) y la que nos ocupa. Tras esta, el señor Ortuoste no ha vuelto a dirigir película alguna. No me extraña… si se estrenan y no se entera ni dios…

sábado, 8 de abril de 2023

THE QUANTUM TERROR

Si algo tengo asumido, es que el 99% de las películas supuestamente independientes (en realidad amateurs) que pululan por "Prime Video" son auténticas fulañas. Las hay, directamente, con la capacidad de infligir dolor. Y todas, como no podía ser de otro modo, adscritas al género del terror, cumpliendo a rajatabla con lo que se espera de ellas en cuanto a clichés, fórmulas y salidas previsibles. Por ello, el resultado suele dejar ese poso deprimente y miserable. Sin alma. Si vas a hacer algo de tal naturaleza, por lo menos, macho, desmádrate, explota tu libertad creativa, deja volar tu imaginación, no me seas mendrugo, vago o perezoso. Obviamente eso es muy difícil de ver, pero a veces, solo a veces, ocurre. Tras sufrir los primeros 15 minutos de uno de los "found footages" más patéticos y horripilantes que he consumido en mi vida -"Evil Tapes", perfectamente etiquetable como "found FUCKtage"- me puse "The quantum terror" cargado de desconfianza. Y seguramente deba darle las gracias al director del aborto previo porque, comenzar a verla de esa guisa contribuyó a... no diré disfrutarla, pero sí sorprenderme.
Una tipa desaparece en unos túneles subterráneos mientras busca la entrada a otra dimensión. Un grupo compuesto de amigos y ex-parejas salen en su busca. A partir de ahí, todo se desmadra que da gusto.
"The quantum terror" es una película peculiar. Así a primera vista, luce todos los ingredientes típicos de esta clase de producciones casi casi caseras. El look digital a consecuencia del uso de cámaras buenas, pero no profesionales. Los actores limitados que se esfuerzan, pero no llegan. Puntuales efectos infográficos lógicamente costrosos y la inevitable sensación -e irrefutable verdad- de haberse grabado en casa de un colega. Y, sin embargo, el resultado queda lejos de la sosería y monotonía habituales. Aquí su director y guionista, Christopher Cooksey, ha invertido ganas y ambición. Lo cierto es que podríamos usar la palabra "arty". En algunos momentos asistimos a material que parece querer replicar, a lo pobre, el imaginario del David Lynch más radical, con simbologías extrañas y demás mandanga, solo que aplicada vía croma chusco. Hay monstruos -uno muy majo en stop motion-, tentáculos movidos en "reverse", algunas parrafadas pretenciosas y, en fin, que la mezcla acaba "funcionando" ni que sea por el curiosísimo contraste entre medios e intenciones (o pretensiones)
No es la mojama. No es la hostia. Es un poco plomiza, y a ratos tanto delirio carga, pero al menos la vi entera y con cierto interés, cosa para nada habitual cuando hablamos de este nivel casi subterráneo de producción (eso sí, no repetiría. Una basta y sobra)

