“El tren de Bertha”, no es más que un “Exploitation” de
serie B que se aprovechaba del tirón que tenía “Bonny & Clyde” y una
consecuencia directa de “Mamá Sangrienta” dirigida, precisamente, por el
productor de esta, Roger Corman. Lo que pasa, es que la dirige un asalariado
Martin Scorsese, y solo por eso, para esos plumillas, esta película es un
ejercicio de estilo, una película a tener en cuenta. Me gustaría saber que
pensarían de ella esos mismos, si la hubiera dirigido cualquier otro. Scorsese
aborda su segunda película bajo la batuta del productor, Roger Corman, que le
pide unos mínimos comerciales que no son de su cosecha (esto es, dosis ingentes
de violencia y sexo, aunque luego, Scorsese, convertiría la violencia en un recurso
habitual en su filmografía) y se limita a rodar lo que sus jefes le piden, pero
obviamente, salvo por algunas cositas que sí serían su sello, aquí no vemos a
Scorsese por ningún lado. Sin embargo, está claro que esta película le sirvió
de aprendizaje. Al margen de Scorsese, “El tren de Bertha”, es una película
interesante.
Basada en las memorias novelizadas de la tal “Boxcar Bertha”
que da nombre a la película en su versión original, cuenta la historia de una
joven huérfana que durante la gran depresión”,
se asocia a un sindicalista del sector ferroviario. Los avatares del destino propician
que ante los problemas con las huelgas y los sindicatos, el sindicalista,
Bertha, y un par de hombres más que se encuentran por el camino, formen una
banda criminal que se dedica a asaltar trenes con el fin de donar este dinero
al fondo para huelgas, sin embargo, ya se les busca por comunistas y
criminales. Durante la travesía que nuestros protagonistas atravesarán, seremos
testigos de varios baños de sangre.
El principal atractivo de esta película, que al final no
deja de ser una peliculita de bajo presupuesto, es el poder ver como se maneja
Martin Scorsese con pocos duros y con tan solo tres semanas para rodar. Y no se
apaña mal, no crean, pero no mejor que otros directores de películas baratas.
Cuando se escribe sobre “El tren de Bertha”, nadie se quiere dar cuenta de la
cantidad de desenfoques con los que cuenta la cinta –no por una cuestión
estética, sino por incompetencia-, ni de lo mal montada que está, o de ese
raccord criminal que no pocas veces provoca la hilaridad del cinéfilo más
puñetero y avispado. Por otro lado, el verdadero interés de esta película,
radica en ver las carencias y chapuzas de las que hace alarde, y jamás lo contrario.
Porque no. Porque “El tren de Bertha” está entretenida, y es curiosa, pero es
una película muy mal hecha. Casi Amateur.
Un tal Miguel Ángel Palomo, decía en la prensa: "Un
filme comprometido, contestatario, (...) rodado con furia, con dominio visual,
y apoyado por una Barbara Hershey que desprende a la par dureza y
sensualidad".
Yo me pregunto si vimos la misma película, porque que eso de
que es un filme comprometido… Amigo mío, esto es un puto filme comercial cuyo
único afán es el de llenar los bolsillos del productor. Que nuestro prota sea un sindicalista
no es más que un matiz. Toda esa furia y dominio visual, lo dice usted porque
es Scorsese, porque la única verdad es que esta película está rodada con el
culo, es una chapuza. Eso si, Barbara Hershey está muy rica, y la vemos hasta
las amígdalas en esta película. Así que
lo de la dureza vendrá por las erecciones que provoca la actriz rebosante de
juventud y toda ternesca, y la sensualidad por la de veces que sale follando
¿no? Cómo se les ve el plumero. En fin.
Al margen de esto, ciertamente es una película entretenida,
con sus altibajos, curiosa y visible. Pero en ningún caso es esa obra
revolucionaria que nos quieren hacer creer que es, solo por ser de quien es.
Ah, y el guion es flojito.
Como anécdota, decir que cuando Scorsese acabó la película,
se la puso a John Cassavetes, quién le dijo que había empleado un año de su
vida en hacer una pedazo de mierda y que se alejara del “Exploitation”.
Scorsese le hizo caso y se puso a hacer pelis de mafiosos.
En los papeles protagonistas tenemos a la ya mencionada
Barbara Hershey que, insisto, no es normal lo buena que está esta mujer
(pajilleros, preparados para darle a la pausa y al zoom en la escena en la que
ella juega a los dados), incluso en su vejez. Hershey, no quedó muy contenta
con la película, y arremete contra Corman diciendo que lo que habia rodado
Scorsese estaba muy bien, pero que el film quedó defenestrado por el montaje de
Corman que se excede en escenas de sexo y violencia, y que en consecuencia, el
público solo vio eso. Yo le digo que, hija mía, si a esta peli le quitas las
tetas y la violencia, no solo lo que cuenta importa un bledo al espectador,
sino que además sería un coñazo.
También tenemos, en el papel de sindicalista, a David Carradine, muy joven y totalmente
incapacitado para el arte de la actuación, que por aquél entonces salía con la
Hershey (con lo feo que era, anda que no tuvo suerte), y que tiene la suerte de
hacer una escena en el film junto a su padre John Carradine, que ya estaba
mayor el hombre… pero no era consciente de lo mucho que la serie B/Z explotaría
todavía su vejez.
Barry Primus y Bernie Casey, habituales en los repartos
independientes (e incluso underground) de fuera de Hollywood del momento,
completan el reparto.
Está bien. Una curiosidad.