lunes, 30 de abril de 2018

GEMELOS SIN CURA

Pedro Villanueva Branda, más conocido popularmente en su Perú natal como “Melcochita” es un comediante de 83 años de edad cuyo estatus y popularidad en su país, sería similar a la que tuviera en España Chiquito de la Calzada.
Procedente de la corriente de cómicos ambulantes, Mecolchita de hace popular por sus chistes y la manera peculiar que tenía de contarlos, así como por sus canciones, en las que mezclaba rock y salsa, alcanza su cenit en el mundo de la televisión dónde nunca desciende su fama y dónde da el relevo a varias generaciones de cómicos sin retirarse nunca.
Lo lógico y natural es que acabara haciendo cine como todo comediante que se precie. Sin embargo, no es Perú un país que tuviese facilidades a la hora de hacer cine por el caro coste de las producciones… hasta la era del vídeo y de las cinematografías emergentes de los países latinos.
Ahora, en esta última década, con la llegada del HD, el 4K y los bajos costes de producción, es hora de hacer esas películas que debían haber hecho estos cómicos en su momento. Como muestra les remito a la reseña de “Macho Peruano que se respeta” al servicio del humorista Carlos Vilchez, dirigida, al igual que esta, por el realizador Carlos Landeo.
Pero el caso de esta “Gemelos sin cura” tiene más miga que la anteriormente mentada, aunque solo sea porque es la primera vez que un señor con una carrera de más de 60 años tiene la oportunidad de protagonizar su primera película. En todos los demás aspectos, es muy parecida a la otra con un cómico de la las últimas hornadas.
“Gemelos sin cura”, es la típica película de individuo fuera de su hábitat y de intercambio de personalidades. Todo más visto que el tebeo, al menos en europa.
Dos hermanos gemelos muy distintos, uno cura, el otro un buscavidas, acaban intercambiando personalidades en el momento en el que, por una serie de trapicheos al hermano macarra le persiguen unos mafiosos por un asunto de un maletín lleno de dinero. Al ir a pedirle ayuda a su hermano cura, mientras la cosa se soluciona, el ejercerá de sacerdote. Mientras el embrollo de desenmaraña, investigación policial mediante, el cura se las tendrá que ver en las cantinas con borrachos y gente de mal vivir, mientras que el buscavidas tendrá que dar las misas, o peor aún ¡practicar exorcismos! Naturalmente, todo acabará bien para ambos.
La película tiene la ingenuidad y el cutrerío propio de las cinematografías emergentes, si bien los peruanos, con más de 10 años de tradición do it yourself gracias al cine regional peruano sacan ventaja a las cinematografías de otros países vecinos, por lo que, curiosamente, y a pesar de sus casi dos horas de duración “Gemelos sin cura” va bastante bien de ritmo, y como toda comedia tontorrona, independientemente del país del que provenga, se deja ver estupendamente.
Por otro lado, junto a Melcochita, tenemos en el reparto a otro viejo conocido del humor peruano que ya tardaba en hacer cine: Cachay. Mientras esperamos la que será su gran puesta de largo, podemos verle aquí, en un suculento secundario dando vida a un mafioso de tercera.
Por supuesto, ni el director Carlos Landea, ni la película, tienen su respectiva ficha en imdb ¡Qué se le va a hacer!
En la actualidad Melcochita está viviendo momentos polémicos en perú tras verse involucrado recientemente en un accidente automovilistico en el que un motociclista ha resultado muerto y por el que será procesado judicialmente, si para cuando lean esto no ha sido ya sentenciado.