lunes, 18 de septiembre de 2023

SHARK EXORCIST

Este verano pasado, a la redacción de varias páginas web de corte generalista comandadas por ineptos y redactadas por vírgenes y deficientes mentales, ha llegado, de forma masiva, la noticia de que “Shark Exorcist” se ha postulado con una puntuación de 1,7 en Filmafinitty —una de las más bajas de su historia—, por lo que, una vez más, tenemos a un montón de plumillas hablando sobre algo de lo que no tienen ni repajolera idea, y concediendo el título de “peor película de la historia” a una cosa que ni tan siquiera han visto, nombrándola precursora de productos mainstream como por ejemplo “Oso vicioso”. Confunden velocidad con tocino y conocen de la misa la media ¡Solo en España, amigos!
“Shark Exorcist”, que el mundo cuñado ha descubierto un poco tarde, no es ni la peor película de la historia, ni precursora de nada. Es sencillamente un SOV más, adscrito a esa moda postmoderna de mezclar conceptos imposibles, en este caso tiburones (ya van 20 años de películas de escualos en pleno delirio) y exorcistas. Con el fin de contentar a cierto sector granudo del fandom, se rueda, de la peor forma posible, un producto para que esos pajilleros flipen y se rían a mandíbula batiente. Todo estudiado y premeditado, sin entender yo del todo la finalidad de tal actividad, ya que dudo que los beneficios de estas películas compensen tal despropósito.
“Shark Exorcist” es “nada”.
Precisamente, dos de los directores más activos en facturar “nada” son viejos conocidos del formato vídeo, dos veteranos como el pobrecico Mark Polonia y el director de esta, Donald Farmer —por otro lado, habituales de este blog. Pinchen en sus respectivos nombres por si quieren conocer más al respecto—.
La cosa es simple y sencilla: El demonio se mete en el interior de un tiburón y se come a los bañistas. Entre posesiones a jovencitas de buen ver que se contonean eróticamente con sus bikinis, que se vomitan entre ellas y planos inexplicables, llega un exorcista sobreactuador que se enfrentará con el tiburón. Y todo por culpa de una monja satánica. Fin de la historia.
Tiene cierta gracia en el fondo. Y es que, para hacer una película mal aposta también hay que valer. Y a Farmer, quizás porque en realidad este “Shark Exorcist” se la pela bastante, o quizás por manazas (se trata de una película mala impostada, pero la dirección de Farmer no lo es) le sale mal lo de hacer mal la película. Entonces logra una cosa medio vanguardista. A eso hay que añadirle que el producto se ha grabado en un solo escenario, es decir, una casa con su respectiva piscina, un poco de césped y una charca, sin embargo está ambientada en la costa, lugar donde ha de operar un tiburón (aunque este parezca que está volando) sin ningún tipo de vergüenza. El CGI con el que está diseñado es el más tirado y barato a sabiendas, porque se está tratando de dar un producto concreto, para un público concreto que quiere de las incapacidades y no distingue cuando estas son auténticas o forzadas. Nada es genuino, todo es vago, realizado con desinterés.
Luego, la película está llena de tiempos muertos y cámaras lentas eternas —flipante la escena con dos jamonas poseídas deambulando despacito dentro de una piscina. Casi fascinante— cuyo fin es el obvio, alargar metraje (igual que los 11 minutos de créditos finales) que son, por lo raro que queda todo, lo mejor de la película.
Entonces, efectivamente esto me puede hacer cierta gracia pero, más allá de eso, se trata de un SOV del nuevo milenio de la vertiente más rastrera (y comercial a su modo), sin garbo, sin alma y sin interés alguno en pleno año 2023. Pero parece que el público "cool" está ávido de películas malas, de otorgar títulos de “peor de la historia” y reírse en comandita mostrando una superioridad moral repugnante que les dura lo que les dura el amor por las películas malas: Un fin de semana, lo mismo que dura el evento en el que las descubren. Pero “Shark Exorcist” me temo que no sirve ni para eso. Gracias al cielo.
Por otro lado, en 2021 sus artífices organizaron un crowfunding con la intención de rodar una secuela. A estas alturas no se si el objetivo se habrá logrado, ni si estarán ya grabando la infamia... ni me interesa, la verdad.