viernes, 9 de junio de 2023
LA MUJER DEL JUEZ
El caso es que, quizás de pura chorra, con la tontería de querer mostrarnos las tetas de Norma Duval, entre Paco Lara Polop, director y principal promotor de la película y Julián Ibáñez, se escriben un thriller de corte erótico que se anticiparía a la corriente americana de los 90 con “Instinto Básico” a la cabeza y que, generando un desarrollo y un clímax malsano y malrollero (y sexista, y misógino, y…), resultaría ser una de las mejores películas de las muchas que dirigió Lara Polop. Porque el film es resultón y eficaz, con una trama a priori trillada que se va complicando hasta captar por completo la atención del espectador y, encima, se consigue que el momento en el que Norma Duval se despelota no sea del todo gratuito porque se integra muy bien en lo que es la trama. Y luego, al final, otro pequeño giro. Y cuando termina, uno acaba exclamando: Chapó.
Tenemos a un señor juez interpretado por el estupendo Manuel Tejada, que anda hasta el cuello de trabajo y, en la otra mano, tenemos a su sumisa esposa que, harta de gastar un dinero que no se acaba en insulsas compras, se aburre en el hogar conyugal cosa mala. Así que, en una de estas, acaba manteniendo una relación sexual con el joven dependiente de diecisiete años de la zapaterías donde se deja la pasta.
Jugueteando amorosamente en el cobertizo propiedad de los progenitores del adolescente, la mujer del juez y el muchacho son sorprendidos por el vecino de esta que pasa por allí en bicicleta —y que ya le tenía echado el ojo a la jamba porque está muy buena—, justo un rato antes de descubrirse que la mujer de este ha fallecido en un aparatoso accidente. Se sospecha del vecino, pero el encontronazo casual con la mujer del juez le sirve de coartada. No obstante, como ha pillado a esta fornicando con el chaval, la chantajeará haciéndole participar en sus juegos de corte sexual, si no quiere que desvele su affaire con el muchacho. Naturalmente la cosa se irá complicando.
Pues está muy bien, sobre todo, porque pese a la ranciedad de su diseño de producción y la tosquedad de toda la película en sí, rodada en una época en la que el hecho de filmar con película barata otorgaba al cine español un tono muy característico, y sin grandes alardes ni técnicos ni estéticos, consigue una película de una factura pobretona, pero que se ve compensada por la solvencia de lo que nos cuenta con una historia curiosa y bien escrita que logra que le veamos las tetas a Norma Duval, pero con consistencia. Y vaya si se las vemos.
“La mujer del juez” no fue un gran éxito de taquilla, aunque pasaron por caja casi medio millón de espectadores, pero sí que fue un gran éxito en vídeo de alquiler, con aquellas cintas que iban en las fundas gordas y mullidas de Izaro films, que la distribuyó.
En el reparto, junto a la Duval, el Tejada y el inútil de Micky Molina tenemos a un Héctor Alterio que da gusto verlo —las secuencias en las que se encuentra con la Duval en fiestas de sociedad y en las que la mira con cara de sátiro son tan inquietantes como involuntariamente divertidas— luciendo prolongada calvicie y bigotazo, tenemos a Beatriz Elorrieta y, eterno, Antonio Gamero.
miércoles, 7 de junio de 2023
MINUTOS MUSICALES 13: DIRT
A diferencia de otros combos del colectivo, al menos "Dirt" sonaban cañeros, veloces y estridentes. Y, curiosamente, a pesar de su condición okupa y politicastra, me sorprendí cuando en sendas canciones escuché extractos de dos películas que adoro y que, desde luego, nunca habría asociado al anarco-punk (claro que eran posteriores a su "etapa Crass", tal vez eso tendría algo que ver), por un lado las risas histéricas del mobiliario al completo en "Terroríficamente muertos" al final de "Plastic Bullets" y, más llamativo aún, el "speech" de "Emil Antonowsky" (es decir, Paul McCrane) en "Robocop" cuando aterroriza a un currante de una gasolinera diciéndole aquello de "Apuesto a que te crees muy listo, chico... ¿más listo que una bala, eh?", al inicio de "Man Hunter". Es cierto que el inmortal clásico de Paul Verhoeven tiene mucho de transgresión, es muy punk en su espíritu, pero daba por sentado que mentes tan cuadriculadas como -asumo serían- las de "Dirt" y bandas afines, solo verían una película made in Hollywood cargada de violencia, sin más. Parece que no, parece que estos cabrones tenían buen gusto a la hora de sentarse frente a la tele, decantándose por cine de género en lugar de aburridos tochos rusos sobre anarquismo. Bien por ellos.
Sin embargo, ni "Plastic Bullets" ni "Man Hunter" son lo mejor de "Dirt". Para redondear este rollete con la inevitable muestra sonora, me he decantado por la que, creo, es su mejor canción, "Lunacy", disponible en el disco "Scent of the kill"... y suena like this...
lunes, 5 de junio de 2023
LAS AVENTURAS ERÓTICAS DE PINOCHO
Y es que la película, de 1971, con toda una señora clasificación X a sus espaldas, se encuentra en tierra de nadie en lo que a cuestiones de follambre se refiere porque se concibe en una época en la que está a punto de estallar el porno duro mientras que la reseñada está todavía poniendo sus ojos en las inocentes películas eróticas de los 60. Por supuesto, no contiene ni una escena de pornografía explícita y evita mostrarnos a toda costa pubis o nalgas; así que, sí, presenciamos unas cuantas escenas eróticas, pero en las que prácticamente no se ve nada. A eso añadan un humor tontorrón al que se le da más importancia que al mostrarnos carne y unos coloridos y estúpidos disfraces, puestos en actores y actrices de poca monta, con el afán de recrear el cuento infantil de Collodi. Pues, efectivamente, para paja no da. Al margen de lo guarrindongo, la película se compone en mayor medida de conversaciones huecas y chascarrillos malos, por lo que a rasgos generales es aburrida y plana, y verdaderamente cuesta dios y ayuda verla completa.