viernes, 7 de abril de 2023

BEASTIES

“Beasties” es una película cuyo argumento apenas se entiende en la que, tras una invasión extraterrestre, unos pequeños aliens surgidos de una nave espacial con vida propia se dedicarán a atacar a cuantos adolescentes se cruzan en su camino. Por otro lado, tenemos una especie de sociedad post-apocalíptica formada por punkies que no traman nada bueno. Y un protagonista nerd que junto a su novia tendrá que luchar contra todo esto.
Realmente nos enfrentamos a una película perpetrada por una suerte de Juan Palomo de Fresno, Steven Paul Contreras, que con 60.000 dólares del ala y una cámara Súper 8 capaz de registrar sonido directo, se rueda por su cuenta y riesgo una película de ciencia ficción titulada “The Bionaut”, con algunos FX resultones y un par de criaturas fabricadas a partir de marionetas más o menos apañadas. Sin embargo, y pese a su empeño por lo contrario, se ve una película muy barata y cutrecilla que a día de hoy puede tener cierta gracia, no solo por la pobreza de medios, sino además por el desfile de clichés ochenteros que ostenta, es decir, desde los punkies más malos que el demonio, hasta el protagonista, el típico nerd con gafas de pasta y pintas de empollón, que parece salido directamente de una sex comedy. Hoy todo esto sería muy común en cualquiera de esos productos posmodernos paridos para complacer a pazguatos treintañeros que se corren viendo “Stranger Things” y tienen una percepción distorsionada de cómo se supone que era el cine de los ochenta —porque no lo vivieron—. Pero es que en este caso, no da lugar dicho posmodernismo porque se trata de una película genuinamente de los 80, y de ahí la gracia, metiendo todos esos clichés de manera inconsciente, porque es lo que tocaba. Con su película bajo el brazo y un dinero invertido en el montaje, a Steven Paul Contreras no se le ocurrió otra cosa que hacer copias de VHS que él mismo distribuiría a los vídeo clubs locales llegando a poner en circulación unas 80 cintas con su obra.
Estamos en 1989 y es la era dorada del vídeo, los direct to video son un negocio redondo y a cada película rodada de forma amateur que sale a la palestra le aparece un mecenas dispuesto a hacerle ganar unos dólares a su creador. Así, con “The Bionaut” siendo distribuida de forma marginal, llama a la puerta de Steven Paul Contreras nada menos que David DeCoteau, que de esto sabe un huevo, con la intención de comprar los derechos para su distribución nacional. Sin embargo la película tal y como la concibió Contreras no resulta demasiado atractiva para el gran público, motivo este por el que DeCoteau decide hacerle una limpieza de cara. En primer lugar, con un metraje rozando las dos horas de duración, la someterá a una considerable poda —motivo por el cual no se entiende nada del argumento— de al menos 20 minutazos (que 25 años más tarde se rescatarían para la versión integra lanzada en DVD), por otro, decidirá que eso de “The Bionaut” no es comercial. Y cómo en ese momento están de moda las películas de bichejos (gracias en parte al éxito de “Gremlins 2”), y como en “The Bionaut” aparecen dos o tres pequeños aliens que pueden asemejarse un poco a los Gremlins, DeCoteau le cambió el nombre a la película, pidiéndole a Charles Band que le ceda el título de “Beasties”, que era bajo el que en un principio se iba a estrenar “Ghoulies”. De este modo, haciendo pasar la película por un expolio más de los muchos que sufrió en aquellos momentos el film de Joe Dante, se aseguran un buen número de cintas vendidas.
Sin embargo “Beasties” apareció en el mercado en 1991 y, quizás, este tipo de películas baratas ya no tenía el tirón de unos años atrás, porque el bueno de DeCoteau se llevó un buen batacazo con el lanzamiento. Apenas consiguió vender 200 unidades en todo Estados Unidos, por lo que se convirtió en un fracaso tan grande, que cuando DeCoteau se volvió a reunir un tiempo después con Contreras, le devolvió los derechos, el master y le deseó suerte. También le aseguró que si hubiera llegado con la película un par de años antes, ambos se hubieran forrado, pero que en aquel momento ese tipo de material cochambroso no tenía tirón.
Contreras no volvería a ponerse detrás de las cámaras jamás, ni tan siquiera cuando, tras un momento de subidón al reeditarse su película en DVD en 2005, anunció a bombo y platillo que iba a rodar “Beasties 2”… todavía le estamos esperando.
Por todos estos motivos, porque solo se vendieron 200 copias de la misma durante los 90 y por su condición de película extraña, “Beasties” goza en la actualizad de cierto culto (poco) y se la tiene en cuenta como un pequeño clásico del cine mierdoso, pero lo cierto es que hay que echarle valor para enfrentarse a ella; Tiene unos cuantos FX que son curiosos y resultones, sí, pero ocupan el 10% del metraje. El resto, punkies manteniendo conversaciones sobre imperceptibles fondos negros y aburrimiento a raudales, como ya me imaginaba minutos antes de darle al play.

miércoles, 5 de abril de 2023

MINUTOS MUSICALES 9: OBLIVIANS

Los "Oblivians" son una de las bandas estandarte del punk-garajero surgido de la factoría "Crypt Records". Voluntariamente lo-fi, elementales, ruidistas y cafres, fueron perdiendo chispa a medida que, paradójicamente, aprendían a componer y tocar.
Lo que muchos desconocen de los "Oblivians" es su vinculación durante los 90 con cierto SOV. A las riendas de una banda previa llamada "The Compulsive Gamblers", tocaron la noche del estreno de "Gorotica" (conocida como "El Nekromantik yanki", sin todas las pedanterías artys), vídeo-película del legendario Hugh "Draculina" Gallagher. En esta ejerce como productor -y actor- John Michael McCarthy, dibujante de comics underground y futuro "cineasta" que dirigió algunos vídeo-clips de "Oblivians" y fue el descubridor de la ultra-sexy y morbosa D'Lana Tunnell quien, para redondear la historia, actuó posteriormente en "Gore Whore" de Gallagher y luce en la portada del recopilatorio "Sympathy Sessions" de donde he extraído la canción de los "Oblivians" que podrán escuchar a continuación (en este caso no editado por "Crypt", sino "Sympathy for the Record Industry")
Probablemente no sea la mejor que tienen (me parece mucho más adictiva "Viet Nam War Blues"), peeeero me fascina por la mezcla de ritmos propios del garaje más lo-fi con la brutalidad e intensidad de un grupo casi "noise-core", ¿el nacimiento del garaje-core? en cualquier caso, así es como suena....


