Como icono homosexual que es Pia Zadora, la protagonista de
la película que nos ocupa, posiblemente no sea muy popular en nuestro país más
que para el colectivo gay y, de hecho, ninguna de sus películas llegaron a
estrenarse aquí en formato alguno. Sin embargo, es un personaje lo
suficientemente interesante como para que me tomara mi tiempo en visionar su
título más conocido, esta “The Lonely Lady”.
Zadora, con más pinta de actriz porno que de otra cosa,
debutó en el cine en un papel corto, como niña extraterrestre, en la mítica
“Santa Claus conquista los marcianos” siendo aún muy pequeña, deambulando su
carrera posteriormente entre modestas obras de teatro y musicales de
Broadway. Eso sí, se trataba de una actriz muy guapa —pese a esa cara de patata
cocida que tiene—, así que cuando el empresario multimillonario e israelí
Meshulam Ricklis la vio en un
espectáculo musical, se encaprichó de ella. La Zadora, ni corta ni perezosa y con la
clara idea de solucionarse la vida, se enamoró también del empresario judío.
Este le sacaba 30 años de edad. La cosa prosperó y tiempo después se casaron —su
matrimonio duró cerca de dos décadas—, con lo que trabajar ya era una cosa
secundaria. Pero la Zadora, que no era una mujer en exceso talentosa, se
aburría, así que su marido se dedicó a producir y/o participar en películas que la tenían como protagonista, porque esa era la principal condición de
Riklis si alguien quería que pusiera pasta en su película. Con lo cual, el grueso de la carrera como estrella de Pia Zadora se
reduce a dos films co-producidos por su marido; el primero de ellos
“Butterfly”, una historia sobre incesto en la que Zadora compartió casting con
Orson Welles, y el que nos ocupa, “The Lonenly Lady”, la adaptación de un best-seller homónimo
escrito por Harold Robbins, que se inspira ligeramente en las correrías de la
actriz y escritora Jacqueline Susann. Una bala perdida de la farándula de principios del siglo XX.
En un principio, el estudio que produjo la cinta, y tenía los derechos para la adaptación de la novela, "Universal", concibió este
proyecto para que fuera interpretado por Susan Blakely quien gozaba de su
momento de mayor popularidad gracias a la serie televisiva “Hombre rico, hombre
pobre”. Sin embargo, el guion con el que se contaba no era muy brillante, más bien soso y ridículo. Así que, pensándoselo dos veces, y aún
teniendo un contrato por tres películas con "Universal", Susan Blakely optó por
rechazar hacer una película que desde la preproducción no presagiaba nada
bueno.
"Universal" estaba ya a punto de archivar el proyecto cuando
entra en escena el señor Meshulan Ricklis con la firme intención de levantarlo a golpe de talonario. Como ya hizo con la anterior película de
Zadora, “Butterfly”, Ricklis se ofreció a financiar la mitad, siempre
y cuando este lo protagonizara su señora. "Universal" aceptó. Tras darle un par
de vueltas al guion con distintos guionistas, el director previsto, Matt
Cimber, se retira del proyecto porque no lo ve factible, y se contrató en su
lugar a Peter Sasdy, quien proveniente del mundo de la televisión
destacaba por haber dirigido un par de buenos títulos de la "Hammer" tales como
“El poder de la sangre de Drácula” o “Las manos del destripador”. Desde el día uno fueron palpables
los problemas en el set de rodaje, con un director que no sabía cogerle el pulso a
un drama romántico como este. Pia Zadora se quejó en su momento de que estaba
todo muy mal hecho, pero Sasdy dijo que era imposible
trabajar con una persona como ella, desprovista de sus facultades mentales y
más preocupada de cómo aparecían sus tetas en pantalla que de decir con
corrección sus frases. Un desbarajuste, vaya.
La cosa va de una joven aspirante a guionista que, tras
recibir un premio de escritura, conoce a gente del mundo de Hollywood en una
fiesta previa. No obstante, uno de estos la agrede y la insulta. Y sin venir a cuento, incluso la viola usando ¡¡una manguera!! Poco después se casa con el que no la ha violado, y mientras intenta medrar en Hollywood, todo va como el culo porque el marido
no hace más que echarle en cara que disfrutara de aquella violación con
manguera. Verídico. Así, el resto de la película no es más que el ir y venir de
la aspirante a guionista follándose todo lo que se mueve sin importar si es
hombre o mujer, para al final, cuando consigue un premio al
mejor guion, soltar un discurso de
denuncia en el que deja caer que el éxito en Hollywood solo se consigue a
fuerza de dejarse follar. Y fin.
