Quinta y última película para lucimiento de Peret, que se despide del cine hasta su recuperación en los 90 con papeles serios y secundarios. Del mismo modo, a finales de la década de los 70 abandonaría el mundo de la música, que tanto dinero y fama le había reportado, para dedicarse a dar la palabra del evangelio como pastor, labor que ya no abandonaría hasta mediados de los 90, cuando volvería a la música con mucha más fuerza.
"Si Fulano fuese Mengano" fue un encargo para Mariano Ozores. Este, lejos de hacer un film cuyo argumento sirviera de excusa para presentar las inevitables canciones, hace lo contrario; desarrolla una trama cómica muy a la Ozores, e integra cuatro temas de Peret, que es lo mínimo que se le pide en la película, dando pie a un vodevil propio de su estilo. Queda así la parte musical reducida a la mínima expresión.
La verdad que esta es una película estupenda.
Tenemos a un tipo rico y acaudalado, Raúl, un juerguista que allá por donde va la caga, deja deudas o problemas de cuernos y, en consecuencia, tiene unas cuantas amenazas de muerte y/o secuestro. Por otro lado, tenemos a un obrero de la construcción, Miguel, bueno y honesto, que posee la particularidad de que es exactamente igual que Raúl.
Cuando Raúl sospecha que hay varios frentes que pretenden asesinarle, deja en manos de su secretario, Evaristo Rebollo, el contratar al tal Miguel para que, por una suculenta suma de dinero, se haga pasar por él los siguientes quince días. Su idea es que maten a este pobre desgraciado en su lugar y, después, irse a vivir la vida a Brasil. Miguel aceptará la oferta y se tirará la película entera esquivando intentos de asesinato y procurando enmarañar los desaguisados que Raúl ha dejado por la vida.
Lo bueno de “Si Fulano fuese Mengano” es que, más que una película de Peret, es una de Mariano Ozores. Si suprimimos las cuatro canciones del músico, y en su lugar hacemos protagonizar la película a, por ejemplo, Fernando Esteso, será exactamente la misma y no se resentirá en el resultado. No obstante, la elección de Peret termina siendo muy acertada, porque al margen de lo que su música nos parezca, no tenía frente a las cámaras el carisma de Manolo Escobar, pero casi, y aunque aparece doblado, lo cierto es que como actor funciona bien y se complementa a la perfección con sus partenaires (y verdaderos protagonistas velados de la película) que son José Luis López Vázquez, Antonio Ozores o, esplendido —y, no sabemos por qué, también doblado— José Sazatornil “Saza”. De hecho, en los ochenta, cuando el film se lanzó en vídeo de alquiler, y Peret había pasado a un segundo plano al abandonar su carrera musical, la carátula con la que apareció le posicionaba en tercer lugar, atribuyendo total protagonismo a López Vazquez que, en justicia, lo era.
Además, una de las secuencias más graciosas de todo el cine de Ozores se encuentra en esta película y prescinde de la presencia de Peret. Es aquella en la que el personaje de Saza, padre de la joven a la que Raúl ha dejado embarazada, cree que Evaristo Rebollo (López Vázquez) es el seductor de su hija y, en consecuencia, pide responsabilidades al interfecto. Y le insulta, le zarandea, le atiza y humilla. Ese diálogo no solo es desternillante, sino que todo el acting deja claro cuan grandes eran nuestros actores de aquella época. Saza particularmente.
Asimismo, casi se nos malogran López Vázquez, Antonio Ozores y Peret. Contaba el rumbero en sus memorias que tenían que rodar una escena en la que van en un coche de rally. La producción compró a tal efecto uno en un desguace, sin asegurarse antes de su buen funcionamiento, así que colocaron la cámara sobre el capó mirando al interior y lanzaron a los tres actores a la carretera en una escena en la que el vehículo, conducido por Peret, no tiene frenos. A la voz de acción, el cantante arrancó el coche y salió a conducir, con tan mala suerte que el automóvil tampoco tenía frenos en la vida real. Pero como en la escena el diálogo de Peret hacía referencia a esa misma inconveniencia, el cantante exclamó: “¡Que esto no tiene frenos, pero de verdad!”, el equipo pensó que formaba parte de su actuación y nadie hizo caso, por lo que los tres actores pasaron un mal rato hasta que Peret, conductor experimentado, encontró la manera de detener el auto justo antes de estrellarse contra una fachada.
Salieron ilesos, pero Peret montó un gran pollo a producción y ese día ya no se rodó más. El propio Mariano Ozores tuvo que ir a su camerino a tranquilizarlo y pedirle disculpas.
Al margen de la anécdota, “Si Fulano fuese Mengano” resulta una película fresca y divertida, una comedia de enredo loca de Ozores que, incluso a día de hoy, sigue manteniendo el tipo, y si bien puede que estéticamente se haya quedado añeja, a nivel risas las obras de Ozores siguen funcionando como un tiro. No hay nada más gracioso que ver a López Vázquez, Antonio Ozores o Saza en su salsa y pasándoselo francamente bien con sus tontunas.
El reparto, por supuesto, como solía ser habitual en cualquier película de la época, lo componen, además de los astros ya mencionados, otros del calado de Florinda Chico, Pepe Rubio, Gracita Morales, Helga Line, María Kosty o la televisiva Marisa Medina.
Un divertimento sin par. Además, las canciones son pocas y apenas molestan.