miércoles, 5 de mayo de 2010

FOFÃO, A NAVE SEM RUMO

"Fofão" vendría a ser la versión brasileña de "Espinete". Una especie de marciano con cierto retardo proveniente de "Fofol
ãndia", que gusta de jugar con niños y cometas. Al igual que nuestro erizo rosa, "Fofão" contó con una fama a prueba de bombas en su tierra natal, tanto que llegó a protagonizar dos películas. Una de ellas esta que paso a comentarles.
"Fofão" y dos niños se divierten en el campo. Mientras que el chaval juega a los ninjas, "Fofão" vuela su cometa y la niña le observa y juzga sentada en una piedra. De repente, la cometa desaparece en el firmamento. En su afán por recuperarla, "Fofão" se lleva a los críos en una nave donde le querrán sacar un microchip de dentro de la nariz. En fin, una absoluta chorrada en la que "Fofão" no solo no sale de plano, si no que ni siquiera deja de hablar, convirtiéndose la película en un monólogo del personaje por distintos ambientes espaciales.
Eso sí, todo lo referente a efectos especiales, diseño de producción y muñecajos beben de "La guerra de las galaxias". Son de una artesanía preciosa y, solo por eso, podemos justificar un visionado insoportable e incomprensible, y más si como yo la veis a pelo, en Portugués. Aunque dudo que unos subtítulos hubieran variado mucho mi opinión.
Dirige un tal Adriano Stuart, que además de los dos vehículos fílmicos de "Fof
ão", es el culpable de bizarradas tales como "Shazan, Xerife & Cia", "Kung Fu contra as bonecas", "O incrível monstro Traphalao" y su obra más popular, "Bacalhau", una parodia povera de "Tiburón".
Indagando más sobre "Fofão", descubrimos que arrastra una leyenda negra en torno a su "merchandising". Para empezar, se compara a estos peluches con el famoso "Chucky", que nada tiene que ver (aunque es cierto que el color del pelo y la vestimenta, peto vaquero con jersey a rayas, son idénticos). El caso es que, según se dice, el cuello del muñeco de "Fofão" incorporaba un cuchillo que algunos críos utilizaron para asesinar a sus amiguitos. La historia todavía se desmadra más porque se supone que ello se debía a una maldición y, por supuesto, los muñecos estaban poseídos por una entidad psicópata.
Chuminadas aparte, sí es cierto que retiraron ese modelo de la circulación porque, aunque no incorporaba un cuchillo, disponía de un contundente pincho de plástico en la base de la cabeza, y era un objeto bastante peligroso (ver imagen), pero de ahí a todo lo que se contó, va un mundo.
En fin, que la película es muy mala.