
Como fan del personaje —es el superhéroe "Marvel" que más he leído—
he de decir que ninguna de las películas existentes al respecto me han
defraudado. Las de Sam Raimi me gustaron, el primer "reboot", las de “Amazing
Spider-Man” un poco menos, pero también las tengo en alta estima. Sin embargo,
“Spider-Man: Homecoming” es tan buena que hace parecer a todas las anteriores
una puta mierda, e incluso es posible, bajo mi punto de vista, que estemos ante
mi película del "Universo Marvel" favorita.
Y es buena, básicamente por tres motivos: La idiosincrasia
del personaje exige que no sea tan espectacular como el resto, a saber, “ Los Vengadores” o “Guardianes de la Galaxia”. Y eso aquí es respetado. No es que no
tenga escenas espectaculares, si que las tiene, pero a la altura urbana de
nuestro amigo y vecino. En segundo lugar, todo el mundo sabe el origen de "Spider-Man", así que no nos lo cuenta otra vez. No hace falta. Se limita a
recordarnos que ya estuvo presente en “Capitán América: Civil War” y
a partir de ahí se desarrolla un nuevo personaje de sobras conocido
por todos. Y en tercer lugar, la película es cojonuda porque se salta a la
torera todos los protocolos del universo clásico de "Spider-man" y, aún así, es
el "Spider-Man" que el lector mejor identificará con los tebeos. Aquí el traje no
se lo cose el propio "Peter Parker", se lo fabrica "Tony Stark", así,
tenemos un atuendo robotizado que se ajusta al cuerpo mecánicamente, mueve los
ojos e incluso, al igual que la armadura de "Iron-Man", tiene un asistente parlanchín
con el que "Parker" se comunica. Así como todos los gadgets típicos del "Spider-Man" más clásico; el rastreador araña, la linterna araña, etc, y algunos extra que no desvelaré por no "spoilear" más de la cuenta.
Por otro lado, las principales motivaciones de "Spider-Man" no
son otras que ingresar en "Los Vengadores", por lo que hará méritos en su día a
día. Aquí no hay tío "Ben" que haga sentir culpable al muchacho, ni una
responsabilidad anexa a un gran poder. Y aunque la aparición de "Stark" y el
resto de referencias al universo "Marvel" son importantes,
está todo introducido de una manera tan sutil, y tan hábil, que en posteriores
entregas de la saga, si es que las hay, estará todo preparado para que ya no sean
tan necesarias, y disfrutemos de las aventuras del hombre araña sin necesidad de
cameos de "Iron-Man", "Capitán América" y demás.
Otro punto que me ha llamado la atención es la distinción de
clases; mientras que los "Vengadores" son un grupo de élite, poco menos que
millonarios haciendo de las suyas con su pasta y/o súper poderes, “Spider-Man:
Homecoming” quiere dejar claro que "Spidey" es un súperhéroe del proletariado,
un chaval de Queens (el Queens mejor recreado del cine hasta ahora, donde,
casi, el único hombre de raza blanca que se sitúa en ese barrio es nuestro "Peter Parker") y que, por lo tanto, no tiene mucho que hacer con sus coetáneos
megalomaníacos. No puedo decir más sin spoilear.
Por otro lado, Tom Holland está estupendo como "Peter
Parker" / "Spider-Man", es sin duda el mejor de los tres que lo han interpretado en
los últimos 17 años, y consigue un personaje simpatiquísimo con el que
empatizamos, nos divertimos y que resulta tierno y entrañable. Un
acierto.
Otra jugada maestra es la inclusión de Michael Keaton como "El Buitre". Resulta un revulsivo para "Marvel", y una patada en los
huevos al subnormal de Iñarritu, ya que, intencionadamente o no, "El Buitre" es
la respuesta de "Marvel" a “Birdman”, y lo hace con el actor que interpretó esa
oda anti superhéroes. Al margen de eso, Keaton está estupendo también, y al igual
que "Spider-Man", "El Buitre" es un villano del proletariado, un autentico currela,
un albañil, hasta la polla de los poderosos y de los destrozos que causan. Esos destrozos precisamente cobran un interés especial en esta
cinta, ya que además de los motivos de la ira del "Buitre", son la excusa
perfecta para introducir a otros personajes muy queridos del universo "Marvel" de
los cómics: "Control de Daños", la unidad especial encargada de reparar los cristos
ocasionados por los súperhéroes.
En definitiva, que está todo perfecto en este “Spider-Man:
Homecoming”, amén de ser una película endiabladamente entretenida y vibrante;
cada vez que "Spider-Man" entra en acción, la platea vibra.
El argumento es sencillo: En su afán por ingresar en "Los
Vegadores", "Spider-Man" trata de hacer méritos en su
cuidad luchando contra el crimen, hasta que un peligroso "Buitre" entra en escena
con planes más malévolos que le tocan de lleno a los "Vengadores". Spidey hará
todo lo posible por evitar la catástrofe.
El director, Jon Watts, venía de hacer “fan movies” de
“Robocop”. Pronto saltó al cine con “Coche policial” y "Clown", y ahora nos
ofrece este mastodonte con el que dará que hablar (para bien) durante el resto
de su carrera. "Marvel" no es tonta… y cuenta con esta joven promesa para
“Spider-Man”, igual que para la próxima “Black Panther”, contará con
uno de los directores más interesantes del panorama actual,
Ryan Clooger, dire de la magnífica “Creed”.
Así da verdadero gusto ir al cine.