
Todo ello es lo que acabó otorgando a la peli, y a Fulci, la fama de misógina/o y cabreando a unas cuantas feministas, algo maravilloso y absolutamente irrepetible. Hoy semejante material se haría de modo consciente, buscando la provocación o el homenaje, en ésa época se actuaba así porque... bueno, ¡era lo normal!, se trataba de un film de horror con chicas asesinadas ¿no?, pues hale. Esa es la actitud que hoy echo de menos en cualquier film que presuma de brutalidad.
Como toda italianada que se jacte de serlo, la peli remite a otros films anteriores de éxito, en especial "Vestida para matar" (¿y "Maniac"?, tal vez la escena del metro y la atmósfera sórdida de un Nueva York tenebroso y depravado). Hay mucho material rodado en el hoy famoso "Times Square" de los 80 (ya saben, las "grindhouses", "the deuce", los cines proyectando material porno y/o exploitation del calibre de la misma peli de Fulci o cosas de arte y ensayo de alto grado erótico. Precisamente, en una secuencia vemos la marquesina de "Mi primer pecado" de Manuel Summers, y es que el español tenía mucho éxito por esos antros gracias a sus depravadas historias de jovencitos iniciándose en los placeres de la carne).
En "El destripador de Nueva York" encontramos varios nombres asociados al cine popular italiano de los 80, y a la obra de Fulci (quien se reserva un papelillo), como Paolo Malco, Alexandra Delli Colli, Zora Kerova o al gran Dardano Sacchetti en tareas de escribiente. Destaca la belleza de Almanta Suska.
En fin... que la peli en realidad es de lo más mediocre, no tiene ritmo alguno, acumula momentos para el ridículo (eso de que el asesino hable como el "Pato Donald", o las clásicas "americanadas desde el prisma italiano" típicas de la época) pero, ¡claro!, es lo que es... cine de género italiano de los 80... con eso, está dicho todo. Hay que verla.