jueves, 22 de octubre de 2009

OVEJAS ASESINAS

Jonathan King debutó en 2006 con esta "Ovejas Asesinas" y, de momento, no ha hecho nada más, aunque está pendiente de estreno su segunda película, "Under the Mountain". King es de Nueva Zelanda, ¿y que hay en ese país? Pues unos paisajes preciosos, ya filmados en la trilogía de "El Señor de los Anillos", y ovejas, muchas ovejas. Al menos en las zonas rurales, o eso parece según la película en cuestión.
Dos jóvenes hermanos viven con su padre en una granja de ovejas. El mayor, haciendo la "gracia", desolla el cordero del pequeño y se pone la piel por encima para darle un susto. Cuando la "broma" se está llevando a cabo, acude la ama de llaves de la granja para informarles que su padre ha fallecido en un accidente. Es el momento en el que el hermano menor sufrirá pánico a las ovejas, lo cual arrastrará durante 15 años. Pasado ese tiempo, vuelve a la granja a por la parte de dinero que le corresponde por ella, pero allí descubre que su hermano ha estado haciendo experimentos genéticos con ADN humano y ovejas. Los desechos de esos experimentos se transforman en una especie de zombies-oveja. Cuando una oveja muerde a otra, esta es infectada y siente ansias de carne. Si el mordido es humano, se transforma en hombre-lobo-oveja. Esto queda mucho más claro en el momento en el que vemos la transformación casi calcada de "Un hombre Lobo Americano en Londres", probablemente la mejor escena de efectos de toda la película. "Weta", la que se encargó de los FX de la trilogía que dirigió Peter Jackson, son los responsables. Algunos resultan tan cachondos como el feto oveja, o terriblemente patéticos como la transformación y curación del capataz de la granja.
La película tiene momentos completamente ridículos y de vergüenza ajena, pero se deja ver, aunque también he de decir que, en la parte final, me estaba durmiendo, no se si porque decae o porque había madrugado bastante ese día.
No es un peliculon, y verla solo tampoco es que sea la mejor opción, pero con amigos es una fiesta (¡¡¡ez una fiezta!!!) por los mencionados momentos ridículos, siendo uno de los más destacables cuando una oveja se pone al volante de una furgoneta (¿comor?)
Parafraseando a "Barrio Sésamo", solo no, con amigos sí.