miércoles, 27 de septiembre de 2023

GALERÍA DE ESCANEOS BONITOS 27 (ODDITIES)

Imágenes extraídas de las fermosas páginas de "Mad Movies", "L´Ecran Fantastique", "Impact" y otras revistas franchutes que me alegraron la adolescencia por ahí los años 80/90.

Hoy la cosa va de rarezas... oddities en inglés, que siempre suena mejor. Escaneos de movidas, difícilmente clasificables, alegremente y desordenadamente unidas en la siguiente entrada, de la siguiente manera...


A finales de los ochenta, principios de los noventa, con el término "serie Z" ocurría en Francia lo mismo que tristemente ocurre hoy en España con "serie B" (aquí siempre vamos un paso por detrás de aquellos a los que procuramos imitar), era tratado como si fuese un género en sí mismo, con sus códigos estéticos y narrativos. Así las cosas, en esos tiempos el rey de aquella "serie Z" gabacha de chichinabo respondía al nombre de Richard J. Thomson, seudónimo tras el que se ocultaba Julien Richard-Thomson. Su especialidad eran los largometrajes delirantes semi-amateurs llenos de humor, elementos de horror, truculencia, tetas y mucha locura empaquetada, formato vídeo. Siempre con el respaldo de la revista "Mad Movies".
Y, justo, lo que tienen arriba es, casi casi, el verdadero motivo de que exista esta entrada, el anuncio de una de esas vídeo-ñordas, "Night of Vampyrmania", aparecido en las páginas de la excelsa publicación. Nótese que en el reparto interviene el mismo editor de aquella, Jean-Pierre Putters. Costaba 99 francos + 10 de portes. No estoy muy puesto en esa moneda, menos situándola a principios de los noventa, pero diría que la tontería salía cara.
El amigo Richard-Thomson facturó unas cuantas más del estilo ("Attack of Serial Killers from Outer Space", "Terror of Prehistoric Bloody Creature from Space " -retitulada muy sabiamente "Jurassic Trash"-) hasta que se cansó e intentó aspirar a cotas más altas, mejor consideradas.
Llegó a salir en un concurso de la tele francesa pidiendo dinero para un proyecto, y no paró de dar la murga, escribiendo un autobiografía y semi-justificando sus deslices de juventud con la vídeo-cámara. En años más recientes le entró un venazo radical y, desde entonces, lloriquear por el estado de la política de su tierra, y el mundo en general, es a lo que se dedica con más tesón. También apuntarse a las tendencias reinantes. Acaba de publicar un libro sobre las mujeres empoderadas dentro del cine de género. En fin. Está bien evolucionar, lo aplaudo, solo que no me gusta la senda por la que Julien se ha encaminado últimamente. Lo prefería como videoasta costroso.


Cuando en la época vi este cartel, a tamaño minúsculo (de ahí la cerdísima calidad del escaneo ampliado), flipé mucho. ¿Qué es esta mierda?. No recuerdo que el texto acompañatorio aclarara demasiado. Tampoco me fijé entonces que lo que reposa encima de los hombros del tipo mazas es uno de esos vampiros chinos. De lo contrario, habría perdido interés, pues a mi el cine de esos lares nunca me dijo gran cosa. Más aún, si llego a saber que en realidad se trataba de una de las entregas de la saga "Thunder Ninja Kids" dirigida por el insufrible Godfrey Ho -habitual de la "IFD", especialista en esos ninjas de colorines tan abundantes en video-clublandia y culpable de ESTE dolor de muelas audiovisual- directamente habría arrancado la página para usarla como papel higiénico. No procedí, y me alegra, de este modo conservo el respectivo "Mad Movies" en un estado más que decente.


Jamás he sentido la mínima atracción por "Voyage of the Rock Aliens" (bautizada "Nuestros maravillosos invasores" muy graciosamente en las Españas) por considerarla un cult-film de esos manufacturados en su delirio, cuyas estéticas ochenteras, hoy tan absurdamente adoradas, estallan a lo bestia. Sin embargo, lo que sí me gustaba, y mucho, era la imagen arriba expuesta, un personaje del film, de lógico nombre "Chainsaw", al que da vida el bueno de Michael Berryman. Encajaba alegremente como un guante en mi pasión por lo gran guiñolesco y grotesco, exactamente igual que el póster de "Mal Gusto", este fotograma de "Blood Massacre", estos otros de "Fonda Sangrienta" o el "John Rambu" de "The Intruder". Guardaba incluso puntos en común con este último. Lo que "Rambu" era para "Rambo", "Chainsaw" lo era para "Leatherface". La diferencia es que, mientras aquel se tomaba en serio, el caso que nos ocupa es pura comedia voluntaria.
Con todo, nunca he visto "Voyage of the Rock Aliens". Pero, tras escribir estas letras, me estoy planteando que quizás ya va siendo hora.


¿"Back to the Fuehrer", en serio Jorge? Realmente a esta película del año 1993 se la conoce como "Marching out of time" (tal vez el título previo era demasiado arriesgado) y viene dirigida por Antone Vassil, siendo su primera y última vez. Lo mismo podemos decir del prota, Frederick Anderson, salvo un papel casi de extra en un producto televisivo de Bill Cosby, nada más ilustra su currículum. Parece ser que iba para cómico negro famoso, pero no cuajó. 
"Back to the Fuehrer" habla del intento por parte de unos nazis (¿o neo-nazis?) de viajar temporalmente hasta la segunda guerra mundial. Sin embargo, hacen mal los cálculos y terminan en un suburbio yanki de los años noventa, con todo el consabido lío que ello ocasionará.
A la evidente parodia del clásico de Zemeckis, añadimos una más, la de "Solo en casa", presente en el segundo cartel oficial.
Junto al ignoto Anderson, localizamos al bueno de Robert Z´Dar y a Jeff Rector, convertido hoy día en algo así como la parodia pobretona oficial de Donald Trump.
¿Verla? pues podría ser curioso, sí, pero no hay constancia de que esto llegara a las Españas, ni en vídeo, ni papel de fumar.


Y para acabar, así de graciosamente lucen los marcianos de "Three Stooges in Orbit", año 1962, comedia de lucimiento para esos cómicos hoy tan revindicados y conocidos por acá como "Los tres chiflados", pero que entonces eran todo un enigma. Incluso, en una ocasión, le pregunté a una amiga británica de mi hermana cual sería la justa traducción de su nombre. En cuanto se aclaró el misterio, perdí interés. Nunca vi nada de ellos, ni siquiera esta aventura galáctica. Pero el bicho mola mucho y se ajustaba muy bien a aquel gusto mío por lo gran guiñolesco / grotesco mencionado unas líneas arriba.