lunes, 6 de noviembre de 2023

GOODBYE 20TH CENTURY

Recientemente rescatada para el formato domestico por la gente de Vinegar Sydrome, “Zbogum na dvaesettiot vek!”, de título internacional “Good Bye 20th Century”, es una película extraña y desasosegante a la que en Estados Unidos se le rinde un extraño culto, yo creo que, más que por lo que nos pueda ofrecer , por el hecho de su exótica procedencia, ya que es de nacionalidad macedonia. Y no son muchas las películas macedonias que osan asaltar el mundo americano. “Good Bye 20th Century” irrumpió a finales de los 90 en los USA como un elefante en una cacharrería, siendo elegida por su país como representante para la nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, el mismo año que España presentó aquél bodrio titulado “Secretos del corazón”. Ninguna de las dos lograron optar a la ansiada nominación, pero la de Macedonia sí tuvo presencia en unos cuantos festivales de cine fantástico donde adquirió un puñado de fans finos. La española ni eso.
Sin embargo, “Good Bye 20th Century” no es una buena película. Adolece de lo mismo que adolecía el cine fantástico español de los 90, nuevo, falto de experiencia. En ese sentido el film de los directores Mitrevski y Popovski es muy similar en forma y fondo a las primeras películas de Alex de La Iglesia, y hasta podríamos decir que guarda cierta deuda estética con “Acción Mutante” y “El día de La Bestia” de las que sería una pequeña mezcla. Cualquiera sospecharía que los directores macedonios eran grandes admiradores del trabajo del vasco, aunque lo más probable es que todo sea fruto de la caprichosa casualidad.
Como fuere, se trata de una película lenta y agobiante, violenta porque sí y extravagante, que con muy pocos diálogos nos muestra tres historias, bastante dispersas, ambientadas en distintas épocas. Así, la primera se sitúa en un futuro apocalíptico en el que la peña va vestida como en “Mad Max” y que gira en torno a guerras de clanes, en un argumento un poco difícil de descifrar, entre escenas raras de sexo en bañeras y tiparracos disfrazados caminando por el desierto. La segunda, imitando los ademanes del cine mudo, nos muestra la boda entre un hombre y una mujer que resultan ser hermanos. Cuando se descubre el incesto, se lía allí la de dios. La tercera se ambienta en la Navidad de 1999, con un Papá Noel que deambula por las calles hasta que llega a un velatorio. Una vez allí, se lía la de dios es cristo, otra vez, a base de metralleta. Todo ello servido con una cadencia muy rara. Las formas de contar las películas de los macedonios, poco o nada tiene que ver con las americanas o europeas, y quizás por eso,  o porque resulto un espectador plano y básico, me aburrí hasta la extenuación con el visionado.
Ya digo, esto es como una mala película de género española de los 90, como las que ya he citado más arriba o como “Atolladero” de Óscar Aibar, “La Lengua asesina” de Alberto Sciamma, o como toda esa morralla detestable de aquella época.
Pero se facturó en la jodida Macedonia… así que había que verla.
En cuanto a los directores, bueno, siguieron rodando. No demasiado, pero siguieron y, sobre todo, Darko Mitrevski hizo carrera rodando vídeos de corte erótico sobre go-go’s y stripers, mientras que el otro, Aleksandar Popovski, firmó una única película más. Al menos, prueben a pronunciar sus nombres: ¡Música para nuestros oídos y refrescante frutita para nuestras bocas!.