martes, 8 de abril de 2025

LA VENGANZA DEL SEXO

Un científico “fanático” (como dicen en la película) anda pensando en cómo perfeccionar la raza humana. Y para sus investigaciones tiene una serie de autómatas deformes a los que enviará a secuestrar personas a las que, en su laboratorio, drogará y pondrá a tener relaciones sexuales, extrayéndoles no sé que líquido corpóreo que él mismo beberá. Su idea es controlar el sexo, porque el sexo domina el mundo… y él ¡dominará el sexo!
Durante las escabechinas un investigador intentará descubrir qué está sucediendo e inmiscuirá hasta límites insospechados.
“La venganza del sexo” es un clásico argentino del "sexploitation" que, con los años, se ha ganado un merecido culto internacional. Se trata del film más conocido de su director, Emilio Vieyra, un auténtico apestado de la cinematografía argentina al que, en su país de origen, ni si quiera se le tuvo en cuenta por el tipo de películas que hacía: pequeñas plastas de "serie B" barata financiadas por productores norteamericanos y su explotación para el extranjero. Los historiadores y eruditos pomposos y estirados de La Pampa ni siquiera reparan en él cuando escriben la historia de su cine. Como hacía subproductos con look americano, en ni tan siquiera se estrenaban en su tierra, aunque “La venganza del sexo” sí que lo hizo, aunque dos años después del rodaje: las críticas fueron feroces. Y no es para menos porque, al margen del marciano argumento, sencillo como los contenidos de una cartilla Rubio, a “La venganza del sexo” no hay por donde cogerla. Sobre todo por la presencia de lo que en la película llaman “autómatas” de rostro impertérrito, evidenciando así que son tíos con caretas horrorosas de papel maché —sobre todo la del esbirro principal, quien se hizo extremadamente popular entre ciertos sectores del fandom por su aspecto extremadamente ridículo—, que andan de un lugar para otro llevando individuos y señoritas de buen ver al científico. Por supuesto, y en consecuencia, la comedia involuntaria es una de las bazas fuertes de la película.
Por lo demás, esta muestra desnudos, secuencias sensuales y una suerte de parafernalias que, de no ser porque apuntaba a otros mercados, hubiesen sido inviables en Argentina.
No obstante, la versión que se hizo popular fue la montada en Estados Unidos bajo el título de “The curious Dr. Humpp” que resulta notablemente inferior a la argentina, ya que lo que tenemos en realidad es una alteración del material rodado por Vieyra al que le han añadido ingentes cantidades de "porno soft", sobre todo numeritos lésbicos (con demasiado pelo asomándole por debajo de las bragas a las tipas) con personajes que aparecen en el material rodado originalmente sin orden ni concierto y que, tras la escena de folleteo (y/o masturbación) son  asesinados por el esbirro principal del Dr. Humpp. Dicha versión, cuyos insertos están dirigidos y no acreditados por otro experto del "sexploit" sesentero, Jerald Intrator, es la que prevalece y la que, al final, se ha ganado el culto de los fans. Y esa es la razón por la que los señores de "AGFA" y "Something Weird Video" hicieron la pertinente restauración con el fin de lanzarla en un Blu Ray con todos los honores y ambas versiones.
Por supuesto, “La venganza del sexo” es sustancialmente mejor que “The curious Dr. Humpp” y su folleteo semiduro, pero, en cualquier caso, y quitando los momentos de risas y el evidente encanto kitch, es bastante rollete, y por momentos el visionado se hace pesado. Eso sí, cuanto beneficia el blanco y negro a las películas de estas características.
Emilio Vieyra cuenta en su haber con otros clásicos argentinos del despiporre horrorífico como puedan ser “Sangre de vírgenes” o “Placer sangriento”.