viernes, 8 de septiembre de 2023

EL ADIÓS DE UN CAMPEÓN

Naxo ya nos mostró en una entrada anterior la carátula de la cinta de vídeo de “El adiós de un campeón” que, los más viejos del lugar, estábamos hartos de ver en los estantes del video-club, aunque nunca la alquilábamos. Tenía bastante mala pinta. Como bien rezaba aquella, se trataba de la segunda edición, así pues, yo ilustro la presente reseña con el cartel perteneciente a la primera, que recrea asimismo el más explícito, pero menos vistoso, póster para cines, donde la vieron aproximadamente 94.000 espectadores de nada.
El título en castellano es un spoiler en sí mismo.
Se trata de un dramón de padre y muy señor mío sobre un chaval medio quinqui al que le gusta saltar a piscinas privadas y, allí, hacer carreras nadando con sus colegas. Los padres le tienen frito y, este, harto de sus reprimendas, decide irse de casa. Comienza así a trabajar en una piscina municipal. Fascinado por el deporte acuático, comenzará a nadar por las noches, convirtiéndose en un virtuoso natatorio de la manera más tonta, por lo que el entrenador local decide apadrinarle y acabar de pulir su técnica. Y justo cuando parece que mejor le va, al desgraciado le detectan un tumor cerebral que truncará su carrera.
Un folletín zetoso con apariencia de film de "Jaimito" dirigido por un Ruggero Deodato más en baja forma que de costumbre. Un pequeño bodrio que, no obstante, se aguanta bastante bien porque está montado de una manera muy dinámica, tanto, que pasamos de un tema a otro a una velocidad de vértigo y sin darnos cuenta. En menos de cinco minutos el protagonista ya se ha ido de casa y encuentra curro. Pero por lo demás es una película vacía incapaz de hacer empatizar al espectador con sus protagonistas, de manera que, cuando al chaval le detectan el tumor, al espectador le da igual, lo mismo cuando nos confirman que va a morir. Y cuando muy enfermo bate el récord de los 400 metros estilo libre para, acto seguido, palmar... pues también nos importa un comino.
Todos estos artesanos italianos a la Deodato, reniegan del cine de explotación (donde caben terror, thriller, violencia, etc) que les ha dado un nombre, y siempre abogan por un tipo de película más dramática y de autor. Es como si aquel les hubiera arrebatado la oportunidad de facturar otro tipo de cosas. Pero es que ¡demonios! la explotación era lo único que se les daba medianamente bien. “El adiós de un campeón” es la prueba de que si a Deodato le dejas hacer, y se pone con un dramón, una historia humana y descarnada, no llega a comedia voluntaria por los pelos, pero sí le sale algo raro a velocidad de peli de caníbales y con algunas interpretaciones exageradas. Vamos, que ante un cine más "profundo", el amigo Deodato no es el Dino Risi que ansía ser. Sin embargo, dentro del género del terror y aledaños siempre será el “maestro” Deodato, el de “Holocausto Caníbal”. Aunque incluso haga bodrios peores que “El adiós de un campeón” como, por poner un ejemplo, “La lavadora asesina”.
Con todo, ver esta película no ha sido un suplicio total y, en cierto modo, me ha resultado hasta interesante, porque no había visto nada de Ruggero Deodato más allá de los títulos que todos conocemos.