Con el fin de mostrarnos un poco de pornografía soft, y con
el afán de parecer una película más molona de lo que es, también con el de
parecer una película de mayor categoría,
“Catherine Chérie” cuenta la historia de una cantante pop que está liada
con su manager, y a la que se le cruzará en su camino un atractivo paparazzi,
que robándoles fotos sexys, enredará la madeja hasta convertirse la cosa en una
historia de secuestros y violencias que, reciclados, serían hoy un caldo de cultivo para el
Tarantino de los cojones.
Nada nuevo en el horizonte; aburrimiento a mansalva para un
producto que, si a priori puede causar curiosidad, esta queda satisfecha con un
visionado superficial.
Mucho folleteo, pero para que parezca menos guarro, rodado
con las ventanas abiertas para que entre la brisa y mueva las cortinas. Nada, un
producto vacío de los muchos y variopintos que llevaron a buen puerto los
Balcázar.
Dirige el propio Jaime Jesús Balcázar, quién otrora fuera el
responsable de algunos de los “Espulgas Western” de los años sesenta, que como hombre de
negocios más que cineasta que era, se marcó una película “S” para embucharse
unos muy buenos dineritos a costa de la España pajillera. La vieron en salas
96.000 espectadores. Puede parecer poco, pero con lo que costaban estas
películas, sin duda, salían rentables.
Jaime Jesús Balcázar, pone con “Catherine Chérie”, punto y
final a su carrera como director, que a fin de cuentas, no fue tan prolífica;
solo once títulos.
En el reparto, lo más llamativo sería Raquel Evans, musa
erótica de los productos más cutres que se puedan imaginar de nuestro cine, con
títulos en su filmo que son el despiporre. Como muestra; “Andalucía Chica”, vehículo para el (des)
lucimiento de Antonio Molina dirigida por José Ulloa, las dos entregas de
“Bacanales Romanas”, “Made in China” del proxeneta John Liu, o “La muchacha de
las bragas de oro” de Don Cutre “aceptado socialmente en el entorno
cinematográfico”, Vicente Aranda. Sin embargo el reparto lo encabeza Berta
Cabré, una de estas actrices “S” guapas, delgaditas, apetecibles, que sin
embargo derrochan menos carisma que un tornillo, que aparte de las escenas
tórridas, tiene en común con la Evans el haber aparecido en películas para
(des) lucimiento de algún artísta –en este caso de “El Fary” y la inefable
“Ojos sin luz”-, o todo tipo de morralla “Serie B” como pueda ser “Las Aventurasde Zipi y Zape”, “Barcelona Sur” o la Iquinada “Dos pillos y pico”. Lo
masculino, importa menos en esta película, cuya baza fuerte son las escenas
lésbicas, aún así, tenemos restregándose con ellas a actores del mismo registro
que las actrices, pero menos vistos en el cine populachero como puedan ser
Peter Steiner Jr. habitual de “Comedias Sexy” Alemanas, o José Gras, del que
sugiero que consulten en IMDB, porque si me pongo a poner títulos en los que ha
aparecido –y que están reseñados en este blog- no acabaríamos nunca.
Muy mala.