El cuento de “Pinocho” queda alterado en esta versión de la siguiente forma: Geppeta es una joven virgen que ansía la compañía de un hombre. Como no lo tiene, se fabrica uno de madera. Y se lo monta con el maniquí… Un buen día, un hada madrina de suculentas tetas aparecerá para dar vida al muñeco, y este se convertirá en un hermoso hombre de carne y hueso, tan hermoso, que acabará prestando sus servicios en un burdel siendo explotado por un proxeneta.
Y no se dejen engañar por el poster: lo que le crece a este Pinocho no es precisamente la nariz… ¡Es el cipote!
En fin, una chorradita que se ve más por hacer la gracia que por cuestiones eróticas y/o antropológicas y que, con su look amable, no llega ni a simpática.
Sin embargo, habría que tenerla en estima al menos por tratarse de la única adaptación al cine de la obra de Codolli que se omite en las filmografías oficiales en torno a Pinocho.
Al muñeco protagonista lo interpreta aquí un tal Alex Roman, de imponente físico y semblante, que no volvió a aparecer en película alguna posteriormente. La carne femenina la ponen las actrices mencionadas más arriba.
En las labores de dirección tenemos a Corey Allen que con “Las aventuras eróticas de Pinocho” firma su única película para cines. Manda cojones que sea un producto X de tan baja estofa. Eso sí, antes de este, y después, Allen es en verdad un reputado artesano televisivo con tropecientas series y telefilmes sobre sus hombros entre las que podemos destacar “Los casos de Cosby”, para lucimiento (obviamente) de Bill Cosby y, sobre todo, “Capitolio”, popular soap opera estadounidense donde llegó a dirigir la friolera de casi 1300 episodios.
sábado, 3 de junio de 2023
PASANDO PÁGINA
En cuanto, nada más comenzar, vi que el protagonista era un chaval aficionado a dibujar comics, que estos venían paridos, indudablemente, por uno de mis comicantes favoritos, Johnny Ryan, y que un señor mayor y gordo se sube en una mesa y se queda en pelota picada para que el chaval, su alumno, le dibuje... me dije aquello de "Esto promete". Luego, el profe la palma en un accidente y su pupilo, perdido, intenta a la desesperada encontrar otro modelo adulto que le guíe, lo que le llevará a muchas situaciones absurdas. De por medio, una continua alusión al mundillo del comic, especialmente aquel de tirón underground. Peter Bagge (quien firma la inconfundible tipografía de los créditos. Cojones, si hasta el prota, ahí con su pelo moreno aceitoso, es un trasunto de "Buddy Bradley"), Daniel Clowes, Drew Friedman... muchísimos son los autores del estilo señalados, o, directamente replicados. Se hace mención a los mini-comics. Tiene un cameo el legendario zine rockanrolero "Kicks". El prota gasta un amigo, más tarado aún, que edita un fanzine. Hay un puñado de escenas ambientadas en una tienda de tebeos. Se raja de los superhéroes e, inevitablemente, aparece una ristra de gordos, deformes y medio mongers representando a los habituales del "mundillo", aunque en este caso no se limitan a esos parámetros. TODOS, y digo TODOS, los personajes del film son FEOS. Sin excepción. Algunos muchísimo, otros un poco menos. Pero no hay guapos en esta película (tampoco chicas, ¡¡ni una!!, por lo que nos libramos de una innecesaria historia de amor). Tal vez el prota sea el más "mono", pero ya se ocupan de que, como decía arriba, lleve el pelo bien grasiento y luzca un poco de acné, aunque menos que su super-amigo, al que da grima ver. Sí, todo muy Daniel Clowes.
El chaval tiene prisa en independizarse, no se lleva bien con sus padres, así que deja su bonito barrio de clase media/alta y se instala en una pocilga, situada en una zona peligrosa, con dos tipos bastante inquietantes, que se duchan con agua medio marronosa y, llegada la noche, ponen el volumen de sus portátiles a máxima potencia. Toda esta parte me resultó perturbadoramente familiar. Aquellos que me conocen, lo entenderán. Podría identificarme con el chaval, si no hubiese una diferencia de décadas entre nosotros. Así que me toca ser la réplica de sus compañeros de vivienda, pero estos están totalmente zumbados. Dan miedo. Y esa es una colleja que podría soltarle al director y guionista de "Pasando Página", Owen Kline (pijillo nacido del cruce entre Kevin Kline y Phoebe Cates... ¿cómo sentará ser hijo de una fantasía masturbatoria?), que aunque parece decantarse cariñosamente por el "excéntrico", el raro, el inadaptado, etc, al final, estos salen retratados como gente realmente turbia, peligrosa, medio psicópata, mientras los padres del prota y la abogada que le da curro, aún no siendo totalmente convencionales (nadie en esta peli lo es) sí resultan más tolerables, más aceptables. Vamos, que mola ser rarito... pero no demasiado, y al final, siempre es mejor tener un buen curro y vivir en un barrio limpio y ordenado. La típica doble moral de esos lares.
Bien, a partir de que el film se aparta un poco del ambiente comiquero, centrándose en la relación del protagonista con ese nuevo modelo adulto -y muy muy pillado-, el interés desciende unos grados. Además, parece un poco ilógico que un joven que ha demostrado inteligencia, claridad mental, personalidad y responsabilidad, pierda el ojete de modo exagerado por complacer a un individuo tan chungo. Y que no se de cuenta de, eso, que no es aconsejable y tampoco está bien de la testa. Pero da igual, porque al fin y al cabo es una comedia, bueno, una tragicomedia, así que nos lo tragamos como una prostituta se traga la lefa de un viejo verde y nos dejamos llevar.
Ya, toda esa referencia al comic underground o alternativo, todo ese rollo de "ser rarito mola", "la inadaptación es cool", etc, puede sonar muy hipster, muy pose, muy repelente. Un poco como ocurría en "Ghost World", película con la que "Pasando Página" tiene muchos puntos en común. Consuela que, dentro de lo malo, está bien llevado, con conocimiento de causa, y se puede excusar.
