La diferencia principal entre las películas que protagonizó
en los setenta y las que hizo en los ochenta, radica, básicamente en la
recaudación; mientras que las primeras llegaban a reunir a más de 4 millones de
espectadores a los cines, cintas como esta “Dos y dos, cinco” apenas las vieron
150.000 espectadores, por lo que el fenómeno Lolo García, pasó ante la pantalla
como un espejismo, sin embargo, ahí queda en la memoria colectiva.
Y es que si “La Guerra de papá” o “Tobi”, son en cierto modo
simpáticas y visibles, “Dos y dos, cinco” es una película absolutamente
repugnante. Y es que el director, Lluis- Josep Comerón, director de “Un genio
en apuros” o “La Rebelión de los pájaros”
se monta un coñazo de órdago, sobre un niño al que sus padres han
confinado en una mansión, con todas las comodidades, pero sin que vea a nadie,
con el fin de ocultarle que su abuelo, al que idolatra, ha muerto (¡) Sin
embargo, ese verano, por un lado conocerá a los niños de las inmediaciones con
los que hará el gamberro (el maltrato que sufren gatos, perros, lagartos y
demás fauna es absolutamente denunciable. Viendo la peli se me ponía hasta mal
cuerpo), y por otro, a un viejo marino que le dará su amistad, en unos planos
que son cercanos a la pederastia.
El nefasto director Comerón, debió ver el cielo abierto al
pensar el éxito que podía reportarle una película en la que juntaba a Antonio
Ferrandis (por entonces muy popular gracias a su personaje de Chanquete en la
serie “Verano Azúl”) y al niño Lolo García. Pero se debió pegar una buena
hostia.
Mala de pelotas y con intenciones repugnantes, absurda en su
planteamiento y en su resolución, no se
me ha ocurrido otra cosa que revisar esta película, aprovechando la coyuntura
que ofrecen las descargas en interner, por un simple y llano motivo. Esta
película tan antipática, tan rancia, tan aburrida, a mí, de crío, me
entusiasmaba. Y recuerdo perfectamente verla una y otra vez en vídeo el fin de
semana que mi padre la alquiló. Y viéndola de nuevo, no entiendo que le veía yo
de niño a esto. Supongo que el hecho de que la protagonizara otro niño, ya era
suficiente para que me gustase, digo yo.
En el reparto, además de Ferrandis y Lolo García, tenemos
por ahí a un repelente Jorge Sanz, al que le fue mejor que a García en lo
sucesivo.
Una peli estúpida que deja mal cuerpo, eso es todo.