
Un farmacéutico con ínfulas de científico loco crea un suero que debidamente inyectado en los cadáveres, los devuelve a la vida, unos que combatirán una joven desnuda y un escritor pedante.
Simpática película, llena de zombies, polvadas, descerebre, delirio, tetas, felpudos peludos y chascarrillos, por encima de la sangre que puedan derramar las víctimas de los revividos. Imposible tomársela en serio. Al final, resulta un entretenimiento mas cercano a la comedia que al terror, ni tan mala como cabía esperar, ni lo suficientemente buena para considerarla algo mas. Y lo mejor de todo son los diálogos de besugo, incoherentes y desquiciados, que salieron de la pluma de Isabel Coixet. Hija mía, o estabas de cachondeo antes, o lo estás ahora, pero lo cierto es que te prefiero poniendo frases a esta panda de zumbaos, que filmándole el ojete y las lorzas a Sergi Lopez, y dándotelas de filmadora de cuerpos naturales.
En definitiva, me parece una peliculita muy maja, y con muchos, muchos zombies. Por eso, tras verla, no me explico como ha podido pasar tan inadvertida en todas esas guías de cine zombie que tan de moda están en la actualidad, y que se vanaglorian de indagar hasta los recovecos más ocultos de las cinematografías mas oscuras: si hay una película genuinamente zombie, es esta, rodada en Cataluña en los ochenta.
En el reparto, Joan Borrás, carismático actor catalán que ya desprendería una bis cómica a prueba de bombas en la dupla “Del porro”, y un sobresaliente Víctor Israel que, haciendo de criado que habla un extraño dialecto, y se reserva algunas de las mejores y mas tórridas escenas, nos preguntamos qué pinta en todo este “fregao”. Descacharrante.
Dirige Ignasi P. Ferré, de filmografía desconocida para mí y bastante escueta, más enfocada a la comedia pura.
En definitiva, me parece una peliculita muy maja, y con muchos, muchos zombies. Por eso, tras verla, no me explico como ha podido pasar tan inadvertida en todas esas guías de cine zombie que tan de moda están en la actualidad, y que se vanaglorian de indagar hasta los recovecos más ocultos de las cinematografías mas oscuras: si hay una película genuinamente zombie, es esta, rodada en Cataluña en los ochenta.
En el reparto, Joan Borrás, carismático actor catalán que ya desprendería una bis cómica a prueba de bombas en la dupla “Del porro”, y un sobresaliente Víctor Israel que, haciendo de criado que habla un extraño dialecto, y se reserva algunas de las mejores y mas tórridas escenas, nos preguntamos qué pinta en todo este “fregao”. Descacharrante.
Dirige Ignasi P. Ferré, de filmografía desconocida para mí y bastante escueta, más enfocada a la comedia pura.