miércoles, 1 de noviembre de 2023

MINUTOS MUSICALES 16: MELODÍA VITAMÍNICA

No se vayan a creer que me paso las 24 horas del día consumiendo punk rock. Sería terriblemente aburrido. Tampoco que mi dieta cinéfaga se limite a terror o películas chusqueras. Imagínense el nivel de desesperación (sobre todo teniendo en cuenta cómo anda el género últimamente). Mis apetencias son más variadas. Incluso podrían considerarse incoherentes. Contradictorias. No obstante, sí es un hecho que, a la hora de sentarse ante el ordenador para darle a las teclas, el punk en lo musical, y el terror (+ el trash) en lo cinematográfico, son mucho más divertidos, estimulantes, amenos y permiten una buena dosis de cachondeo. Incluso sano desprecio. De ahí la preferencia por ambos temas. Y ya que hablamos de punk rock...

PRIVATE FUNCTION
Soy de esa calaña que, a la hora de meterse música vía intravenosa, únicamente acudo al pasado. Mayormente. Sobre todo en cuestiones de géneros específicos... como, sí, el punk. Prácticamente jamás escucho bandas actuales. Ni tengo idea de su mera existencia. Salvo que, accidentalmente, una de ellas llegue a mis peludos oídos y me sorprenda. Y así ocurrió recientemente con un combo australiano llamado "Private Function". No solo escuché una canción suya que me gustó, es que, directamente se ha ganado un puesto entre mis favoritas. Raro, raro, raro.
La interfecta se titula "Don't Wanna Go Out On The Weekend", pertenece al lp extrañamente títulado "370HSSV 0773H", y la podrán escuchar a continuación. Respecto al resto de la discografía de "Private Function", pues no está mal. Se deja oír. Entretiene. Sin embargo, ninguna de sus restantes canciones está a la altura pegajosa y gozosa de lo que sigue...


THE BOYS
Bien, superada la marcianada de recurrir a un tema reciente, vayamos a lo habitual, hurgar en el pasado... y de qué manera. Damos un salto atrás en el tiempo hasta el Londres del 77, es decir, en plena macro-eclosión del punk como moda, como tendencia capaz de llenar los bolsillos de empresarios sin escrúpulos. Y, hurgando, rescatamos a uno de los muchos grupos surgidos justo con su despuntar, "The Boys". Estos pertenecen, claramente y con honores, a la llamada segunda división. No lo petaron como "Sex Pistols" o "Damned", pero sí dejaron cierta huella. Sobre todo durante el periodo. Su especialidad era una cosa más melódica que el resto de sus coetáneos. Digamos que estaban más cerca del "power pop" que del punk propiamente dicho. Y tienen algunos temas bien majos, aunque la mayoría resultan algo pastelosos. Sonando como artificiales, a laboratorio. Graciosamente, sí fueron rompedores en una cosa: reivindicar su adoración por los "Beatles", entonces considerados el gran enemigo del punkismo (junto a "Rolling Stones"). Es decir, en ese sentido los "Boys" fueron de lo más punk, yendo a la contra de su propio gremio. Tal admiración dio como resultado una de mis canciones favoritas del rollo 77 o, directamente, una de las mejores versiones punk jamás grabadas, justamente se trata de "I Call Your Name", composición Lennon-McCartney llevada al terreno del imperdible, acelerada hasta el delirio, pero sin perder su esencia poppy... y suena así de irresistible...


WHITE FLAG
Seguimos nadando en el pasado, pero ahora centrados en plenos años ochenta. Terreno yanki. Escena punk/hardcore de Los Angeles. Entran en el plano "White Flag", un combo de chavales con ganas de cachondeo. Ya su nombre es una coña a costa de los muy respetados "Black Flag". Gustan de salir al escenario vestidos con atuendos heavy-metal-moñarra. Y, ocasionalmente, provocan a su público mostrándose a favor de causas consideradas anti-punkas. Mi tipo de peña. Sus primeros arranques fueron todo lo acelerados, gritones y ruidistas que cabría esperar. Pero, poco a poco, comenzaron a desarrollar una vena más melódica. Más "power pop". Cosa que les relaciona en parte con el mentado caso de "The Boys", hasta el punto de versionear también a los "Beatles". Con los años romperían filas, pero volverían a rejuntarse animados por uno de sus mayores fanes, Ken "The Posies" Stringfellow. Para entonces sonaban totalmente a pop vitamínico, incluso ocasionalmente un pelo AOR, y así llegaron hasta Barcelona, donde pude verlos en un concierto majete (sala "Magic") pero que tampoco me cambió la vida. Tiempo después palmó su carismático frontman Pat Fear (caracterizado por un notable mostacho setentero), aunque la banda siguió.
A la hora de rescatar alguno de sus temas, la verdad es que hay unos cuantos entre los que elegir. Pero, dadas las circunstancias, procuro siempre decantarme por los más escuetos y enérgicos, así que aparcaré los otros (como "Everything means nothing" o "Face Down") quedándome con "Instant Breakfast" que, creo, combina muy bien las dos etapas más remarcables de la carrera de los bandera blanca, un mucho de energía y un algo -ni que sea sutilmente- de melodía.


THE CARPETTES
El plan inicial consistía en finiquitar este repaso con una banda opuesta a las maneras de las tres comentadas hasta ahora. Es decir, una con preferencia por el ruidismo extremo y la velocidad desbocada. No a la manera de "White Flag", sino mucho más agresivamente. Sin embargo, y por lo visto hasta el momento, opino que es más lógico seguir tirando de energía con ribetes melódicos. Y nadie encaja mejor en ese término de "The Carpettes".
Si "The Boys" eran la "serie B" del punk británico de los setenta, "The Carpettes" vendrían a ser la "serie C". No tanto por calidad como por categoría. El típico ejemplo de combo señalado por el infortunio. Por mucho que lo intentaron, jamás lograron destacar. Ni hacerse un nombre. Y, para cuando ocurrió, era ya tarde y en un lugar tan lejano como Japón. "The Carpettes" lo intentaron sonando primero a punk rock cafre, sin éxito. Luego vino su "etapa de oro", amoldándose a una cosilla más aceptable, o "new wave", posando en plan niños buenos/guapos en las fotos y lanzando dos lp´s que, en mayor o menor medida, han acabado resultando su legado más preciado por el personal, "Fight Amongst Yourselves" y "Frustration Paradise", sin duda gracias a que fue el respetable sello "Beggars Banquet" quien los sacó a la luz. Merece destacarse el tema "Youth Rebellion", perteneciente al primero de ellos.
Enterrados los "Carpettes" -temporalmente-, y en pleno "boom" del segundo (o tercer) punk, aquel a base de crestas, gritos y tachuelas, el frontman intenta poner en marcha una banda afín a los sonidos de "GBH" o "Discharge". Y acude a la discográfica especializada del momento a mostrarle la respectiva maqueta. Sin embargo, reciben un feo rechazo y.... bueno, el resto ya se lo he contado. Hoy día los "Carpettes" siguen recorriendo escenarios segundones o nostálgicos, recordando sus modestos clásicos. Ya se conocen el percal, les sobra grasa y les chorrea desencanto, pero, en fin, mejor eso que nada.
De todo su legado, inevitablemente me he decantado por uno de los temas de su etapa más primigenia, por potente y extremadamente gustoso, "Small Wonder"....