viernes, 27 de abril de 2018

LOS NUEVOS ESPAÑOLES

Roberto Bodegas, irregular director más conocido por la gente de mi generación por haber dirigido en los 80 la película “Matar al Nani”, es un director muy politizado, siempre con unas películas con cierta denuncia social, que sin embargo pertenece a una escuela puramente populista, es decir, no se rige por los cánones del cine de autor, sino por los del de consumo usando este para mostrar metáforas y alegatos. “Los nuevos españoles” es un claro ejemplo de esto.
Bodegas se sirve de una comedia al uso, con actores muy de ese determinado momento, para criticar, en plena dictablanda, lo que viene siendo la imagen de las grandes corporaciones el como un trabajador se puede tornar robot al servicio de una empresa. En defínitiva, nos enseña y critica el nacimiento de los individuos de “las hipotecas de plazo fijo”, para que me entiendan.
Escrita en colaboración con  José Luis Garci y el productor de la misma, José Luis Dibildos,  “Los nuevos españoles”, que toma su título de un slogan creado por la compañía aérea Iberia en la época, bien podría ser una de esas películas progresistas adscritas a aquella corriente de finales de los setenta a la que llamaron “Cine de la tercera vía” que proponía propuestas más politizadas, concienciadas y de autor, eso sí, sin perder la estructura de este tipo de comedietas al estilo “Mi mujer es muy decente… dentro de lo que cabe” con la que comparte tono y maneras.
La película cuenta como una empresa que trabaja en los seguros es absorbida por la Brewster, una corporación americana que someterá a sus trabajadores a duros cursillos en los que les harán perder toda personalidad en pro de la eficacia, motivándoles en el trabajo con premios por sus méritos. Asimismo, conviertes a las esposas de estos individuos en  vulgares criadas que complacerán a sus maridos en todo lo necesario.
Si bien puede que su punto de partida sea interesante, “Los nuevos españoles” se ve lastrada por un efecto reiterativo de lo que nos expone, es decir, que nos presenta la situación y una vez presentada, esta se estanca secuencia a secuencia, contándonos lo mismo durante la mayoría del metraje, para luego el desenlace, casi inexistente, importarnos un bledo.
Floja y con una comedia soterrada que en ningún momento funciona, porque Bodegas en realidad no quiere hacer una comedia, sino un drama social.
Lo bueno es el estupendo plantel de actores compuesto, principalmente, por José Sacristán, Antonio Ferrandis, Rafael Hernández, Maria Luisa San José, Josele Román, Amparo Soler Leal, Manuel Alexandre, ManoloZarzo, Lone Fleming