Mala hasta decir basta, se trata de uno de los grande baluartes
del humor involuntario americano, y también, una seria aspirante a peor
película de la historia.
En consecuencia, "Universal" no tenía previsto estrenarla, pero, una vez más, Meshulan Ricklis intervino dando al estudio una
millonada para que se lanzara con tratamiento de gran producción.
Y así lo hizo "Universal". El asunto fue
sonado porque los asistentes, que ya se olían el percal —muchos de
ellos miembros de los "Razzies"— fueron a verla para pitorrearse de
ella, y fue recibida con alaridos, risas, gritos en insultos. Intentando
parecer ajena a todo aquello, muy digna, Pia Zadora se ofreció a firmar
autógrafos después del pase a todo aquél que así lo deseara.
Esta película, que debía suponer la puesta de largo de la
actriz, supuso el batacazo definitivo. A eso ayudaban sus declaraciones en sus
intervenciones televisivas para promocionarla en las que afirmaba,
basándose en vayan ustedes a saber qué, que “The Lonely Lady” era una mezcla
entre “Rocky” y “Emmanuelle”.
Y si el año anterior ganó un "Globo de Oro" a la mejor nueva
estrella (dicen que pagado por su marido) y un premio "Razzie" a la peor actriz por “Butterfly”, con “The Lonely
Lady” se llevó de nuevo el anti-premio, ella y a película, que ganó todos los "Razzies" habidos y por haber. Más que afianzar su carrera, "The Lonely Lady" le
hizo perder a Pia Zadora toda su posible credibilidad. De hecho, en un evento
de los "Golden Rapsberry" en el que se premiaba a la peor actriz del siglo XX, Zadora era una seria aspirante; por suerte para ella, andaba
por ahí Madonna que fue quien se lo llevó. Visto lo visto, Pia Zadora decidió dejar
a un lado su carrera como actriz. Pero como buena ama de casa millonaria, se
seguía aburriendo, por lo que emprendió una como cantante pop dónde le
fue bastante mejor.
Huelga decir que cuando el autor de la novela, Harold
Robbins, vio la película, se llevó las manos a la cabeza y entró en cólera,
diciendo: “Pero ¿qué es esta puta mierda?” No quiso saber más al respecto.
Enfrentándome a su visionado, puedo decir sin despeinarme que es mala de pelotas, pero sin más. Es cierto que Pia Zadora es
horrorosa, como la película entera, que los diálogos hacen a uno sonrojarse y hasta la banda sonora da vergüenza ajena, pero, por un lado, la Zadora está
buena. Sale desnuda; para pajilla da la peli. Y por otro, decir que no es
menos mala y risible que cualquiera de las teleseries que, al mismo estilo,
gozaron de éxito en los primeros ochenta, rollo “Dallas”, “Dinastía” o “Falcon
Crest”. Vamos, que “The Lonely Lady” es ideal para señoras con menopausia que
le vienen los calores al ver a un cuarentón de buen ver.
Como anécdota, decir que el violador que le mete a la “Dama
solitaria” la manguera por el coño, no es otro que un Ray Liotta que debutaba
para la gran pantalla. Y si creen que la Zadora es mala actriz, espérense a ver
a Liotta totalmente fuera de sí, sobreactuado hasta la exasperación, gritando y
emitiendo una risa más falsa que judas.
Obviamente, la peor parada de todo esto fue Pia Zadora, a la
que ya nunca jamás se la tomó en serio y su figura en la cultura popular
americana vendría a ser el equivalente de lo que fue, por poner un ejemplo muy
a bote pronto, nuestra Tamara / Ambar / Yurena. Un caricato, una retrasada mental
de la que se ríe todo el mundo.
No obstante, el culto que se le rinde a la película ha
propiciado que, recientemente, se editase en DVD con todos los
lujos.
Simpática historia la de “The Lonely Lady” y Pia Zadora.