martes, 7 de octubre de 2008

MARTYRS

Digan lo que digan, la mejor manera de definir "Martyrs" es como "la aportación europea al torture-porn iniciado por "Saw" o "Hostel"". Pero claro, siendo Europea como es, y Francesa más específicamente, no esperen gore de comic-book ni descerebre, "Martyrs" es tremendamente seria, salvajemente realista (incluso mucho más que su paisana "A L´interieur", quien se encamina más hacia el gran guiñol) y, sí, un pelo pedante... pero tampoco demasiado.
Una niña escapa de lo que es una evidente sala de torturas. Internada, tiene terribles pesadillas en las que una mujer con aspecto casi animal la ataca. Suerte de la amiga que se ha agenciado, y que prácticamente vela por ella. Pasados 15 años, la prota va en busca de aquellos que la martirizaron para vengarse. Pero esto no será más que el principio del horror.
Lo que os acabo de contar sirve para mas bien poco. Si algo tiene "Martyrs" es que NO es nada previsible, vamos, que cuando crees que sabes por dónde tirará, pega un giro del copón, y luego otro más. Y ello afecta incluso al tono y estética del film, que arranca como una imitación francesa del horror japonés para, poco a poco, olvidarse de todo eso y empezar de cero alejándose por completo de lo que sería el terror standard. Estos cambios de rumbo radicales parece que molestan a un sector de la crítica, pero a mi me chiflan. Igual que me chifla que "Martyrs" no quede en la mera imitación del cine Americano de los 70, y haga gala de unas virtudes muy francesas... y muy europeas.
¿Pero es tan fuerte como dicen?, hombre, para quien haya visto cosas como "Irreversible" o "Saló" de Pasolini, pues no le hará trallar ni se desmayará, pero sí es peligrosa para aquellos que no estén acostumbrados. Lo curioso es que gore, lo que se dice gore, no hay muchísimo, es más una violencia física y psicológica tremendamente cruda y brutal. Un poco como "La matanza de Texas" original (pero aún así, "Martyrs" tiene más chicha). Desde luego olvidaros de los espectáculos sangriento-delirantes para gritar y aplaudir, no van por ahí los tiros, el objetivo del realizador (como él mismo confiesa) es provocar la ira del espectador y poner su paciencia al límite. Pascal Laugier está convencido de que el terror debe ser transgresor y no acomodarse, como ha ido haciendo estas últimas décadas.
Y es que no sólo de violencia vive "Martyrs", lo que cuenta es original, lo que se muestra va acorde con la historia, el ritmo no decae, logra agarrarte por la entrepierna, tenerte en vilo e inquietarte. Terror con mayúsculas. Sorprende que sea el mismo dire de la aburridísima "El internado".