jueves, 31 de diciembre de 2009

EL ROBOBO DE LA JOJOYA

La reseña de hoy no es casualidad, y los más veteranos sabrán por qué. Dentro de unas horas se acaba el 2009... y tal día como hoy, hace ahora ya unos cuantos añitos, este era, para mi y para una buena parte de las Españas, un día muy especial, el del programa de fin de año de Martes y 13!!!... que garantizaba total y absoluto descojoncio. Yo era muy fan de Martes y 13, es decir, de su segunda encarnación y ahora, pasado todo este tiempo, puedo decir que realmente era fan de Millán Salcedo. El otro, Josema Yuste, siempre fue un actor más o menos limitado, Millán tenía la comicidad en la sangre y fue el que realmente revolucionó el sarao con sus chascarrillos y tics. En esa etapa el dúo cómico estaba en la cresta de la ola, y era inevitable que saltaran al cine -no cuentan aquí sus trabajos como trío o sus aportaciones ajenas al universo Martes y 13- de la mano de un "especialista" en esta clase de tácticas como era Álvaro Sáenz de Heredia (quien también firmaría los vehículos de Chiquito de la Calzada y era el autor de una nada habitual comedia de acción producida en la España de los 80, "Policía", con Emilio Aragón y Ana Obregón, ¡ahí es nada!). Primero estuvo "Aquí huele a muerto (pues yo no he sido)", que fue un exitazo, y luego esta de la que les hablo hoy, "El robobo de la jojoya" (que gran título!!!). Por lo visto la cosa no funcionó tan bien pues no hubo una tercera. Yo vi ambas en el cine, en compañía de mi madre (los dos éramos grandes fans de Martes y 13), y curiosamente durante mucho tiempo vivía convencido de que la buena era "Aquí huele a muerto...", pero ahora tengo mis dudas.
Durante el intento de robo de una joya muy valiosa, dos ladrones de poca monta son testigos de un asesinato del que se les culpa injustamente. Van directos a la cárcel, pero planean escapar y demostrar su inocencia... además de volver a intentar robar la joya.
Es cierto que Martes y 13 funcionan mucho mejor en el reducido espacio del gag y que tenerlos durante 80 minutos haciendo gala de todo su catálogo de gestos y ruidos puede llegar a cansar un poquillo... pero solo eso, un poquillo, porque a decir verdad, me he reído mucho repasando esta peli y, mayormente, gracias a Millán, que está que se sale. A diferencia de lo que ocurría con "Aquí huele a muerto..." en "El robobo..." la pareja cómica hace más papeles aparte de los protagonistas, cosa que se agradece. El tono del humor, de los secundarios y sus papeles casi de caricatura, del atrezzo, etc... es muy deudor de los comics de Ibáñez, que es la típica -y única- referencia tebeística que podría tener alguien con la mentalidad de Sáenz de Heredia. Digamos que "El robobo..." es como el "Mortadelo y Filemón" de Javier Fesser, pero sin toda la parafernalia estética-modernilla... bueno, esta comparación es bastante injusta, porque antes me quedo sin dudarlo con la de Martes y 13!!! (que me parece más honesta).
Se nota que hay muchas improvisaciones, algunas de ellas muy caóticas (hablan todos a la vez y casi no se entiende) y otras muy graciosas (ese sincero "Ala, ni puto caso!", que Millán suelta en el probador). Sin embargo, el tono general es bastante desmadrado... hay escenas que terminan aparentemente antes de lo que deberían, descuidos notables (en la segunda exposición en la que se muestra la joya, no hay ninguna clase de seguridad!) e ideas de moral cuestionable (al final los protas se vengan de los malos, pero sin demostrar su inocencia ni pollas, ¡roban la joya y se van a vivir al Brasil!, ala, tan contentos). La verdad es que "El robobo de la jojoya" es una peli entretenidilla, se aguanta bien, pero gracias a Martes y 13 o, mejor, a Millán Salcedo... con Los Morancos de prota, no la hubiese soportado.
Completan el reparto la siempre morbosa Anabel Alonso, Esther del Prado (que estaba como un queso!!!!... por cierto, ha sido portada precisamente del "Interviu" de este Diciembre que termina... pero entre la edad y la silicona, ha perdido mucho), todo un mito del cine de género en este país, Fernando Bilbao, otro que tampoco era manco en ese aspecto, Tito García y una aparición especial -y muy chorra- del antes mentado Emilio Aragón.
Ala... ¡Feliz 2010 a todos!.