viernes, 30 de enero de 2015

EL GRAN GUARDAESPALDAS

Un niño pijo de Alabama metido en el negocio inmobiliario, tiene que cerrar un trato por lotes y comprar un gimnasio. Da la casualidad que en este gimnasio entrena el aspirante austriaco a míster Olympia. Cuando acude al recinto a ofrecer una oferta por el mismo, a este le acaba molando el rollo de los gimnasios, se enamora de la recepcionista y se hace amigo de los culturistas y preparadores. Entre medias, dramas de distintas índoles, harán que se desarrolle el escuálido argumento a trompicones. Drama amoroso, lucha de clases, inmigración y culturismo se dan cita en “El gran Guardaespaldas”, la que sería la primera película importante de Arnold Schwarzenegger antes de convertirse en la estrella que todos conocemos y, también, la primera que protagonizaría con su nombre real. Antes de esta, se hacía llamar Arnold Strong aconsejado por sus agentes, que decían que “Schwarzennegger” era un apellido impronunciable para un americano. Con ese nombre, aparecería acreditado en “Hércules en Nueva York”, ponzoña esta en la que Arnie debutó. Dirigida por uno de los hombres más influyentes del “New Hollywood”, Bob Rafelson, que se haría mundialmente famoso con su siguiente película “El cartero siempre llama dos veces”, “El gran guardaespaldas”, “Stay Hungry” en su versión original, es un producto menor protagonizado por Jeff Bridges, folletinesco y carente de interés, que aunque se deja ver sin mayor problema, lo único destacable que podemos decir de ella es que congrega un buen número de estrellas a las que aún les quedaría un empujoncillo para serlo. Pero, una vez más, le dedicamos su reseñita en este blog por un motivo ya clásico: Su edición videográfica y su asociación directa con la sección “Aquellas maravillosas carátulas” a la que bien podría pertenecer. Datada en el año 1976, “El gran Guardaespaldas” ni tan siquiera llegó a estrenarse en salas españolas como tantos otros coñazos setenteros del “New Hollywood” (las seis o siete buenas que hubo, si que llegaron). Pero en plenos años ochenta, cuando Schwarzenneger ya era Schwarzenegger y era uno de los actores más taquilleros y, por ende, de los más alquilados en el vídeo-club, alguna despiadada distribuidora de la época, que aparecían de debajo de las piedras, aprovechó ese tirón -tironazo, diría yo- y editó la película para el mercado de alquiler. Y lógicamente, no la lanzaron como lo que es, un dramón folletinesco en torno a los culturistas, sino que lo hicieron como una nueva película de acción de Arnie. Jeff  Bridges también era ya popular en mangante-cateto-españa, por lo que aparecería también como protagonista y no andaría muy mal encaminado si digo que el concepto que nos vendían era bastante cercano a “Tango y Cash”, de actualidad en aquellos años. Tampoco diría ninguna tontería al afirmar que, además, se inspiraron en el póster de “Conexión Tequila” para confeccionar esta carátula, amén de sacar las imágenes de Bridges y de Arnie de películas recientes: creo que la de Arnie pertenece a la película “Ejecutor”, la de Jeff Bridges no la ubico. Si ustedes si... para eso están los comments.Pero lo que más me fascina es el concepto que nos vendían. “El Gran Guardaespaldas”... Chanante ¿verdad? Pues como si la titulan, por ejemplo, “Acción sin límite”, porque de guardaespaldas había en el film lo mismo que de acción: ¡Nada! Es el título más engañoso de la historia. Aquí no hay ningún guardaespaldas. Es que de hecho, en un momento de la película en la que alguien está en peligro, está a su suerte, y cuando llega Arnie, ya le han breado. Pero vamos, lo que tenían era el concepto, mucho más vendible que el de un culturista emigrante y llorón que se hace amigo de un pijo agente inmobilario. No obstante, cuando ponías la cinta en tu magnetoscopio y la película daba comienzo, una voz en off sobre el título original decía “Músculos de acero”, más acertado, pero también con poco que ver con el original. A la hora de sacar las cintas se arrepentirían del título este de los músculos e inventarían el concepto con el que finalmente se comercializó.Por lo demás, como ya les he dicho, una peliculucha del montón. Aunque como anécdota les diré, que Schwarzenegger luce durante toda la película un enorme lunar en la mejilla derecha que, obviamente, se borraría previa cirugía estética, para nunca más aparecer en pantalla. El resto es historia.
Plagada de estrellas, acompañan a Arnie y a Bridges en el drama, actores de la talla de Joe Spinell, Robert Englund, Sally Field, R.G. Armstrong (“Depredador”, “Los chicos del maíz” o “Mi nombre es ninguno”), la musa de la contra-cultura Helena Kallianiotes (“Easy Rider”) o Scatman Crothers (“El Resplandor”).Como curiosidad, como sea, si que funciona.