sábado, 11 de enero de 2014

LAS AVENTURAS DE TENNESSEE BUCK

Cuando escribí la reseña de "Ojos de fuego", que cuenta con David Keith entre sus protagonistas, dije esto de él: "no hay actor más feo, anti-carismático y erróneo para cualquier reparto". Vale, me pasé un poco. David Keith no es tan feo, ni tan temible, pero tampoco es la Mojama. Y algo de cierto debe haber en todo ello cuando, dando un repaso a su filmografía, nos percatamos de que, tras un inicio prometedor con "Brubaker", "Oficial y caballero" u "Hombres de hierro", rápidamente fue relegado a películas cada vez más intrascendentes y, ya directamente, series de televisión. Viendo la que se le venía encima, es de suponer que Keith se planteara cambiar de aires, y por eso en 1987 debutó exclusivamente como director con, nada menos, "Granja maldita", la relativamente famosa adaptación de H.P.Lovecraft que contaba con producción de Ovidio G. Assonitis (quien a partir de ella se sacaría de la manga toda una falsa saga compuesta de secuelas bastardas partiendo de su título original, "The Curse") y el mismísimo Lucio Fulci. No hace mucho la vi con intención de reseñarla pero me dejó tan frío, me resultó tan insípida que, finalmente, decidí ignorarla (quién sabe si la retomaré algún día en el futuro). El caso es que David Keith quedaría contento con la experiencia, porque al año siguiente volvió a liarse con esto de la dirección y, ya que nadie parecía querer contar con su talento inerpretativo, decidió currarse un auténtico auto-lucimiento protagonizando "Las aventuras de Tennessee Buck", o "The further adventures of Tennessee Buck" in the USA (país co-productor junto a, nada menos, Sri Lanka... nunca había visto yo una película Srilankesense), uno de esos "exploitations" descarados del universo "Indiana Jones" -desde el look del personaje a la tipografía del título, pasando por el cartel, aquí no hay sutilidad que valga- camuflados de parodia.
La historia no es precisamente muy complicada. Un millonario bastante idiota, aficionado a la caza, y su atractiva mujer llegan a Borneo. Contratan al colega Tennessee Buck
(aunque en toda la peli no responde al apodo en cuestión, sino al nombre de Buck Malone) para que les guíe. Una vez se internan en la parte más profunda de la selva, son atacados y capturados por una tribu caníbal. El resto de la movida consistirá en intentar escapar de sus garras.
Bien, como decía, "Las aventuras de Tennessee Buck" se supone una comedia de aventuras. Y sí, hay un puñado de momentos abiertamente bufos y palurdos, además de sendas interpretaciones tirando a histriónicas (el que hace de cazador millonario es especialmente agotador). Sin embargo, llegados a cierto punto -concretamente cuando los protas son capturados por los caníbales- da un pequeño giro e incrementa de modo exponencial -e inesperado- su lado serio, que incluye erotismo y algo de gore. Esta parte se inicia con la escena que la ha hecho "célebre", en la que vemos a su prota femenina, la guapa Kathy Shower, totalmente desnuda y siendo muy sensualmente huntada en aceite por las mujeres de la tribu, tanto como para que se retuerza de placer y sus notorios pezones apunten a la Luna. Seguidamente la cosa se vuelve algo sórdida cuando el jefe de los antropófagos la viola por detrás y, encima, le entrega la cabeza decapitada de su marido, lo que hasta cierto punto sorprende, ya que éste era algo así como el "clown" de la peli. Claro que, según se mire, le ha hecho un favor, porque una vez huídos, y apenas 24 horas después, ella y el Sr.Buck se pegan un lote de órdago (vamos, que la chica tampoco echaba mucho de menos al muerto). La fiesta continúa con una secuencia en plan "Rambo" en la que el héroe va cazando a sus perseguidores a base de trampas, algunas de ellas con efecto truculento incluido. Cuanto más próximo está el final, más vuelve todo a la normalidad, pero afortunadamente para entonces ya no queda mucha película y, resumiendo, que se despide dejándonos un sabor de boca positivo. "Las aventuras de Tennessee Buck" no es la polla, ni mucho menos, pero tampoco puedo decir que resulte insoportable. Seguramente se encuentre entre los "exploiters" más decentes de "Indiana Jones", al lado de "Las minas del rey Salomón" y "Jake Speed, la aventura de África".
Naturalmente, siendo director, David Keith se deja las peyas para mostrarse a sí mismo como un superhéroe invencible, ocurrente, golfo, totalmente deseado por cualquier cosa en este planeta que disponga de vagina, infalible en su cometido y que luce un uniforme "indianajonesco" bien molón (con una primera aparición chocante, durmiendo la borrachera y totalmente cubierto de la sangre de un cocodrilo que el cabrón acaba de despellejar). Y la verdad es que encaja en el papel, incluso esta ocasión me pareció algo menos insufrible. A su lado tenemos a la mentada Kathy Shower, que está un rato rica y venía de posar en las páginas de "Playboy". A lo largo de su trayectoria cinematográfica, y como era de suponer, intervino en un puñado de películas de alto contenido pajillero (sobre todo cuando el "thriller erótico" video-clubero se puso de moda), pero también en chungueces como "American Kickboxer 2", "Cyber-CHIC" o "Commando para matar" de ese ente omnipresente que es Fred Olen Ray. A su ladito, un veterano, Sydney Lassick, de "Alguien voló sobre el nido del cuco" o "Carrie" y que también se dejaba ver en "Patrulla de noche", el infame "exploit" de "Loca academia de policía". Justamente, y curiosamente, en las primera y tercera entregas de esa misma saga podemos ver al cuarto en discordia, Brant von Hoffman, quien interpretara al "Sargento Kyle Blanks" en aquellas y al cazador millonario tonto finalmente decapitado en la que nos ocupa.
David Keith no volvería a dirigir hasta pasados quince años con "Waterville", un "thriller" sin la más mínima repercursión. De mientras, y hasta nuestros días, le hemos seguido viendo en pelis gordas con papeles secundarios, en pelis pequeñas de prota y en un porrón de productos televisivos.