Hay que decir que he intentado verla en dos ocasiones, y las dos he tenido que parar el reproductor víctima de un soberano aburrimiento. Claro, no iba prevenido, pues yo era virgen en terrenos “Milliganescos”, pero Naxo (con quien compartí esa primera intentona) no... y tampoco se llevó mejor impresión que yo.
Es terrible. Un culebrón familiar de época (muy mal disimulada) en el que irrumpen un par de extraños hombres lobo que incluso hablan, y un par de ratas auténticas que aparecen por ahí, a las que se les da muerte ante la cámara sin ningún tipo de pudor.
Así leído, puede parecer hasta atractivo, pero les aseguro que en mi vida he visto película más aburrida. Además, dentro de lo muy, muy, muy malo, no está especialmente mal rodada, los diálogos no llegan ni a absurdos, ni hay nada especialmente gracioso, con lo que no sirve ni para reírse, aunque a priori tenga todas las papeletas.
Una autentica lástima, aunque se lleva el galardón de ser, probablemente, la película más coñazo de la historia y eso también es un logro.
