viernes, 2 de marzo de 2018

YO EL MEJOR

Los setenta, característicos en el cine por un montón de cosas, lo son también porque una película como “Rocky” puso de moda el cine deportivo y más concretamente el de boxeadores, por lo que allano el camino para un montón de películas con el boxeo en su temática. Por otro lado, era una sensación el boxeador Muhammad Ali, un símbolo para el pueblo americano y un hombre muy respetado en los Estados Unidos. Además, Alí, tenía una marcada bis cómica, un amplio sentido del espectáculo, era un bocazas y un payaso. Pero era del suficiente interés como para que Hollywood decidiera poner en pie un biopic con él en vida. Y como era un payaso, quién mejor que él propio Muhamad Alí para interpretarse a sí mismo.
El boxeador, por otro lado, acababa de publicar su propia autobiografía, “The Greatest: My own  story”, y esta sirvió de material para confeccionar el guion de la película.
Sin grandes artificios, esta lleva la vida de Cassius Clay/ Muhamad Alí desde  las olimpiadas de 1960 hasta que recupera el cinturón de campeón contra George Foreman en el 72 —casi el mismo periodo de tiempo que nos cuenta “Alí”, la por otro lado estupenda de Michael Mann y con Will Smith— en el famoso combate en Africa.
La película, con un sentido del ritmo y la síntesis arrollador y a base de omitir los combates que libraba Alí (estos son mostrados de pasada y a bases de imágenes de archivo) se ventila los rasgos importantes de la vida del boxeador en un suspiro, sin inmutarnos, amén de ofrecernos el poder disfrutar de la sobreactuación de Muhamad Alí, rimando como loco y amenazando a los oponentes.
Rematadamente entretenida e interesante.
Es inevitable compararla con el biopic de 2000. Obviamente, “Alí” es una película con mucha más pompa, un ejercicio estilístico que no es, para nada, “Yo, el mejor”. También es mejor película. Sin embargo, como cuentan exactamente lo mismo ambas películas, “Yo, el mejor”, también es una muestra de que no hacen falta grandes medios ni actuaciones de Oscar para contarnos una historia y que el espectador acabe vibrando.
De hecho, en el set se creó un ambiente tan emocionante, que Ernest Borgnine, que interpreta al entrenador, y Alí, se hicieron grandes amigos tras una escena en la que el actor consigue llorar de la emoción, contagiando estos llantos, en su interpretación, al garrullo de Muhamad.
La canción que suena en momentos puntuales de la película “The greatest Love of All”de George Benson, se convirtió asimismo en un éxito abrumador de la música negra versionado cientos de veces a posteriori.
Dirigida por Tom Gries, director de  clásicos como “Fuga Suicida” y “Nevada Express”, firma la última película de su carrera al fallecer el director a los pocos meses de completar su rodaje.
Se rumorea que además había un co-director, Monte Hellman, popular por haber dirigido cosas como “El Tiroteo” o “A través del huracán”, sin embargo, si así fue, no sale acreditado como tal, ni en los créditos, ni en su ficha de IMDB.
Como fuere, “Yo, el mejor” resulta  una cinta quizá no tan trascendente como lo fue el “Alí” de Michael Mann, pero en cualquier caso, se trata de una película entretenida y disfrutable. Si tuviera que quedarme con una, me quedo con “Yo, el mejor”, precisamente por sus imperfecciones y su sano sentido del entretenimiento.