domingo, 11 de diciembre de 2011

BODY COUNT

¡Y anda que no chanaba la carátula de "Body Count" en el video-club!. Apostaría una espinilla a que todos los que por entonces teníamos la edad adecuada, picamos como tontos. Yo la alquilé y la vi con mi sr.padre. He de confesar que ambos nos aburrimos mortalmente. ¡¿Qué esperaba?!, ¡era un slasher!. Claro que por entonces andaba menos informado y no tenía la mente y el cuerpo preparados. Ayer noche fue la segunda vez en mi vida que la veía... y además como más me mola, por sorpresa. Hacía zapping y ¡zasca!, me la anuncian de madrugada en un canal local. ¡¡Toma ya!!. Claro, en estas condiciones hubiera sido raro no disfrutarla un mínimo. Y así fue. Por cierto, que a pesar de la decepción siendo adolescente, los del vídeo-club tuvieron el detalle de regalarme un abalorio promocional de "Body Count" que anduvo decorando una estantería de mi dormitorio hasta que... bueno, terminó en la basura, ¡¡ouch!!.
Que si, que la peli tiene varios títulos, pero cojones, yo pongo y me quedo con el que la conocí en su época, "Body Count". Y lo que tenemos aquí no dista casi nada (casi) de la fórmula habitual. Chavales de acampada, asesino misterioso, muertes relativamente sangrientas (aunque la versión que vi ayer tenía pinta de estar cortada, algunas escenas de muerte terminaban de un modo muy brusco). ¿Cuales son los elementos mínimamente diferenciadores?, pues a ver: La peli no se centra únicamente en los personajes jóvenes, también en los adultos y sus trifulcas culebronescas. Las chavalas son más golfas de lo habitual. El gordo gracioso es especialmente irritante. Por lo demás, se mantienen fieles a esa clase de amistad tan típica de los slashers basada en pasarse toda la peli odiándose mutuamente. Y claro, el asesino, que mola bastante, un supuesto chamán extremadamente viejo y, por ende, extremadamente feo... ¿o es alguien que se hace pasar por él?.
Sí claro, "Body Count" es lenta, es previsible (salvo por el drama de infidelidades mil que viven los personajes mayores de 18 años) y etc, etc, pero bueno, si te la ves consciente de lo que hay y con paciencia, pues tiene su coña y algún acierto fugaz, como la secuencia de la pesadilla (de chaval me pareció genuinamente inquietante) y los hermosamente tristes parajes naturales elegidos para rodar el film.
Aunque lo realmente interesante está detrás de las cámaras. Ruggero Deodato, hastiado creador de "Holocausto Caníbal" (y a quien el terror no le tira nada), dirige con sapiencia pero sin ganas. La lograda banda sonora la firma todo un jefe, Claudio Simonetti, ex-"Goblin" y habitual colaborador de Dario Argento. Entre los guionistas (que son legión para una peli tan básica como esta), destaca Alex (Alessandro) Capone, que pocos años después debutaría en la dirección con el -según recuerdo- aburrido film de horror "Pesadilla (Witch Story)". Y el reparto, casi reúne el "quien es quien" del cine italiano de horror, tenemos a David Hess (recordémoslo de prota en "La última casa a la izquierda", pero también en su explotación "Trampa para un violador", dirigida por el mismo Deodato), Mimsy Farmer (la has visto nada menos que en el "4 Moscas sobre terciopelo gris" de Argento y el "Black Cat" de Fulci), John Steiner (su rostro ha asomado en incontables italianadas: "Caligula", "El último cazador", "Los aventureros del tesoro perdido", "Tenebre", "Yor, el cazador que vino del futuro", "Comando Leopardo" y un largo etcétera), Ivan Rassimov (ya curró para Deodato en "¡Mundo canibal!, ¡mundo salvaje!" y luego repitió en el tema junto a Umberto Lenzi con "Comidos vivos") y ya fuera de ese grupo, pero no menos carismático, el bueno de Charles Napier haciendo de sheriff (recordemos que tanto este como Hess dejaron nuestra dimensión recientemente). El reparto juvenil no me interesa lo más mínimo.
Con semejante panorama, ¿qué puedo decir?, mediocre... pero visible en un momento dado (aunque únicamente sea por su "entrañiblismo").