
Resulta curioso cómo, siguiendo las leyes del nuevo Hollywood, aquí todo está multiplicado por diez respecto a la peli original. Si allí los muñecos de cera/carne llenaban un museo, aquí son tantos que habitan un pueblo. Si allí lo de "casa de cera" era metafórico, aquí es literal, el museo está hecho de cera... vale, es una idea cojonuda y que da mucho juego, sobre todo en el espectacular desenlace, cuando se va derritiendo poco a poco a causa de un incendio... pero, si somos prácticos, uno se pregunta ¡¿cuánta cera y cuantos años hacen falta para construir algo así entre dos personas?!, hummm... suerte que con esto del cine soy como las putas, y me lo trago todo sin preguntar demasiado.
Una de las atracciones de "La casa de cera" era que la puti mediática Paris Hilton interpretaba un papel (el que mejor le va, de zorra) y encima, tenía una muerte bastante chula. Y es que aunque no nademos en sangre, la peli tiene sus detallitos truculentos, siendo el más retorcido el que le aplican al noviete de la chica prota, sorprendente precisamente por ser el personaje que es.
El director, como decía arriba, es el catalán Jaume Collet-Serra, ejerciendo aquí de aplicado artesano en lo que es, básicamente, una peli "de productores" (Joel Silver y Robert Zemeckis entre ellos, nada menos), pero lo hace bien (lo curioso es que haya necesitado otro film de terror hecho en USA para que la gente de aquí se fijara en él, como si no tuviera mérito haberse colado en plena maquinaria norteamericana del cine).
¿Y qué me parece ahora "La casa de cera"?, pues bueno... nada especial, pero sí una peli muy potable, con buenas ideas y perfectamente visible. Cine de entretenimiento en el mejor sentido del término.