Hace unos días estuve en casa de mi buen amigo Norman. Cuando me mostró su colección de cintas VHS y Beta (bastante jugosa) y sacó esta "El enmascarado de la luna" de un armario, un montón de recuerdos y visiones del pasado aterrizaron en mi maltrecho cerebelo. Todas ellas se situaban en un mismo espacio temporal, el "boom" de los video-clubs por ahí los 80, cuando yo era un mocoso y acompañaba a mis padres y/o hermanos al mítico "Soncosa". Es posible que "El enmascarado de la luna" fuese una de las primeras pelis alquiladas por propia decisión (la primera, nunca lo olvidaré, fue "Los Tres Supermen en la selva"). El caso es que cuando leí la parte de atrás de la caratula, mi pequeño y joven falo comenzó a ponerse erecto (por cierto, ¡que menudos rollazos nos metían antes!, claro que entonces no nos daba tanta pereza leer como hoy día). Aunque ustedes mismos pueden ampliar la caratula aquí expuesta y empaparse con ella, déjenme resumirlo en que el tal "Enmascarado de la luna" era todo un ídolo de masas en Japón, por encima de "Flash Gordon" y "Superman" (¡urgh!), incluso la chavalada se tiraba por la ventana esperando poder volar como su héroe (algo absurdo si tenemos en cuenta que "El enmascarado de la luna" no vuela, ¡no tiene poderes ni cachivaches especiales!, solo una puta moto... vamos, que el que escribió ese texto aplicó la leyenda urbana, oficialmente atribuida a "Superman", a este otro tipo disfrazado) o se partía los huesos de otro modo, en tumultuosos encuentros de fans. Para más inri, destaca la siguiente divertida línea de texto: "Esta película debiera servir para inspirar a nuestros hijos en el verdadero significado de "valentía" y "justicia"". ¡Guau!.
Pero, vamu a vé, ¿quién es el jodido "Enmascarado de la luna"?, pues un superhéroe nipón nacido en las viñetas, luego convertido en personaje televisivo de acción real y, seguidamente, dibujo animado. Fue uno de los primeros (¿o el primero?) héroe enmascarado Japonés y en su época, por ahí los 50 o 60, no me acuerdo bien, resultó todo un éxito. Varios años después, concretamente inicios de los 80, a algún productor amarillo se le ocurrió que, aprovechando el buen momento que el cine superheróico vivía gracias al éxito del "Superman" de Donner y sus secuelas, tocaba recuperar al personaje, actualizarlo y meterlo de prota en una versión puesta al día en realismo y estética. ¿Resultado?, un hostión tremebundo en la taquilla... de ahí que no volviéramos a oir hablar mucho más del "Enmascarado de la luna".
¿Y que pasó con ese Naxo jovencito que se fue a casa con aquella prometedora película de superhéroes japoneses bajo el brazo?, pues imagínense, decepción. Una decepción despiadada que pude corroborar ayer, cuando volví a verla por segunda vez. "El enmascarado de la luna" es, básicamente, un rollazo. En su intento por dotar de verosimilitud, sobriedad y seriedad al film, lo único que consiguen es que el puñetero superhéroe reduzca su intervención a la mínima expresión (básicamente solo sale al final), y de por medio nos cuenten una historia pseudo-policiaca sin ningún interés sobre una secta/banda de ladrones disfrazados con máscaras rojas. No sorprenden, dada su nacionalidad, los arrebatos de violencia, bastante cruda tratándose de un producto para todos los públicos (vamos, que al enmascarado de la luna no le importa matar a sus enemigos) y lo único que realmente mola es la tonadilla heroica que suena cada vez que el tipo aparece (y que, como decía, es demasiado poco). En contraste con la violencia, y también dentro de unos arquetipos muy asiáticos, resulta risible lo ridículamente bueno que es este superhéroe, cuando recupera dinero robado, se queda un 10% y el resto lo regala a los niños huérfanos. Su otro hobby consiste en curar a conejos silvestres heridos. Muy tienno.
Vamos, que no....