Benito Pocino, cartero de profesión y actor profesional, se
sacaba un sobresueldo gracias a su extraño físico actuando el films como
“¡¡Semos peligrosos!! (Uséase, Makinavaja 2)” o “Atolladero”. Y se hizo un
actor no-profesional popular gracias a esto.
Así, cuando Javier Fesser estaba haciendo el casting de su
versión en imagen real de Mortadelo y Filemón, y no había forma de encontrar al
actor que pudiera darle vida con veracidad, no pudo dejar de sorprenderse
cuando alguien le sugirió a Pocino y le mostró una fotografía de este.
Rápidamente, le contrató. No había otro
Mortadelo posible.
Pocino pasaba de ser un actor aficionado a ser un
protagonista absoluto en “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”, película
esta que fueron a verla al cine poco menos de 5 millones de espectadores. Se le
abrían así, un montón de puertas.
Una mala gestión por parte de sus malos representantes, un
ataque de ego como solo pueden tenerlo quienes han protagonizado una película
de éxito, quisieron que Pocino mandara su carrera al traste.
“Mortadelo y Filemon: Misión salvar la tierra” era la
secuela directa de la película de Fesser. Esta vez dirigía Miguel Bardem.
Bardem, de primeras tenía reticencias a trabajar con Pocino, poco amigo de los
actores no profesionales como es, pero aún así, sabía que no podía hacer la
película sin la presencia de Pocino. ¿Qué sucedió? Que Pocino, o sus
representantes, sabedores de que este era un ente absolutamente necesario para
el correcto funcionamiento de la película, se subieron a la parra, y pidieron
la friolera de ¡¡dos millones de Euros!! Por intervenir en la segunda parte.
Obviamente, no contaron con sus servicios actorales y contrataron a Edu Soto, actor que físicamente
nada tenía que ver con Mortadelo, y motivo por el cual, sin estar esa secuela
mal del todo, tan solo la vieran 1.300.000 espectadores. Que tampoco está mal.
Así Pocino, se creó fama de pesetero y problemático, y tras
su gran película, tan solo apreció en un par
más, “Déjate caer” película de corte cómico-realista que no vio
prácticamente nadie y “La máquina de bailar”. Y la carrera de Pocino en el cine
se sumió en el más absoluto olvido.
10 años más tarde, el actor asume que no volverá a trabajar
en el cine “de verdad” y es el momento en que la gente del porno tiene a bien rescatarle
para la pantalla. Así llega esta “El sulfato anatómico”.
“El sulfato anatómico” es una adaptación libre, paródica,
apócrifa y pornográfica de la película de Javier Fesser. Se inspira en el
universo creado por el realizador para fabricar el suyo pornográfico. El
responsable de todo esto es un actor y director porno de última generación —y
tercera categoría— llamado David El Moreno, al que no le falta inventiva ni
contactos, ya que “El sulfato anatómico” es una de esas películas porno que
cuantos más personajes famosos incluya tanto mejor. Tanto, que una vez ha
conseguido los famosos el resto de la película le da lo mismo, siendo esto un
producto de condición amateur realizada por un individuo sin ninguna noción
cinematográfica. Asimismo, David El Moreno, es el responsable del tan cacareado
vídeo porno que se grabó en plan guerrilla durante una ceremonia de los Goya de
2013 en uno de los servicios de donde se celebrara dicho evento. Una
mamarrachada.
La gracia está en que el Mortadelo de esta cinta porno de
baratillo está protagonizada por el propio Benito Pocino, repitiendo con un
vestuario de mierda el papel que le daría fama casi internacional, eso si,
cobrando un salario muy inferior al que proponía, prepotente, en “Mortadelo y
Filemón: Misíón salvar la tierra”. Obviamente, aquí Pocino no participa en la
jodienda activamente. Sus compañeros famosos de reparto son El Dioni, dando
vida a Filemón, El Sevilla, haciendo lo propio con el Profesor Bacterio,
Juanmi, ex esposo de Karina, y la estrella del porno más mediatica del momento,
Amarna Miller.
La cosa va de un sulfato que ha creado Bacterio que aquél
que se lo rocía, se vuelve irresistible para el sexo contrario, con tan mala
suerte, que este lo ha robado un escuadrón de mujeres que pretenden la erradicación
del sexo masculino. Investigando el caso, Mortadelo y Filemón se las tendrán
que ver con esta organización, viéndose obligados a rociarse dicho sulfato en
los momentos de mayor peligro. Momentos estos que se aprovechará para pegar el
cambiazo, y que Pocino y El Dioni sean sustituidos por sendos mazas rapados al
cero, que con las indumentarias de los personajes de Ibáñez, pegarán los
respectivos polvos a las cachondas de turno. Todo esto a ritmo de tecnaco
crispante, y con un montaje inexperto que a duras penas ensambla bien el
material grabado en vídeo HD.
Existen en la red dos versiones: la hard, y la concebida
para todos los públicos. Obviamente, esta se limita a mostrarnos las escenas
rodadas entre medias del porno, con Mortadelo y Filemón haciendo en canelo por
las calles, en plan guerrilla en una cosa de media hora espantosa que no hay
por dónde cogerla y cuyo aburrimiento nos embarga hasta el punto de no poder
completar el visionado. Mucho mejor la versión porno, en la que al menos vemos
follar al personal. Con todo, yo creo que es lo peor en todo lo que la película
se proponía; Es la peor parodia porno conocida, la peor película porno que
podamos ver, y la peor situación en la que podamos ver al entrañable Benito
Pocino. Me gustaría saber si le engañaron con malas artes para aparecer aquí.
Como, obviamente, aquí no se pagan derechos de ningún tipo,
en la película a los personajes no se les llama en ningún momento Mortadelo y
Filemón. El rodillo de créditos finales, los acredita como “El calvo con dos
pelos” y “El calvo con gafas” quedando así exentos de toda infracción del
copyright. Claro, que se les podía meter un puro por plagio…. Pero al ver la
película los poseedores de los derechos de Mortadelo y Filemón, pensarían. “Es
igual, que les den por culo”:
“El sulfato anatómico” no sirve ni para mofarse de ella.