El británico Si (de Simon) Cranstoun comenzó su carrera musical en un grupo ska compartido con su hermano. Después de unos años, decidió que ya era hora de cambiar y se lió con una carrera en solitario volcada en sonidos rock and roll de la vieja escuela, marcados por una notoria influencia de Jackie Wilson.
Antes de saltar a una gran discográfica, o a los medios, Cranstoun y su banda arrancaron desde lo más bajo, las calles de Londres. Hay algunos vídeos en youtube que los muestra activos en el asfalto y son realmente geniales. Reparten alegría y felicidad allá donde van. Los paseantes no se detienen únicamente a escuchar, también a bailar. Es muy fácil terminar el visionado con una amplia y sincera sonrisa.
Después de una época como músicos callejeros, Si Cranstoun y su clan comenzaron a ganar popularidad y salir por la tele. Todo bastante limitado a su tierra y sin avasallar. A fin de cuentas, aunque lo que hacían es amable y para todos los públicos, no dejaba de ser un poco retro y eso limita la posible audiencia.
Dentro de este periodo recomendaría sus discos "Dancehalls And Supper Clubs" y "Smokehouse Sessions", que vienen repletos de temas capaces de poner luz a un día gris: "50´s Pin Up", "Coup De Ville", "Italian Eyes", "Mary Lou", "Them There Eyes", "Little by little", "Vegas Baby", "Commer to king" o "Big Bees". Aunque, para mí, su mejor canción -y emblema- es la que les espera al final del texto, "Moon & Stars". Tengan cuidado, puede crear adicción.
Si Cranstoun hizo su intento oficial de encajar en el mainstream con "Modern Life", un disco con sello de multinacional ("Warner", nada menos) en el que parecía querer alejarse un poquito de sonidos puramente rockanroleantes con temas algo más pop y accesibles. Carece de la chispa, jovialidad, vitalidad y energía de sus otras grabaciones, pero se deja escuchar sin problema (destacar la canción "Cry me a smile", su primera composición genuinamente melancólica y absolutamente preciosa). Tal vez el propio Cranstoun pensara así ya que con el trabajo que le siguió, el recopilatorio "Old School", parecía reivindicar su estilo habitual con resultados más que satisfactorios.
Desde entonces ha ido alternando experimentos ("Poems Unlocked") con cierta recuperación de sus primigenias maneras ("Lone Blue Star"), aunque da la sensación de que estas forman ya parte del pasado. Y, oiga, es comprensible... pero también un poco triste.