lunes, 7 de febrero de 2022

LOVE AFTER DEATH

Película perteneciente a la filmografía de un extraño director de cine del que los estudiosos del tema poco han podido averiguar. Se trata de un director de procedencia dominicana pero con nacionalidad puertoriquense, que se traslada a Nueva York con el fin de desarrollar su carrera cinematográfica allí. Así, completaría su extraño y escueta currículum con películas que van desde la comedia costumbrista “Soñar… no cuesta nada joven” hasta el biopic sobre un célebre delincuente puertorriqueño, “Toño Bicicleta”. Además se sabe que grabó unos cuantos discos de spoken word (palabra hablada o poesía) en los años 50 de escasa repercusión (y que se pueden encontrar en el mercado de segunda mano). Su nombre no puede ser más musical, Glauco del Mar.  Y más allá de esto, poca info existe acerca de él y parece que se lo hubiera tragado la tierra a partir de los años 70.
Esta “Love Alter Death”, también conocida como “Unsatisfied Love” es una cosa de lo más marciana. Producida por el Charles Abrams —otro extraño productor neoyorquino con cuatro títulos producidos—, la película es una producción del llamado Nuyorican Cinema, es decir, películas destinadas al publico latino de Estados unidos, realizadas por un equipo puertoriqueño y habladas en español, pero rodadas en la ciudad de Nueva York con producción americana. Toda una corriente que tuvo su tiempo de auge durante los años 60 y de la que no se habla en los libros de cine. Con lo que tenemos una cinta que, rescatada de las catacumbas por la gente de Something Weird video y American Genre Film Archive (AGFA)—para su restauración en 2K—, fue tomada por sudamericana por sus distribuidores videográficos, obviando todos estos detalles sobre el Nuyorican Cinema de los que les he hablado más arriba. Los de Something Weird la lanzaron en DVD directamente como si fuera una película argentina, mientras que en su más reciente edición en Blu Ray, la lanzaron diciendo que se trataba de una película rodada en algún lugar de Sudamérica, así, en tono despectivo, cosa esta, que no hace más que acrecentar el oscurantismo que, ya de por sí, trae consigo la cinta. En una página web que se dedica precisamente a rescatar datos sobre estas películas de procedencia puertorriqueña-neoyorquina, se preguntan como sus distribuidores la toman por argentina cuando no hace falta más que verla para darse cuenta de que es una producción estadounidense (vamos, nuyoriqueña)… en fin un lío.
Como fuere, resulta ser un sexploit al uso pero con cierta gracia.
Un individuo se queda catatónico. Ante esta situación su esposa y su médico, que da la casualidad de que están liados, no se percatan del estado de nuestro protagonista y le dan por muerto, por lo que le entierran estando vivo. Una vez bajo tierra, el individuo despierta de su catatonia y, como puede, se escapa de su tumba escarbando con el fin de vengarse de su esposa infiel. Mientras, decidirá tirarse a un buen número de jamonas a las que seduce (o le seducen) por el camino. La policía se percata de que el individuo se ha escapado de su tumba, por lo que comenzará a investigar, porque sospechan que pudiera ser que le hubieran enterrado estando vivo. El final es una de las cosas más estúpidas y desconcertantes que he visto en mi vida.
Rodada en español y mal doblada al inglés (y se desconoce de si esta película conoció vida comercial en español), aunque la mayor parte del tiempo es prácticamente muda, “Love After Death”, con todas esas señoras a las que en muchas ocasiones, y en glorioso blanco y negro de 1968, les vemos hasta las amígdalas, es una película entretenida y curiosa, más descarada que otras muestras similares de la época, y mucho más extraña porque, aunque se trata de un sexploit en el que el argumento es una mera excusa para mostrarnos el folleteo, esta película tiene visos de querer deambular por todos los géneros posibles. Así, tiene momentos que parecen de pura vanguardia, momentos de comedia vodevilesca (y puramente latina, con infidelidades, hombres escondidos en el armario, etc), ciertos ramalazos de cine de terror, y una buena parte de cine negro. Todo ello en cutre salchichero, faltaría más, pero mezclado con mucho gracejo. Por lo demás, soft bastante sucio y atrevido, muchos y orondos culos, lesbianismos varios, y un protagonista muy simpático que nos ofrece una sobreactuación de las que da gusto ver; Guillermo de Córdova, quien nunca más volvió a aparecer en una película. Para una en la que sale, se pone las botas.
Poco más. Recomendable para mentes inquietas y paladares exquisitos. Y como dura poco menos de hora y cuarto, no se hace especialmente dura.