Hablando del paralelismo con "Ghost World", aquella se suponía una peli de esas de "coming of age" que dicen allí, "hacerse adulto", "madurar", y la reseñada también lo es. De modo un pelín menos hipócrita. Ya saben que, al final, los yankis no pueden evitar moralizar. Y por mucho que chane ser un desgraciado, un dibujante de comics muerto de hambre, el mensaje siempre es "madura y conviértete en alguien de provecho, aunque para ello debas sacrificar tu pasión". En esta película no ocurre de forma clarividente, digamos que se insinúa. Y, gracias a dios, termina antes de que se oficialice. Pero es gracioso ver que, mientras en versión original su título es el que es -páginas graciosas o divertidas- en castellano ese supuesto mensaje redentor, pro-adultez, pro-rectitud, queda totalmente reflejado: PASANDO PÁGINA. Más claro, el agua.
En definitiva, y con sus aspectos discutibles, la película está un rato bien. Entretiene, divierte. Se agradecen los 16mm con los que ha sido rodada (en contra de la ya habitual fría fotografía digital). Gasta sus leves momentos transgresores. Y, of course, todo aquel que conozca la materia que trata, las viñetas de orden marginal y tal, disfrutará con las referencias.
¡Ah! incluye papelillo para una cascadísima Louise Lasser.
viernes, 2 de junio de 2023
SEX HYGIENE
La cosa va de un escuadrón de soldados de los Estados Unidos que pasan sus horas de ocio como buenamente pueden; unos juegan al billar, otros en cambio practican sexo con prostitutas. Al descubrirse en el acuartelamiento que uno de los soldados ha sido infectado de sífilis, estos son convocados en una sala de proyecciones donde les proyectarán un documental que explica lo que son las enfermedades venéreas y como combatirlas, advirtiendo siempre que lo mejor para no contraerlas es la pura y dura abstinencia. Así, la pantalla se convierte en un festival de conservadurismo y, sobre todo, de pollas infectadas de sífilis, gonorrea y chancro. Todo se llena de pollas enormes y purulentas pertenecientes a afectados reales de las enfermedades que se nos muestran, por lo que el documental deambula a sus anchas entre lo humorístico (involuntariamente) y lo desagradable.
Por otro lado, lo más divertido es ver las explicaciones de cómo evitar contagiarse de esas enfermedades. Tengan en cuenta que se trata de una película de 1942 y por lo tanto todo es tosco y crudo, los preservativos no eran como ahora los conocemos y los métodos para prevenir una sífilis eran absolutamente abrasivos, por lo que uno se cuestiona si no es peor el remedio que la enfermedad… pobres los espectadores que viendo este documental siguieran al dedillo los consejos del médico militar que tenemos en pantalla.
Por supuesto, el mensaje conservador es divino y nos advierte que si algún ignorante nos echa en cara ser menos hombres por no tener sexo, no hagamos ni puto caso, porque las consecuencias de fornicar con una mujerzuela infectada pueden causarnos un gran sufrimiento no solo a nosotros, si no también a nuestras mujeres e hijos.
“Higiene Sexual” es una película propagandística francamente divertida.
Por supuesto, se trata de un encargo del Ejército de los Estados Unidos, que financió el documental con el fin de alentar a las tropas tras darse cuenta de la poca información que había al respecto entre los soldados americanos. El director y productor Darryl Zanuck, aunque llevaba una vida civil, era oficial del ejército en la reserva, por lo que fue la primera opción de los altos mandos a la hora de ponerse en contacto con la gente de Hollywood para llevar a cabo este proyecto. Sin embargo a Zanuck no le hacía mucha gracia filmar pollas descomponiéndose, así que pidió por favor que lo dirigiera a su colega John Ford. A Ford tampoco le apetecía mucho filmar pollas llenas de pus y heridas, pero como profesional que fue, tomó su cheque y rodó tantas como le trajeron. Y lo hizo en tan solo tres días. El ejército quedó más que contento con el documento entregado por John Ford. Y este después de de esta producción, continuó con lo suyo sin que esta película, de la que tampoco se sentía muy orgulloso, supusiera un borrón en su expediente.
A nivel anécdota, decir que dentro del reparto contamos con las presencias, más bien escuetas, de George Reeves quien fuera el mítico Superman en la televisión de los años 50 y Robert Lowery, menos mítico, pero que encarnaría a Batman en los seriales de, más o menos, la misma época.
Muy simpática esta “Higiene sexual”… Y también repugnante.
miércoles, 31 de mayo de 2023
MARQUESINAS DE REFILÓN 2
También entonces amenacé que algún día rejuntaría todo ello en una entrada, la segunda entrega de "Marquesinas de Refilón". Pos bien, ese día ha llegado, y dice asín...

Fíjense bien al fondo, a su izquierda, cine "Harris", películas
"Yo soy la justicia 2" (o "Death Wish 4: The Crackdown") y
"American Justice". Todo apunta a que se trata de "Ente Chacales"
de 1986, conocida también como "Jackals". Curiosamente,
"Harris" fue una de las dos últimas salas en cerrar cuando remodelaron
totalmente la calle 42, destruyendo su espíritu y dando lugar
a la hoy tan apreciada, explotada y cacareada leyenda.
A su derecha, un poco más pequeña, divisamos una
marquesina con "Aullidos 3" ("The Howling 3") y "The Outing", también
conocida como "The Lamp", aquí "La lámpara".

Dos comedias juntas, por un lado "Fatal Beauty", "Belleza Mortal" en
España, vehículo de lucimiento para Whoopi Goldberg con dos curiosidades
añadidas, la dirige Tom "Noche de miedo" Holland y el co-protagonista es... ¡Sam Elliot!
prota de la misma "Blue Jean Cop". Vaya cachondeito.
Debajo tienen "Disorderlies" o, lo que es lo mismo, "Tres gordos y un millonario"
lucimiento para los "Fat Boys".

Aquí, aunque todo el fondo está borroso, podemos
discernir, a su izquierda, "Catch the Heat" o "Misión: Alto Riesgo",
film de acción del que publicamos el trailer en su día,
y una de naturaleza un pelo distinta, concretamente de terror,
"Prom Night 2" o "Hello Mary Lou: Prom Night 2" (este segundo
titulo sería demasiado largo para la marquesina).

Finalizando ya, una verdadera orgía para los ojos.
De izquierda a derecha, "Steel Dawn" o "El guerrero del amanecer",
"China Girl" y haciendo maravilloso doblete,
"El príncipe de las tinieblas" + "Witchboard (Juego Diabólico)".
