sábado, 25 de febrero de 2017

EL OTRO LADO DE LA PUERTA

Estoy genuinamente contento por el amigo Johannes Roberts. Finalmente ha logrado su acariciado sueño de formar parte de la élite mainstream del terror, y encima, con resultados bastante dignos. Lejos quedan ya todas esas peliculitas zetosas que se sacó de la manga a principios de los 2000 y que despertaron tanta fascinación... a veces por los motivos equivocados: "Hellbreeder", "Demonic", "La carrera de la muerte", "When evil calls", etc. Consiguió que todo un Alexandre Aja le apadrinara un nuevo proyecto, una peli de esas de fantasmas sobrias y "blancas" tan de moda en estos tiempos turbulentos que corren, y con un inevitable toque de "j-horror" que le llaman (vamos, pelis de miedo japonesas), de las que Roberts lleva años tomando buena nota.
"El otro lado de la puerta" no se desarrolla en el país del sol naciente, pero sí en otro lugar exótico con un rico folclore, la India. Allí vive una pareja traumatizada por el reciente fallecimiento del hijo pequeño. El caso es que llega a oídos de la madre que existe un templo en el que se puede hablar con los muertos a través de una puerta, siempre y cuando sigas una serie de procedimientos y, muy importante, nunca les des de comer pasada la mediano.... perdón, digo, ¡no abras jamás la maldita puerta por mucho que el espíritu llore y suplique!. Como es de ley, la madre va, habla con su hijo, pierde los estribos, abre y despierta a una especie de bicho que recuerda demasiado a los que salían en la saga de "Ju-On", o "La Maldición", o "El Grito", y que seguirá a la mujer hasta su casa para reclamar el fantasma del chaval, que se ha instalado allí también y, poco a poco, va empeorando su carácter.
Si la historia os suena familiar es porque, sí, se parece un rato a "Cementerio Viviente". Y también a "Zeder", que ya guardaba puntos en común con la (posterior) creación de Stephen King. Pero bueno, ¡¿ es que acaso "Insidious" o "Expediente Warren" no cuentan algo ya mil veces contado?!. Pues claro. En el cine de género (que no el cine en general) ya está todo inventado, así que podemos pasar por alto esos parecidos. Lo que finalmente queda es una peli muy seria, bastante contenida, bien actuada y especialmente bien fotografiada. No se abusa de la sangre, ni tampoco de los efectos infográficos. Dicho de otro modo, que aunque no cambiará la vida a nadie, ni es la repanocha, "El otro lado de la puerta" se deja ver y desde luego marca un punto y aparte en la carrera de Johannes Roberts, que denota una suculenta mejora en sus quehaceres. Eso sí, un aspecto gracioso a tener en cuenta es que en sus primeras películas, a un Roberts cegado por el ego le encantaba poner su nombre por encima del título, como todo un John Carpenter. Pero tanto en la peli comentada, como en el resto de sus trabajos más estándar, es algo que ya no se da. ¡¡Ah, amigo!!, ¡no se puede tener todo!. Si pactas con el mainstream, esas cosas ocurren. Para ganarte tal posición tendrás que trabajar mucho, Johannes... y, tal y como está el patio, ya veremos si lo consigues. ¡Ánimo!, desde aquí te deseamos toda la suerte del mundo.