viernes, 13 de mayo de 2016

AMERICAN PSYCHO

Aunque cualquiera que me encuentre en el transporte público puede verme siempre con un libro en la mano, en realidad no soy un gran lector. Leo única y exclusivamente sobre cine, alguna que otra biografía, y algo sobre música, pero lo cierto es que en mi vida habré empezado con 15 novelas y no he acabado más que dos, como mucho. Una de esas novelas que acabé, y que me fascinó –porque me pilló, además, a una edad idónea para disfrutar de lo que nos cuenta-  fue “American Psycho” del escritor , digamos, sensacionalista Brett Easton Ellis. Cuenta las aventuras de un yuppie muy pijo que en sus ratos libres es asesino en serie. Entonces, en el libro, si una mitad del mismo estaba dedicada a la vida y los excesos del yuppie adinerado –esas descripciones eternas- la otra mitad estaba dedicada a contarnos, con pelos y señales, sus sanguinarios asesinatos. La cosa está en que las descripciones de esto eran tan terriblemente buenas y gráficas que, por un lado, llegaban a sobrecoger al lector, a la vez que íbamos diseñando en nuestra cabeza las imágenes de lo que leíamos.
Con la novela llegó la controversia, y con la controversia, la adaptación cinematografíca.
Lo cierto es que no es nada fácil adaptar al cine una novela como “American Psycho”, y tachenme de machista si quieren, pero que de ello se encargue una mujer – Mary Harron, ex colaboradora de "Punk Magazine" y que ya debutó unos años antes con  “Yo disparé a Andy Warhol”, que le pegaba más, porque la cinta giraba en torno a una zumbada que rondaba el ambiente del pope de la cultura pop – lo único que se consigue es una adaptación muy light, porque ella no va a filmar como el loco de Patrick Bateman destroza la vagina a una prostituta con una percha y unos alicates, quizás solo por cierta sensibilidad femenina, o porque se trata de un material aberrante, y menos de manera tan gráfica como lo describía Ellis en su libro.
Además, Mary Harron, tuvo la poca fortuna de decir, que esquivando todo el grafismo de la novela, conseguía darle a la historia buena reputación, cosa que el libro no tenía. Mis cojones. Te cargaste la historia en realidad, Mary, destruiste la esencia de la misma.
Pero, por otro lado,  no es justo comparar una película con el libro que adapta, ni juzgar una película por los prejuicios que podamos tener ante la bocazas de su directora.
Durante años, yo tenía esto en la cabeza; “American Psycho” es una película que está muy bien, muy entretenida, pero que no es lo que podía haber sido por que se suaviza toda la parte de los asesinatos. De hecho siempre he fantaseado con una adaptación de “American Psycho” realizada por un William Lustig de los buenos tiempos, o en su defecto, por cualquier manazas de la serie B, seguro que se acercaba más a lo que tenía en mi mente, que lo que vino a realizar esta señora con su discurso tan estilizado.
Así que, tras años sin verla, más sabio porque soy más mayor, aparco los prejuicios y  decido verla de nuevo. Mi opinión no difiere mucho, la verdad.
Si que es cierto que, teniendo en cuenta lo mal que envejecen las películas de finales de los 90 y principios de 2000, “American Psycho” mantiene el tipo más que bien. Digamos que el paso del tiempo la ha mejorado. Y es que es una buena película, si me apuran, es una buena adaptación, y aún con lo light que es –no deja de ser una adaptación mainstream para la platea estándar, que si la considera una película turbadora- tiene momentos como el del asesinato a Paul Allen, mediante hacha y con impermeable, que impactan. Momentos como el de la sierra mecánica, con Patrick Bateman corriendo detrás de la prostituta, que abruman. Pero, lo mejor que ocurre en esta película, es cuando no matan a nadie. Es decir, todo lo referente al modo de vida de los Yuppies, su envidia mutua, su rollito con las tarjetas de visita… eso es todo realmente bueno. Lo que en definitiva,  nos lleva a la opinión que tenía yo desde un principio; que es una buena película, pero tratándose de “American Psycho”, independientemente de lo que aparezca en la novela  o no, e independiente de que me puedan gustar más o menos las escenas de asesinato que rodó Harron, lo cierto es que hubiera mejorado todo con unas gotitas más de sordidez, un poco más de chicha. El personaje de Patrick Bateman, cae como el culo, pero no aterra, y lo que pedía, es aterrar al espectador. Con todo, se trata de una buena muestra de cine de la década de 2000, década no muy buena, ya vista en la distancia, para los horrores mainstream.
Huelga decir que sus actores, Christian Bale, Willen Dafoe, Jared Leto, Cloe Sevigny, Reese Witherspool, están todos cojonudos.