No... no lo digas... no, ¡¡no lo digas!!...
¡aquellos sí era buenos tiempos, cojones!
(lo ha dicho)
lunes, 29 de mayo de 2023
WINNIE THE POOH: BLOOD AND HONEY
Sin embargo ya han pasado 100 años desde la creación de la obra escrita y, en consecuencia, ha pasado a ser de dominio público, por lo que en Disney han perdido el privilegio de ser los únicos propietarios de los derechos cinematográficos. Ahora cualquiera puede hacer una película de Winnie The Pooh.
No le faltó tiempo al productor y debutante Rhys Frake-Waterfield, niño pijo de Essex, en aprovecharse de esto en busca de algunos dólares. Por su puesto, con su pinta de estudiante de empresariales de buena familia, Waterfield previamente había producido títulos de esos que proponen ideas imposibles y que a estas alturas resultan irritantes, del tipo de “Firenado”, “Pterodactyl”o, tirando de nuevo de mitología pop libre de derechos, “Curse of Jack Frost” o “Return of de Krampus”. El hecho de que Winnie The Pooh quedara libre le vino que ni al pelo, así que, no contento con producir, también se encargó de dirigir la que, posiblemente, sea una de las películas más virales de los últimos años: “Winnie The Pooh: Blood & Honey”. Y nos propone darle una vuelta de tuerca al personaje del osito Winnie para convertirlo en una suerte de Leatherface fantasioso y de baja alcurnia que mutila y despelleja jovencitas con total brutalidad. Y además lo hace de una forma barata, chabacana y, por supuesto, posmoderna. Por no hablar del cinismo de Waterfield que osó rodar la película en localizaciones de Ashdown Forest, bosque real donde se ambientan las historias originales de Winnie The Pooh.
Obviamente, cuando soltaron varias imágenes de la película, estas tenían muy mala pinta. Se veía claramente un Winnie The Pooh que en realidad era un señor disfrazado con una evidente máscara del osito muy cutre y grotesca (lo que lleva a uno a pensar que, igual, no haya un Winnie The Pooh como tal en la película, sino un psycho killer disfrazado de Winnie The Pooh. Craso error: Es Winnie The Pooh), así como se mostraban imágenes del mismo con un hacha, o con una señorita amordazada… todo de lo más trillado y cansino.
Para más inri, se estrena la película y la crítica en general se ceba con ella. La escritora Kelly McClure llegó a ponerla como ejemplo del mal al que se expone una obra una vez queda en dominio público y, en general, el fandom incluido, consideran que “Winnie The Pooh: Blood and honey” no fue una buena idea. Uno de los comentarios que más se repetía, es que la película no tiene un argumento coherente. Pero a Rhys Frake-Waterfield le salió la jugada de puta madre, porque, rodada en tan solo 10 días y con un presupuesto de 100.000 dólares (lo que cuesta un piso hecho una mierda en el barrio de Usera), la película ha recaudado poco más de 5 millones en poquísimo tiempo. Y se trata de una película que, salvo en México, donde tuvo un estreno normal de tres pases diarios, sus premieres fueron reducidas a pases especiales o estrenos de pocos días en cartel lo que viene siendo en USA y Canadá. En Europa no se pudo estrenar porque en el viejo continente Winnie The Pooh no estará en dominio público hasta 2027. Con lo que Waterfield ha creado una película altamente rentable que le ha dado pingues beneficios. Por eso el tipo amenaza con una segunda parte que ya está en preproducción.
El caso es que, dispuesto a ver el mayor mojón que ha parido madre, le di al play a mi reproductor y, no es que me encuentre una gran película ni mucho menos… pero tan, tan, tan mal, no está.
Y es que lo que es la premisa principal (que en realidad se ventila en la película en dos minutos antes de dar paso a los créditos a través de unas cutres animaciones) me gusta mucho, y nos cuenta que Winnie The Pooh, Piglet y los demás, se han hecho mayores. Christopher Robin, el niño que jugaba con ellos y les llevaba comida al bosque de los 100 acres, se marcha a la universidad, por lo que deja allí a sus amigos tirados. Estos no dejan de ser pequeñas bestezuelas antropomóficas, por lo que durante la ausencia del chaval, no saben desenvolverse solos en el bosque. Pronto llegan las calamidades y la hambruna, lo que conducirá a estos animales a comerse entre ellos para poder sobrevivir. Esta mala vida les lleva a desarrollar un odio profundo por todo lo que tenga que ver con los humanos y, en concreto, por Christopher Robin. Así que asesinarán salvajemente a cualquiera que se atreva a poner un pie en el bosque de los 100 acres. Y pasados los años, mira tú por donde, a Christopher Robin no se le ocurre otra cosa que ir al bosque con su mujer a visitar a sus viejos amigos. Lo pagará caro.
Después de esta explicación y de los créditos iniciales se da paso a un mata-mata indiscriminado en el que Winnie y Piglet asesinan y torturan a un grupo de universitarias que se pasan por el bosque de los 100 acres, mientras amordazan a Christopher Robin y se las hacen pasar canutas. No hay más.
Es una película muy barata y en los F/X se combina el CGI con los efectos tradicionales y no siempre resulta eficaz. Es más tirando a aburrida que a cualquier otra cosa y el look de Winnie y Piglet, que se ve que son tíos con careta, no mola nada de nada. Pero ellos son tan brutos y sanguinarios, y es todo tan malsano y malintencionado que, no se, me ha caído en gracia. No es una película que vaya a volver a ver o que vaya a comprarme en DVD, pero me ha caído simpática y creo que cuenta con momentos verdaderamente salvajes. También me gusta que ha tenido la capacidad de ofender a entes bienpensantes del mundo de la cultura, y eso tiene muchísimo valor. Pero, por otra parte, es una película cobarde y sin alma, una mera estrategia comercial que ha salido bien, y que se quiere meter al público granudo-virgen en el bolsillo de la manera más rastrera. Pero no ha estado mal verla.
