Leyéndolo, sobretodo, me quedo con la imagen de tres tipos
enormemente creativos, tres punks de la escena neoyorquina de finales de los 70
que al explotar el Hip-Hop en su ciudad a principios de los 80, todo su mundo
se va al traste y comienzan a ahondar en esa nueva cultura negra, en la que,
por blancos, no son bienvenidos, y tras unos tejemanejes con la Def Jam
Recordings, logran vender millones de unidades de su primer disco. Como además
de rappers, son músicos, evolucionan y se convierten en unas de las bandas de
Hip-Hop más importantes de la historia, asentando las bases de lo que es el rap,
medio inventando el sampling tal y como lo conocemos hoy, y revolucionando la
escena con esa obra maestra adelantada a su tiempo que es su segundo disco, el “Paul’s Boutique”, un
disco imprescindible y experimental, tanto, que luego todo el rap asentó sus
cimientos sobre el modelo impuesto por los tres chicos blancos y, tanto, que no
vendió casi nada. Luego, no pararon, regresaron al punk convencional e hicieron
lo que les dio la gana.
En el libro no llegan nunca a explotar o a hacer un discurso
sensacionalista sobre la reciente muerte de uno se sus miembros, AMC, y da la
sensación de que quienes te hablan son unos buenos tipos, caen bien y en
definitiva, no puede uno dejar de leer. Además, es muy agradable saber de su
pasado fanzinero en los 80 del que algo explican en sus primeros capítulos,
aquellos en los que estaban de lleno metidos en la escena punk neoyorquina.
Por lo demás, la línea de la biografía no se desmarca ni un
ápice; cuentan sus comienzos, su auge, su éxito atroz, su descenso… y su
mantenimiento en la industria desde la total independencia de su segundo álbum
y su sello músical independiente (aunque auspiciado por una major) Grand Royale.
Además, el material gráfico es impresionante y me hace especialmente gracia
que, firmando cada uno de los dos miembros vivos sus capítulos por separado, en
cada uno de ellos, el miembro que no firma hace sus apuntes y anotaciones, que
son impresas en distinto color para que no nos liemos.
Para los fans de Beatie Boys, una delicatessen. Para los
neófitos… pues muy probablemente después de leer el libro indaguen en su música
y se acaben comprando todos sus discos. En mi caso, conozco a los Beastie Boys
desde mis primeros escarceos con el rap, tenía un par de discos, pero nunca
pasaron a ser uno de mis grupos preferidos o prioritarios; después de la
lectura del libro, no es que ahora me vuelva una fan loca, pero sí que los
escucho de otra manera, me parecen mucho más interesantes y mi percepción de
ellos es más mucho más positiva que antaño, cuando los escuchaba con media
oreja porque eran blancos de clase media que en muchas de sus canciones
utilizaban instrumentos musicales. Era muy purista yo en los 90.
Un tocho imprescindible.