No se si será por la participación Polaca, pero lo cierto es
que todo lo concerniente a la parte técnica de “Sweet Home”, al diseño de
producción sobre todo, es impoluta. Todo funciona, la dirección, la fotografía,
las interpretaciones, el salvaje gore del que hace gala, incluso la duración, que es cortita con lo
que se agradecen hoy día las películas cortitas. Sin embargo, todo eso se va a
traste cuando lo que no funciona es todo lo demás, quiero decir, que el
principal problema de “Sweet Home” es que es un coñazo de tres pares de
cojones. Tristemente, el guion es una cosa sosa y endeble carente del más
mínimo atractivo. Y aunque he dicho que
la dirección funciona, dejo claro, de nuevo, que solo a instancias técnicas,
porque a la hora de transmitir, el espectador se queda como estaba ya que no se
engancha, se distrae, no empatiza con los protagonistas –que nos importan un
bledo- y en momentos de máxima tensión, esto se queda solo en la intención,
porque lo que sucede en la teoria, no sucede en la práctica. Una verdadera
lástima, porque por lo demás, sobretodo visualmente, la película está bonita.
Aprovechando las instalaciones que ofrecen uno de tantos
edificios abandonados de la ciudad de Barcelona, una muchacha que se dedica a rollos inmobiliarios, decide
meterse en uno y organizarle ahí dentro, a su novio, una pequeña y privada
fiesta de cumpleaños. Una vez dentro descubren que no están solos en el
edificio, sino que además hay unos individuos con pasamontañas que por un lado,
han matado al único inquilino que quedaba dentro, y por otro, ahora les tocará
matarles a ellos. El resto de la película lo componen el juego del ratón y el
gato en que se convierte aquello.
Lo bueno se acaba tras la puesta en escena, es decir, que
una vez sabemos que hay unos individuos de aviesas intenciones dentro del
edificio, la cosa ya empieza a flojear, máxime cuando al final, lo que estamos
viendo es una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, la misma escena. Un
peñazo. Lastima de banda sonora que se malgasta con escenas sin ningún impacto.
En fin.
En la parte actoral, la cosa no chirría en absoluto, principalmente
por estar los actores doblados por dobladores profesionales, y por ser rostros
desconocidos como los de Ingrid Garcia Jonsson o Bruno Sevilla, lo que está muy
bien porque ya sabemos lo que ocurre cuando vemos un rostro popular sin doblar;
que por lo general, no se entiende una mierda ni hay dios que se lo crea. No es
el caso.
El guion está co-escrito por Ángel Agudo, nombre conocido
del fandom español que lo mismo te escribe el libro que te dirige el documental
sobre Paul Naschy, que te escribe el libreto de este “Sweet Home”. El otro 50%
del mismo lo firma el propio director, Rafa Martínez, que debuta en la dirección
de largometrajes con este aburrimiento, pero ¡ojo! no perderle de vista porque
en realidad promete. Al menos, sabe dónde colocar la cámara y hacer buenos
encuadres. Lo próximo seguro que estará muy bien. Tendremos fe.