Por otro lado, y por aquello que a la oportunidad la pintan calva, resulta que recientemente la novela en la que se basa “Bambi”, otro de los personajes cuyos derechos de explotación disfrutó Disney, también ha pasado a ser de dominio público, así que, el bueno de Rhys Frake-Waterfield, ya está preparando, en calidad de productor, “Bambi: The Reckoning” (que ya tiene título español: “Bambi: El ajuste de cuentas”, por lo que intuyo que, al igual que esta, se estrenará con todos los honores en Mexico), su propia versión de horror a partir del pequeño cervatillo, que ya me imagino como va a resolver —y que miedo me da—. Del mismo modo, Peter Pan ya lleva bastantes años en dominio público, así que, ya que está, Waterfield también le va a dar una vueltecita de tuerca a este, produciendo y dirigiendo “Peter Pan’s Neverland Nightmare” (“La pesadilla de Neverland de Peter Pan” en México), así que ¡La veda está abierta!
Lo de que “Winnie The Pooh: Blood & Honey” esté medio bien es consecuencia de la casualidad y la novedad, pero el resto de lo que planea este hombre ya clama al cielo. Por supuesto, acabaré viéndolas, así que, ya les contaré.
sábado, 27 de mayo de 2023
CHANNEL 99
Recuerdo una ocasión en la que mi ex y yo quedamos con una amiga suya, de grimoso aspecto, para festejar su cumpleaños. Mientras tomábamos un refresco, comenzaron a llegar el resto de invitados. Resultaba alucinante y desconcertante ser testigo de como, progresivamente, cada uno gastaba una apariencia más espeluznante que el anterior. Contrahechos, físicamente tocados, mentalmente limitados. Una auténtica parada de monstruos. Bien, la ristra de individuos que pululan por "Channel 99" se parecía mucho, muchísimo, a aquel zoo andante del que fui testigo. Una puñado de cuerpos castigados por la mediana edad, y la mala alimentación, encima ataviados con ridículos atuendos. TODOS los repartos de Joe Sherlock son así. Y, a pesar del shock, en realidad eso está muy bien. Que gente de tal calaña se pegue el gusto de protagonizar "películas" y, encima, salga en pelotas o finja escenas de sexo, resulta revolucionario.
La palma se la lleva un folleteo entre un gordo canoso y la dama más horrorosa de todas, que además de grasa a espuertas gasta un párpado adormilado, medio cerrado, y se marca unos gemidos espeluznantes. ¡Guau! Un gacetillero con menos dignidad diría que Joe Sherlock es "El John Waters del cine de terror" o, si lo prefieren, "del cine de terror SOV". Podría ser, pero me niego a tirar de una etiqueta tan irritantemente predecible e inimaginativa.
Aturde pensar que el tipejo tenga una audiencia que le adora y sus productos se vendan. Estas cosas solo pasan en Estados Unidos, y por ello me encantan. Aunque si lo analizas un poco y estrujas el lado psicológico de tu sesera, podría considerarse como factor viable el que Joe Sherlock haya logrado un estilo propio muy característico que, sumado a la constancia y la repetición (ya saben, es más sencillo hacerte un público cuando este sabe siempre qué esperar de ti) y, por supuesto, al uso y abuso de cuerpos grotescos de edades avanzadas como gancho erótico-bizarro, hacen de él una mancha peculiar dentro del basto panorama del horror SOV yanki. De ahí ese envidiable séquito de fanes al que alimenta sin descanso, proveyéndolo una y otra vez de la misma mercancía.
Recientemente, el videoasta anunciaba un nuevo lanzamiento, ofreciendo a los interesados la posibilidad de ver online el inicio en plan primicia mundial. Yo, ya saben, acudí. La guasa consistía en imágenes de un señor acercándose a un coche, abriéndolo así como mentalmente, entrando, arrancando y yéndose. Ya está. Una perfecta definición del efecto Joe Sherlock.
Si estás dispuesto/a a asumirlo, y regodearte en ello, atrévete con "Channel 99" y cualquiera de sus otras vasuras con v de vídeo. Si no, mantente lo más alejado posible.
Como regalo por haber aguantado hasta aquí, les dejo una captura muy representativa del Sherlockverso...
viernes, 26 de mayo de 2023
ESPOSA DE VACACIONES
Lo que sucede es que, claro, en pleno 2023 ya la venta de DVD mantero ha descendido notablemente, aunque en México aún se estila (y si me apuran, sigo viendo DVDs piratas en la manta aquí en Móstoles). No obstante no pasa nada, porque esta pequeña industria genera mercado y el lugar natural para la distribución de estas películas son las plataformas de streaming. Algunas como Plex se dedican casi en exclusiva a este tipo de producto, pero es inevitable que lo encontremos también en las plataformas gordas tipo Prime, Filmin o Apple TV. Y es de esa manera que me topo con este thriller erótico, navegando en Prime y siendo seducido por un cartel no del todo cutre y una sinopsis atractiva. Vamos, que en cierto modo me la colaron porque no pensaba, antes de darle al play, que me fuera a encontrar con un vídeo home de la más despiadada calaña.
Lo curioso del tema es que hace unos años, si querías ver una película de estas características, de naturaleza marginal, pobre, muy de nicho, tenías que navegar profundamente por la web, muchas veces ni siquiera para descargártelas, sino para poder acceder a algún tipo de tienda que te la vendía en DVD. Ahora están ahí al alcance de cualquiera y me encantaría ver la cara de un espectador medio, poco o nada acostumbrado a este tipo de bajezas, picando como yo piqué y poniendo la película que nos ocupa.
“Esposa de vacaciones” cuenta la historia de un individuo más bien poco agraciado que, aprovechando la ausencia de su esposa, quien se ha ido a visitar a su familia, hablará con desconocidas en la red. Así, conoce a una jamelga toda llena de silicona con la que empezará a chatear. El mejor amigo del individuo le aconsejará que se la tire aprovechando que su esposa está ausente, y alegando que cosas así no le van a suceder todos los días, de este modo el tipo quedará con la mujer y practicará el sexo más desangelado que se pueda ver en una pantalla. El problema es que ambos se acaban enamorando y, mientras ella le cuenta a él que está casada y con hijos, él opta por no decirle nada a cerca de su matrimonio, lo que generará que la cosa se complique más allá de lo sospechado.
