El boxeador, por otro lado, acababa de publicar su propia
autobiografía, “The Greatest: My own
story”, y esta sirvió de material para confeccionar el guion de la
película.
Sin grandes artificios, esta lleva la vida de Cassius Clay/
Muhamad Alí desde las olimpiadas de 1960
hasta que recupera el cinturón de campeón contra George Foreman en el 72 —casi
el mismo periodo de tiempo que nos cuenta “Alí”, la por otro lado estupenda de
Michael Mann y con Will Smith— en el famoso combate en Africa.
La película, con un sentido del ritmo y la síntesis
arrollador y a base de omitir los combates que libraba Alí (estos son mostrados
de pasada y a bases de imágenes de archivo) se ventila los rasgos importantes
de la vida del boxeador en un suspiro, sin inmutarnos, amén de ofrecernos el
poder disfrutar de la sobreactuación de Muhamad Alí, rimando como loco y
amenazando a los oponentes.
Rematadamente entretenida e interesante.
Es inevitable compararla con el biopic de 2000. Obviamente,
“Alí” es una película con mucha más pompa, un ejercicio estilístico que no es,
para nada, “Yo, el mejor”. También es mejor película. Sin embargo, como cuentan
exactamente lo mismo ambas películas, “Yo, el mejor”, también es una muestra de
que no hacen falta grandes medios ni actuaciones de Oscar para contarnos una
historia y que el espectador acabe vibrando.
De hecho, en el set se creó un ambiente tan emocionante, que
Ernest Borgnine, que interpreta al entrenador, y Alí, se hicieron grandes
amigos tras una escena en la que el actor consigue llorar de la emoción,
contagiando estos llantos, en su interpretación, al garrullo de Muhamad.
La canción que suena en momentos puntuales de la película
“The greatest Love of All”de George Benson, se convirtió asimismo en un éxito
abrumador de la música negra versionado cientos de veces a posteriori.
Dirigida por Tom Gries, director de clásicos como “Fuga Suicida” y “Nevada
Express”, firma la última película de su carrera al fallecer el director a los
pocos meses de completar su rodaje.
Se rumorea que además había un co-director, Monte Hellman,
popular por haber dirigido cosas como “El Tiroteo” o “A través del huracán”,
sin embargo, si así fue, no sale acreditado como tal, ni en los créditos, ni en
su ficha de IMDB.
Como fuere, “Yo, el mejor” resulta una cinta quizá no tan trascendente como lo
fue el “Alí” de Michael Mann, pero en cualquier caso, se trata de una película
entretenida y disfrutable. Si tuviera que quedarme con una, me quedo con “Yo,
el mejor”, precisamente por sus imperfecciones y su sano sentido del
entretenimiento.