viernes, 4 de noviembre de 2011

NAVIDADES INFERNALES

Mi intención original era escribir esta reseña y almacenarla hasta el 25 de Diciembre. Pero soy incapaz, así que tendrán que comérsela ahora mismito, si gustan.
Por algun extraño motivo "Navidades Infernales" suele meterse en le saco de los "slasher". Y yo no lo comprendo. Como fan fundamentalista y conservador del subgénero en cuestión, tengo muy claras cuales son sus características, y desde luego veo muy pocas de ellas, o ninguna, en "Navidades Infernales". Si esto es un "slasher", entonces también lo son "Maniac" o "Don´t go in the house". Y no es el caso. Todos los films citados, en realidad son historias de individuos con cara y nombre, no meras máquinas de matar, que un buen día comienzan su imparable descenso a los infiernos. Las radiografías de mentes desquiciadas, con sus momentos incluso comedidamente dramáticos y, en algunos casos, una dosis de compasión hacia el criminal que las protagoniza, y si no me creen, ahí va una muestra de lo que se desarrolla en "Navidades Infernales":
Harry Stadling tiene un serio problema, está totalmente obsesionado con la Navidad. La adora, se la cree y se la toma muy en serio. Claro, ello no le provoca más que incomprensión por parte de sus -pocos- amigos y familiares. Trabaja en una fábrica de juguetes, obvio, y por mucho que intenta que sus vulgares, paletos y elementales compañeros compartan con él la indignación ante la baja calidad de lo que allí se fabrica, estos se lo toman a coña y, claro, se aprovechan de su buena fe. Harry no logra integrarse en la sociedad y no lo comprende, él únicamente quiere repartir felicidad el día de Navidad, sobre todo a los niños, a los que considera las verdaderas víctimas de todo este descuidado engranaje comercial. Así que un día decide cumplir su sueño: convertirse en Papa Noel. Se disfraza con esmero y sale a la calle, dispuesto a entregar regalos... aunque en algunos sitios no es tan bien recibido como él esperaba. Encima, intenta entrar en las casas chimenea mediante, pero no puede, no es como en las cuentos de Navidad. ¿Qué es lo que no funciona?. Claro que si por un lado Harry está dispuesto a compensar a las buenas personas... también está dispuesto a castigar a las malas. Y severamente.
Ya les decía yo, cuesta no sentir cierta empatía por el protagonista de esta historia, un pobre elemento que solo quiere dar y recibir afecto. Sin conseguirlo. Y cuando castiga, por lo menos lo hace a las personas adecuadas. De hecho, en "Navidades Infernales" los asesinatos no comienzan hasta la hora de película, centrando todo los minutos previos en narrarnos las trifulcas del pobre Harry y sus problemas de adaptación. Yo eso lo veo bastante distante de tipos sin alma ataviados con máscara que trocean adolescentes rubias y tetudas en un campamento.
"Navidades Infernales" no es una peli redonda, ni mucho menos. Cuando arrancan los asesinatos comienza a cojear y se acerca peligrosamente a la rutina más... criminal, y nunca mejor dicho. Pero aún así, depara algunos momentos muy potentes, como cuando, tras su primera masacre, Harry se mete en una fiesta donde espera encontrarse de nuevo la vulgaridad y el hastío del mundo adulto, pero para su sorpresa allí la gente ríe, es feliz y vive la Navidad intensamente, por lo que nuestro protagonista cambia el chip y, en lugar de matarlos a todos, asume el papel de Santa Claus y lo pasa en grande.
El desenlace ha sido comentado, admirado y criticado desde que el film se estrenó por ahí los 80. Según Imdb se pretendía más racional de lo que aparenta, pero un fallo a la hora de colar el necesario efecto de sonido, le otorga un punto de surrealismo -aunque muy coherente con la historia- que lo hace absolutamente brillante.
"Navidades Infernales" ("Christmas Evil" según dónde... y no la confundan con este "otro" "Christmas Evil") viene presentada o apadrinada por todo un señor habituado a poner su estampa en films algo peculiares y con tendencia a recibir el estatus de culto, Edward R. Pressman. Lo has visto tambien en "El fantasma del paraíso", "Walker" (el delirio de Alex Cox), "Bad Lieutenant", "American Psycho" o "Crimewave"... donde, además, ejerce de actor.
Al director, Lewis Jackson, no volveríamos a verle el pelo nunca más.
No es perfecta, pero sí sanamente visible y hasta en cierto modo original y diferente. Por todo ello, desde aquí la reivindicamos con afecto.