viernes, 14 de septiembre de 2018

ONE MORE TIME

Poco antes de morir, Ray Dennis Steckler, director de culto a nivel mundial gracias al clásico de la serie Z “Extrañas criaturas”,  y 44 años después de esta, decide ponerse manos a la obra con lo que sería una secuela de su película más famosa. O mejor dicho y como él prefería llamarla, una extensión de aquella. Para ello habilitó una campaña de marketing que consistía en hacer castings de señoritas actrices y bailarinas a través de la hoy obsoleta red social My Space.
Así, con un par de cámaras de vídeo 8 y con un presupuesto de escasos 4000 dólares —que digo yo, que sería un farol del viejo, puesto que esta película no debió costarle un duro— se lanza de lleno a una aventura  en la que, con él como absoluto —y casi único— protagonista, continúa la historia de “Extrañas Criaturas” rodando con lo puesto y de manera absolutamente guerrillera.
Un anciano se pega sus paseos y visita la consulta de un psiquiatra para hacerle partícipe de las extrañas pesadillas que no le dejan pegar ojo. Mientras, pasea otro poco más y  se va a ver un conciertillo en el que una serie de pizpiretas señoritas bailotean a ritmo de algo parecido al Nu Grass. Y punto pelota.
Lo que Ray Dennis Steckler hace, despojado de cualquier prejuicio que esto pudiera acarrearle al ser un director que, pese a ser producto de determinadas épocas (director de pelis de autocine en los 60,  y de porno en los 70 y 80), no deja de ser un director de cine industrial, es una película amateur en la más estricta acepción del termino. Lo es a conciencia y orgullosa. Básicamente, el anciano se graba a sí mismo dándo paseos, cuando no, le graba un amigo y para justificar la posible conexión con “Extrañas criaturas” los sueños de los que le habla al psiquiatra no son otra cosa que material reciclado de la película original. Y zumbando.
Soy muy fan de los cortapega, del cine guerrillero, de lo amateur, y como concepto, la cosa me hace cierta gracia. E incluso me apasiona la actitud de Steckler ya grabando por la necesidad de hacerlo, cagándose directamente en la técnica y sin ningún miedo a nada, alardeando de su ya asumida falta de talento y haciendo, sea como sea, lo que tiene que hacer un cineasta; películas. Pero eso queda muy romántico en el papel, otra cosa es sentarse a verlo.
Con dos cojonazos me he puesto a ver “One More Time” y les aseguro que siendo un entusiasta de todo lo que les he comentado unas líneas más arriba e incluso un defensor de “Extrañas criaturas” —cuyo título original, que si siguen este blog, ya deberían saber que responde al exótico título de “The Incredibily Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed – Up Zombies”— como genuina e imperdible película mala de esas que espantarían al mayor fan de pelis chungas, y durando como dura tan solo una hora, me ha parecido una experiencia traumática. Me he aburrido como una ostra,  amén de que todo lo que he visto por esa pantalla en la que los frames de vídeo pasado de fecha supuraban como una bolsa de pus, me ha parecido de lo más mierdoso y vergonzante. Y carente de gracia.  Pero en AVT, “One More Time”, ha de estar reseñada.
La película, obviamente, la vendía el propio Steckler en DVD desde su web y hasta los fans más acérrimos reniegan de ella.
Y al poco, el pobre Ray Dennis Steckler, murió dejándonos esta obra como legado, además de otro puñado de películas de décadas atrás y por las que es un director de culto.