lunes, 3 de abril de 2023

EL MASAJE

Telefilme de corte erótico de los años 90 con cierto culto entre los pajilleros más desprejuiciados, porque, si le damos a la pausa en un par de momentos concretos, esta película bien vale una invocación a Onán. E incluso dos.
Se trata de una de esas que se conciben exclusivamente para aumentar la libido de señoras de mediana edad que sueñan con un varón interesante que les haga ver las estrellas de gozo. Una previa, como no, a “50 sombras de Grey”. Pero estamos en 1995, no tenemos muy lejana “Instinto básico” como paradigma de lo erótico y lo atrevido, y al final lo que consigue “El masaje” es obtener un efecto contrario al deseado, tener a los varones bien pendientes de lo que sucede en pantalla, más que las féminas, porque aunque la intención es estimularlas a ellas, la película entera se recrea en una Mimi Rogers entrada en los cuarenta, desnuda, bamboleante, suelta, fresca y velluda que se deja manosear por un Bryan Brown cincuentón que, mientras, le lleva la contraria en conversaciones a cerca de arte, filosofía y pareja.
La Rogers es una marchante de arte forrada que cada semana recibe un masaje que la deja como nueva. Pero un día en lugar de su masajista habitual, joven, bello y hábil, llega un señor cincuentón y malcarado (Brown) que le sustituye porque este se ha ido de viaje. A la marchante parece no hacerle ni puta gracia el cambio, pero cuando recibe el masaje no solo acaba descubriendo que su masajista habitual es homosexual, sino que le ha gustado la conversación que le ha dado el cincuentón, por lo que le invita a continuar viniendo cada semana a su casa en lugar del que lo hace normalmente. Y ese es todo el argumento. Durante una hora y media hablan, hablan y hablan, al ritmo que marcan las manos de Bryan Brown sobando las enormes peras a la Rogers.
Material pajero a parte, lo que más destaco de “El masaje” es que, pese a que los personajes nos importan un pimiento, no hay apenas historia y en realidad tenemos a dos pollopera hablando de sus cosas, la película está extrañamente entretenida. No se como lo consigue pero la combinación de magreo y parloteo pseudo intelectual logra captar nuestra atención hasta que, cuando termina, nos damos cuenta de que la cosa ha estado bien. Con matices, pero se aguanta perfectamente.
El merito de eso lo tiene su director, porque no nos encontramos ante cualquier directorcito de escuela que debuta con un telefilm, no, tenemos a Nicolas Roeg que, extrañamente acabó trabajando para la televisión ya sea en series o telefilms de esta índole, pero que venía precedido por el prestigio que le otorgaron en los 70 su ópera prima, “Performance”, con papel protagonista para el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, “El hombre que cayó de la tierra” con David Bowie o "Amenaza en la sombra". También se marcó alguna cosa eminentemente mainstream como “La maldición de las brujas”. Después ya se dedicaría casi en exclusiva a la televisión, y ahí es donde entra esta “El masaje”. Y yo creo que se aguanta perfectamente por el buen hacer de su director.
Mimi Rogers, probablemente más conocida por ser la primera esposa de Tom Cruise allá en los 80 que por el buen número de películas en las que intervino, cuenta que aceptó hacer el papel porque los diálogos —que en realidad son sonrojantes— le parecieron súper interesantes y por tener la oportunidad de trabajar para Roeg, pero, al final no se sintió nada a gusto, porque tenía que estar todo el día en pelotas, tumbada en una mesa fría. Además, en ese momento solo pasaban cuatro meses después de haber parido, por lo que la Rogers no se encontraba a gusto con su cuerpo que en tiempos pasados era mucho más escultural. Yo digo que precisamente ese cuerpo imperfecto de mujer madura es lo que hace que esta película merezca completamente la pena, que nos pongamos como motos viéndola, y me pregunto si Bryan Brown no le ocurriría igual con tanto sobeteo, magreo y apretamiento. Se merecía un Oscar.

sábado, 1 de abril de 2023

2013: RESCATE EN L.A.