Se trata de una película muy cutre, rodada en un vídeo muy vídeo, con unos decorados horrorosos mal atrezzados por váyanse ustedes a saber quien y una especial poca pericia a la hora de encuadrar por parte del operador de cámara. Por otro lado, tienen hasta planos aéreos de drone, que hoy en día son accesibles. Vamos, nada nuevo o que no hayamos visto ya en este tipo de películas mexicanas de tercera.
Tampoco es nuevo que les diga que por cutre, por marciana, por incorrecta y por esa sensación que desprende la película de que todo importa un carajo, se ganó mi simpatía a los pocos minutos de visionado. Pero sobre todo, y esto pasa mucho con estos vídeo homes mexicanos, me sorprendió gratamente que la película, con todo eso, está entretenida de cojones, y me la vi del tirón y sin pestañear poniéndole el interés que se le pone a un producto mainstream de miles de millones de presupuesto. Con lo simplona y trillada que está la trama, me quedé siguiéndola con sumo interés. Lo que me lleva a pensar que necesito ver cosas con argumentos muy sencillitos que capten completamente mi atención porque, quizás, soy un poco retrasado mental. Como sea, me lo pasé estupendamente viéndola.
Otra cosa que me gusta de este artefacto, es que, apuntando todo a que la cosa pegue un giro de lo más conservador y paternalista (recuerden que en esta corriente cinematográfica existen cosas como “Pink, el rosa no es como lo pintan”, esa joya absoluta), luego resulta ser todo lo contrario, pero no les cuento más porque si no les haría un pedazo de spoiler, y yo recomiendo que vean esta película, primero por el nivel de tercermundismo que respira toda ella, que queriendo ser sofisticada realmente está rodada dentro de chabolas y, segundo, porque verdaderamente está entretenida. Y eso que sobrepasa con creces la hora y media de metraje.
Poco más que decirles.
Los actores se pasean por vídeo homes de diversos géneros con toda la naturalidad del mundo y el director firma con esta tres películas. Sin embargo, Hugo Montoya, que es como se llama, ha escrito el guion de unas cuantas más con títulos tan sugerentes como “Ginecólogo de señoritas” o “Una fichera torera”.
A ver que más nos encontramos por ahí en el futuro peinando las plataformas digitales.
miércoles, 24 de mayo de 2023
MINUTOS MUSICALES 12 (UNA ÚNICA CANCIÓN BUENA... O DOS)
lunes, 22 de mayo de 2023
STILL: LA VIDA DE MICHAEL J. FOX
Sin embargo hay varios factores que lo convierten en estupendo y algo por encima de la media: En primer lugar las entrevistas cara a cara con Michael J. Fox en la que, según lo medicado que vaya, son más o menos evidentes los efectos devastadores del Parkinson en el actor. En ellas desprende honestidad y sentido del humor, asumiendo que igual en su vida en la cima era un poco gilipollas y que, quizás, la enfermedad le puso un poco en su sitio, así como hace alarde de un gran sentido del humor soltando algún que otro chiste relacionado con el Parkinson.
Narrado con la voz en off del propio actor, “Still: La vida de Michael J. Fox” tiene además la complicada y brillante idea de mostrarnos recreaciones de su vida, pero en lugar de hacerlo con actores que no se parecen en nada en cutres escenificaciones, proceden a través de escenas de sus películas manipuladas de tal manera que lo que se nos cuenta es su propia historia. Y queda de puta madre. De hecho, me parece un trabajo de orfebre y es en esta parte en la que se da mayor cabida a su trabajo como actor, sin dejar de mostrarnos las triquiñuelas que en los 90 Michael J. tenía que hacer para ocultar en pantalla sus ya visibles efectos, siendo la serie “Spin City” donde mayor era su nivel de Parkinson.
Asimismo, ya de vuelta de todo, J. Fox deja que se le filme en su día a día, y ahí somos conscientes del avanzado estado de su enfermedad, hasta el punto de pasarlo mal viendo cómo anda, cómo se tropieza y cómo, por culpa de eso, tiene medio cuerpo con los huesos rotos y el otro medio lleno de clavos que de vez en cuando se le infectan. Sin duda, este documental te hace tomar conciencia.
Pero al margen de todo esto, como película, “Still: La vida de Michael J.Fox” es estupenda, narrada toda con mucho brío y de forma amena a pesar de lo duro de gran parte de lo que nos cuenta. Sobre todo existe la intención de ofrecerse un buen producto. Consiguiéndolo con creces.
El director, Davis Guggenhein, es, a estas alturas, un documentalista de prestigio, y si en la ficción no le fue del todo mal con películas como “Rumores que matan” en el documental llega a su cenit con “Una verdad incomoda" En realidad Davis es un hombre de televisión que ha dirigido la hostia de capítulos de las más variopintas series, destacando en su currículum cosas tan populares como “Alias”, “24” o “The Defenders”.
“Still: La vida de Michael J. Fox” sería su aporte al mundo documental de las plataformas streaming, en este caso para Apple T.V. y, de verdad, ha conseguido un documental cojonudo que nadie debería perderse, por tratarse del actor que se trata, al que todos queremos mucho, y por tratarse de una enfermedad que no se la deseo ni al peor de mis enemigos (bueno, a ese a lo mejor sí).
sábado, 20 de mayo de 2023
JOHNNY PELIGROSO
Efectivamente, "Johnny Peligroso" es puro "spoof", y de los gordos. En 1984, que es cuando se rodó, el tema aún tenía tirón... aunque por poco tiempo (fue el año de "Top Secret!" y su fracaso en taquilla). Así, como todo buen producto del ramo, el argumento podría servir perfectamente para una película seria: Auge y caída de un gangster. Cómo entra en una poderosa familia, escala puestos, le sale un competidor, aparece una chica de la que se enamora y su hermano se convierte en su mayor perseguidor al ejercer de fiscal. En realidad, nada nuevo. Es el modo de contarlo donde, obvio, reside la gracia. Y, pal caso, dicho más a conciencia que nunca.
