Lo que pasa es que, Wilder, a pesar de ser un excelente
actor cómico, ni mucho menos es el genio
de Brooks, por lo que el resultado de esta película es poco menos que infame y
vergonzante. En serio, “El hermano más listo de Sherlock Holmes” es una
autentica patata. De hecho, le dieron a Wilder presupuesto para que entregase
un film de 140 minutos, y la duración final es de 89. No había por dónde coger
aquella película.
Y es que Wilder es
incapaz de hacer una buena parodia, entre otras cosas porque es incapaz de
escribir un buen argumento. A día de hoy, sigo sin saber exactamente sobre que
trata la película. Sabemos que aparece por ahí Sherlock Holmes, y que Gene
Wilder es su hermano menor, torpe, necio y envidioso, pero más allá de eso, la
película es un batiburrillo de chistes malos, peores y nefastos y numeritos
musicales agrios e insoportables, que no en pocas ocasiones, incitan al
espectador a dejar de ver la película.
El mayor problema es que Gene Wilder trata por todos los
medios de repetir “El Jovencito Frankenstein”, contando con Marty Feldman, Madeline Kahn
y Don DeLuise y un estilo de humor directamente sustraído de la obra maestra
de Brooks. Pero se notan tanto las intenciones de Wilder, que no son otras
que plagiar -amparándose en la creación de un universo ficticio en el que los
mismos actores interpretarán distintos roles en parodias de los personajes más
importantes de la literatura de ficción- que da mucha vergüenza verle hacer el
ridículo de esa forma. Entonces, si el chiste en la de Mel Brooks era que el protagonista no era el Dr. Frankenstein sino
Fronkonstin, en esta, el hermano de Holmes, no será Sherlock sino Sherluck. Y
así sucesivamente.
Todo esto sería excusable si la película tuviera un par de
gags memorables, sin embargo, debe ser la cosa menos graciosa, carente de
ritmo y aburrida de la historia de la comedia. Absolutamente insoportable.
En consecuencia, la película fue un fracaso absoluto. Sin
embargo, en España, no llegaría a los casi cuatro millones de espectadores que
llegaría a congregar “El Jovencito Frankenstein”, pero si que llegaría al
millón y medio sin inmutarse, lo que está muy bien. Eso si, tardaría siglos en
ver una edición en vídeo para los video-clubes, apareciendo al mercado casi de
tapadillo. No había gustado a nadie.
Wilder, que en un principio estaba totalmente emperrado en
dirigir para así hacer un uso correcto de sus guiones –y cobrar mayores
royalties- después repetiría tras las cámaras rodando sus peores películas que
son “El mejor amante del mundo”, “La
mujer de Rojo” con la que conseguiría su gran éxito y la floja “TerroríficaLuna de Miel”. Quedó claro que su lugar estaba delante de la cámara, y si era
en compañía de Richard Pryor, tanto mejor.
Por lo pronto, “El Hermano más listo de Sherlock Holmes”, es
para matarle.