Fui a ver la famosa/infame secuela de "1997: Rescate en Nueva York" cuando se estrenó en una sala medio vacía. Al salir, la sensación no era demasiado entusiasta. Aún así, cegado por mi fanatismo juvenil hacia su director, corrí a escribir una reseña muy positiva para un fanzine de naturaleza punk/radikal llamado "Sancocho Metálico", donde me centré en el notable lado subversivo del film, demostrando de esta manera que, ocasionalmente, las películas más comerciales y aparentemente tontunas son las más críticas con el "establishment", las más transgresoras, sin necesidad de dárselas de cine de autor y/o intelectual. No obstante, en mi fuero interno sabía que John Carpenter y su troupe (Debra Hill y el mismo Kurt Russell, los tres autores del guion. Me los puedo imaginar embriagados de nostalgia y echándose unas escandalosas risas entre tecleo y tecleo) me habían fallado. Pero ya saben como es esto del paso del tiempo y la perspectiva. Ayer, aprovechando que la daban por la tele, me animé a verla, sin el peso de todo el trajín emocional.
La hija del presidente de los USA se ha liado con un revolucionario y huido hasta la ciudad de Los Ángeles, convertida ahora en una isla donde deportan a todos los ciudadanos indeseables (que roban, violan, asesinan y estafan, pero también van los que fuman, comen carne roja, beben, dicen tacos y son ateos) En su huida se llevó un aparato capaz de dejar sin electricidad al planeta entero y temen que lo utilice. Una vez más, engañan a Serpiente Plissken -y mira que es lerdo- para que acuda y, en tiempo límite -antes de que le mate un virus inoculado en su sangre-, recupere el trasto y elimine a la niña, al revolucionario y a todo aquel que se ponga a tiro.
Entramos de lleno en la etapa "flojucha" de la filmografía de Carpenter. Dejadas atrás sus aportaciones más o menos dignas de finales de los ochenta ("El príncipe de las tinieblas", "Están Vivos" o "Memorias de un hombre invisible") en los 90 vivió años no demasiado inspirados. Todo lo parido entonces era más bien desangelado y patosillo (salvo "En la boca del miedo", pero por los pelos) Y "2013: Rescate en L.A." le va a la zaga. Lo que ocurre es que es la secuela directa (o más bien remake encubierto) de una peli muy querida. Y un personaje igual de apreciado. Y eso pesa. En una no muy antigua convención visitada por John Carpenter, hubo quien se atrevió a esputar una pregunta mal intencionada sobre el film reseñado, ¿y qué hizo nuestro querido filmmaker? -en una época en la que ya se había vuelto la mar de gruñón-, responderle con un seco y significativo "Fuck you!"
Aceptémoslo, "2013: Rescate en L.A." es malilla. Muy tonta. Además, gasta unos efectos visuales dolorosamente malos. El CGI aún andaba en pañales, sí. Pero es que también los "mate paintings" dejan mucho que desear. A pesar de ello, vista ayer, y consciente de que no podía esperar gran cosa, la disfruté. Me entretuvo. Tanto por sus momentos buenos (el duelo con la oxidada lata de por medio), como patéticos (el famoso surfeo en la cresta de un tsunami. De verdad, ¿qué se habrían fumado Carpenter, Russell y Hill en ese momento?). Y, como decía al principio, por todo ese saludable espíritu crítico -y premonitorio- hacia los Estados Unidos y sus poderes fácticos (con un presidente cobarde que solo sabe rezar, el parafascismo ultra-moral, etc), así como las ideas delirantes (el grupo de deformes adictos a los retoques de cirugía estética. El gang compuesto de niños altamente violentos armados hasta la sobaquera), la aniquilación de algunas convenciones narrativas (evitar cualquier subtrama amorosa acribillando a la chica de la peli cuando menos te lo esperas) y el brutal desenlace. Decir que "2013: Rescate en L.A." es una película mala pero divertida sería excesivo, pero sí es cierto que gasta un sutil tufo a "placer culpable" del todo entrañable.
Estaremos de acuerdo en que su verdadero fuerte es la tremenda galería de rostros que van asomando a lo largo de la función, casi todos habituales "personalidades cult", y acaparan desde el protagonista hasta, casi, los extras. Ahí va el listado completo (Kurt Russell aparte): Stacey Keach, Cliff Robertson, Valeria Golino, Steve Buscemi, George Corraface, Bruce Campbell, Robert Carradine, Peter Fonda, Pam Grier, Paul Bartel, Peter Jason, Leland Orser, Al Leong, Thomas Rosales Jr. y, aunque no aparezca acreditado en ninguna parte, un fugaz Marco Rodríguez (el psycho del supermercado en "Cobra"). Tremendo ¿verdad?, es un auténtico regalo para el aficionado. No obstante, este no respondió con mucho entusiasmo y la peli se estrelló en taquilla. Otro palo gordo para un Carpenter que veía como, poco a poco, su llama se apagaba sin remisión. Desde entonces, el único medio por el que Serpiente Plissken se ha movido ha sido el noveno arte. En lo referente al audiovisual, ha habido rumores de series, secuelas y remakes... pero, hasta ahora, na de na. Si algo de todo eso prospera, seguramente será ya sin un Kurt Russell que anda pensando en retirarse. Francamente, mejor así. Es este uno de esos personajes que solo funcionan con un rostro y unas maneras, las del actor que le dio vida desde buen principio. ¿Se imaginan otro tipo haciendo de "Harry Callahan", "John Rambo", "Indiana Jones" o "John Matrix"? No, no molaría nada.