Monumental gamberrada perpetrada por David Casci —firmando bajo el pseudónimo de Lesser Pismo— en 1990, adscrita al subgénero de las mock dub (doblaje falso) en auge a principios de los 90. “A man called… Rainbo” sería de las más populares junto a otra cosa titulada “Night of the Day of the Down of the Son of the Bride of the Return of the Revenge of the Terror of the Attack of the Evil, Mutant, Alien, Flesh, Eating, Hellbound, Zombified Living Dead Part 2: In Shocking 2-D” (creo que lo he escrito bien) de un tal James Riffel que cuenta con 4 secuelas y que redoblaba “La noche de los muertos vivientes”, al menos en esta primera entrega.
“A Man Called… Rainbo” consistía en coger una vieja película de Sylvester Stallone que no interesaba a nadie, “No hay lugar para esconderse” (que probablemente contenga en su haber alguna irregularidad en cuanto al copyright, motivo este por el que cualquiera puede hacer lo que le venga en gana con ella) y alterar su montaje y doblarla desde cero con fines cómicos, de tal manera que tenemos una película nueva. A este montaje, además de doblar los diálogos, se le incluyen insertos de otras películas de tal manera que se altera la historia del film inicial hasta que de aquel no quedan ni las miasmas… aunque en el fondo, no hay más tela que cortar y el argumento es muy parecido. Así, en “A Man Called… Rainbo” tenemos a un tal James Ramroc, que por miedo a que lo acribillen a balazos, decide desertar en plena guerra de Vietnam. Con el FBI tras sus espaldas, Ramroc se cambia el nombre por Rainbo y se une a un grupo de comunistas que cometerá toda suerte de actos terroristas con el fin de acabar con los Estados Unidos. Todo ello desde el humor más burdo y chabacano, con un doblaje en el que Stallone suelta chascarrillos pertenecientes a sus películas de mayor éxito, eructa y se pee, y, haciendo el amor con una tía, grita el nombre de Adrian cuando llega al climax. Una chorrada con cierto culto que a los americanos les apasiona (hay hasta comentarios en internet que recuerdan la película con gran cariño), pero que a mí me parece una imbecilidad mayúscula. Hay que decir que la comprensión de los diálogos se me dificulta al no existir una copia de la película con subtítulos de ningún tipo, pero, aun así, la percibo como la gran broma que es y no creo que diste mucho de esos doblajes amateur perpetrados por fans que rularon por internet a principios de siglo. Aunque la película se editó de manera reducida en VHS y tenga unos cuantos seguidores, esto en realidad no es más que un gran meme.
Al final de los créditos se dan una serie de teléfonos y direcciones para que aquellos a los que les hubiera gustado la película, se pusieran en contacto con los responsables para fundar un club de fans de la misma.
Más curioso resulta que el individuo al que se le ocurrió hacer esta cosa y que la reescribió junto a su compinche Scott Altizer, con todos esos chistes de sal gorda y alusiones al universo Stallone, David Casci, no acabaría ganándose la vida en esto del cine, que va. Sin embargo, cuatro años después escribió la novela “El guardián de las palabras” y, paradójicamente y como por arte de magia, esta se convirtió en un best seller a nivel internacional que, luego, tendría su adaptación cinematográfica que combinaba dibujos animados y acción real protagonizada por Macaulay Culkin y dirigida por Pixote Hunt y Joe Jonhston, así como se haría un videojuego y toda suerte de merchadising; De todo ello, Casci, vería su muy buena viruta. Cosas que pasan.
Por otro lado, se especula, se rumorea, se dice, se comenta, que a Stallone no le hace ni puta gracia esta película. Me lo creo.