Probablemente, Carles Comas fue un hipster a finales de los setenta, cuando entre la juventud más progre y "cool" del momento se puso de moda coger una cámara de Súper 8 e imitar el cine underground clásico fabricado en las américas. Así, todos comenzaron a rodar cortometrajes con muchas imágenes desenfocadas, fijas e interminables o desmedidos traqueteos con la excusa de retratar la realidad. Gente como Sierra Fornells, Manuel Huerga, Juan Bofill o Eugeni Bonet formaron parte de esa raza y, por ello, muchas veces protagonizaron sendos artículos en las páginas oficiales del "coolismo", la revista "Star" (que pasó del jipismo al punkismo en cuanto así lo dictaminaron las tendencias reinantes).
Pero Comas disponía de un "je ne sais quoi" que lo hacía distinto. Tal vez porque era de lo más oscuro entre los oscuros y contaba con una película muy peculiar, "Parabellum", adaptación superochista de una novelita de bolsillo a base de polis y cacos, rodada en plan cine mudo, tirando de rótulos narrativos y actores con la cara pintada de blanco. Esa molaría verla.
Muy diferente es el caso de "Hotel Paradís", documental que Carles Comas se curró en Súper 8 entre finales de los setenta e inicios de los ochenta. Podría definirse como una sucesión de retratos de gente muy variopinta. Desde otros artistas "cool" y hipsters dándoselas de excéntricos y transgresores, a intelectuales brasas, pasando por señoras mayores viendo "La venganza de Ulzana" en la tele o dependientes de colmado ordenando cajas de huevos. Eventualmente todo ello se intercala con segmentos puramente visuales compuestos de collages y música mangada a "Flash and the pan" o Vangelis.
Se hace inevitable referencia a la explosión punk del momento (asoman un par de ellos dando la nota premeditada) y, como relleno, muchos paseos urbanos -cámara en mano- cuyo único valor es ver la Barcelona de aquellos años (y reconocerla). Completan el show ciertas referencias cinéfagas muy simpáticas, con unos niños contando el argumento de "Aeropuerto 80" y un flipado hablando maravillas de "El resplandor".
Lastimosamente, los títulos de crédito se reducen a lo más elemental. Desconocemos el nombre de los individuos que pululan frente a la cámara, y seguro los habrá harto interesantes. El único reconocible para estos cansados ojos es Juan Carlos Olaria, hablando del proyecto semi-profesional que le ocupaba en ese justo momento y tiene toda la pinta de ser su célebre "El hombre perseguido por un O.V.N.I."
Carles Comas siguió con el tema audiovisual, extendiéndose al vídeo y a colaborar en una TV3 en pañales. Falleció solo en su casa el año 2009, contaba escasos 52 tacos.
"Hotel Paradís" no es fácil de digerir, pero sí altamente curiosa.