De entrada, sorprende, y para bien, que el tema musical central lo canturree Weird Al Yankovic, un nombre perfectamente vinculado al formato de la bufa absurda, quien hizo exactamente lo mismo para "Espía como puedas", además de marcarse un buen puñado de cameos en la saga "Agárralo como puedas". Y, hablando de la reina de Roma, hay un gag en la primera de ellas que lo habíamos visto cuatro años antes en "Johnny Peligroso". ¿Plagio? Mmmmh... no sabría decir, debemos tener en cuenta que en los créditos finales se menciona a Pat Proft y Neal Israel -entonces casado con la directora del film- como "consejeros". Juntos y revueltos, los nombres de esos caballeros se asocian a una ristra de títulos cómicos que quitan el hipo: Varias "Locas academias de policía", varios "Agárralos como puedas", "Locademia de conductores" o "Despedida de soltero". Es decir, dos titanes de la nueva comedia yanki asentada en los ochenta.
Todo esto lo cocina, en funciones de directora, Amy Heckerling, quien posteriormente alcanzaría una notable relevancia al responsabilizarse de "Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana", las dos primeras entregas de "Mira quien habla", "Clueless" y un mogollón de series televisivas, algunas bastante conocidas. Resulta curioso ver cómo la mujer no tuvo manías en materializar muchos de los chistes tirando a machistas y generosamente vulgares. Sí, tal vez solo quería currar y recibir el cheque (de hecho, el fracaso comercial de "Johnny Peligroso" propició que decidiera escribir sus propios libretos, en lugar de filmar los de otros). O, tal vez, entonces estas cosas se tomaban menos a la tremenda que ahora. Buenos tiempos aquellos.
Como colofón simpático, mencionar que, por lo visto, Brian De Palma es muy fan de "Johnny Peligroso". El día del pre-estreno se partía de risa con ella.
viernes, 19 de mayo de 2023
ROBERT DOWNEY SR.
Tras una serie de cortos y largometrajes underground, tuvo cierta repercusión mediática en los 70 con la película independiente “Putney Swope”, lo que le llevó a formar parte del sistema de estudios a principios de los 80 rodando una comedia bastante popular para Warner Brothers titulada “Viva la Academia”. La película, que se suponía la traslación del espíritu de la revista "Mad" al cine -fracasando en el intento-, destaca por no ser precisamente divertida o hábil, y es que las cualidades de Robert Downey no se adaptaron al cine convencional tras años de rodar con métodos menos ortodoxos que los que Hollywood exigía. Sencillamente, no supo tener a una serie de señores ejecutivos tomando decisiones constantes sobre su trabajo. Y tras el escollo volvería al cine independiente y de bajo presupuesto que es en el que se movía a gusto, propiciando esto que jamás se convirtiera en un director estrella, y ni falta que le hacía.
Durante toda esa vorágine de cine underground y excesos propios de la época, en los 60, de la unión de Downey con su actriz Elsie Ann Down (Elsie Downey tras casarse), nace RoberT Downey Jr., un chaval al que su padre utilizará como actor en algunas de sus películas independientes y que, años más tarde, se convertiría en una estrella de cine, llegando al cenit de su popularidad en 2008 cuando da vida a Tony Stark en “Iron Man”.
El caso es que nos encontramos en pleno 2019 con papá Downey aquejado de parkinson, y a Robert Downey Jr., que siempre se vio un poco ensombrecido por ser hijo de una figura relevante del underground opuesta a él, ve las orejas al lobo, y decide filmar un documental sobre su, al fin y al cabo, desconocido padre, haciendo un repaso a la carrera del cineasta y, de paso, a la suya propia —porque ambas van unidas de la mano—, ahondando en los entresijos de su relación como padre e hijo. Downey Jr. acompaña a Downey Sr. durante sus tres últimos años de vida luchando contra la enfermedad, a la vez que este rodará lo que será su última película underground de la que nunca se nos desvela demasiado.
Robert Downey Jr. intenta acercarse un poco al cine underground que cultivaba su padre con este documental, aunque mucho me temo que nunca acabó de entender del todo el concepto, y a pesar de que Downey Jr. se refiere todo el rato a este como “su documental”, en realidad lo ejecuta con unos mínimos de producción para mostrárselo al gran público y, aunque de vez en cuando él mismo lleva la cámara, van con él operadores, un par de montadores y, lo más importante, un director, en este caso uno de prestigio, Chris Smith, que ya rodó documentales importantes como “Jim y Andy” sobre las excentricidades de Jim Carrey en el rodaje de “Man on the moon”, “Fyre”, sobre un festival de música de alto copete que acabó resultando un fiasco o “American Movie” sobre dos rednecks que les da por hacer una película de terror. Vamos, que Robert Downey Jr. pone el careto, el padre y la pasta.
Sin embargo el documental entero es un emotivo homenaje a su progenitor y una forma de presentárselo al neófito, que no es moco de pavo, además de una especie de reconciliación entre un padre y un hijo que me da la sensación de que no se llevaban especialmente bien. Al margen de eso, el documental tiene abundante material de archivo y podemos ver al director underground en su salsa. Sin embargo, lo más interesante es el retrato sobre los últimos años de Downey senior, que se sincera de manera honesta con respecto a su carrera, al ritmo de vida que llevó o la “brillante” idea de tocarle las palmas a su retoño cuando se introdujo en la droga, aludiendo que al ser él drogadicto también aquellos años, alejar a su hijo de ellas sería hipócrita.
En resumidas cuentas, un documental que está muy bien, muy interesante —al igual que la persona de Downey Sr.— pero que en realidad existe, más que por centrarse en una figura relevante del underground, por tratarse del padre de Robert Downey Jr. Si el papá de "Iron Man" hubiese sido obrero de la construcción, pues lo mismo también habría un documental titulado “Robert Downey Sr.”, porque al final se trata de un caprichito de un millonario megalomaníaco que, por suerte, tiene un padre la hostia de interesante.
lunes, 15 de mayo de 2023
LOS AÑOS DESNUDOS: CLASIFICADA S
Cuenta la historia de tres jóvenes que buscan suerte en el mundo del cine. Estamos en plena transición y las películas de culos y tetas se producen como churros, así que las tres protagonistas se meten de lleno en todo el tinglado, teniendo que tragar sexualmente con el productor de turno y siendo despreciadas por el público biempensante de la época. Pasa el tiempo y las vidas de estas actrices van tomando su rumbo; una se casa con un productor, otra acaba haciendo pequeños papeles en el cine convencional y la tercera adicta a las drogas.
