domingo, 10 de febrero de 2008

GEORGE THOROGOOD: MALO HASTA EL HUESO

La primera vez que tuve conciencia de su existencia fue a los 5 minutos, o menos, de arrancar el "Christine" de John Carpenter. Pocos años después, volví a encontrarme con el durante la proyección de "Terminator 2". No hablo de una persona... hablo de una canción, aunque detrás de cada canción hay siempre, como mínimo, una persona. Concretamente me estoy refiriendo a "Bad to the bone", el tema más famoso de George Thorogood y su banda The Destroyers. Puede que de entrada no sepas de cual hablo, pero con tan solo escuchar el primer acorde, seguro que la reconoces, ya que además de las pelis citadas, aparece en otras tantas y fue un bombazo en su época, en especial en USA y en especial gracias a la constante emisión que de ella hacían en la irritante MTV.
Me encantaba semejante muestra de blues-rock tan macarra y pegadizo, con esos guitarreos abrasadores y esa voz cazallosa que canturreaba aquello de "Malo hasta el hueso", pero nunca me planteé pararme en serio a buscar.

Es probable que fuese toqueteando cd´s en la famosa y ya desaparecida "Virgin Megastore" de la Ciudad Condal cuando me paré en la G (gracias a los créditos finales de los films citados conocía el nombre del responsable) y observé detenidamente. Lo que entonces más me llamó la atención era que la portada del lp "Haircut" la firmaba Peter Bagge, un dibujante por el que siento bastante simpatía, y cuyo estilo considero revolucionario. Tal asociación no podía ser mala. Luego me enteré de que el responsable de colorear la ilustración (que no Bagge) no quiso firmarla por vergüenza, y es que por lo visto Thorogood no cae demasiado bien, sobre todo al sector más conservador del blues dada su afición a mezclarlo con guitarreo de lo más chulesco olvidando, o no, las raíces del "género" para adornarlas con un espectáculo pirotécnico más propio de bandas jevillarras o moteros de escaparate que lo aleja de élites varias y lo aproxima al “populacho”. Sin ir más lejos, el caballero tiene el honor de ser crudamente parodiado en "Ghost World", cuando hace acto de presencia una banda cutre-macarra de blues garrulo ("Blueshammer") cortesía de su realizador, Terry Zwigoff, uno de esos ultra-conservadores de los que hablaba, y prototipo del enemigo jurado de Thorogood y los suyos.
Finalmente, y después de un tiempo dudando, adquirí un cd doble con lo mejor del músico. Obviamente la genial "Bad to the bone" era uno de los títulos disponibles, así como una generosa ralea de partituras igual de cañeras, dinámicas, agresivas y rockanroleras que, aún ahora, escucho de vez en cuando.
Me gusta George Thorogood. No niego que durante un tiempo casi lo escondía, creía sinceramente que se trataba de una banda AOR de esas que suenan edulcoradas y artificiosas. Pero es que la música de Jorge y los destructores puede sonar a todo, menos a edulcorada y artificiosa. Adoro sus excesos guitarreros, esos solos eternos que no acaban nunca, y me encanta que Thorogood sea tan super-yankee, un ex-jugador de beisbol que colecciona guitarras, fuma puros y, como dijo en una ocasión en la biblia del rock auténtico (o de eso se jactan en "Ruta 66"), prefiere versionear sus temas favoritos que escribir material original. El tipo es honesto.