La ambientación a mediados de los setenta (cuando quizás estas películas de las que se nos quiere hablar son más bien de los primeros ochenta) está bastante lograda y centra algunas de sus secuencias en anécdotas que son vox populi en el mundo del cine, como aquella en la que las actrices no se saben sus diálogos y, como luego van a ser dobladas, bastaba con que recitaran números al azar. Al fin y al cabo su calidad como actrices daba lo mismo porque de lo que se trataba era de mostrar carne.
En los papeles principales tenemos a Candela Peña, Goya Toledo y la modelo Mar Flores, que tras ser presentada para el cine por Juan Antonio Bardem en su última y horrorosa película “Resultado final”, tuvo una pequeña carrera como actriz que no debió convencer a nadie, sin embargo, yo creo que aquí, y teniendo en cuenta el tipo de papel que interpreta, está bastante bien. Curiosamente, después de esta, el único crédito que posee la modelo como intérprete es al lado de Casper Van Dien en “Sharktopus vs Whalewolf”, cosa que manda cojones.
“Clasificada S: Los años desnudos” supuso un fracaso de taquilla que no trascendió ni lo más mínimo, siendo hoy en día una película bastante olvidada, sin embargo, con todo, a mí me resulta simpática. Y es que las secuencias en las que se recrean rodajes de productos “S”, aun sin enterarse de la misa la mitad los directores, son altamente divertidas, a pesar de que la intención principal de la película sea hacernos tomar conciencia y deprimirnos.
sábado, 13 de mayo de 2023
THE HACKERS
"The Hackers" nos habla de una familia de psicópatas que van por carretera, montados en una camioneta, matando gente por diversión. Un día aterrizan en casa de una moza a la que acosarán y perseguirán hasta que esta les devuelva la pelota y se los cargue a todos.
Bien, en muchos sentidos estamos ante otro ejemplo clásico e imbatible de las anti-virtudes del cine de terror ochentero grabado en formato magnetoscópico, donde abundan el aburrimiento y una dolorosa falta de imaginación. Sin embargo, puedo reconocerle ciertos méritos puntuales. Por ejemplo, el arranque. Un tipo anda haciendo autoestop. La camioneta de los villanos cruza por su lado y, zas!, con un cuchillo le cortan el dedo gordo de la mano. Muy ingenioso. Los psycho-killers recuerdan, inevitablemente, a la familia de "La matanza de Texas", sí, pero igual un pelín más a los dos tarados de "El día de la madre". Para empezar, uno de ellos es así como gigantón, mudo, barbudo, con unos horribles dientes falsos y una aún menos convincente media-máscara de ¿acero? cubriéndole el rostro. Su padre nos explica que fue por culpa de un accidente con una sierra mecánica... ¡chas-pun! ¿lo pillan? El segundo hermano mola bastante más, en parte porque para interpretarlo ficharon a un tipo con una leve deformidad totalmente real que, además, lo hace bastante bien. En un momento dado, ambos pasan un rato de lo más divertido jugando en un parque infantil ante los atónitos ojos del resto de críos. Cuando van de pesca, el hermano mudo intenta comerse los gusanos, llevándose una bronca por parte del otro. Justamente, la muerte de este al final de la peli, en un clímax de diez minutos que parece durar dos horas, sería la última idea potable que aporta la vídeo-epopeya (bueno, si no contamos las dos resultonas canciones que suenan en la banda sonora). Evitaré entrar en detalles, pero digamos que incorpora un gancho clavado en la cabeza y un poste junto a la carretera, con resultados bastante sangrientos. A ver, no es que a la peli le sobre truculencia, para nada. Pero algo hay. Lo que sí no localizarán por ninguna parte son tetas o desnudos.
viernes, 12 de mayo de 2023
LOS FOTOCROMOS (Y FOTOS PROMOCIONALES) DE "MORDIENDO LA VIDA"
Además, contamos con unas cuantas fotos promocionales y un boceto del póster, no sin antes recordarles que todavía quedan copias del DVD de la película a la venta en Vial of Delicatessens, y que si quieren agenciarse una, solo tienen que pinchar aquí .
Sin más, les dejo con tan suculento material.
miércoles, 10 de mayo de 2023
TROMA EN "ARKANSAS"
En un momento dado, algunos de sus personajes deciden ponerse a ver películas. Y la elegida no es otra que "El vengador Tóxico", de la que se muestran breves extractos en un televisor. La excentricidad terminaría aquí si no fuese porque se insiste en ello, tanto como para que lleguemos a ver un puñado de cintas de vídeo apelotonadas junto a un reproductor (la escena está ambientada en 1985, si no me falla la memoria) y sean todo productos Troma. Ahí va una captura demostrativa...
Si damos un rápido vistazo, estos son los títulos que reconocemos: La misma "El vengador tóxico", "Chillers" -calzando una sospechosa funda mayor que su caratula-, "Zombie Island Massacre", "I married a vampire", "Stuff Stephanie in the Incinerator" y, al fondo de todo, "Class of Nuke´Em High" (gracias don Israel Mula por el dato).
En cualquier caso, llama la atención que se incluyan cuatro películas POSTERIORES al supuesto año en el que se desarrolla la acción ("Class of..." es del 86, "I married a vampire" y "Chillers" son del 87 y "Stuff Stephanie in the Incinerator" del 89). El que tuvo la ocurrencia no hizo bien los deberes. Un caso aplicable a la siguiente escena de consumo de basura magnetoscópica, donde aparcan Troma y tiran por otra clase de roña, subproductos ochenteros de acción macarra, con altas dosis de hostias karatekas, decantándose aquí por "Kick Fighter" del 89, lucimiento para la infra-estrella Richard Norton, acompañado por otro que tal bailaba, Benny Urquidez. Una co-producción entre USA y Filipinas dirigida por Anthony Maharaj, asistente eventual de Cirio H. Santiago y producida por otro astro del cine "trash" como David Heavener. Distribuye el sello "Action International Pictures" del que eran propietarios dos monstruos del subproducto de acción: David Winters y David A. Prior. Mítico. Ahí va captura...